Gamonal

Burgos es famosa en el mundo entero por su maravillosa catedral gótica, la Cartuja de Miraflores, el Monasterio de Las Huelgas y su moderno Museo de la Evolución en donde se exponen los hallazgos más importantes de Atapuerca. No así el barrio de  Gamonal desconocido para la mayoría de los españoles, excepto para los burgaleses. Hoy está en la portada de todos los periódicos nacionales y algunos extranjeros. El motivo no es otro que el levantamiento y las manifestaciones de los vecinos del barrio, oponiéndose a la construcción de un bulevar y un aparcamiento subterráneo, -(proyecto que curiosamente iba en el programa tanto del PP como del PSOE)-  en total desacuerdo con los planes del Ayuntamiento de Burgos, gobernado por el PP. El proyecto fue aprobado en el programa electoral  del Ayuntamiento de Burgos  y por la AA.VV del barrio. Los 8.000.000 de euros que cuesta su financiación y las necesidades de servicios sociales de los que carece el barrio, han puesto en pie de guerra a los vecinos que han logrado parar las máquinas sine die. Nada extraordinario, que no pudiese ser solucionado mediante el diálogo y el entendimiento entre las partes, si no fuera porque la violencia de la extrema izquierda, ha hecho su aparición y ha conseguido impregnar de violencia y  vandalismo callejero, lo que al principio era una manifestación pacífica de vecinos.

Desde aquí siempre hemos defendido la participación ciudadana en los asuntos públicos. La democracia no sólo es participar y emitir un voto cada cuatro años. La verdadera democracia consiste en la participación activa de los ciudadanos en los asuntos  que les  toca de cerca. Los ciudadanos tienen el deber, el derecho y la obligación de manifestarse y de ser escuchados por las autoridades. Ha sido una torpeza  del alcalde no dialogar con los vecinos afectados y posicionarse en una actitud prepotente. No hay problema en la administración local  -por muy grave que sea- que no pueda ser dialogado, explicado, o  consensuado ; son los vecinos quienes conocen mejor que nadie los problemas del barrio y han de ser escuchados, lo que no significa que siempre lleven la razón. La administración local, por su cercanía, ha de ejercer la acción de gobierno en estrecha relación con los vecinos: unos y otros están condenados a entenderse en la búsqueda del bien común. Todos los intereses son legítimamente defendibles, siempre que no atenten contra  principios o DDHH, respeten la ley y no hagan uso de la violencia. Ninguna de las dos partes pueden emplear la violencia por encima del diálogo democrático. Los vecinos, perderían la  razón que les asiste en  el mismo momento que opten por el empleo de la fuerza, y dejarían de ser ciudadanos para convertirse en  guerrilleros urbanos, al margen de la legalidad. Las fuerzas de seguridad del Estado  están  obligadas a cumplir y a hacer cumplir la ley -aún con el empleo de la fuerza- si con ello garantizan la libre circulación de las personas y la seguridad de sus bienes tanto públicos como privados. La democracia cuenta con mecanismos fiables de control para que cualquier obra pública sea licitada públicamente según la ley e impedir trafico de influencias y cohechos.  Lo que no es tolerable en una democracia seria es gobernar  desde el populismo callejero. Ya sé que los escándalos de corrupción, la impunidad de la clase política, la lentitud de la justicia, cuando no aforada, indultada, incita a los ciudadanos  a tomarse la justicia por su mano y a justificar ciertos actos violentos y vandálicos. No es tolerable.

!España entera es gamonalera! Este es el grito que  algunos ciudadanos y manifestantes corean en las calles de Madrid, al eco de lo acontecido en Burgos. Son grupos de extrema izquierda, que allá donde ven humo aparecen raudos para activar el fuego. A estos les importa un bledo los problemas de los burgaleses, excepto crear confusión, destrucción y algaradas callejeras para destruir el sistema y la convivencia que todos nos hemos dado democráticamente. Afortunadamente son pocos, no representan a nadie y están localizados  por la policía. Jarabe de palo es el remedio medicinal que cura sus males, y puestos a disposición de un juez.