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lunes, 30 de marzo de 2020

Pisaremos la calle



Pisaremos la calle 


Pisaremos la calle, nuevamente,
de lo que fue nuestro pueblo asolado,
y en una hermosa plaza liberados,
lloraremos por los amigos ausentes.
Nos sentaremos en el banco de la plaza,
para contemplar las palomas del cielo,
como beben en la fuente del pueblo
y remontan el vuelo en lontananza.
Columpiaremos a nuestros nietos en el parque,
y sus cabellos al compás del movimiento
se moverán alegres y revueltos,
y todo volverá a ser como antes.
Nos juntaremos los amigos del pueblo
y comeremos esas habas del huerto,
que con tanto afecto se sembraron
a la espera de que llegue este momento.
Respiraremos el aire limpio del bosque,
y volveremos a pisar la arena de la playa,
nos perderemos por ese sendero de montaña
en el que amanece,
y escucharemos el sonido de las ramas,
cuando el viento las mece.


                   Antonio González



sábado, 21 de marzo de 2020

Pero ella no lo sabía


"El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante. No hace falta que el universo entero se alce en armas para aplastarlo; un vapor, una gota de agua bastan para matarlo. Mas, aun cuando el universo lo aplastara, el hombre seguiría siendo más noble que lo que lo mata, puesto que él sabe que muere y sabe la ventaja que el universo tiene sobre él. El universo nada sabe de ello".                                               Pensamientos para la religión y otros asuntos.
                                                                                  Blaise Pascal


Pero la primavera  no lo sabía

Hace ya unos años, en este día
llegó la primavera sin que ella lo supiera,
el invierno murió sin una queja,
las plantas se alegraron de aquel día,
se inició una gran fiesta, 
y entre ellas hubo una explosión de alegría.
Pero la primavera no lo sabía...

Aquel día, la gente hacinada en hospitales,
se moría...sin aire en sus pulmones,
solos en una cama fría,
tan solos, como el día en que nacían,
así partían, y cómo morían,
con la mirada perdida.
Pero la primavera no lo sabía...

Ajena al dolor, ella, 
seguía abriendo los surcos de la tierra
preparados para la sementera,
derretía las nieves de las cumbres,
y un manto de esperanza se extendía
por todos los confines de la tierra.
Pero la primavera no lo sabía...

Confinados los padres y los niños
el pánico y el miedo compartían
desoyendo al Cínico Diógenes
que nada necesitaba,
dejando las estanterías vacías
en carrera desenfrenada.
Pero la primavera no lo sabía...

Y mientras, el cielo se nublaba
oscurecido ante millones de miradas,
a la espera de una señal, una esperanza,
que el cielo les negaba,
los astros y planetas sabedores del dolor
y el desespero, no lo compartían.
Pero la primavera no lo sabía...

             antonio gonzález



domingo, 15 de marzo de 2020

Desde mi ventana



Solos

Nostálgico pasado de un tiempo huido
de encuentro entre la gente
de buenos amigos.
Memoria que se aleja de un tiempo
perdido,
en agujeros negros;
deriva hacia islas sin nombre
por océanos desconocidos,
que alejan el tacto y el contacto,
la cercanía y el calor humano: 
Una loca carrera iniciada
por una sociedad desquiciada,
que huye con pavor de un ignoto destino,
sin saber a donde ir y qué le aguarda...
Mientras a una generación,
mata,
y lo peor no es morir, sino como se muere.
!Solos!


       Antonio González