Translate

viernes, 29 de julio de 2011

ELECCIONES EL 20 N



Son las 12,23 minutos de la mañana Zapatero ha tirado la toalla y anunciará las elecciones generales para el 20 de Noviembre, después del consejo de ministros de este mes de Agosto. La razón principal es que favorece al PSOE y a su candidato Rubalcaba. Sería difícil explicar a los ciudadanos los ajustes tan terribles -pero necesarios- que se avecinan en los próximos presupuestos del Estado, siempre con el apoyo del PNV, que pedirá a cambio el oro y el moro, aunque ya no hay mas competencias que repartir y dádivas que regalar. Por todo ello, y porque para el PSE de Patxi López sería inexplicable y atentaría a sus pactos de gobierno con el PP, habrá adelanto de las elecciones. Esta es la verdadera razón y no otras que tratarán de vendernos. La patata  caliente se la deja al PP, que al fin y al cabo eso es lo que quería. Al final será la economía quien ponga a cada uno en su sitio. ! Abran juego, señores !

jueves, 21 de julio de 2011

Y AHORA, ¿QUÉ?




Pues ahora hay que exigirle a los socialistas que obren en consecuencia, con los numerosos casos que afectan a su partido, mucho más graves de los que se imputaban a Francisco Camps, y que le han llevado a dimitir tras ser imputado por el caso de los trajes supuestamente regalados por miembros de la «trama Gürtel», el PSOE se ha quedado sin argumentos para no actuar en los casos de corrupción que le salpican. Ya no hay justificación para el «tú más» y ahora tendrá que practicar la máxima del «yo también», y asumir sus responsabilidades políticas. Camps, al presentar su dimisión, ha elevado el listón de la ética política, que ahora tendrá que aplicarse el PSOE si quiere desprenderse de la losa de corrupción en la que se encuentra atrapado. Casos de prevaricación, cohecho, falsedad documental, injurias etc, aparecen  a lo largo y ancho de España, involucrando a cargos del PSOE, siendo Andalucía  la de mayor número de implicados, y que yo sepa, ninguno, por el momento, está dispuesto a dimitir. Ya no tienen coartada.
El caso Faisán, el caso Ibiza Centro en Baleares, la trama de los ERE en Andalucía. Son ejemplos ilustrativos, en donde , bien los socialistas o en coalición con otros , se han visto involucrados hasta las cejas, y no ha habido dimisiones. Parece que algunos, con carnet de progresía de izquierdas, tienen bula para erigirse como paradigma ético de comportamiento, dando lecciones  a diestro y menos a siniestro del buen gobierno. La importancia de estos casos de corrupción socialista no admite comparación con el caso de los trajes de Camps. Es evidente que traicionar el Estado de Derecho, avisando a los terroristas a escapar de la acción de la policía y la justicia, -caso Faisán- o robar el dinero de los parados en provecho propio, -caso EREs de Andalucía- son delitos gravísimos, nada comparables con el cohecho impropio del que se acusa a  Camps. Sin olvidarnos de los regalos del Sr. Bono y los favores del Sr. Chaves a sus hijos.
El listón del PP está ahí, muy alto, para desgracia de los Socialistas y prensa mediática a quienes le han quitado los argumentos, dejándoles con las vergüenzas al aire. La Señora Valenciano, preguntada ayer por los casos de corrupción de su partido, dijo que no tocaba sino las explicaciones de Mariano Rajoy. ¡Pues, sí que toca, siempre toca, Señora Valenciano! En adelante, tendrá que dar explicaciones convincentes a la ciudadanía, midiendo por el mismo rasero a su partido como a la oposición.
Dicho esto, hay que reconocer que para los intereses electorales de Mariano Rajoy, es lo mejor que le podía pasar. Hubiera sido insoportable ver a Camps sentado en el banquillo de los acusados junto a Correa, "El Bigotes " y el Sastre, en plena campaña electoral: eso han ganado. La autoridad de Rajoy queda fortalecida en el partido y le deja las manos limpias y libres para las batallas que se avecinan. 
En cuanto a Camps, hay que admitir su torpeza en como ha reaccionado en este caso. Independientemente de que sea culpable o inocente, lo evidente es que no puede probar que pagó esos trajes, tampoco sus acusadores pueden demostrar que no los pagó. Su situación era incómoda, insostenible e indefendible. La ciudadanía, y en concreto los electores y simpatizantes del PP, no pueden permitir que se vulnere el código ético y su credibilidad. Tampoco mantener un Presidente de comunidad que fuera culpable de cohecho impropio, por mucha mayoría obtenida en las urnas.  Estas dan legitimidad en la representación política, pero no invalida a la ética. O asumía la culpa y pagaba, con lo cual era culpable y reconocía haber mentido-hecho deleznable en el código ético de un político- o lo sentenciaban y era culpable igualmente. Tal como se han desarrollado los acontecimientos, ha sido lo mejor para todos. Excepto para los Socialistas, claro está.








martes, 19 de julio de 2011

LOS IDUS DE JULIO



Sí, ya sé que los idus son de marzo, pero para nuestro "Cesar" la conspiración ha tenido lugar en Julio. En el limbo del poder nuestro "Julio Cesar" se siente traicionado por aquellos que otro tiempo le lisonjeaban, cuando había prebendas, dádivas y poder. Ahora no hay nada que repartir. Ni contratos de publicidad, porque no hay nada que vender; ni cadenas de  televisión, porque no hay nada que ver; ni cadenas de radio, porque no hay nada positivo que escuchar. solo noticias cual de ellas peor para nuestro País. El abandono y la "insoportable soledad del Zar", "camarada", "compañero", es un hecho incuestionable. 

Ayer 18 de Julio, -!vaya con la fecha!- se consumó el alzamiento en el "Boletín del Estado Prisaico" -que eso ha sido el periódico  El País para el PSOE- en su Editorial y en un artículo desbastador de J.L. Cebrián, por título: "Esta insoportable levedad", se pone de manifiesto que “Más allá de la impotencia de Europa para solventar sus problemas, la pérdida de confianza en la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero parece irreversible y el creciente escepticismo sobre la gobernabilidad española en las circunstancias actuales amenaza con acrecentar nuestros males. La crisis no es sólo económica, sino también, y acaso sobre todo, política”..(...)

Y continúa, “su incapacidad en la gestión, los magros resultados de las reformas apenas incoadas, más el lastre y la impotencia de una legislatura agónica, auguran un deterioro imparable al que resulta imprescindible poner fin cuanto antes. A este respecto, la fecha sugerida por algunos dirigentes socialistas para celebrar elecciones (finales de noviembre) es del todo tardía”. (...) “Ante el creciente malestar social y la ausencia de liderazgo para acometer las reformas que necesitan las próximas generaciones, Zapatero debe anunciar cuanto antes un calendario creíble para el proceso electoral”.(...) 

Finalmente, no deja títere con cabeza, cuando termina: “La pérdida de confianza en la gestión del actual presidente del Gobierno es clamorosa dentro y fuera de España. Es imposible suponer que de una legislatura como la que hemos padecido se derive ya ninguna de las soluciones que los ciudadanos reclaman”. Y termina: “José Luis Rodríguez Zapatero debe de una vez por todas abandonar su patológico optimismo y renunciar al juego de las adivinanzas” (…) “Su deber moral es anunciar cuanto antes un calendario creíble para el proceso electoral. Sólo así podrán los españoles soportar la levedad del ser”.

Ya, antes de consumarse la traición, Zapatero, víctima de su optimismo antropológico, sumido en su propia egolatría, no quiso escuchar a los agoreros a quienes tildaba de ser "antipatriotas". Su mandato ha concluido de hecho, tanto en el partido como en el Gobierno, aunque en su asombrosa voluntad de autotransformación es probable que aún intente alguna pirueta. Ha terminado en medio de un naufragio electoral clamoroso, un revés descomunal que ha arrastrado al PSOE moderno a los peores resultados de su historia. Tras siete años de poder y una década al frente de la organización socialista, el balance zapaterista es desastroso: un país en quiebra social, un Gobierno a la deriva y un partido en la UCI. Todo esto, alentado por los mismos que ahora le abandonan.Y la sensación de que los años de esplendor formaron parte de un borroso proyecto aventurerista. Los aventurerismos siempre acaban mal, aunque a veces gozan de momentos de gloria.  y no, no ha sido la derechona mediática (La Gaceta, La  Razón, El Mundo o el ABC) quienes han consumado la traición, sino uno de "los suyos": El País; y en la trastienda D. Alfredo P. Rubalcaba.

Cesar, fué advertido por el adivino Espurina:  "cuídate de los idus de marzo". Pero éste no le hizo caso. Es más, en un alarde de imprudencia o temeridad, prescindió de su guardia personal, y se dirigió al Senado. Al cruzarse con él,  camino del Senado, Cesar le dijo:
   -!Ya han llegado los idus de marzo y sigo vivo!
   -Sí, pero aún no han acabado.-contestó el adivino.
 Antes de entrar en la Curia se le acercó un senador y le dio un rollo de pergamino rogándole que lo leyera y en el que figuraban los nombres de todos los conjurados para asesinarle, pero César no tuvo tiempo de leerlo y entró en el Senado con el rollo en la mano.
El plan de los conjurados era sencillo. El Senado estaba convocado en los idus de marzo (15 de marzo del año 44 a.C.) Mientras Trebonio entretenía a Marco Antonio, el lugarteniente más fiel de César y que ostentaba en ese momento el cargo de Cónsul, el senador Cimbro se acercó a César con la excusa de implorarle el perdón para su hermano desterrado, arrojándose de rodillas a sus pies. El resto de los asesinos se acercaron entonces para apoyar dicha petición. Entonces Cimbro agarró la toga de César para inmovilizarle. Esa era la señal. El senador Casca, que estaba situado a su espalda, le asestó la primera puñalada. César se giró al notar el frío acero y le clavó en el brazo el stilo (instrumento de escritura sobre papiro) que tenía en la mano. El resto de asesinos se abalanzaron sobre César asestándole 23 puñaladas. César aún tuvo fuerzas para empujarles, para pronunciar las palabras de incredulidad al ver a Bruto con un puñal en la mano (“¿Tú también hijo mio?) y para taparse el rostro con la toga y evitar que sus asesinos vieran su cara en el momento de morir.




PD. Me llega la triste noticia que ha fallecido el que fué alcalde de Abla Antonio Herrerias, más conocido por "Antonio el de Julia". Hoy no es un buen dia para los abulenses. Independientemente de su adscripción política, fué un gran alcalde y mejor persona. Mi sentido pésame para toda su famila y un abrazo para su hijo Antonio. !Te echaremos de menos, Antonio. Descansa en paz!

sábado, 16 de julio de 2011

Carta de OSCAR MOLINA






No acostumbro a poner en mi blog escritos de otros autores que no sean los mios. Hoy voy a hacer una excepción -por esto de que la excepción confirma la regla- para difundir, dentro de mis exiguas posibilidades, la carta de Oscar Molina, porque creo que la inmensa masa social de españoles estamos de acuerdo con ella y es un fiel retrato de nuestra clase política. Espero que os guste y sirva para algo.


"Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15 días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestos directos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de la mitad del año para el Estado.Pago un colegio a mis hijos, mientras financio un sistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada, pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedan tener cuidados médicos.De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me lo reconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación pública consiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido.Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casa cuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder su trabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permita llegar a fin de mes. Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservan escasas esperanzas de conseguir otro. Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, que sois muchos, os alimentéis de nuestra pasta.

Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes de nuestro Estado central, vivís de nuestro dinero. Sois parte un elefantiásico entramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváis Clase Preferente en vuestros viajes privados, con mi dinero.A cambio, resultáis totalmente incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad ni dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáis servicio alguno. Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, para vigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros. Tomáis posesión de nuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida, y parís normativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros de vosotros. Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedad reabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la jeta de pagar un sueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo que nos hablan de “acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.
Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete gloriosos mini-estados autonómicos, también vivís de mi pasta. Unos subidos a cuentos imposibles como la fábula de Aitor, otros mitificando a unos segadores de hace cuatrocientos años. Los demás, a rueda de éstos, os habéis montado un chiringuito de consejerías, direcciones, subdirecciones, patronatos, embajadas y demás máquinas de gastar. Con mi dinero, claro está.Usáis la pasta que yo gano trabajando para fomentar la insolidaridad y sembrar el odio a España; reclamáis la parte que vuestros inverosímiles derechos históricos os adjudican para poder aumentar la pléyade de vuestros deudos, para comprar votos con empleos a dedo.Vivís en la reivindicación permanente que haga andar a una bicicleta que se caería si parara. Vosotros, garrapatas, no resistiríais el mínimo ejercicio de competencia para la obtención de un puesto de trabajo en el ámbito privado, vuestro único mérito es haber medrado en la estructura de un partido político. Y ahora, vivís de mi dinero.

¿Y qué decir de vosotros? Sabandijas de los sindicatos de clase. Liberados del trabajo, la responsabilidad y el cumplimiento del deber. ¿Cuántos sois? Sólo en Madrid, 3.200; sólo en Madrid vuestro chollo nos sale a los contribuyentes por 77 millones de euros. ¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sin estrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes, porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo. No tenéis afiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestros presuntos representados, cobráis un canon por los ERE ́s, o lo que es lo mismo, sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; os dedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo por no molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétrica según quien gobierne. No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada, no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestros tejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas...y vivís de mi pasta.

Y no me olvido de vosotros. Engreídos “creadores”, apoteósicos mediocres del arte presunto, vividores del mérito subvencionado y subvencionable. Vosotros también vivís de mi pasta. Os señaláis la ceja para apoyar sin disimulo a quien os ha puesto en casa, alimentáis vuestra vida regalada de mis impuestos, y además me insultáis. Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme “hijo de puta”; si no comulgo con el Gobierno que os pone el pesebre pedís que se me encierre en un cinturón sanitario; si voto a quien no os mola, me llamáis asesino... todo eso después de que este hijo de puta, asesino y carne de sanidad progre os haya dado de comer con su dinero, a cambio de que produzcáis bodrios infumables que tratan de ganar una guerra 70 años después o que sólo sirven para que alguno pueda liberarse de sus complejos, algunos sexuales. Habéis conseguido que todo hijo de vecino sea considerado delincuente preventivo y tenga que pagaros cada vez que se compra un teléfono móvil, una impresora, un ordenador... Habéis forzado la máquina de quien tanto os debe como para permitiros reclamar el tributo a quien se bautiza, hace la comunión, se casa o baila en la plaza del pueblo; cualquier día nos sangraréis en nuestro entierro. Vosotros, bucaneros de la creación de medio pelo, no venderíais ni uno sólo de vuestros estofados en el mercado privado, no conseguiríais financiación ni para la décima parte de vuestras piltrafas. La inmensa mayoría de los que vivís de mi contribución y de sirlarme, no seríais capaces de engañar a un inversor para que sufragase las medianías que nos colocáis. Vivís del cuento, y encima os ponéis chulos mientras me metéis la mano en la cartera. Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad ni altura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosas por la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéis una puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poder oler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retrataban cada vez que compraban un CD.
Todos vivís de mi pasta y sois muchos, cada vez más. Y nosotros cada vez menos."


---------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Oscar Molina (Madrid, España) es piloto de Transporte de Línea Aérea y Licenciado
en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Ejerce su profesión en   la
compañía Iberia. Fue Director de la revista MACH 82, órgano de comunicación oficial del Sindicato de Pilotos de Líneas Aéreas. Actualmente colabora en la revista “Epoca”, es contertulio de Radio Intereconomía y escribe sobre temas aeronáuticos profesionales en la página web Aviación Digital Global.





viernes, 15 de julio de 2011

EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS




No se pueden emplear todos los medios a nuestro alcance por muy noble y bueno que sea el fin que se quiere conseguir. Imaginemos que el Director General de la CIA es cogido "in fraganti alertando" a terroristas de Al-kaeda sobre una operación de la polícía norteamericana y mediante ésta información se aborta la operación y  es procesado por un juez. ¿Qué creen que sucedería? La inmediata destitución del Director General y hasta del Secretario de Estado junto a una crisis de gobierno de alcances incalculables. Esto sucedería en un país serio, como lo es Estados Unidos.
Aquí en España, publica El Mundo -en un excelente editorial- que para el juez Pablo Ruz, "queda acreditado que miembros de las Fuerzas de Seguridad ayudaron a Eta a escapar de la acción de la justicia, frustrando una de las operaciones más importantes contra la banda. El  caso GAL fue monstruoso puesto que se cometieron secuestros y asesinatos, pero al menos sus responsables podían alegar que querian alegar acabar con los crímenes de la banda. En el chivatazo del Bar Faisán, sucede lo contrario: que la Policía se pone del lado de Eta e intenta protegerla".
El caso Faisán es uno de los episodios más  graves que ha sucedido en nuestra joven democracia. Ya no hablamos de imputados, sino de tres colaboradores de Rubalcaba, procesados por el juez como presuntos colaboradores con banda armada: El Director General de la Policía, el Jefe de la Policía en el País Vasco y su colaborador. Es evidente, que una decisión de tal calibre no pudo ser tomada por estos mandos intermedios sin el conocimiento de sus jefes superiores en el Ministerio del Interior: Camacho y  Rubalcaba. De acuerdo con Soraya  de Santamaría, este hecho incapacita a Rubalcaba para cargo público y más para ser candidato a presidente de todos los españoles. Aunque la punta de iceberg es el Presidente J.Luis Rodriguez Zapatero y sus ocurrencias. Él fue quién la impulsó, la alentó, la enmascaró y la acarició, poniendose de hinojos ante los terroristas y colaborando presuntamente con ellos.
El capote echado por el Fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, cursando unas instrucciones de obligado cumplimiento, en las que al referirse al delito de pertenencia a banda armada, precisa que el de cooperación sólo se puede aplicar "partiendo de cierta adhesión ideológica". Es una matización nada irrelevante, ya que Conde Pumpido está sugiriendo que para que exista cooperación con Eta, debe haber intención de contribuir a sus fines. Dado que ninguno de los tres policías procesados tienen vínculos ideológicos, el nuevo criterio podría servir a la fiscalía para  defender que no ha existido ningún delito de colaboración con banda armada. El Supremo zanjó éste debate, afirmando "que el delito de cooperación, no sanciona la adscripción ideológica, ni las motivaciones subjetivas, sino el acto mismo de cooperar con la banda".
Es vergonzoso pretender que los americanos respeten los DDHH y la legalidad vigente en Guantánamo -no pasandoles ni una- y aquí en España, haya manga ancha para aplicar la ley según convenga a los intereses políticos del gobernante de turno. Esto no es posible, ni en el caso de perseguir fines buenos y nobles para todos,  como la paz y la finalización del terrorismo, cuanto menos, cuando lo que se persigue son ventajas políticas como rédito electoral, o lo que es peor, acuerdos firmados con los terroristas de Eta, doblegando al Estado de Derecho a sus malévolas exigencias.










miércoles, 13 de julio de 2011

CRÍTICA AL DOGMATISMO EPISTEMOLÓGICO Y ÉTICO KANTIANO



Si se quiere críticar el contenido de la Crítica de la Razón Pura, hay que hacerlo desde la primera página, porque mas coherencia, mas rigor y mas claridad es difícil encontrar en un sistema completo de pensamiento. Si admitimos los presupuestos metodológicos de la filosofía moderna en toda su extensión, la filosofía de Kant es irrefutable porque es la consecuencia lógica y coherente del “Cogito Cartesiano”, por un lado, y del principio empirista, por otro.
La filosofía de Kant es la fundamentación filosófica de la ciencia físico-matemática de Newton. Una ciencia fenoménica, consecuencia de la nueva metodología que rompe con la metafísica y abandona la vocación ontológica, al descubrir el sujeto sus enormes poderes para constituir el objeto de conocimiento. Este es el ideal científico de los modernos, tanto empiristas como racionalistas. Es el fruto de la concepción homogénea y cuantitativa de la naturaleza (estructura matemática como denominador común de la mente y de la realidad)
Por eso, el profundo vínculo entre todos ellos, como la impronta o el carácter o la modernidad, hay que buscarlo en la estructura fundamental y fundante de la matemática, como clave interpretativa de la realidad y de la mente. Esto, está claro que es un pilar del materialismo porque presupone implícitamente el carácter extenso cuantificante (matematizable) de toda la realidad. Por eso, los modernos están más unidos que desunidos, a pesar de las aparentes y superfluas diferencias entre empiristas y racionalistas, entre filósofos y científicos. el espíritu de Galileo y el de Descartes; el de Descartes, el de Spinoza y el de Hume; el de Newton y el de Kant, todos ellos forman parte de un ideal científico y humanista que no descarta la naturaleza, sino que la asume bajo el denominador común de las estructuras mentales del sujeto, que son las estructuras matemáticas.
El problema es, si este ideal científico y humanista se mantiene incólume en nuestros días; yo considero que se ha quebrado por muchas partes, especialmente en las humanidades, aunque ha tenido vigencia casi absoluta hasta finales del siglo XIX. Es indiscutible que nuestra sociedad, fruto del ideal científico y humanista estudiado, vive hoy una profunda crisis. Yo considero que en no pequeña parte se debe al carácter exagerado y dogmático con que se aplicaron los principios de la filosofía moderna, negándose torpemente a asimilar algo, por pequeño que fuese de XX siglos de historia del pensamiento humano desde Thales. Por eso, si descubrir esto es el placer del estudioso, revisarlo críticamente, para volver a sus cauces el torrente lógico desbordado, es el deber de los pensadores que aun siguen creyendo en la fecundidad de algunas ideas o esquemas estructurales del pensamiento clásico, en tanto que aprovechables, eficaces y oportunos para salir de la crisis que presenta la actual cosmovisión.
Y para terminar, una pequeña precisión en torno a la precisión kantiana de anular el carácter científico del saber metafísico. Kant ha negado a esa conclusión tras sacar las ultimas consecuencias del principio del empirismo. El problema está en si ese principio es tan inconmovible como Kant creía. Es lamentable que un filosofo crítico de la categoría de Kant acepte dogmáticamente, sin rechistar un principio tan comprometido (se ha visto en la actualidad dentro del propio circulo de Viena, la necesidad de ampliar este criterio hasta unos limites que ya no plantean serías dificultades lógicas ni teóricas a la metafísica) . Decididamente, el espíritu de kant pertenecía al empirismo, porque decir, como el dijo que de la realidad responde adecuadamente la perceptibilidad (intuición empírica) es establecer abusivamente controles, siguiendo el criterio de la simple percepción. ¿No estará Kant asignando a la percepción atribuciones que no le corresponden?. Hoy sabemos que la perceptibilidad no solo no es condición suficiente para determinar la realidad existencial de los seres (se pueden tener imágenes ilusorias o darse circunstancias o fenómenos que nos hagan ver lo que no existe) sino que ni siquiera se puede considerar como una condición necesaria. Solo algunos seres de los reales les conviene el ser perceptibles; concretamente, los que son extensos. Cuando se afirma que la naturaleza y el pensamiento tienen una misma estructura matemática, se está afirmando indirectamente que todo lo real es extenso y por lo tanto perceptible en el espacio y en el tiempo. Y de este dogmatismo hay que acusar a Kant cuando pretende determinar la existencia en función de la perceptibilidad y de la intuición empírica.
Y, en fin, hay que hacer notar que Anselmo y hasta el propio Leibniz; toda la tradición metafísica que ha defendido el argumento ontológico, criticado por Kant en la Dialéctica Tanscendental: como modelo de todo razonar metafísico, hablan de la “Idea” o “esencia” de Dios, mientras que Kant habla de la “Idea” o “concepto”. Esta cuestión terminológica es importante porque cuando la tradición metafísica habla de ideas, está hablando de realidades. Decía Platón que la idea era el “ontos”, lo real y para el pensamiento cristiano era también el fundamento de la realidad. El secreto profundo de este “ de las esencias de la formas o de las ideas, está, tal como ha revelado magistralmente Husserl en la actualidad, en que no cabe un pensar totalmente vacío como el kantiano. La mente está enlazada con el ser, es intencional en palabras de Husserl, está en tensión y en referencia al ser. Es ya, de antemano, aprehensión del ser, como había defendido toda la tradición metafísica de occidente que enlaza con Platón. Por lo tanto no hay necesidad de trascender el ámbito de lo subjetivo (famosa “quaestio de ponte”) porque está ya trascendido de antemano, en virtud de esa tensión hacia lo real ontológico que la mente comparta. Y es aquí, en este contexto, donde hay que situar la validez o la invalidez de la metafísica y de sus críticas.
El problema está en que el Psicologismo inglés (Locke, Hume) fue dejando el concepto en puro concepto y, con ello, perdiendo el carácter ontológico y de esencia la referencia al ser. Así se fué acrecentando ese proceso de disolución de lo real en la actividad del espíritu que irá adquiriendo cada día más prerrogativas hasta devenir con Hegel en el Espíritu Absoluto. Y Kant, cuando crítica la metafísica, no lo hace en su contexto, sino que lo retorna desde Hume y desde sus presupuestos empiristas donde se ha consumado ya el divorcio entre el ser y el pensar. Esto es lo que hace que la crítica de Kant sea ineficaz, porque está presuponiendo lo que hay que demostrar, a esto se le llama dogmatismo. Hoy sabemos que una cosa es el ser, y otra, nuestra manera de aprehenderle (Husserl; y que tal aprehensión, no tiene necesariamente que ser ocultadora puede ser desveladora, aunque tal desvelación, sea parcial progresiva e histórica, sino de forma. El contenido, se le da a sí misma la conciencia de modo soberano. La conciencia es la única fuente de conocimiento moral la última instancia, el ultimo tribunal donde se puede determinar lo que es bueno y lo que es malo.
Pero ésta ética, tan sugestiva, no está libre de insuficiencias. Todas derivan del presupuesto dogmático inicial (como en gnoseología). Quizá, las más importantes, las hayan puesto de manifiesto los sistemas éticos posteriores de corte pragmático. Efectivamente, tanto la moral pragmática del capitalismo americano, como la moral de práxis del marxismo, han reivindicado lo que la ética había perdido con Kant la dimensión exterior, de resultados, de práxis. El pragmatismo ha insistido en que para poder determinar la moralidad de los actos y del autor de estos, no basta con la forma, con la buena voluntad, con la intención sana. Por importante que ésta sea en la moralidad, ésta ha de determinarse fundamentalmente por los resultados prácticos, por el éxito. Independientemente de que se esté de acuerdo o no con la moral pragmática, (yo no lo estoy), lo que está claro es que denuncia la insuficiencia de las éticas formales, defendiendo que el éxito en la acción era también un deber. Y esto, al menos, era oportuno decirlo en unos tiempos en que los hombres, recelosos de los éxitos por una aceptación de la insuficiencia de las propias fuerzas, decidían resguardarse o cobijarse tras la buena intención, tras la buena voluntad, tras los aspectos formales que se desentienden de los resultados. Triunfar, conseguir lo que nos hemos propuesto, también es una obligación. Quien debe responder, p.e. de un desastre ocasionado por su ignorancia, su desidia, su abandono o por un simple descuido, no puede justificarse luego, ni ante sí mismo ni ante la sociedad, diciendo que el no quería hacer lo que hizo, que no sabía lo que iba a ocurrir, que ha tenido mala suerte, y que su voluntad era buena, aunque los resultados hayan sido negativos. Tampoco podrá justificarse diciendo que él pensaba que lo que hacía no estaba mal.
Por otro lado, esto no supone la aceptación de la ética pragmatista. A mí, al menos, me parece también insuficiente y parcial, juzgar o medir la bondad o la verdad por el simple éxito, y la maldad por el simple fracaso. Esto es introducir el subjetivismo en la ética y, como consecuencia, relativizar las categorías morales. Considerar que tanto la razón teórica como la razón práctica se prueban en la acción es decir, que tanto la verdad como el bien, no son adecuación a nada ni a nadie, son creaciones e invenciones del propio hombre, teniendo como único criterio la eficacia operativa. Por este camino, vamos a un mundo en el que se sacrifica sin escrúpulos al que fracasa y se explota sin más contemplaciones al débil e indefenso, dejando la conciencia tranquila después de tamañas fechorías, amparándonos en una moral del poderoso hecha a la medida de sus inventores. Pero para el pragmatismo, las categorías de verdad, bien y valor, no son esencias abstractas, sino que se definen en función del resultado en cada situación concrete de la vida humana. No podía ser de otro modo, después del desprestigio y la aniquilación de la metafísica. El formalismo kantiano no cuenta con ella; pero el pragmatismo americano o el marxismo, tampoco. Por eso, todos los que han suprimido el orden objetivo exterior, abocan, en ética, a posturas relativistas y subjetivistas, independientemente, de que sean materialistas o formalistas.
Por otra parte, la conciencia es, indiscutiblemente, un órgano de conocimiento moral; pero,  ¿se dicta a sí misma, como pretende Kant sus contenidos morales?, ¿es realmente la última instancia ética?, ¿no existe la ley natural ni la ley eterna?, ¿todos los hombres que siguen preceptos religiosos — viven alienados en la medida en que ajustan su conducta a una voluntad distinta de la suya e inexistente?, ¿no podría ser que la conciencia y la prudencia (como factor intelectual no racional sino intuitivo) se limitasen a aplicar la ley a las situaciones concretas de la vida?. Responder negativamente a esta pregunta es producto del mismo dogmatismo que en la Crítica de la Razón Pura negaba la existencia del orden natural inteligible, con esto yo no digo que el filosofo moralista, en tanto que científico, tenga que responder que sí; lo que digo es que en tanto que científicos, tenemos que huir de posturas extremas, dogmáticas, manteniendo una sensata modestia y un prudente respeto por lo desconocido. Quizá, como en tantas otras ocasiones, el científico tenga que encogerse de hombros reconociendo su incapacidad para responder. Por eso yo critico a Kant; no porque yo defienda lo contrario, como científico, sino porque su compromiso con afirmaciones tan tajantes es desmesurado y falto de comprobación.
Y claro, de aquellas semillas, nacieron estas consecuencias. El espíritu ilustrado de la época continuó ahondando en ésta dirección, hasta no concebir la posibilidad de seguir siendo auténtico hombre a la sombra de los dioses. Se producirá, entonces, el deismo, como una deificación de la Naturaleza y de la Razón. El humanismo de la época es, entonces, hijo de esta reducción antropológica desde la teología, de ésta arrogancia del hombre que se siente autónomo y auténtico solo sobre el proceso previo de secularización y de desacralización. (Fíjense que estamos preparando el camino para llegar al marxismo con su concepto de alienación religiosa, base de su humanismo) . Como consecuencia de la decisión kantiana en ética, hija del espíritu ilustrado de la época, y de la inmanentización panteísta de Dios en la Naturaleza y en la Razón (todavía no se ha producido la “muerte de Dios) (Nietzsche), se inició el proceso siguiente que ha sido confirmado por los hechos en la historia de últimos cinco siglos:

Autonomía de la moral (Kant).
Separación de sus fundamentos metafísicos.
Desconexión de la religión.
Manía persecutoria contra la religiosidad, considerada como opio de los pueblos y refugio de los Ignorantes.
Destrucción de la propia moralidad. (certificación de la moral en Freud y anarquía moral en Sartre).

La decisión de subjetivizar el orden moral ha concluido en la destrucción de la propia moral dentro de las corrientes más progresistas.... y en nuestros tiempos. Y tal decisión en Kant está condicionada por los resultados de la C.R.P.. Del mismo modo que la conciencia gnoseológica se había potenciado para salir responsable de los caracteres de objetividad que la ciencia exigía y para evitar el amenazante agnosticismo (Hume) . Así también, y como por contagio, se ha potenciado la conciencia moral hasta convertirse en el supremo legislador que puede determinar, sin acudir a instancias superiores, sean naturales o sobrenaturales, las categorías sobre las que se fundamenta la ética.
Yo pienso, siguiendo en pensamiento de Stoker y de Husserl que la conciencia, tanto la moral como la gnoseológica, no puede ser jamás algo autónomo y cerrado: es intencional. Hay que añadir que no se refiere sólo al mundo de las cosas, sino que es también intuición de Absoluto, búsqueda y pregunta por lo trascendente. Son inquietudes y preguntas que surgen de forma espontánea, aunque no todas las personas las vivan con igual intensidad e interés, es decir, envuelve la referencia a... En el caso de la conciencia gnoseológica, la referencia al Ser que no puede ser creado por la mente humana (psicologismo); en el caso de la conciencia moral la referencia al bien que tampoco es invención, como pensaba Sartre, ni sublimación como quería Freud. El hombre no puede crear el bien ni la verdad, sino que tiene que encontrarlos trabajosa y penosamente, haciendo uso de su inteligencia, de su voluntad, de su conciencia y de su prudencia. La existencia consiste en ésta búsqueda, sabiendo que corremos el riesgo del error científico y del error moral porque el éxito no está garantizado y la libertad es abandono, responsabilidad y tragedia. Para superar el desorden moral hay que tener claras estas ideas.
Pero no podemos terminar sin decir, en honor a la verdad, que Kant estaba muy lejos de sospechar las consecuencias que iban a sacar los pensadores  posteriores, de los principios autonómicos de su filosofía moral. En cualquier caso, la responsabilidad del hecho, no radica en kant sino de todos aquellos que no supieron sacar de la potenciación del sujeto la enseñanza equilibrada que sin duda contenía en orden a determinar la moralidad. Siempre han existido quienes no han sabido beber con mesura y con ponderación de las fuentes, atracándose con avidez de los manjares que deparaban las modas intelectuales o Las nuevas ideas. La buena voluntad y la seriedad del planteamiento kantiano se puede ver solo con por encima cualquiera de las formulaciones que hace del imperativo categórico. “Haz siempre de tal manera que tu comportamiento se pueda presentar como norma universal”. .etc...
Por otra parte, Kant no negó la existencia de un orden exterior al propio hombre: el alma espiritual inmortal, Dios etc. Pero para Kant este orden era absolutamente incognoscible (quizá sea el adjetivo “absolutamente” lo que le sobra al pensamiento kantiano para poder ser aceptado desposeído de dogmatismo) . Por eso, Kant, siguiendo una lógica aplastante, creyó que el hombre, sumido en tal abandono exterior, ya no tenía otra forma de justificarse que la de escuchar desapasionada y honestamente la voz de su conciencia. Indudablemente, Kant tenia parte de razón, pero no toda. El problema estaba en que otros, con peor voluntad que él, aprovecharon los principios autonomistas y subjetivistas de su filosofía, para iniciar el camino regresivo de la moral que acabará por terminar con ella. Pero esto, claro está, no es culpa suya.


miércoles, 6 de julio de 2011

KANT: La Dialéctica Trascendental, una lógica de la ilusión.





En la Estética Trascendental y en la Analítica Trascendental, han quedado explicados los objetos del conocimiento, los objetos de la experiencia. Pero ¿que ocurre con la realidad en sí, con la cosa en sí? Kant no la niega, puesto que podría ser conocida por una intuición intelectual, pero nosotros solo poseemos intuiciones sensibles y, por esto nuestro conocimiento ha de quedar necesariamente encasillado en las coordenadas del espacio y del tiempo. Así que el “noumeno” o la cosa en sí existe, pero es incognoscible. No obstante, ya que el hombre no puede llegar a este ámbito por medio de la razón teórica, dispone de otro método: la razón practica. La Dialéctica trascendental es, por lo tanto, el culmen de la Crítica de la Razón Pura y cumple dos objetivos:  Excluir los contenidos metafísicos del campo de la ciencia y abrir paso a la moral como vía afectiva y volitiva con la que salvar las inevitables tensiones del hombre hacia el “Ser” En este sentido se puede decir que la Dialéctica T. kantiana no va en contra de la metafísica sino contra su carácter de cientificidad.

La razón humana siempre ha tenido pretensión de conocer el “Ser”, la verdad de las cosas, lo que son en si mismas. Por esa vía de investigación, los metafísicos, desde antiguo, terminaron estableciendo el ALMA, el MUNDO, y DIOS. Kant viene a denunciar este viejo proyecto científico, como una ilusión. Su razón es clara: para el ser humano, el contacto con el ser ha de hacerse por medio de la sensibilidad. Es toda la doctrina expuesta en la Analítica T. Las categorías del entendimiento, para constituir objetos científicos, tiene que actuar sobre percepciones sensibles. Y si no lo hacen actúan ilegítimamente. Y esto es lo que ocurre con la metafísica. La Dialéctica Trascendental es la denuncia de esa ilegitimidad. Por eso, puede decirse que es una Lógica de la Ilusión frente a la analítica que es una Lógica Científica. La ilusión, lo mismo que la verdad y al error, se encuentra siempre en el juicio; ella misma es un error, un pseudo-conocimiento, una apariencia trascendental. Descartes, que era racionalista, absolvió al entendimiento y también a los sentidos de la culpabilidad de errar; los sentidos, porque no juzgan y el entendimiento, porque es certero, si no se precipita en los juicios bajo la influencia de la voluntad (véase el optimismo racionalista) . Pues bien para Kant el entendimiento tampoco puede engañarme si opera según sus propias leyes y dinamismo. Pero si al juzgar está influenciado por causas extrínsecas a él mismo (Imaginación, vida instintiva., deseos, emociones, sentimientos ... ) se puede producir el error y la ilusión. Y de hecho lo está, por eso el error es compañero inseparable del hombre, pero no por la estructura de su pensamiento, sino por las influencias perturbadoras, exteriores al funcionamiento del entendimiento judicativo. (Insisto en que se aprecie la devaluación y el desprecia que sienten los racionalistas, por lo sentimental y afectivo, culpándolo de nuestros errores). La ilusión trascendental que denuncia la D.T., se da en el juicio que deriva de la extensión, fuera de toda intuición, de los conceptos puros del entendimiento. Aquí esta la ilegitimidad origen del error. Pero, ¿bajo qué influencia se produce esta extrapolación ilegal de las categorías del Entendimiento en la ilusión metafísica? Pues bajo la influencia de los principios trascendentes de la propia razón. Es la propia estructura de la razón humana la que impulsa al Entendimiento a hacer un uso trascendental de sus categorías, sacándolas fuera de la aplicación a la intuición empírica que es el horizonte al que pueden aplicarse con legitimidad. Así que la tentación de trascender la experiencia y de intentar conocer el ser en sí, el alma y Dios mismo (pensamiento metafísico) radica en la propia estructura racional. Por eso, la ilusión trascendental que supone la metafísica no es una simple ilusión lógica, fácilmente vencible, mediante el descubrimiento de lo producido en la forma de los juicios; se trata de una ilusión invencible y necesaria puesto que deriva del propio funcionamiento natural de nuestra razón. Según esto, la metafísica, al mismo tiempo que imposible como ciencia, resulta inevitable como actividad del espíritu.

Pero la razón, no solo cumple en el ser humano esta misión de abrirlo a la trascendencia, de descubrirle los ideales intemporales; también tiene un uso dentro del quehacer científico estricto. Veamos. Si el entendimiento es nuestra facultad de juzgar, la razón, mediante su uso lógico es la facultad de razonar. Pero, ¿que es razonar?, Marechal dice que el razonamiento es reducible a un silogismo en el que la mayor enuncia una regla general (p.e. “Los metales son conductores”); la menor, engloba el concepto nuevo bajo la condición de la regla (p.e. “el cobre es un metal”), y la conclusión proclama la aplicación correspondiente de la regla general (p.e. “El cobre es conductor”). En consecuencia, lo propio de la razón es ENCADENAR ENTRE SÍ, en la conclusión, a través de lo que los lógicos clásicos llamaron termino medio, unas unidades conceptuales que no estaban encadenadas a las premisas. Si el concepto “cobre” se encuentra incluido dentro de la clase mas ámplia del concepto “metal”, la razón lo que hace es recoger esta unidad completa “cobre-metal”, que ha sido dada por la experiencia o por un razonamiento anterior, y suspenderla toda ella de la unidad mas general que es “conductor”. Por eso Kant dice que la razón no juzga, sino que razona. Y razonar no es juzgar, a secas; sino juzgar (conclusión). Pero derivando el conocimiento expresado en la conclusión de un principio general (mayor), a través de una condición (termino medio). Pero este juicio derivado (conclusión) que elabora la razón, es producto de una unificación, porque, se subsumen casos particulares en uno general según las ciencias lógicas. Por eso, razonar, es también unificar. Sin embargo, para actuar de este modo, la razón no usa la intuición, sino que usa las propias reglas del entendimiento, sin unificar directamente lo sensible. La materia de la razón en este su quehacer especifico, no es, pues, lo sensible, sino el entendimiento mismo. Y aquí radica la diferencia entre el entendimiento y la razón. Ambas son facultades, ambas son espontáneas, ambas juzgan, ambas unifican; pero la función espontánea y unificadora de la razón, recae sobre los propios principios del entendimiento y lo hace subsumiendo casos particulares en reglas generales, según las leyes de la unificación lógica; mientras que la función espontánea y unificadora del entendimiento, esta volcada sobre lo sensible y reduce a unidad la multiplicidad de impresiones.

Pero la razón, también tiene un uso que no es lógico, sino trascendental; consiste en detener ese afán unificador en principios cada vez mas generales y limitadamente, para establecer el Absoluto, lo Incondicionado, la unidad de toda la experiencia, la causa de todo. Si el uso lógico era plenamente legitimo, éste ya no lo es, porque la razón establece el fin del proceso al infinito en la serie de las condiciones estableciendo una condición incondicionada es decir, un nuevo orden de realidad sin contar con la experiencia, a priori y de modo gratuito. Pero la ilegalidad de la razón no está en el progresivo ascenso (uso lógico) sino en el establecimiento de lo condicionado, sin contar con la Experiencia (uso trascendental). Pues bien, en virtud de este uso trascendental de la razón, ya tenemos establecida la existencia de lo incondicionado ilegítimamente. La razón cree ya haber visto realizado su sueño de verlo todo perfecta y plenamente fundamentado. Pero ahora, intentará conocerlo para conseguirlo, fuerza al Entendimiento a hacer un uso trascendental de sus categorías, extrapolándolas fuera de los límites propios. El resultado, naturalmente, es negativo porque se ha extrapolado la función del pensamiento al pretender aplicar sus categorías mas allá del límite de la experiencia.

Así que, resumiendo, el uso trascendental de las categorías del Entendimiento produce la ilusión metafísica (error del juicio); pero este uso ilegítimo de las categorías, tiene su origen en la razón, concretamente en su uso trascendental. Si el Entendimiento se extralimita, es porque la razón ha establecido ilegítimamente lo incondicionado y ha forzado al Entendimiento a conocerlo. Así que el fundamento ultimo de la ilusión trascendental (metafísica) está en los principios trascendentes de la propia razón que disparan todo el proceso: uso trascendental de la razón y uso trascendental de las categorías. Desde este análisis exhaustivo y riguroso está justificado el juicio de Kant sobre la metafísica. Todos los hombres, incluso los más sabios, sentirán la tentación metafísica, porque esta, es un sofisma de la razón humana y no de un hombre concreto. Pero, a pesar de tanta necesidad, tales razonamientos metafísicos son ilegítimos. Por eso las disciplinas metafísicas son al propio tiempo que inevitables como actividad del espíritu, ilegitimas de hecho y de derecho en el plano científico. Y la tarea de Kant en el L.III. de la Dialéctica T. es desenmascarar todas las falacias de estos argumentos ilegítimos por inevitables, llevando a cabo una crítica de la metafísica tradicional. Con ello afianza, por exclusión, el proyecto iniciado en la Estética  T. y en la Analítica T. En resumen, el conocimiento y la ciencia se encuentran limitados por la experiencia (fuerza del principio empirista); las cosas en sí y las Ideas (Dios, Alma y Mundo) son los límites de nuestro conocimiento. Por eso Eddington ha escrito que la filosofía Kantiana es un “subjetivismo selectivo”. Subjetivismo, porque el objeto está aquí determinado por las formas a priori del sujeto; selectivo, porque se trata de una gnoseología de limites: cosa-en-sí e Ideas.





domingo, 3 de julio de 2011

" QUE SIGAN SILBANDO "




Los seres humanos somos envidiosos porque somos sociales. La envidia nace y tiene su caldo de cultivo en la comparación con los otros. Es un sentimiento de frustracion insoportable ante el triunfo o la gloria de otra persona sea deportista, artista, o por sus cualidades físicas, psíquicas o profesionales. Su objetivo es dañar consciente o inconscientemente a la persona que posee aquello que se quiere poseer (amor, felicidad, libertad, personalidad, belleza, dinero, sexo, éxito, experiencia, poder, etc.) y que él no posee. Así, en vez de encauzar su energía en luchar o imitar las excelencias de la persona objeto de envidia, el envidioso odia y destruye al otro, antes de aceptar sus carencias. Por eso la envidia es la defensa típica de personas débiles, acomplejadas o fracasadas. Las formas de manifestación de la envidia son muy numerosas: rechazo, dominación, ofensas, críticas, agresiones, venganza, rivalidad, etc. En las relaciones personales de pareja, está involucrada en muchos conflictos y rupturas. En lo social y político, su influencia es incuestionable.
Es el caso que nos ocupa. Los silbidos proferidos contra Alberto Contador, en la presentación de su equipo, solo se explican por la envidia de nuestros vecinos del norte, que no aceptan la superioridad de nuestros deportistas sobre los suyos, en el torneo más prestigioso del mundo del ciclismo, como es el TOUR de FRANCIA. Son veinte y cinco años soportando himnos  extranjeros en los Campos Elíseos de París, entre ellos el español, y eso para un francés duele mucho en su orgullo patrio.  ¿Por qué no sirvaron a Armstrong, como lo han hecho con Contador? Por envidia. No soportan el triunfo de nuestros deportistas.
Otro deportista, objeto de envidia es Rafael Nadal. Su pecado es ser hexacampeón  del Roland Garros. Tampoco se explica el poco aprecio y cariño que se le tiene, siendo Nadal tan exquisito y cortés con el público francés.  Siempre es preferido y apoyado el oponente sea francés o extranjero. ¿Por qué? Por envidia. Porque en este caso no será por dopaje. No aceptan que los españoles seamos campeones de sus trofeos más prestigiosos y queridos por ellos.
Nosotros a lo nuestro.  Los franceses que sigan silbando, y Alberto a lo suyo: debe responder a estos silbidos con la mejor forma de hacer callar a estos aficionados malintencionados, que no es otra que ganando su cuarto Tour, que para eso es el mejor. Que así sea.



N.B. Este artículo se lo dedico a mi amigo Pepe a quien debo el estímulo de escribirlo.