En España lucen con gran intensidad las luces de navidad en las calles de nuestras ciudades más importantes, anunciando la fiesta del consumo para los fieles adeptos de la única religión que no conoce agnósticos. Se pretende estimular el consumo para que la economía crezca y crear puestos de trabajo que reduzcan el paro asfixiante de más del 26 %. Pero no nos engañemos, todo es pura apariencia. El apagón que sufre España es descomunal y afecta a todos los puntos neurálgicos del país: instituciones, economía, sociedad, territorialidad, identidad...y, por supuesto, a la energía.
A pesar de todo, faltan luces. Luces que disipen tinieblas, oscuridad y alumbre caminos tortuosos e inciertos. Por eso, después de Malta y Chipre, somos el país de Europa que más paga por la energía que consume; hablamos de la electricidad, la verdadera "chispa de la vida" que afecta tan directamente a nuestra manera de vivir, como calentarse, alumbrarse, cocinar, cargar el móvil, ver la tele, secarse el pelo, leer, y hasta escribir en un blog... Ya me dirán si no es importante, por no hablar de quirófanos, comunicación, trasportes, fabricación, etc.
El problema viene de lejos. Según ABC Digital, "cuando el Partido Popular llegó al poder en diciembre de 2011, el déficit de tarifa ya era insostenible y ascendía a 24.000 millones de euros. El agujero empezó a dispararse en 2005,
un año después de la llegada al poder de los socialistas con un aumento
del déficit en 8.000 millones solo en ese año y en el siguiente. Como
consecuencia, ya en 2006, el PSOE subió la luz un 5,28%. Los costes reales de la electricidad
no fueron trasladados a la factura pese a las reiteradas subidas y la
bola de nieve se fue haciendo cada vez más grande por las primas a las
renovables o las subvenciones al carbón. Finalmente, aunque la deuda se
registra en los balances de las eléctricas, es el consumidor quien paga
el pato. En el conjunto de 2011 y 2010, la luz subió un 21% y solo desde
julio de 2007, el recibo ha sumado un encarecimiento un 63,5%. El mayor
«tarifazo» tuvo lugar en enero de 2011 con un alza histórica del 9,8%,
lo que supuso 3,2 euros al mes. Ya en 2013, y durante el Gobierno
popular de Mariano Rajoy, la luz experimentó las subidas de enero (3%),
julio (1,2%) y agosto (3,2%) con un encarecimiento en lo que llevamos de
año del 3,5%.No obstante, tampoco hay que olvidar el abaratamiento que
supuso para los bolsillos la rebaja de la factura en abril de 2013 con una reducción del 6%.
Pero el problema, lejos de acabar, sigue presente y repercute de forma periódica en el bolsillo de las familias. El recibo podría encarecerse un 10% el próximo enero después
de que el actual ministro de Industria, José Manuel Soria, haya
anunciado que elevará los peajes eléctricos en un 2% después de que el
Gobierno haya decidido que no asumirá el nuevo déficit de tarifa de
3.600 millones de euros".
En una situación así, es difícil entender por qué en España el gran
problema está en el denominado déficit de tarifa: el agujero que se crea
porque las tarifas están por debajo de los costes. Unos culpan a las
subvenciones a las renovables de sobrecargar los costes, otros a las
subvenciones al carbón, otros a los supuestos beneficios extra que
tienen las eléctricas. Tampoco encontramos "luz" en el problema, si preguntamos a los políticos; El
PP se arroga ahora la capacidad de acometer una legislatura reformista,
en todo tipo de asuntos, entre ellos, la energía. Uno de los problemas
que dice que va a solucionar es el déficit de tarifa, un concepto que
fue el propio PP el que inventó cuando gobernaba España en el año 2000.
Ahí empezaron a descuadrarse las cuentas del sistema eléctrico. El PP lo permitió normativamente para evitar subir la luz. El PSOE le
puede echar en cara esto al PP. Ahora bien, más le vale callarse. Parte
de los costes del sistema eléctrico son los pagos que se siguen
haciendo a las eléctricas en compensación por la moratoria nuclear
decretada en 1983 por Felipe González, ahora miembro del consejo de
administración de una eléctrica, y defensor público de la energía
nuclear. Entre moratorias anda el juego. Le faltó tiempo al PSOE de Zapatero aprobar una moratoria nuclear, siguiendo criterios "progresistas" de ecologistas en esos alardes irresponsables y utópicos -propios de su estilo- sin prever consecuencias ni costes- De aquellos polvos vienen estos lodos. El mismo tiempo que empleó el gobierno del PP de Rajoy para decretar una moratoria sobre las energías renovables por costosas en tiempos de crisis. ¿Soluciones? Lo primero es eliminar las subvenciones a las renovables, al carbón y a las grandes empresas por sufrir algún que otro corte -(sabemos que no es fácil por razones contractuales)- e incrementar exenciones fiscales. No se pueden mantener las mismas subvenciones en la electricidad en tiempo de crisis que en tiempo de bonanza, porque mientras los costes permanecen inalterables, el consumo decrece a causa del ahorro de los usuarios; la diferencia ha de ser pagada, bien vía impuestos o bien incrementando la factura de la luz. El gobierno ha elegido esta última; ellos sabrán por qué. Entre tanto PP y PSOE se enzarzan en el Parlamento en disputas estériles... El resultado es que 4 millones de hogares españoles no pueden pagar el recibo de la luz y pasan frío. Unos por otros la casa sin barrer ¿De quién es la culpa? Juzguen Ustedes mismos.