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martes, 19 de noviembre de 2019

Los pedos del Señor Torra





LOS PEDOS DEL SEÑOR TORRA

El independentismo falaz
tiene tan pocos argumentos
que ha dejado de contar
sus imaginarios cuentos
en un lenguaje procaz
y habla a través de los pedos
que el Señor Torra i Pla
presidente de la Generalidad
se tira ante el tribunal
apestando con sus gases
aquel noble y justiciero lugar.

Torras se ha quedado mudo

y solo habla con sonidos
y olores tan nauseabundos
que no hay intérprete que traduzca
lo que emite por el culo.
Su vientre ha dicho basta
harto de tantas alubias
así como de butifarra.
Ahora quien aprieta es Torra
y sigue sigue apretando
todo sea por "el proces "
o porque se está cagando...
y ha de expulsar esos gases
para aliviar su intestino
que tanto le están matando.

¿Será este el diálogo

que tanto estamos esperando?
Un lenguaje muy procaz
inteligente y veraz!
En esto ha quedado el mensaje
en un ruido intestinal:
!Valiente modelo de racionalidad!
!Atentos ciudadanos,
que Torra sigue apretando
y de su deposición
puede surgir el milagro!

Entre tanto en Martorell...
la SEAT se lo está pensando.        

  

          Antonio González



lunes, 18 de noviembre de 2019

Don Juan Bautista García del Castillo




     
   Los grandes hombres de la historia siempre han dejado un rastro que se manifiesta en su obra que permanece como testimonio de todo lo que han sido mediante hechos o palabras. Es indudable que todos los abulenses nos sentimos orgullosos de nuestro templo parroquial o iglesia, porque como pueblo creyente, profesamos un afecto especial -no exento de devoción y orgullo- por nuestro templo, lugar de tantos acontecimientos emotivos de alegría o tristeza. 
Y como no se puede amar aquello que no se conoce, hoy, quiero compartir con vosotros algunos aspectos de nuestro templo que nos ayudarán a conocer que detrás de una gran obra siempre hay un gran hombre. En concreto, os hablo de un sacerdote que fue cura párroco de Abla  -allá por la década de los años 50-  llamado: Don Juan Bautista García del Castillo. Un verdadero hombre de Dios que dejó en el pueblo una huella indeleble por ejercer ejemplarmente su ministerio como sacerdote y por su carácter emprendedor y su capacidad creativa de la que se benefició nuestro pueblo. 
¿Quién era realmente Don Juan? Fue un sacerdote oriundo de Linares de vocación tardía, que accedió al presbiterado despues de estudiar peritaje y con una sólida formación científica  (lo que le permitió ser administrador y profesor de matemáticas en el Seminario Diocesano de la Inmaculada de Almería). Su carácter  emprendedor quedó reflejado en la organización y puesta a punto de la Acción Católica, la reforma de la Semana Santa (mediante esas devotas novenas de la Virgen de los Dolores), y el magnífico belén de navidad que los niños de aquel tiempo disfrutamos, sobre todo, por el ingenioso mecanismo que utilizaba para generar efectos especiales del día y la noche. Pero su capacidad creativa no termina aquí, también se manifestó en el mantenimiento y conservación de la iglesia parroquial, muy deteriorada después de la guerra civil, mediante la restauración de su bello artesonado mudéjar  del siglo XVI, la pintura de sus paredes, retablos, altares y la  reposición de sus imágenes. 
Hoy quiero agradecer la sensibilidad y buen hacer del restaurador y, a la vez, recabar la atención de la generación actual, por restituir y conservar la firma y rúbrica de Don Juan Bautista García del Castillo, en un frontispicio pintado de medio arco dorado situado sobre la puerta que da acceso al coro, (ver fotografía superior) cuyo valor artístico no es representativo ni importante, pero sí emocional y justificativo. En él podemos observar una concha (que simbólicamente nos remite a San Juan el Bautista),  en cuyo centro aparece un escudo o blasón con una garza (símbolo de "García", su primer apellido) y un "Castillo" homónimo a su segundo apellido. La firma y rúbrica de un artista imaginativo y creativo. Un testimonio humilde que debemos reconocer, como agradecimiento y recordatorio -en su justa medida- por las  buenas obras que Don Juan ha hecho por nuestro pueblo. Que así sea.




sábado, 16 de noviembre de 2019

Mis libros





   Aún no ha amanecido y la penumbra sigue instala en mi habitación. Los libros, esos libros que tanto me han dado, permanecen en los estantes en silenciosa locuacidad, recordandome en cada momento, situaciones o experiencias vividas a lo largo de mi vida. Libros que me  hablan en el silencio un lenguaje personal con palabras sin sonido, pero que dicen mucho. Son ladrillos eficientes con los que he construído eso que  llamamos  "personalidad", "yo", "vida", o "mundo". Aquellos que no me han defraudado, cuando en momentos de angustia, miedo o zozobra, siempre han estado ahí para mostrarme el camino, aconsejarme a elegir lo mejor, o cuestionarme sobre un determinado problema aporético. Mi mirada se detiene en cada uno de ellos, y con ellos. Entablo una conversación fluída que trata sobre los diversos momentos en los que ambos hemos vivido experiencias comunes del pasado. Mi vida expuesta en esa librería, en donde de repente, todo vuelve a ser lo que fue, a recobrar tiempos pretéritos, recuerdos emocionales de alegría o tristeza. Algunos, con tal viveza, que acortan y achican el tiempo y el espacio. Tiempos y lugares pasados como si todo hubiese sucedido ayer. 
Libros hay de toda clase y condición: nuevos y viejos, grandes y pequeños, próximos o lejanos. Los hay, que tratan sobre filosofía, antropología, psicología, sociología, lógica o metafísica.  Libros escritos por los pensadores más grandes que ha dado la humanidad: Platón, Aristóteles, Cicerón, Séneca, Descartes, Spinoza, Kant, Hegel, Habermas, Ortega,...etc. Libros que ayudan a entender un paradigma histórico de una u otra época. A comprender  una  determinada visión antropológica de este complejo microcosmos llamado hombre, y su relación con el mundo y su entorno, como realidad de naturaleza social y ética. Libros de literatura, narrativa, poesía, teatro. Un deleite para los sentidos, un viaje hacia un lugar utópico, creado a imagen y semejanza de nuestros sueños, un reino de  posibilidad y libertad alejado del determinismo físico o metafísico.
Familiares y amigos, cuando contemplan esta ingente cantidad de libros en mi biblioteca, me aconsejan que los entregue a alguna institución pública para provecho y deleite de sus potenciales lectores, o se los regale a alguien que sea aficionado a la lectura. Pero yo siempre respondo lo mismo: no haré tal cosa. No los expulsaré de mi vida porque para mí cada uno de ellos ha tenido un papel determinante que yo sigo valorando, y cada vez que los vuelvo a leer, nunca me defraudan, porque siempre descubro algo nuevo, que yo presto, comparto con vosotros: ellos son mi primera fuente de inspiración.  Cuando alguien me pide que le preste un determinado libro, nunca me niego, es más, siempre he sido receptivo a tal petición, pero desprenderme de ellos !jamás! son parte de mi vida. Nadie que aprecie una cosa se desprende de ella: mis libros se irán conmigo y yo con ellos. El día que me yo me marche, que hagan lo que más quieran mis herederos. Mi consejo es que procuren leerlos y aprendan de ellos. La vida les será más liviana. Pero si finalmente no los van a utilizar, los donen a una institución pública para disfrute y provecho de aquellos que quieran leerlos. 



N.B. Dedicado a todos aquellos que aman los libros.





miércoles, 13 de noviembre de 2019

SPINOZA




"El fin último del gobierno no es  gobernar a través del miedo y la obediencia exacta, sino todo lo contrario, liberar al hombre del miedo de tal manera que pueda vivir en la mayor seguridad posible...(...)...El objetivo del gobierno no es convertir a los hombres en bestias o marionetas, sino permitirles desarrollar sus mentes y cuerpos en seguridad para usar sus mentes sin rectricciones...(...)... En efecto, el verdadero objetivo del gobierno es la libertad."

                                                           
                                        Baruc Spinoza, Tractatus Theologico Politicus, cap. 20





sábado, 9 de noviembre de 2019

Atravesó la bahía




Atravesó la Bahía

Atravesó la bahía, tu barco,
de buenas obras cargado,
se lanzó a mar abierto,
dejándonos allá en el puerto
un nudo en la garganta
de lágrimas y sollozos,
la pena, lágrimas en un mar de llanto.

Te fuiste sobre la ola
de un mar en calma, plateado,
marinero en tierra fuiste
agricultor aventajado,
tenías ganas de partir
aquella tarde otoñal,
la del membrillo dorado,
sin volver la vista atrás.

Allá queda el olivar
verde turquesa de mar,
huérfano y afligido
agitando su ramaje
como olas de la mar. 
En surcos de sudor regadas
las mieses del aquel trigal,
lloran desconsoladas
en una era vacía
sin espigas que aventar.

Una gaviota sin rumbo
vuela sobre la bocana
del puerto desorientada,
mientras la puesta de sol
deja una estela plateada
por donde el barco partió.

Aquí en el muelle quedamos,
nos preguntamos el por qué
esa urgencia en la llamada,
tantas veces requerida
tantas veces iniciada,
por comenzar ese viaje 
con las velas desplegadas.

Nos dejaste en el puerto
con el pañuelo en la mano
agitado por el viento,
el mismo que ventea velas
y permite a tu velero
avanzar por mar abierto,
buscando esa libertad
que colma todos tus sueños.

Esperamos en el muelle
a que escampe el temporal,
con la certeza obligada
de un día, también, 
poder zarpar.

     Antonio G. Padilla




N.B. Dedicado a mi querido suegro Antonio Guzmán Lao, fallecido el 23 de octubre del 2019




martes, 5 de noviembre de 2019

Paraísos perdidos





Paraísos perdidos


He perdido tantas cosas que ya no recuerdo cuáles,
he buscando tanto, he querido tanto...
que ahora solo tengo el recuerdo y la escritura
de un pasado que parece no pasó,
y no fue por impostura. ¿Acaso imaginado?

No es cierto, que el presente sea mejor que el pasado:
éste habita en un país en el que sobrevive aquello
que no volverá jamás.

El paraíso perdido por excelencia es la infancia,
esa en la que nos sentíamos inmortales,
sin ser consciente de la herida del tiempo,
en la que veíamos el mundo con ojos asombrados,
como un libro abierto, con páginas en blanco
que había que rellenarlo.

!Ay... si pudiera comprar el tiempo,
y recobrar el rostro de mi madre
en el momento de su primer beso!
!Aquella puesta de sol en la playa,
este o aquel momento...!
!La película de aventuras en la terraza
de verano
entre olores de jazmines y embelesos,
o aquel robado beso...!

Una infancia feliz en un paraíso perdido
del que me expulsaron sin ser protegido,
sin saborear eso que llamamos felicidad,
porque ésta se hace presente,
solo, cuando ha partido...

                 
            Antonio González Padilla




lunes, 4 de noviembre de 2019

Hija pródiga




Hija pródiga 


Te gesté en mi vientre durante largo tiempo,
cada día me preguntaba cómo serías, 
cuando como palabra salgas a la luz,
al aire, de la opinión fría.
Desprotegida de tu refugio seguro,
te mueves entre fauces, ingenua, recién nacida,
sin haber aprendido de la malicia ajena.
Vuelves a mí y no te reconozco:
"Te leen porque piensan que les escribo,
eso es algo entendible.
Te escribo porque pienso que me leen.
Y eso es algo terrible..." (B.Clark)

             A. González Padilla






viernes, 1 de noviembre de 2019

Cementerios





Cementerios

No quiero vuestras flores que se agostan con el tiempo,
ni manifiestos de duelo que quedan en meros efectos,
ni competiciones locas por tener una tumba bella
en cementerios apuestos.

¿Acaso no sabéis que los sentidos no cuentan
allá donde no existe ni el espacio ni el tiempo?

¿Por qué elegisteis un día para recordar a los muertos,
si allí no corren los días ni tampoco los eventos?

¿Cómo poder recordar un "antes" y un "después"
si allí no existe el tiempo, el mañana, ni el ayer?

La lápida que nos separa informa solo por un lado,
por el otro, carece de significado:
un abismo entre lo de fuera y adentro,
entre dos mundos opuestos que se alejan
en la sima del tiempo.
                       
                   A. González Padilla