Translate

viernes, 26 de septiembre de 2014

La "singularidad" catalana?





Aun resuenan los ecos de la dimisión del Señor Gallardón, ministro de justicia, como noticia más importante en un país donde nadie dimite, cuando volvemos a más de lo mismo, lo que Carlos Herrera llama con buen tino "pasión de catalanes". Ruego me perdonen los lectores extranjeros por hablar un día sí y otro también del problema catalán, como si no ocurriera nada en el mundo que el derecho a decidir de los catalanes. Reconozco el hartazgo de los ciudadanos y la desafección que sienten por este tema, por el exiguo número de lectores que lo siguen, como muestra evidente del poco interés que suscita. A pesar de todo, me veo en la necesidad de insistir y analizar lo que está sucediendo en Cataluña por su trascendencia e importancia para todos los españoles, y porque como ciudadano demócrata que cree en la igualdad de todos los españoles, vivan donde vivan, es mi deber aportar un poco de luz donde solo hay oscuridad.
Hay una palabra de moda en todos los medios de comunicación que suena como muy progre y moderna, es la palabra "singularidad". Se habla de la "singularidad del pueblo catalán" como si se diferenciara del resto de los españoles, en contraposición del resto. Si se entiende  como singularidad un reconocimiento de su identidad la de una región de España en su diversidad política, geográfica, cultural y lingüística, nada que objetar, tan singular como Andalucía, Galicia, Castilla o Aragón: Todos reconocemos la singularidad de cataluña recogida en su Estatuto de Autonomía. Pero la palabra "singularidad" se emplea como un eufemismo de "soberanía" y entonces por ahí no pasamos. ¿Por qué las fronteras de mi país las definen ellos? ¿Tengo algún derecho como ciudadano demócrata español a decidir en asuntos que me afectan? ¿Quiénes son ellos que deciden por mi? No; nunca un derecho puede construirse anulando otro. Aquí no se trata de un problema de la Constitución ni de su reforma. Si hay que reformarla, que se haga, para mejorar la gobernabilidad de todos los ciudadanos españoles. Pero si se trata de reformar  a la carta, para privilegiar a unas regiones en detrimento de otras, me niego en rotundo, porque cuando alguien dice ser distinto es porque se cree superior. El problema es del nacionalismo secesionista, desleal con el Estado autonómico del 78, e insaciable, que no se contenta con unos retoques constitucionales, sino que quiere la independencia. El error histórico de los partidos gobernantes (PSOE, PP) fue pactar con el nacionalismo competencias a cambio de sostenibilidad, en una espiral de subastas competenciales que han despojado al Estado central de su propia esencia. Educación, sanidad, justicia, no debieron ser transferidas a las CCAA. Sobre todo la educación, porque el nacionalismo la ha utilizado en Cataluña como instrumento de adoctrinamiento y manipulación de generaciones de jóvenes en donde lo catalán prima frente a lo nacional. El problema acaba de comenzar, porque dichas generaciones adoctrinadas en el hecho diferencial de su tierra, requiere solo tiempo para que aumente el deseo de secesión. La división de los catalanes  entre "unionistas" y "secesionistas", es un hecho, gracias a la irresponsabilidad de los político. El Estado cuenta con suficientes instrumentos  a su alcance para parar este desvarío secesionista, y lo hará: El cumplimiento de la legalidad y la acción política.  ¿Lo conseguirá? Cuestión de tiempo.



martes, 23 de septiembre de 2014

Fenómeno Religioso, Religión y Filosofía





El fenómeno religioso es un hecho multicultural que afecta a todos los pueblos de la tierra. Como fenómeno cultural es suceptible de ser analizado desde la racionalidad de la filosofía y como todo saber puede y debe ser cuestionado como cualquier otro saber antropológico. Su origen nace del afán del ser humano de trascender lo finito y contingente del mundo para plantearse preguntas que no están instaladas en el conocimiento empírico sino que lo trasciende. Es anterior  al fundamento de las mismas religiones y se instala en la raíz del afán de infinitud que subyace en la naturaleza humana. Las religiones en nuestro contexto secularizado, nacen, permanecen se transforman y mueren, pero  el hecho religioso permanece como sustrato a todo cambio histórico, porque su raíz o fundamento es el germen de toda inquietud humana por el deseo de permanencia o deseo innato de inmortalidad. La pervivencia del hecho religioso no es una prueba de la existencia de Dios, pero sí que el origen y la pervivencia de la religión está asociada al deseo de felicidad que como germen está puesto en el espíritu del hombre. Como cualquier fenómeno cultural el hecho religioso ha de ser analizado, cuestionado y racionalizado por la filosofía, tal y como se viene haciendo desde sus orígenes hasta nuestros días. El problema surge cuando se trata de la existencia de la divinidad y sus diversas manifestaciones y categorías, entonces ni el lenguaje ni la experiencia empírica sirven porque el objeto de investigación transciende sus límites.
La crítica filosófica, se ha manifestado asociada a la evaluación y superación del mito como algo que permanece en la su historia, como un elemento indisoluble en su largo caminar. De hecho, la filosofía siempre ha convivido con la  tradición mitológica y nunca ha renunciado a prescindir de él, unas veces en consonancia y otras alejado en posturas y frentes contrapuestos. La crítica filosófica desde supuestos ontológicos y epistemológicos ha ejercido una  labor de clarificación frente al mito y de racionalización de la religión natural, y después,  con la cristiana, a la que prestó su bagaje lingüístico estructural para la comprensión del hecho revelado. La crítica filosófica de la religión subraya los límites de la subjetividad humana, tanto del conocimiento como de la experiencia, y avisa del peligro de la especulación teológica, precisamente porque pretende trascender lo humano. Es un instrumento que ayuda  a comprender la tradición bíblica, no su enemigo antagónico; de hecho, la filosofía occidental ha utilizado referencias de la tradición bíblica para su propia inspiración, sin que por ello haya dejado de criticarla o rechazarla bajo supuestos racionales. La relación entre filosofía y religión ha sido compleja y conflictiva. Tanto el ateísmo  como el agnosticismo son dos fenómenos asociados a este enfrentamiento, aunque  ambas posiciones trasciendan lo meramente filosófico, y se instalen en una actitud existencial que abarca otras facetas del ser humano. No hay que olvidar que la filosofía es un saber reflexivo, crítico, racional e inmanente,  que  analiza, evalúa y da  validez al saber  humano, y el saber religioso, como cualquier otro saber, lo es.



sábado, 20 de septiembre de 2014

¿Se debe suspender la autonomía de Cataluña?





El reto separatista de aquellos que pretenden despojar a los españoles de sus derechos de votar usurpando su  soberanía, está suponiendo un quebradero de cabeza en el gobierno de España que contempla sin decir una palabra lo que está sucediendo, aunque sabemos que se está trabajando para dar cumplida respuesta a este reto. Hasta ayer. El Ministro de Exteriores Señor Garcia-Margallo ha declarado a preguntas de un periodista que no se descarta la suspensión de la autonomía de Cataluña.  Esto ha ocasionado  un auténtico polvorín político y mediático de unos y de otros que  debemos de analizar. Lo sorprendente es que haya sido el Ministro de Asuntos Exteriores quien ha efectuado estas declaraciones y no el Ministro de Interior o el mismo Presidente Señor Rajoy. ¿Qué pinta el ministro aquí? ¿Acaso es un problema de política exterior? Dicho esto, les ha faltado tiempo a los nacionalistas para ver en estas declaraciones una provocación. ¿Una provocación? En España se ha llegado al punto que cuando un gobierno expresa lo obvio que es respetar y hacer cumplir la ley, se pone el grito victimista en el cielo. ¿Se  pretende que el Gobierno de España prevarique  y renuncie a su función de gobernar? ¿Se pretende que traicione y engañe al pueblo español secuestrando la soberanía que  pertenece a todos los españoles por derecho propio? Eso se lo dejamos al Señor Mas, acostumbrado a engañar a su pueblo y llevarle hacia un callejón sin salida, utilizando competencias que jurídicamente no le corresponden. Provocación la del Señor Junqueras que ha pedido a los catalanes desobediencia civil, eso sí que es provocación. Mientras, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, dijo ayer que "suena muy fuerte" la advertencia del ministro Margallo de que el Gobierno utilizará "toda la ley, incluido lo que haya que incluir" para impedir la consulta en Cataluña, y se ha preguntado si contempla el "envío de tanques". No hará falta llegar a ese extremo, Señor  Esteban, porque no será necesario. Si Oriol Junqueras y su marioneta Arturo Mas no se avinieran a razones, bastará con aplicar el normal funcionamiento de nuestro ordenamiento jurídico. La autonomía no se puede suspender, pero sí las competencias que atenten o pongan en peligro la seguridad del Estado. Por cierto: ¿A que  no sabéis quién sacó los tanques en Cataluña? No, no os equivoquéis. No fue Franco, ni la monarquía parlamentaria, ni siquiera un gobierno de derechas: Fue el gobierno de la II República de Lerroux y Alcalá Zamora los que ordenaron al general Batet que interviniera militarmente en Cataluña porque Companys había proclamado el Estado catalán dentro de la República federal española. Hoy, afortunadamente, no es tiempo de tanques, sino de respeto estricto a la legalidad vigente que democráticamente nos hemos dado todos los españoles.




jueves, 18 de septiembre de 2014

El Reino Unido, se la juega





Un referéndum es una ruptura. Puede ser traumática o no, depende. No se trata de consultar el número de perros a los que hay que vacunar en una comunidad de vecinos. Es algo mucho más serio que apela a cuestiones de vital importancia para un pueblo. Lo positivo del mismo, es conocer la opinión de la gente mediante un acto democrático refrendado por la legitimidad de quien lo convoca. El derecho a decidir es un derecho que tiene todo pueblo a expresar su opinión, pero que se ejerce dentro de un marco legal porque no es abstracto  ni previo a la ley sino que se concretiza en el estricto cumplimiento de la ley. De lo contrario, ni es derecho, ni es legal, ni es legítimo. Democracia sin ley es populismo u otra cosa, pero no es  democracia ¿Tanto cuesta entender esto? Europa sabe muy bien lo que es cambiar las fronteras; las actuales son el resultado de guerras y tratados entre los pueblos que la configuran, de ahí la Unión Europea, que como bien dice la palabra significa la unión de Estados y pueblos para erigirse en una entidad que englobe a todos para hacernos más fuertes. Los últimos ejemplos los tenemos con la caida del muro de Berlin y sus consecuencias en los Balcanes. Resulta paradójico e inquietante que en una época de globalización en todo el mundo, haya territorios que quieran conquistar una independencia- a todas luces utópica- cuando los tiempos que corren son de signo contrario. Desde este punto de vista, el nacionalismo se alimenta de sentimientos y  emociones que nada tienen que ver con la coherencia ni la racionalidad (en palabras freudianas con "el principio de realidad"). Europa no avalará ni apoyará a territorios que quieren desmembrar su estructura política y volver al medievo, en un puzzles de reinos de taifas que la harán ingobernable en lo político-social y más débil en lo económico. Aquellos que se marchen lo tendrán muy difícil para volver en muchos años, lo cual es comprensible y racional en la Unión Europea, porque ha de extirpar el virus del independentismo y la secesión, ya que hoy es Escocia y Cataluña, pero mañana será el País Vasco, La Bretaña, Córcega, Padania, Sicilia, Flandes, Baviera, etc. Estar fuera de la Unión Europea significa ser un país sin moneda común, sin política social, sin defensa, aislado... ¿Es tan difícil comprender esto? ¿A quien quieren engañar los nacionalistas? Es preferible ser cola de león que cabeza de ratón. (Otra cosa es que no estemos de acuerdo con la Europa de los mercados y los recortes -yo tampoco lo estoy- pero eso se puede cambiar).
Hoy vota Escocia su pertenecia al Reino Unido. Nada que ver con la consulta ni el derecho a decidir  de los catalanes, aunque para muchos haya puntos de similitud. Escocia vota porque el primer ministro David Cameron así lo pactó en 2012  con Alex Salmond, es una consulta legal, fruto de la torpeza de un político que ha metido a su país en un embrollo descomunal. Lo que se inició  en Escocia con la demanda de más autonomía, -poniendo como ejemplo el Estado autonómico español- entonces negado por Londres, se ha convertido hoy en día en un proceso de independencia basado en cuestiones históricas, culturales, sociales y económicas. Escocia no tiene el nivel de competencia autonómica que tiene Cataluña, Castilla-León, o Andalucía, por ejemplo, en  sanidad, educación o justicia. Del 25% de independentistas en el 2012, se ha pasado al 50% si no más. ¿Cuáles son las razones para este cambio de tendencia? Varias, pero la más importante es que los escoceses partidarios del sí han llegado al convencimiento de que serán  más prósperos  y ricos, independientes del Reino Unido, que juntos. Para ello, Cameron ha prometido competencias que antes negó y que deberá cumplir si sale el "No", que marcará un precedente en las futuras negociaciones con el resto: Gran Bretaña, Gales e Irlanda del Norte. Salga el resultado que salga, el viernes David Cameron debe dimitir, por la torpeza seguida en este proceso. Lo de menos es el  "Sí" o el "No", (es evidente que si sale el sí dará alas a los independentistas, y será para toda la vida, mientras el no será coyuntural a revisar en el futuro), lo demás, es que se ha abierto la espita de un proceso de secesión de territorios en paises democráticos, no contemplado en los tratados internacionales, sólo para paises en proceso de descolonización. Veremos a ver en qué queda todo esto. El Reino Unido se la juega; también España y Europa, por las razones expuestas. Personalmente, deseo que triunfe el "No", por esto de que "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Lo que es evidente, -me refiero a Cataluña, en este caso- es que hay que hacer algo, para que los millones de catalanes, sean los que sean, se sientan mejor en España que fuera de ella. Y esto, no puede hacerse solo apelando a la ley.



domingo, 14 de septiembre de 2014

Puerto Rico, un Estado que quiere ser Español






"Hay  gente "pa tó". Decía El Gallo, famoso torero español, cuándo le presentaron a Ortega y Gasset, y conocer que su oficio era el de "pensar". Pues sí, hay gente "pa tó". Unos que no quieren ser españoles y otros que desean serlo. También pueblos que no renuncian a lo que han sido y están orgullosos de su pasado. Tan orgullosos, que quieren volver a ser lo que fueron, sin complejos. Pueblos que saben interpretar la historia sin mentiras y que ensalzan gestas y hechos que les dignifican  por su valor ejemplar. Para quienes la cultura, tradición, y  costumbres son bienes que hay que preservar en tiempos en los que nada permanece y todo se diluye en un presente oportunista. Hablamos de Puerto Rico  -un Estado asociado a EEUU- donde se ha fundado un Movimiento de Reunificación con España (MRE) cuyo objetivo es volver a ser españoles, como antes del Desastre del 98. Habéis leído bien; no, no es una errata: Estos ciudadanos puertorriqueños, renuncian a ser protegidos por la bandera de barras y estrellas, a ser ciudadanos del país más poderoso de la tierra, a constituirse en el Estado número 51 de la Unión, a cambio de  ser una comunidad autónoma de España.  !Los hay masoquistas! !Vamos a ver, ciudadanos de Puerto Rico! Que conste que lo que les voy a decir no es para que desistan de su noble empeño, ni para desanimarles en su loable elección, es más, (creo que la mayoría de los españoles estaríamos encantados de que vuelvan a integrarse a nuestra querida patria), pero han de saber que vuelven a un País en donde una parte de sus ciudadanos españoles, se avergüenza de serlo, después de 500 años juntos; un país sin letra en el himno nacional porque aún no somos capaces de ponernos de acuerdo, al que se pita en los estadios, y en donde si sacas la bandera constitucional te llaman facha; un país con graves desajustes territoriales en donde varias regiones no quieren seguir unidas en una empresa común llamada España, y donde rotular en  castellano es delito, como sucede en Cataluña; un país, no de ciudadanos con los mismos derechos vivan donde vivan, sino de  territorios que quieren ser independientes, pese a que ello se consiga expoliando  la soberanía patrimonio de todo el pueblo español, y los derechos  dependan de la región donde se viva. Aún hay más, tan grave o más que lo anterior, porque afecta  no al pasado sino al futuro: Un país con cinco millones de parados, con dos generaciones de jóvenes perdidas  (más de un 35% de paro), porque el gran reto de la democracia era la reforma del sistema educativo y no han sabido hacerlo por cuestiones ideológicas (más de un 28% de fracaso escolar, según informe PISA), relegando a un segundo plano la inserción laboral. Un país cuya corrupción es sistemática afectando -en más o menos casos- a instituciones, políticos, sindicatos, empresarios y banqueros, sin que hasta el momento nadie haya devuelto lo robado ni  esté en la cárcel. Un país, que se ha cargado la clase media, asumiendo los asalariados y pensionistas el coste de la crisis, sin ser ellos los responsables,  con sueldos de miseria y aumento de la pobreza con un 25% de economía sumergida, y una deuda exterior que soprepasa el billón de euros...Mientras, la "casta" política mira para otro lado, preocupada por mantener el poder y ajena a todo lo que sucede, encubriéndose y protegiéndose unos a otros para seguir en la mamandurria. Todo esto y más se van a encontrar en España. Les rogaría que fueran prudentes con la integración y se lo pensaran... Pero si después de una profunda meditación siguen pensando lo mismo: !Bienvenidos sean! por lo que a mi toca. Eso sí, hagánlo respetando la democracia y con con la ley en la mano. Suerte.



martes, 9 de septiembre de 2014

La Vieja Estación






Ahí sigue sentada sin que nadie la saque a bailar. Es la vieja estación de mi pueblo que perdida su lozanía y juventud vegeta junto a unos raíles por donde pasa el tren y no se detiene, esperando que un guapo mozo la saque a bailar, bajo los acordes de una orquesta movida por el ruido del viento entre las ramas de los árboles que la circundan. ¿Para qué sirve una estación sino para que el tren pare? Una estación sin tren es como un jardín sin flores. Asentada en una altiplano entre Abla y Abrucena -de quien toma su nombre- su silueta aparece solitaria, por estar construida lejos del casco urbano, y así, recostada en la sierra de Baza frente a Sierra Nevada, recuerda tiempos mejores. Rodeada de almendros, bojas y retamas, era la puerta de entrada del valle del Río Nacimiento, cuando joven y coqueta, abría sus puertas a visitantes y viajeros, en la línea Almería-Linares. Bajo el techo a dos aguas de madera y las paredes blancas encaladas de su fachada, resurgía su silueta sobre el ocre del terreno, adornada con grandes ventanales y puertas de color gris, rematadas por dinteles de ladrillo rojo. Su reloj circular de París en números romanos y su campanilla de bronce  brillante, anunciaba con alegría o tristeza -depende para quien- la llegada o salida del tren. Su vestíbulo acogedor y amplio en forma de L, era todo en uno: sala de espera, taquillas y facturación. Un letrero al fondo de la estancia de "Jefe Estación" anunciaba quien mandaba allí. Según se entraba por la puerta de acceso, el olor a carbón quemado de una estufa impregnaba el ambiente, haciendo mas confortable la espera de los viajeros en los fríos inviernos. Construida a finales del siglo XIX, gracias al transporte de mineral de las Minas de hierro de Alquife con el puerto de Almería, pronto, alternó su vocación minera con la llegada de viajeros procedentes de la RENFE, desde la ciudades más importantes del país. Por la misma vía viajaba la correspondencia, el comercio, la moda y hasta las películas del Cine Parroquial...Por la misma vía viajaban las emociones las alegrías y por la misma vía se marchaban algunas lágrimas y las promesas de volver cuando el tren partía. Si ella pudiera hablar... Ha sido testigo mudo de proyectos, promesas, alegrías y desengaños; de besos, abrazos y despedidas; cómplice de mozos y mozas enamorados, cuya única manera de doblegar la voluntad de sus familias, opuestas a su amor,  era fugarse en tren hacia una pensión de la capital... Por ella han pasado las pesadas máquinas de vapor, arrastrando lenta y penosamente mercancías de mineral. Y viajeros, muchos viajeros hacia la capital: viajantes, estudiantes, agricultores, ganaderos; gentes de toda clase y condición. Familias de emigrantes, con maletas de madera, bultos y cestas de viandas (porque el viaje era muy largo) cargadas con mucha ilusión y muchos proyectos, a la vez que con tristeza, por ser arrancados del trozo de tierra que les vio nacer y de sus seres queridos. Hoy solo queda de ella un edificio viejo y abandonado, con ventanas y puertas tapiadas; una ruina silenciosa, en lucha con el tiempo y la naturaleza,  que erosiona sus paredes y le roba su espacio una maleza amarillenta que destruye su esplendor. Hoy, solo queda el recuerdo de un pasado glorioso de lo que fue, o alguna fotografía en blanco y negro olvidada en algún cuarto trastero como testimonio. Hoy, la vieja estación de mi pueblo, espera el paso del tiempo erguida con dignidad, encerrada en sí misma, ajena al tráfico de trenes que irreverentes y desagradecidos ni siquiera se detienen. Guardando los recuerdos de sus añorados viajeros. 




EL TREN DE MI PUEBLO


Cansino, tranquilo, va el tren de mi pueblo,
respirando humo, vapor con resuello;
trae noticias, correo y otros cuentos...,
une pueblos, gentes, ciudades y sueños...

Cada día su mole imponente, se para de frente
en la estación; rechinan sus dientes de color
carbón. Abrazos y besos, maletas y tropiezos;
lágrimas, adiós y promesas, en el andén.

La vieja campana, un viejo reloj, marca un viejo 
tiempo, de un viejo factor; un viejo jumento
"cargao" de  equipaje, por su viejo patrón.

!Qué bonito cuadro, qué bella estación!
Su pino grandioso ya nos dice adiós, moviendo
sus ramas, entre humo, carbonilla, y vapor.
                      
               ANTONIO GONZÁLEZ


domingo, 7 de septiembre de 2014

Filosofía, verdad y método





En mi último viaje a Madrid coincidí con una Señora de nacionalidad argentina que me hizo el trayecto muy corto  y agradable, gracias a la variedad de temas que tocamos, con ese tono fluido de lenguaje muy característico de los argentinos. Hablamos de todo, también de filosofía. Era una persona de formación universitaria, científica y pragmática, pero muy preocupada por los temas  que afectan al descubrimiento de la naturaleza misma del hombre. Por eso, -me comentó- que cuando su trabajo se lo permitía, asistía a una terlulia filosófica en los sótanos de un bar de Granada, en la que se trataban temas y problemas que previamente habían sido votados por los participantes, bajo la coordinación de un estudiante universitario de filosofía. Elegido el tema, cada uno podía exponer su opinión personal ante los demás, sin poder defender ni contestar a lo previamente expuesto; se entendía, que una vez expuesta ante la opinión pública, tu idea, ya no te pertenecía porque era propiedad del grupo. Después de escuchar las diversas opiniones, se procuraba llegar a una conclusión por parte del coordinador, aunque esto no era lo más importante (hasta aquí el relato de mi compañera de viaje) Al principio la idea me sedujo, y me quedé pensativo...Pero pronto me vinieron una serie de preguntas por la aplicación de este método, que no supe contestar. ¿Qué es lo que se buscaba si no se sabía qué buscar? ¿No renuncia una investigación filosófica así, al "Telos"  (finalidad), y se queda en el "Odós" (medio o camino) sin precisar a donde ir? o ¿Tal vez lo que subyace es que  nadie es poseedor de la verdad y ésta -si existe, cosa que hay que probar- es fruto del consenso y la búsqueda de todos? El eclecticismo y el relativismo acechan -le comenté- ¿Puede el hombre dejar de buscar la verdad aun a sabiendas que no la va a encontrar? Y si la encuentra ¿Cómo y qué método emplear para reconocerla? No sé, pero si algo caracteriza a la filosofía desde su nacimiento en Grecia, es la dialéctica, la discusión, la oposición de argumentos bajo el férreo control de la racionalidad, y la defensa a ultranzas de las posiciones  subjetivas. Mis alumnos me cuestionaban la veracidad de la filosofía, las controversias de los filósofos, sus riñas y contradiciones eran un escándalo poco edificables para sus mentes acostumbradas a certezas científicas, cuya validez provenía de la aplicación de un método empírico, muy adecuado para las ciencias experimentales pero insuficiente para las ciencias sociales. De nada valían mis argumentos defendiendo un método filosófico adecuado a la complejidad del objeto de investigación: El Hombre y sus circunstancias. El método en filosofía es importante, pero lo es más "el topos": Hacia donde se quiere llegar; aunque, es cierto que uno condiciona al otro y ninguno es neutral. Algo así como: "Dime qué método empleas y te diré hacia donde quieres llegar".



viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Quién debe ser el alcalde?





Hoy quiero reflexionar contigo sobre una cuestión que me parece de vital importancia para la democracia. En la elección de alcalde ¿Quién debe ser elegido el de la lista más votada y se ponga en marcha la llamada segunda vuelta o el propuesto por los grupos políticos asociados mediante pactos postelectorales y componendas partidistas? Mi propuesta es que gobierne quien gane. Siempre lo he pensado así, y lo mantengo ahora que, el Presidente del  Gobierno está decidido a sacar adelante el cambio de ley orgánica de régimen electoral para que entre en vigor en las elecciones municipales de mayo de 2015. Los dos métodos son democráticos y uno y otro tienen sus ventajas e inconvenientes. Pero ante la disyuntiva de elegir entre los más votados por los ciudadanos o los que surjan en el seno de los partidos políticos, opto por los primeros. La democracia es el gobierno de las mayorías, sin olvidar y escuchar lo que aportan las minorías. Pero es la voluntad del pueblo el que a través de una determinada ley electoral determina quien quiere que le gobierne. Los ediles son los cargos de representatividad democrática más cercanos con la verdaderas necesidades de los ciudadanos (se supone que por su cercanía son los más adecuados para conocer los problemas de la gente y su solución) A la hora de elegirlos no sólo cuenta el partido político que lo presenta como candidato, sino su programa y su valía personal supuestamente conocida por los vecinos (sobre todo en pueblos y ciudades pequeñas) Algunas veces los intereses de los partidos políticos no coinciden con los de los ciudadanos, debido a que cada uno se mueve por motivos contrapuestos. Las diferencias de criterio de los dos partidos alternantes en el poder PP y PSOE, difieren según estén en el gobierno o no, por lo que sus razones son poco objetivas para la salud democrática, mas bien habría que entenderlas como clave de oportunismo político para conseguir o mantenerse en el poder. Se trata de "al enemigo ni agua" y de llevar la contraria al oponente porque sí. Los dos pretenden acercar el ascua a sus sardinas. No obstante lo dicho, una reforma en la ley electoral sin el consenso mayoritario de los partidos políticos, podría entenderse como una medida electoralista que sólo beneficiaría al que la promulga. La mayoría absoluta del PP le confiere legitimidad democrática para sacar esta ley adelante, aunque no sería bien visto por el resto de los partidos políticos.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Lepanto o la lucha contra el fanatismo





Puede que sea el vecino del tercero o aquel que toma café junto a ti; anime  al mismo equipo de fútbol que tú y que yo; y hasta alguno de sus hijos lleven la camiseta de Ronaldo o Messi como nuestros hijos; se paseen por nuestras calles y sus hijos jueguen en los mismos parques que los nuestros... Pero que no te quepa duda que están entre nosotros. Muchos de sus hermanos de religión serán personas tolerantes como la mayoría de nuestros ciudadanos... pero no nos engañemos, sólo les diferencia su fanatismo religioso, el que les lleva a cortar la cabeza de aquellos que no piensan como ellos. Esos son sus argumentos -como ves convincentes- Hablamos de los yihadistas, ese mundo de fanatismo integrista religioso que solo vive con la idea de imponer sus crencias por las malas en una vuelta al pasado que Europa creía haber superado. ¿Quién dijo que la historia no se repite? Aquí están como un mala pesadilla que vuelve a resonar en nuestras cabezas hasta vencer  a la intolerancia o que rueden en un desierto segadas por los que no admiten otro argumento que la decapitación. Son expertos en cortar lo que les molesta. Si a Miguel de Cervantes le hubieran cortado el otro brazo hoy no tendríamos El  Quijote entre nosotros...Su lucha en la Batalla de Lepanto fue algo más que por una causa religiosa. Entonces la civilización occidental y el humanismo europeo estaban en peligro de desaparecer, hoy ocurre lo mismo. Europa no puede mirar hacia otro lado ni perderse en discusiones inútiles y estériles bajo el paraguas de un pacifismo ideológico, ingenuo, ramplón y suicida. EEUU no puede seguir poniendo ataudes y medios, luchando sólo contra el integrismo Yihadista, y luego ser acusado por sus socios europeos de  imperialistas. Los enemigos de la libertad, la tolerancia y el respeto no están en nosotros, sino entre nosotros. Debemos luchar por descubrirlos y combatirlos con todos los instrumentos a nuestro alcance, incluso con las armas, allí donde nacen y se organizan, porque es el único lenguaje  que entienden. Son los verdaderos enemigos de la libertad, la civilización y la democracia, que tanto nos ha costado conseguir. Están en peligro los DDHH y todas las libertades que se desprenden de ellos, porque no respetan nuestras vidas, ni nuestras creencias, ni nuestras costumbres, ni nuestra historia; no respetan a nuestras mujeres ni a nuestros hijos: Todos somos infieles, enemigos potenciales de su intransigencia y odio. Ya están infiltrados en Ceuta y Melilla. A un paso de Algeciras dispuestos a conquistar AL-Andalus y todo lo que se ponga a su paso. ¿Dónde está su meta? ¿Hasta dónde llegarán? A la creación de un Estado Islámico, con un solo Dios, con una sola religión. ¿Dónde están aquellos del "no a la guerra" o los de "La Alianza de las civilizaciones"? No oigo sus voces de reproche por los crímenes execrables de los periodistas ejecutados ante nuestros ojos televisivos. Tampoco sus manifestaciones ¿Acaso no son hijos y tienen padres como los nuestros? ¿Ninguna denuncia por parte de la progresía porque son americanos? Tu silencio te condena y te envilece. Pero quiero que sepas que gracias a ellos vivimos en un mundo libre. !Que no nos confundan! Hagámoslo al menos para que nuestros hijos puedan ser educados en  libertad y libre pensamiento, y leer ese libro tan maravilloso del Manco de Lepanto.