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martes, 31 de octubre de 2023

Halloween




Todos los pueblos de la tierra tienen su propia tradición, legado de sus antepasados. Es un hecho fenoménico que la antropología social nos muestra arraigado a cada pueblo, nación o lugar, y asociado a las costumbres y modos de vida de tal o cual comunidad. Las tradiciones y costumbres son el modo explícito de manifestación y desarrollo de la cultura de un determinado pueblo o nación; con otras palabras, la cultura manifiesta el ADN de un determinado pueblo, por eso necesita cauces para poder  desarrollar ese basto mundo de experiencias, conocimientos, ideas y valores que un pueblo ha ido acumulando a lo largo de su devenir histórico.Y esto que sucede culturalmente con los pueblos también sucede a nivel individual. Imitar está en la base de todo aprendizaje. Los roles sociales que nos acompañan en nuestra vida de adultos comienzan en un proceso imitativo. Aprendemos aquello que nos causa curiosidadadmiración, y después satisfacción. Así conformamos nuestro ser durante toda la vida. En ella encontramos personas y hechos dignos de imitar. No siempre  se aprende lo mejor a veces lo peor, dependen de las personas y circunstancias con las que nos encontramos en nuestro largo caminar. A veces la elección no depende del todo de nuestro libre albedrío, siempre hay razones que se nos escapan.
España es un país muy rico en tradiciones culturales por ser un lugar de asentamiento de varios pueblos y civilizaciones. Todas ellas han ido dejando un poso de experiencias y costumbres que han ido configurando lo que somos. El día 1  de noviembre celebramos la fiesta de Todos los Santos  asociada a la tradición cultural religiosa de nuestro país. La Iglesia Católica celebra esta fiesta recordando a todos aquellos que nos precedieron y ahora disfrutan de la presencia de Dios, intercediendo y rezando por los que aún peregrinamos en este valle de lágrimas.  Es costumbre visitar los cementerios para limpiar las tumbas de los seres querido y dejarles flores regadas con lágrimas: rosas, claveles, crisantemos, que bajo el silencio de los cipreses simbolizan el sentimiento místico del recuerdo y la plegaria por nuestros seres queridos. Es cierto que para acordarnos de ellos no necesitamos una día determinado ni un lugar, el cementerio. Podemos admitir que para los no creyentes haya otras manifestaciones de acuerdo con su agnosticismo o ateísmo, también muy válidos y respetuosos. Pero no todo es triste y fúnebre, también contamos con algunas tradiciones españolas alegres y divertidas para celebrar estas fechas en cada pueblo o lugar, asociado  a la gastronomía y a la estación del otoño, como la ingesta de castañas, nueces, boniatos y una repostería para relamerse, como los huesos de santo, buñuelos, panellets, etc.
Una de las fiestas que va adquiriendo más arraigo  actualmente en España es el Halloween  de EEUU, como consecuencia de ese proceso de globalización que afecta a todas las culturas, sustituyendo a las autóctonas. ¿Pero cuál es su origen en nuestro país? Debido al arraigo celta, del que derivan también las tradiciones anglosajonas, los gallegos han tenido siempre algunas costumbres de Halloween; en muchas ciudades y pueblos de Galicia (como Cedeira, O Vicedo o Narón) celebran algo parecido al Halloween de EEUU. Carlos Labraña nos ilustra "de lo que no hay duda es de los orígenes de la celebración. En el mundo celta, el 1 de noviembre se celebraba el comienzo de un nuevo año, coincidiendo con el cambio de cosecha. Según marcaba la tradición, la ventana que separa el mundo de los muertos del de los vivos desaparecía la noche anterior y, por ello, se recorrían los lugares para ahuyentar a los espíritus. Uno de esos ritos evolucionó hasta desembocar en la preparación y adorno de calabazas vacías que, en ocasiones, portan una vela en su interior, y que sirven para espantar a propios y a extraños." (Carlos Labraña, miembro de la Asociación de Amigos do Samaín). Como vemos, esta fiesta en Galicia cobra un significado especial de acuerdo con sus tradiciones y costumbres, no así en el resto de España donde su razón de ser se torna problemática, puesto que sustituye las costumbres ancestrales de nuestros pueblos con las que nos identificamos; es un vaciamiento de nuestra esencia y una pérdida de nuestra identidad como pueblo, fruto de una globalización mal entendida. Es un despilfarro identitario, que no podemos permitirnos, y que como generación trashumante, tenemos el deber y la obligación de transmitir a las generaciones venideras. 
Es un hecho que el mundo está interrelacionado por ese fenómeno  que llamamos "globalización", en un proceso de mestizaje intercultural, mediante el cual los pueblos  intercambian modelos de conocimiento, ciencia, tecnología, costumbres y usos sociales. España no está al margen de estas influencias de globalización. Exportamos productos de calidad a todo el mundo, también usos y costumbres (la siesta es un producto genuino español, del que estamos muy orgullosos los españoles y felices aquellos que la practican...) También importamos e imitamos usos y costumbres de otros pueblos. Pero no, aquí imitamos usos y folklore de dudosa comprensión, desconectados del trasfondo sociológico cultural donde adquieren sentido, como es el caso de la fiesta de Halloween (Noche de Brujas, Noche de Difuntos). Una fiesta de brujas y seres perversos que habitan en las regiones de un mundo invisible, que causa espanto, temor y curiosidad. Es el mundo de la muerte y el misterio de lo intangible, de la tiniebla, de los susurros, ruidos y roces que proceden de ninguna parte... Es la noche donde lo invisible se hace presente mediante el símbolo de la calabaza. ¿Para qué imitar a los americanos en fiestas que tienen su "razón suficiente" en tradiciones ancestrales con sentido propio? No somos un país culto por beber coca-cola, comer hamburguesas, ver películas de vaqueros, o asistir a conciertos de rock and roll. Tampoco importando fiestas, donde si sales de casa te muelen a escobazos los niños de los vecinos de escalera... No está mal querer parecerse a los americanos. Por mi, encantado. Empecemos por el hecho religioso y sus manifestaciones y prácticas rituales cristianas muy comunes en familias creyentes americanas, donde la lectura de la Biblia y la plegaria en los hogares es una práctica común. Vivamos la liturgia religiosa del Día del Señor con fervor y entusiasmo  -como ellos hacen-  participando toda la familia en dichas celebraciones con regularidad ¡Imitamoslos!
También no estaría mal imitarles en nuestra vida socio-política. Empecemos por ponerle letra a nuestro himno nacional y cantarlo con la pasión que ellos acostumbran, con una mano en el pecho junto al corazón. Respetemos nuestra Constitución, garantía de derechos y deberes de todos los ciudadanos, vivamos donde vivamos. Honremos a nuestra bandera constitucional símbolo de la unidad de España, si no izada en los balcones y jardines de nuestras casas, sí en el corazón de los ciudadanos. Tengamos una separación real de poderes, libres e independientes de situaciones coyunturales políticas. Imitemos su capacidad de investigación y elevemos el nivel de nuestras universidades, para que al menos aparezca alguna universidad española entre las cien primeras del mundo. Respetemos a nuestras víctimas del terrorismo y no aceptemos la intromisión de sentencias que denigran nuestra dignidad, vengan de donde vengan. Cerremos de una vez la herida de la guerra civil..., que crea división y enfrentamientos. Puestos a imitar, imitemos su forma de representación democrática eliminando la partitocracia, sustituyéndola por listas que representen circunscripciones electorales reales, y no la obediencia ciega a la estricta voluntad de determinados líderes políticos. Seamos una nación, orgullosa de su pasado, comprometida con el presente, y esperanzada en su futuro. Acabemos de ser un proyecto en eterna discusión. Acabemos de poner en cuestión eternos debates metafísicos identitarios de hace 500 años, como:  ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? o ¿A dónde vamos? Tal vez, algún día no muy lejano, lleguemos a ser un país orgulloso de su pasado y su historia, como sucede con todos los pueblos civilizados de nuestro entorno. ¡Seamos nosotros mismos, sin complejos! Sana envidia.




jueves, 26 de octubre de 2023

Silver Economy

 
                                    

                                                                        "Humano soy y nada de lo que es humano
                                                                          me es ajeno" 

                                                                                                       Publio Terencio


¿Habrá algo más importante para las personas jubiladas que saber cómo van a pasar sus últimos años? ¿Qué va a ser de mi cuando no pueda valerme por mis propias fuerzas? -se preguntan muchos de ellos- ¿Quién me cuidará cuando mi cuerpo no responda como hasta ahora? ¿Podemos planificar dentro de lo que cabe los últimos años de nuestra vida? ¿Cuáles son los medios humanos, familiares, sociales, económicos con los que cuento para hacer más viable mis últimos días? Estas, y otras muchas  preguntas son las que pretende o trata de responder eso que llamamos "Silver Economy", una realidad conceptual que traducida al español significa Economía Plateada, y que pretende profundizar y dar solución a los problemas, necesidades y demandas de los adultos mayores que desde el cambio demográfico por el envejecimiento de la población analiza estos problemas. Las sesiones se han desarrollado durante los días 19 y 20 de octubre en Almería y Abla, -población situada en la Comarca del Río Nacimiento- con la colaboración de la Diputación de Almería, junto a la Universidad, y los Ayuntamientos de Almería y Abla en colaboración con la Asociación Crecimiento Humano. Han participado los alumnos adultos de la Universidad Abla Viva, la  Asociaciones de Almería relacionadas con esta problemática, y un grupo de alumnos de distintas especialidades y de lugares del mundo diferentes matriculados en el Máster de Gerontología Social de la Universidad de Granada. Las ponencias han sido desarrolladas por catedráticos de las Universidades de Almería, Burgos, Extremadura y Granada, y han versado sobre las diversas soluciones que las últimas investigaciones sociológicas aportan a esta problemática en el entorno rural. También ha contado con la aportación de las profesionales de los diversos servicios sociales de la mancomunidad del Río Nacimiento, exponiendo el magnífico trabajo que desarrollan con las personas más dependientes. La participación ha sido numerosa -en torno a un centenar de personas- tanto en el salón de actos de las Mariposas de Cajamar en Almería como en el salón de usos múltiples del Ayuntamiento de Abla, lo que demuestra la concienciación e importancia que da la gente a estos  problemas.
La Comarca del Río Nacimiento, situada entre las Sierras Nevada y Filabres configura un espacio geográfico natural donde se asientan los principales pueblos que la conforman. Con una población en torno a los 7.000 habitantes, distribuidos en una superficie de 700 kilómetros cuadrados y una densidad demográfica del 11,50 habitantes por Kilómetro cuadrado, es un territorio poco poblado con el 60% de mayores que superan los 50 años. 
Estos son los datos estadísticos de la Mancomunidad, sin duda, muy importantes, pero no los únicos. Hoy debemos hablaros de lo más valioso: su capital humano. De nuestra gente, la gente anónima y  sencilla que vive en nuestros pueblos y que participan activamente en todo aquello que respira cultura y aprendizaje, con la misma naturalidad que respiran el aire puro de nuestra sierra. Personas de todas las edades y condición que consideran a la cultura  como algo que sirve para llenar de sentido sus vidas, y emplean su tiempo libre para cultivar el espíritu en todo aquello que les ayuda a comprender  y relacionarse  con el mundo y con sus semejantes. Cultura y educación (las dos van de la mano) son instrumentos referenciales que surgen del afán de saber del ser humano y su asombro ante el abigarrado mundo que se muestra como posibilidad transformadora y contrapunto a la limitación de su aparato instintual. Lo que en una palabra denominamos: civilización. Algo que nuestra gente valora con independencia de sus creencias, ideologías o condición social, y crea lazos de unión, solidaridad, y empatía para la consecución de objetivos comunes que les permita afrontar los problemas con mejor pragmatismo y eficacia.  
Esta es la suerte que tenemos en nuestra Mancomunidad: contar con un grupo de personas interesadas en todo lo que se refiere a participar en actos culturales que les forma y enriquece, creando lazos de compromiso y solidaridad entre ellas para mejor convivir. Un grupo admirable que sacrifica su tiempo para aprender y conocer su mundo para dialogar en común y después dar respuestas si las hay ¡Fantástico! Pero no sería justo cerrar este artículo sin mencionar y resaltar la labor tan maravillosa que lleva a cabo la Asociación Crecimiento Humano conjuntamente con la Universidad de Almería, apoyadas por los ayuntamientos de Almería y Abla. Dada la importancia de la economía en este segmento de la población, de lo que se trata, es de propiciar mediante la innovación social, caminos, estrategias, y soluciones, para la resolución de los numerosos problemas que les afectan. Para la consecución de tales objetivos, contamos con la implicación político-social de los responsables de las instituciones más idóneas de la Mancomunidad, sin olvidar que detrás de estas instituciones, hay personas altruistas, que dedican su tiempo con vocación de servicio, sin las cuales todo esto no sería posible: a todas ellas, ¡Gracias, gracias!  ¡Qué no decaiga su empeño!









viernes, 20 de octubre de 2023

¡Hay que tener el alma muy dura!





España y el mundo viven situaciones muy convulsas. La Constitución del 78 es discutida en nuestro país y puesta en entredicho por la izquierda -(a la que ellos llaman progresista, pero más bien podemos llamarla regresista,  porque para nada son progresistas los partidos con los que está pactando la investidura como son: Bildu, el PNV, Junts per Cat o ERC, más bien todo lo contrario)- con la apatía de los ciudadanos españoles que no reaccionan y están como adormecidos. Hay dos presidentes culpables de esta situación -aunque no los únicos- que nunca debieron haber llegado a serlo: José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez Castejón, ambos del PSOE. Sin duda los peores presidentes de nuestra partitocracia, que accedieron al poder por circunstancias aciagas de nuestra historia. El primero accedió al poder gracias a la conmoción de unos atentados cuya autoría aún no ha sido clarificada, y el segundo, merced a unas artimañas generadas en el despacho de un juez para mediante una moción de censura desbancar a Mariano Rajoy. Dos almas gemelas sin conciencia ni escrúpulos capaces de hacer lo que haga falta con tal de conseguir sus objetivos: mantenerse en el poder a cualquier precio.
Rodríguez Zapatero fue quien inició este proceso con el Pacto del Tinell y la creación de la Memoria Histórica, la negación de la crisis económica, el empleo nefasto de los fondos públicos en el Plan "E", el engaño a los españoles ocultando y negando la crisis económica con "los brotes verdes", la bajada del sueldo de los empleados públicos y las pensiones de los jubilados, mirando para otro lado. Por no hablar de las idioteces y tonterías sobre las nubes, los vientos y el espacio infinito, con los que nos deleitó los oídos. Con él se inició el enfrentamiento entre las dos Españas, una cizaña nauseabunda que genera enfrentamiento y división entre ciudadanos, familias, amigos, compañeros de trabajo, creando una atmósfera irrespirable. Un perfecto idiota, cretino e ignorante, un piloto temerario sin escrúpulos, conduciendo desde la cabina una nave llamada España, cuyo batacazo en el 2011 fue espectacular. Un presidente sin escrúpulos, de sonrisa cursi y cara boba que se pasa la vida entre emisoras y platós de TV, engañando, olvidando lo que le conviene,  manifestando medias verdades y cayendo en contradicciones flagrantes. Un veleta sin criterio utilizado por Sánchez por un puñado de votos, para blanquear a dictaduras del narcotráfico, a regímenes teocráticos medievales que no respetan a las mujeres ni a los DDHH; que declara a etarras asesinos como hombres de paz, y que humilla al Estado de Derecho ante delincuentes golpistas defendiendo la aplicación de la amnistía como derecho. Parte del PSOE y el propio Felipe González lo han desautorizado. Las urnas hablaron y lo retiraron a su chalet de Pozuelo de donde  jamás debió salir. 
Pedro Sánchez, aún peor. A este no tenemos por donde cogerlo. Ha rebasado con creces la herencia recibida de Zapatero, superándole, si cabe, aún más: sin lugar a dudas el peor presidente de nuestra joven democracia. Pasó de ser un mediocre jugador de baloncesto a un oscuro diputado de aquellos que solo calientan banquillo y están ahí de relleno para votar lo que le pide el partido y aplaudir como palmero cuando el pinganillo lo ordena. Un hombre sin escrúpulos y sin principios morales, un mentiroso compulsivo que no solamente ha engañado a los españoles sino que miente con asiduidad desdiciendose a sí mismo. Un soberbio narcisista con una insaciable necesidad de aprobación que esconde una personalidad neurótica que le incapacita para ser conserje de un ministerio, cuanto más como presidente de gobierno. Un hombre poco de fiar, sin palabra, que lo mismo promete una cosa que su contraria, y si no, a los hechos me remito. Según palabras de Pérez Reverte pronunciadas a lo largo del programa "El Hormiguero" en Antena 3 TV, nuestro personaje es: malo, chulo, arrogante, ambicioso y cínico; con esto está dicho todo. 
¿Acaso no sabían todos aquellos que lo han votado en las últimas elecciones que no iba a cumplir lo prometido? ¿De qué se quejan ahora? Nada de lo que ha hecho ha sido propuesto en su programa electoral. Todo se ha organizado con nocturnidad y alevosía a espaldas de los votantes a quienes no se ha consultado ni explicado el alcance de tales medidas, como la supresión de la sedición,  la reforma de la malversación, el indulto a los golpistas catalanes, y en la actualidad, la pretendida aplicación de la amnistía sin base legal en la Constitución, (si bien, es cierto, aún no promulgada). Los españoles tienen derecho a saber lo que se está cociendo antes de tragarse este sapo. La amnistía no es perdonar es pedir perdón a aquellos que humillaron a nuestro estado de Derecho y dieron un golpe de Estado para independizar a Cataluña del resto de España. "La amnistía es pedir perdón y yo no voy a hacerlo por defender la Constitución"  -manifiesta Felipe González-.  Es pedir perdón por aplicar la ley y aceptar que los equivocados somos todos los españoles que respetamos la Constitución, y no ellos que la conculcan. Es romper la igualdad de todos los ciudadanos españoles con independencia del lugar, autonomía o región  donde  se vive. ¿Por qué los independentistas catalanes  han de tener el privilegio de ser tratados de forma diferente al resto de ciudadanos españoles? Aún estamos esperando su arrepentimiento y lo que oímos es que lo volverán a hacer. Son supremacistas que se sienten superiores al resto de españoles con derecho a la impunidad. En concreto, es reconocer que los tribunales de justicia que juzgaron con garantías procesales a los inculpados, prevaricaron, por lo que se da la paradoja, que a quien hay que amnistiar es a todos aquellos que aplicaron la ley y cumplieron con su deber, magistrados, jueces, fiscales y policías. Resumiendo: un político annistiando a otro político a cambio de sus votos, el paradigma más evidente de corrupción política. Y además, le pagamos la fiesta.
Pero si grave es todo lo dicho, peor es el sistema de propaganda organizado desde Moncloa para mantenerse en el poder. El mantra utilizado contra Vox, un partido político democrático constitucional con 33 diputados y respaldado por tres millones de votos, despreciado y ninguneado como un nauseabundo apestoso con quien no cabe establecer diálogo ni pacto político alguno, es vergonzoso. Peor si se le equipara a Bildu, un partido vasco etarra que representa los intereses de ETA y que sepamos, lleva incorporado en su zurrón numerosos crímenes de la banda terrorista sin esclarecer, por los que aún no ha pedido perdón, entre los que se encuentran miembros del partido socialista. Todo para satisfacer los intereses espurios del presidente Sánchez a cambio de un puñado de votos.
Pero no puedo cerrar este artículo sin citar el segundo mantra del sanchismo como es justificar, encubrir, y vender las excelencias  de la reforma del Código Penal y sus nefastas consecuencias en la Ley Orgánica de garantía integral de libertad sexual, la también llamada  ley del "Solo sí es sí" o ley Montero, por ser esta ministra su promotora. Causante de rebajar las penas por violación sexual y poner en la calle a numerosos violadores mediante la reforma del Código Penal. Aún estamos a la espera  del cese de la ministra y el reconocimiento de tan terrible equivocación. Cosa inútil que no esperamos de este Gobierno y menos de su arrogante y soberbio Presidente, como último responsable de tal desatino. ¡Hay que tener el alma muy dura! 





sábado, 14 de octubre de 2023

Dios y el problema del mal





¿El ser humano es bueno o malo? La pregunta sobre la naturaleza moral del hombre no es mera curiosidad teórica; tampoco es baladí. Tiene implicaciones profundas en cómo concebimos la educación, la política, el derecho, la justicia, etc.  La importancia de esta cuestión radica en dos hipótesis posibles: el hombre o es bueno o es malo. Si es bueno, entonces la maldad proviene de factores externos: circunstancias adversas, educación, medio social... Por otro lado, si asumimos que somos malos, entonces las reglas sociales, instituciones, códigos penales, existirían para corregir nuestras malas inclinaciones. La relación entre estas dos realidades del bien y del mal, ha sido y es un tema de profunda reflexión en la historia de la filosofía, así como en la fenomenología de la religión, y por supuesto en la teología. Desde todas estas disciplinas se ha intentado dar una respuesta convincente, aunque todas se quedan en el intento, pues el problema es demasiado complejo y de difícil solución. Hasta me atrevería afirmar que ahora es irrelevante. Lo importante ahora, es sentir con el corazón el dolor de la tragedia y la solidaridad con todas aquellas personas, que en uno u otro bando, han perdido un ser querido sin que encontremos respuestas  a este sin sentido. Mis reflexiones se centrarán en un análisis ético-filosófico, desde un humanismo antropológico, obviando otros aspectos no menos importantes que por extensión sobrepasan este artículo.

Ante un acto criminal, como es la matanza de tantas personas entre ellas niños inocentes en Israel y Gaza, así como los males que sufren los seres humanos a causa de los fenómenos naturales, es inevitable preguntarse "el por qué" de estos males, y por qué Dios no interviene y lo permite. No es fácil la respuesta. Desde un humanismo antropológico -y si me permiten- desde la creencia, surgen numerosas preguntas de difícil respuesta, cada una legítima desde la complejidad del problema. Para unos serán suficientes las respuestas de la ciencia y sus leyes físicas sujetas a un determinismo cosmológico;  para otros, -creyentes en la transcendencia- no basta la ciencia  sino que van más allá. La pregunta siempre es la misma: ¿Cómo puede Dios siendo bueno y omnipotente permitir esto? La respuesta no es sencilla sin  cuestionarnos  antes la compatibilidad entre el "libre albedrío" y el determinismo.  David Hume intentó resolver el dilema sosteniendo que el libre albedrío y la causalidad no son opuestos en realidad. El  libre albedrío, dice, es compatible con la causalidad y, más aún, es dependiente de la causalidad. Sólo podemos hacer elecciones libres en un mundo gobernado por la causalidad. Si el mundo no estuviese gobernado por la causalidad no podríamos saber qué pasaría después  de que hiciésemos nuestras elecciones y, por lo tanto, nuestras elecciones carecerían de sentido. Las propias elecciones son causas: en un mundo sin causalidad las elecciones no tendrían ningún efecto. El hábito y la costumbre de la experiencia tienen algo que decir, pero no siempre; si algo sucedió siempre, no tiene por qué no seguir sucediendo. Perfecto, tal y como concibe la ciencia el empirismo. Pero insuficiente para explicar la conducta humana; hay que aceptar un punto intermedio entre libertad y determinismo cuando nos referimos a los hechos humanos; hay que aceptar una libertad "condicionada" por factores naturales, biológicos, psicológicos y sociológicos. Una libertad humana contingente, no absoluta, que hace de la voluntad humana ser libre y responsable de sus actos.
En cuanto a la permisividad de Dios sobre estas catástrofes, y la procedencia del bien y del mal, la respuesta está en el libre albedrío. Según esta solución propuesta, el mal es una consecuencia de la existencia del libre albedrío humano. Se afirma que un universo en el que hay seres que poseen libre albedrío es más rico y variado y, en un sentido importante, mejor que uno que contenga solo amables autómatas. Si los seres humanos fuesen siempre buenos, esto podría ser porque Dios les hubiese creado cien por cien obedientes a sus leyes y en ese caso serían meras máquinas, haciendo el bien automáticamente. La existencia del libre albedrío, pues, explica el mal moral y el valor de la libertad justifica la decisión de Dios de crear seres humanos libres, que sean criaturas capaces de elegir ambas cosas: el bien y el mal.



lunes, 2 de octubre de 2023

¡¡Qué muda te están dejando!!




!!Qué muda te estás quedando
España de mi dolor!!
que ni en tu Parlamento
te dejan oir tu voz.

Ahora eres plurilingüe
no sin otra razón
que agradar a tus enemigos
que odian el español
porque así lo ha ordenado
el prófugo de Waterloo
y seguir en el tablao
por un puñado de votos
un tal Sánchez Castejón.

Son siete votos que ahogan
al ciudadano español
troceando su igualdad
según seas de una región
a cambio de mercadear
amnistía con Puigdemont
desdiciendo su palabra
su promesa y su honor
el presidente ha vejado
a nuestra Constitución.

Ha dejado a la justicia
sin palabra y sin razón
rompiendo el recto equilibrio
que une a nuestra nación
refrendado por los medios
que afines a su opinión
esperan compesación
por su labor tendenciosa
de su desleal traición.

Son los medios que vendidos
engañan con la ficción 
con palabras y eufemismos
que alteran su comprensión
indignos de su labor
venden su falso mensaje
a ciudadanos ingenuos
que compran sus argumentos
sin crítica ni reflexión.

Todo ello aderezado
por intereses espurios
de un Congreso forjado
por palmeros sin escrúpulos.

         Antonio González