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viernes, 2 de febrero de 2024

El Museo: Epifanía de lo Bello



                                                                                  "Omnis ars naturae imitatio est"

                                                                                                          Horacio


"Vale más una imagen que mil palabras". Cierto. El hombre, por su naturaleza cognitiva está sujeto a la imagen. La formación del concepto o idea no puede prescindir de ella. Desde la filosofía griega la epistemología así lo confirma. Veamos.
En la Biblia el Dios monoteísta del Antiguo Testamento, se manifiesta celoso y enfadado a menudo con el pueblo escogido de Israel, por ser infiel y adorar a los ídolos en forma de becerro de oro, hecho por la mano del hombre. Al pueblo de Israel le cuesta trabajo entender a un Dios sin imagen, sin representación empírica, e imitan a los pueblos limítrofes que sí lo tienen, a costa de sufrir terribles castigos. "Yo soy el que soy", se manifiesta Yahweh a Moisés en el monte Sinaí en forma de zarza ardiente. Tuvo Moisés que romper las Tablas de la Ley, para que aquel pueblo "díscolo y duro de cerviz", se arrepienta, vuelva al pacto con Yahweh, y renuncie a la idolatría. En conclusión, el Dios bíblico del A.T. no puede ser reducido a una determinada imagen u objeto, porque su realidad es tan inmensa que transciende a toda "cosificación" tanto en el tiempo como en el espacio. 
No sucede así en el Nuevo Testamento, donde Dios se hace imagen a nuestra semejanza. En la Encarnación Jesús de Nazaret, se hace carne como uno de nosotros, acepta la contingencia de lo humano, y asume la naturaleza humana con todas sus consecuencias, menos en el pecado. Jesús nos muestra el verdadero rostro de Dios: un Dios Padre compasivo y misericordioso.

El conocimiento en la Grecia clásica está sujeto a la representación y a la imagen. Si bien en Platón ésta queda reducida a apariencia. Desde la epistemología o teoría del conocimiento en Aristóteles "El concepto" es el resultado de una extraordinaria elaboración que parte de la percepción sensible del objeto o imagen, y por medio de la abstracción en el entendimiento agente, se convierte en concepto universal o idea, como predicado de una multiplicidad de objetos. Desde la ontología, Aristóteles nos muestra la realidad sustancial constituida por objetos o cosas individuales (sustancia), y su génesis regida por las cuatro causas: material, formal, eficiente, y final. Es la forma la que "informa" a la materia a la vez que la universaliza, la hace objeto individual. Con ello, Aristóteles rompe con el dualismo de su maestro Platón; trae la  idea del "mundo de las ideas " y la inyecta en el "mundo de las cosas": la sustancia. La verdad consiste en "la adecuación del entendimiento con la cosa". La amistad es otra cosa "soy amigo de Platón pero más amigo de la verdad" -manifiesta Aristóteles-, justificando su posición antagónica frente a su maestro. 
Había que bajar la idea platónica de belleza al objeto. Sin ella, no hay arte. El museo es la catedral contemporánea de nuestro tiempo, epifanía de lo bello, de la creatividad humana. Los lienzos sustituyen el relato de las vidrieras catedralicias, las galerías historia viva del fenómeno religioso. "El arte ha sido, durante los dos últimos siglos, el último refugio de la transcendencia: una universal religión que soñó abrigar toda expresión del absoluto y acogerla  en esa emulación de las grandes basílicas que iban a ser los museos". (G. Albiac, El Debate)  Allí, la materia, se yergue sobre la brutalidad ignota de la masa para tomar nombre y llamarse a sí misma. El caos recobra orden e inteligibilidad mediante la forma, imitando al Cosmos. La belleza trasciende lo individual para ser universal. El lienzo, la madera, o la piedra, dejan de ser materia inerte para recobrar vida y elevar la creatividad del espíritu humano a lo sublime. El acto creativo detiene el tiempo y lo convierte en permanencia, en "instante" eterno", como expresión creadora del artista. Cuando la obra de arte lo requiere por su importancia, su lenguaje universal transciende la palabra y cobra un significado ajeno a fronteras,  patrias, e incluso, al propio autor, para convertirse en patrimonio universal de la humanidad. 

Ha causado gran revuelo las declaraciones del ministro de cultura Ernest Urtasun en las que propone superar el "marco colonial" en el que supuestamente se hallan inmersos los museos españoles. Nada tiene que ver la función descubridora de España con la acción llevada por otros pueblos colonizadores -ingleses, portugueses o franceses- Los nativos de las indias fueron, desde un primer momento, súbditos de la corona; y los territorios americanos nunca fueron colonias, sino "provincias de ultramar". Las leyes de Isabel La Católica y de Carlos I de España, no encajan con ese marco colonial al que alude Urtasun. Por supuesto que hubo sus excepciones de maltrato y de injusticias contra los indígenas, fruto de la naturaleza avariciosa del hombre más que de conductas institucionalizadas. "Allá donde afloraban tales conductas criminales, hubo reyes, obispos y jurisperitos que defendieron a los indígenas. La acción de España en América no puede definirse por los abusos que sus hijos peores perpetraron, sino por los principios que sus mejores hijos sustentaron".  (Juan Manuel de Prada, El ángulo oscuro. ABC)

Sin bibliotecas, museos o hemerotecas, eso que llamamos cultura o civilización, quedaría sepultado en la fosa del olvido. Gracias a la imagen, el flujo del tiempo se detiene y fija la memoria. Los pueblos sin memoria son propensos a caer en los mismos errores del pasado y a no saber rectificar para el presente. Los museos cumplen esta función. El Prado, el Hermitage, el Louvre o el Britihs Museum, son algo más que una acumulación de obras de arte apiladas cronológicamente. Algo más que el refugio y salvación de una determinada obra, recobrada de la orfandad de su autor, o rescatada de la avaricia desmesurada de un coleccionista o mecenas insolidario, que la disfruta de forma anónima, individual y egoísta. La obra de arte ha de ser contemplada, reconocida, y admirada en la casa de todos. -el museo- para fomentar la sensibilidad artística y cultural de todos los, ciudadanos, como testimonio de la evolución del "Homo Sapiens al  "Homo Faber". Al pueblo lo que es del pueblo. Esa y no otra debe ser la labor de un Ministerio de cultura: propagar y fomentar una política cultural  de "puertas abiertas", para que -en el caso de los museos- cumplan con el rol social para el que han sido creados, mostrar la cultura a través de exposiciones itinerantes y llegar a la mayoría de gente. Nunca para hacer política ideológica que solo sirve para crear alarma social o fomentar disputas estériles que dividen más que unen.




domingo, 28 de enero de 2024

Un paso atrás



                                                          "El hombre es cosa sagrada para el hombre".  
                           
                                                                                          Lucio Anneo Séneca



"Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme. Os quiero a todos".  Son las últimas palabras de Kenneth Eugene Smith de 58 años, antes de ser ejecutado con gas nitrógeno en un penal del Estado de Alabama en Estados Unidos. Después de varios intentos para ser ejecutado en el año 2022 con inyección letal, desistieron por no encontrar la vena. Ahora, el Estado sureño acaba de conseguirlo, recurriendo a un método innovador de ajusticiamiento que añadir a la macabra lista de sistemas existentes: la asfixia por nitrógeno. Su ejecución duró más de media hora y su muerte no sobrevino instantáneamente, como estaba previsto. Después de colocarle en su rostro una mascarilla para inhalar el nitrógeno, y empezar a temblar retorciéndose durante dos minutos, la muerte le llegó tras sufrir su cuerpo varias convulsiones, hasta que el gas  invadió cada rincón de su cuerpo y dejarle sin oxígeno. Una muerte atroz, según los periodistas testigos presenciales de la ejecución, desdicen la afirmación de un fiscal del Estado que indicaba al Tribunal de Apelaciones del Circuito 11 "de ser el método de ejecución  más indoloro y humano conocido por el hombre".
Kenneth E. Smith fue condenado a cadena  perpetua por  el asesinato en 1988 de Elisabeth Dorlene Sennett, de 45 años, esposa de un pastor protestante. Después de ser apuñalada una decena de veces, por encargo de su marido, la mujer falleció. Smith tenía 22 años cuando se cometió el crimen. Hasta aquí la noticia.
Oponerse a la pena de muerte es ante todo un deber ético, ya que el derecho a la vida está necesariamente ligado a la dignidad de la persona y ésta es inviolable. La pena de muerte atenta contra los derechos humanos, por ser cruel, inhumana y degradante. Lejos de solucionar los problemas que la causa, los empeora. Su justificación carece de argumentos éticos racionales, ideológicos, procesales, humanitarios y religiosos. Si bien el Estado democrático soberano es el único agente que por delegación tiene el deber y la potestad de ejercer la violencia, cuando la seguridad o el bien común estén en peligro, ha de ejercerla con la fuerza de la razón y nunca con la razón de la fuerza; jamás debe ejercerla para quitar la vida a sus semejantes, aplicando la ley del Talión "ojo por ojo y diente por diente", que nos remite más a la venganza que a la restitución de la justicia y a la reinserción. El Estado tiene la obligación y el deber de que se cumpla la ley del código penal, sujeto a mecanismos de control democrático, consecuencia simbólica de ejercer soberanamente su potestad punitiva. Pero no debe olvidar el derecho fundamental que asiste a toda persona a ser reinsertada a modificar su comportamiento, a poder recuperar su libertad y a poder  vivir en sociedad como sus semejantes. Esa, y no otra, es el objetivo fundamental de la privación de libertad en prisión y su reinserción en sociedad. La reinserción, es el derecho a tener una segunda oportunidad a vivir una vida digna, basada en la esperanza del cambio de quien arrepentido ha de ser reintegrado a su lugar natural, siempre que los informes preceptivos de los agentes penitenciarios lo aconsejen. No obstante,  el Estado siempre tendrá la oportunidad de aplicar la cadena perpetua revisable, para casos irrecuperables y extremos.  No así la pena de muerte, que desprecia la dignidad humana del delincuente, negándole el derecho más elemental de todos: el derecho a la vida; cercena el derecho a la rectificación, anula posibles equivocaciones, y frustra toda esperanza de reinserción para los delincuentes arrepentidos. No a la pena  de muerte. Por todas estas razones, y por otras,  que  la brevedad de este artículo no nos permite desarrollar.



  

jueves, 25 de enero de 2024

Un niño de 9 años vive solo en casa sin agua ni electricidad






Vivir en el Camino Real de Abla, situado en la provincia de Almería, es un verdadero placer. Es un valle regado por el Río Nacimiento de cual toma su nombre, que corre paralelo entre Sierra Nevada y sierra de Baza. Conecta el altiplano del Marquesado granadino con el Desierto de Tabernas almeriense. Es un valle muy ventoso. Como sucedió en la víspera de San Antonio Abad, donde Eolo -el dios del viento en la mitología griega- soplaba con toda su fuerza intentando arrancar de la tierra a todo aquello que se agarraba a ella: árboles, muros, chimeneas, líneas eléctricas, internet, etc. Ese día, la comidilla de los vecinos, versaba sobre el viento y sus nefastas consecuencias. Desde quien ha de tirar toda la comida guardada en el congelador, después de pasar unos días fuera de casa (no fue éste el caso del otro día, sí de otros días), hasta quedarnos de madrugada desconectados del mundo exterior: sin luz, internet, móvil, y por supuesto sin radio y televisión. De pronto nos damos cuenta de la fragilidad de nuestra naturaleza humana y la contingencia de nuestra existencia sujeta a cambios inesperados, gracias a un agente natural imprevisto. Manifestando la realidad metafísica de nuestro ser contingente como "aquello que es pero puede no ser" frente a lo necesario "aquello que es pero no puede dejar de ser". Lo poco que tiene que suceder para dejarnos varados, inmovilizados, y sin saber qué hacer con nuestra vida. La dependencia y la necesidad que nuestra sociedad moderna ha creado de la ciencia y la técnica para poder disfrutar  del bienestar, y lo poco que tiene que suceder para perderlo todo en un instante. Todo pende de un hilo, que a la mínima se rompe.
No es el caso de un niño francés de 9 años que sobrevive dos años solo en casa, sin agua caliente ni electricidad. Sin padre y abandonado por su madre, el niño se alimentaba de latas de conserva que en visitas esporádicas le suministraba la madre y la generosidad de algunos vecinos.  Los servicios sociales no pudieron constatar esta situación porque el niño era un buen estudiante que cumplía sus tareas y acudía correctamente vestido al centro. 
Tú que lees en este momento estas líneas ¿te has preguntado cómo podrías vivir durante dos años sin agua corriente y electricidad en casa? ¿Te lo imaginas? Ducharte con agua fría, no poder cocinar, comer latas de conserva, etc. Pero si cuando no hay cobertura para tu móvil, el mundo se hunde. Un caso sorprendente y lacerante, que muestra  las contradicciones de nuestra sociedad y el aislamiento en soledad en la que se encuentran muchísimas personas. Un caso que explica la sociedad super informada que hemos construido pero deshumanizada. Hablamos de un niño con tan solo  9 años, un crío que manifiesta la ambivalencia sorprendente de la naturaleza humana, que hace lo peor, pero a veces hace lo mejor. Una lección ejemplar para nuestros hijos sobreprotegidos, educados en el confort doméstico de la modernidad y poco preparados para superar las dificultades inherentes a la contingencia de la vida expuesta al azar. Como sociedad  tenemos el deber de cuestionarnos qué es lo que estamos haciendo mal. Esto es lo que se me ocurre sin tener que profundizar demasiado. Minimizar el valor del esfuerzo, pasar de curso con suspensos en favor de un falso igualitarismo, ningunear la memoria, el bajo nivel en la comprensión lectora de nuestros alumnos, la desvalorización del esfuerzo y el sacrificio, junto al desprestigio de la disciplina, -son entre otras cosas-, las causas principales que explican el fracaso de la educación de nuestros jóvenes y los recientes malos resultados del  informe PISA. 
Este niño francés no necesita la selectividad para acceder a la universidad. De acuerdo con el juez Calatayud,  que considera debe pasar directamente a la Sorbona de París y explicar allí, cómo se superan las dificultades de la pervivencia humana siendo solo un niño de 9 años. Una excelente lección sobre la fe, la motivación, la fuerza de voluntad y el sentido común. ¡Bravo chaval!




miércoles, 24 de enero de 2024

El "El País" rompe con Fernando Savater





Lejos quedan los tiempos en los que el periódico "El País" era una símbolo de progresismo para miles de universitarios ávidos de información y de opinión. En el piso de estudiantes de La Latina (Madrid) escaseaban muchas cosas, pero nunca faltaba "El País" como alimento diario de noticias del mundo con aquellos maravillosos artículos de opinión, acicate para nuestras disputas filosóficas como estudiantes universitarios. No teníamos una regla preestablecida para ir al kiosko y gastarnos las ocho pesetas que costaba comprarlo en el año 1976, año en el que vio la luz, pero nunca faltó en nuestras largas sobremesas. A veces el primero que llegaba al piso lo secuestraba y se lo llevaba a su habitación para leerlo y rumiar en la soledad. Hasta que se determinó por "decreto" que el periódico no podía ser secuestrado de la sala de estar, a la vez que se estableció fuese comprado con los fondos destinados a los gastos comunes del piso.
En la facultad de filosofía era el periódico más leído. El trayecto en metro y después en autobús a la universidad lo hacíamos enfrascados en su lectura entre el silencio y la somnolencia matutina. Ya en la facultad, lo más común, era ver el periódico bajo el brazo de profesores y alumnos por los pasillos para ser utilizado en clase como soporte de nuestras argumentaciones filosóficas, con la certeza que leído "El País", estabas suficientemente informado de lo que sucedía en España y en el mundo sin necesidad de leer otros diarios. Nuestra generación de los años 60 despertaba de una época sombría en donde la participación política brillaba por su ausencia, el pluralismo político era más una utopía que una realidad y el régimen del General  Franco se desinfla gracias a un incipiente aperturismo político.
Fernando Savater (1947 San Sebastián), Catedrático de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, actualmente era uno de los más leídos gracias a su columna de opinión cada sábado en las últimas páginas del periódico "El País". En estos días, ha recibido una llamada telefónica de su directora Pepa Bueno, -quien siguiendo las directrices de la voz de su amo el Doctor Sánchez-, le ha comunicado que prescinde de sus servicios por "haberse apartado de la línea editorial" del periódico. Ha sido -a juicio de Fernando Savater- la crónica de un histórico divorcio, después de ser uno de los fundadores del diario allá por mayo del 76. "Me han dado el portazo después de media vida" -manifiesta Savater- "De ser progresista, de centro-izquierda- con las virtudes y defectos propios, "El País" llegó a convertirse en portavoz gubernamental del peor gobierno que ha tenido la democracia española". Lo sorprendente es que no lo hayan echado mucho antes. Seguro que no le faltará donde escribir, mientras que "El País" hace mucho tiempo lo están echando a la papelera sus propios lectores por esto y por ser el periódico del régimen. Podrán echarlo, pero nunca eliminar su capacidad crítica.  A este paso, solo será leído por el Doctor de pega Pedro Sánchez y su socio Carles Puigdemont, siempre que se traduzca en catalán. (como bien expresa Gabriel Albiac en su delicioso artículo de hoy en El Debate). Ni gratis pierdo el tiempo leyendo este panfleto ideológico.

 
 

viernes, 15 de diciembre de 2023

Todas, todos, todes...y lo que sigue





Hablamos de nuestra lengua. Hablamos del respeto que debemos tener a nuestra lengua, la segunda lengua del mundo más extendida y hablada por más 500 millones de hispanoparlantes. Nuestra lengua es fruto de un largo proceso cultural cuajado durante siglos que nada tiene que ver con intereses políticos de ninguna clase. Lleva mucho tiempo entre nosotros desde sus orígenes con el Arcipreste de Hita, el Marqués de Santillana (s.XIII y XIV)  pasando por Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Alas Clarín, Lorca, Machado, Borges, Delibes, Cortázar Martín Santos, etc , y es -junto a otros- el principal elemento de nuestra identidad. Une, identifica, y cohesiona a esta realidad nacional, a esta gran nación compuesta por ciudadanos libres e iguales que llamamos desde antes de la fundación de Roma, Hispania. Preservarla, hablarla y escribirla correctamente, es deber y obligación de todo ciudadano español, también de aquellos que tiene la suerte de hablar además del español, otra lengua, como el catalán, gallego, vascuence o aranés.
Cosa que no hacen aquellos que emplean el lenguaje inclusivo como: todos, todas, todes, albañiles y albañilas, mecánicos y mecánicas, sastres y sastras, contentos  y contentas, venido y venida, todos, todas... etc.  La artificialidad del lenguaje inclusivo que hoy se pretende imponer por la fuerza desde "instancias oficiosas", es un instrumento artificial de dominio que solo pretende la imposición de una determinada ideología, para desde lo más profundo del pensamiento hacernos reflexionar de una forma determinada que incide en el modo de conocer, sentir y vivir la realidad. El desdoblamiento de género no es usado por el pueblo como habla común, sino por algunos políticos de ideología progresista que la utilizan como instrumento distintivo del resto de hablantes. Este hecho nos parece un error, porque en español el masculino implica ambos géneros gramaticales: masculino, femenino y el neutro; son los únicos géneros que existen. Desde la biología tenemos sexos, no géneros. Así que para dirigirse al público  no es correcto decir "españoles"  y "españolas", "niños y niñas"; decir ambos géneros gramaticales es correcto solo cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes como, hombres y mujeres, damas y caballeros. Hay que dejar libertad para que cada cual hable como quiera, sin ninguna imposición, solo la que marca o determina la regla gramatical.
En español existe el participio presente que no tiene ni género ni número, son genéricos verbales, neutros, genéricos válidos tanto para hombres como para mujeres. El participio presente de amar es "amante", de vivir "viviente", de sentir "sentiente", de cantar "cantante", de ser el "ente", el que es. Al verbo en infinitivo se le añade el sufijo "ente" que significa el que ostenta o tiene esa cualidad o capacidad para... Por ejemplo, "el amante" es el que tiene la capacidad de amar, "el viviente" el que tiene la capacidad de vivir, etc..., y así sucesivamente. El que tiene la capacidad de presidir se le llama presidente y no presidenta, aunque "presidenta" como palabra, está reconocida por la RAE.
Que cada uno hable como quiera, pero que la izquierda "progre" no nos imponga el desdoblamiento de género del lenguaje porque es un modo regresivo de habla y de falta de respeto a nuestra lengua, cuando no de la ignorancia, contrario al esplendor y pasado histórico de nuestra lengua. Además suena fatal. Que no traten de convencernos que con el uso de tal lenguaje defienden a las mujeres porque no es verdad.  Es más bien fruto de una imposición ideológica, creada a propósito por grupos de presión, para imponer el pensamiento único como instrumento ideológico de dominio a toda la sociedad, más que como un avance progresista y moderno de nuestra lengua. Se empieza por la lengua... y ya sabemos en qué se termina.



miércoles, 1 de noviembre de 2023

El Tiempo es la medida de todas las cosas


                                                                     

                                                               El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son                                                                       porque son y de las que no son porque no son.
                                        
                                                                                                       Protágoras


Seguro, amigo lector, habrás creído perder el tren esta mañana, piensas que la Renfe ha vuelto a jugartela. Es posible que la chica que esperabas esta mañana no se ha presentado a la cita, preguntandote el por qué las campanas de tu parroquia no han tocado a misa de domingo, a la costumbre  convenida y que al cura se le han pegado las sábanas. Habrás constatado que tu farmacia no ha abierto sus puertas y que las pastillas para el dolor de cabeza, tendrán que esperar. El mundo no está hecho para los despistados, que tienen la cabeza en otro sitio, para los que abrumados por los problemas -vaya Usted a saber qué- no siguen u olvidan los horarios, ni la medida del tiempo. Los hombre nos regimos por principios, por la conciencia, por la educación, por la cultura que nos modela y nos esculpe en nuestra manera de pensar y obrar. Pero todos -sin exclusión- estamos modelados por el tiempo que nos abarca y nos acoge en su temporalidad. Hablamos del tiempo medido por el horario oficial, porque del biológico, eso es otra cosa y necesita más que un decreto para implantarse y adaptarse. ¿Sabe Usted qué?: pues tiempo. Las múltiples actividades de los seres humanos llevan el sello del tiempo porque si no no serían. "Cada cosa a su tiempo" dice sabiamente el refranero basado en la observación estricta de la experiencia. El tiempo se compra y se vende en forma de rentabilidad, así opera el dinero y la economía, de ahí que "el tiempo sea oro". No hablemos en el deporte donde todo reglamento mide con precisión el tiempo en el que hay que concentrar toda la energía, pasado éste, ya no tiene validez. Pero quien más se sujeta al tiempo son las estaciones que rigen el crecer y decrecer de las plantas, bajo su estricto dominio. Calendarios, fiestas, efemérides, todas recobran su sentido en el tiempo. Hasta la Historia, cíclica como la clásica greco-latina o la lineal como la cristiana, se basan en una concepción del tiempo. Ya decía Protágoras que "El hombre (el tiempo) es la medida de todas las cosas, de las que son porque son y de las que no son porque no son". Para colmo, me levanto esta mañana para ver las noticias del mundo en mi cadena favorita de televisión y nada: Un agujero negro. Pero ¿Qué está pasando aquí? Nada que no tenga remedio -querido lector- la hora de invierno ha llegado a España (dicen que para ahorrar energía) y hay que atrasar los relojes, y sintonizar el reloj biológico de nuestro cuerpo. Esto último requiere "tiempo". ¡Paciencia..., que todo llegará! Con tiempo.








martes, 31 de octubre de 2023

Halloween




Todos los pueblos de la tierra tienen su propia tradición, legado de sus antepasados. Es un hecho fenoménico que la antropología social nos muestra arraigado a cada pueblo, nación o lugar, y asociado a las costumbres y modos de vida de tal o cual comunidad. Las tradiciones y costumbres son el modo explícito de manifestación y desarrollo de la cultura de un determinado pueblo o nación; con otras palabras, la cultura manifiesta el ADN de un determinado pueblo, por eso necesita cauces para poder  desarrollar ese basto mundo de experiencias, conocimientos, ideas y valores que un pueblo ha ido acumulando a lo largo de su devenir histórico.Y esto que sucede culturalmente con los pueblos también sucede a nivel individual. Imitar está en la base de todo aprendizaje. Los roles sociales que nos acompañan en nuestra vida de adultos comienzan en un proceso imitativo. Aprendemos aquello que nos causa curiosidadadmiración, y después satisfacción. Así conformamos nuestro ser durante toda la vida. En ella encontramos personas y hechos dignos de imitar. No siempre  se aprende lo mejor a veces lo peor, dependen de las personas y circunstancias con las que nos encontramos en nuestro largo caminar. A veces la elección no depende del todo de nuestro libre albedrío, siempre hay razones que se nos escapan.
España es un país muy rico en tradiciones culturales por ser un lugar de asentamiento de varios pueblos y civilizaciones. Todas ellas han ido dejando un poso de experiencias y costumbres que han ido configurando lo que somos. El día 1  de noviembre celebramos la fiesta de Todos los Santos  asociada a la tradición cultural religiosa de nuestro país. La Iglesia Católica celebra esta fiesta recordando a todos aquellos que nos precedieron y ahora disfrutan de la presencia de Dios, intercediendo y rezando por los que aún peregrinamos en este valle de lágrimas.  Es costumbre visitar los cementerios para limpiar las tumbas de los seres querido y dejarles flores regadas con lágrimas: rosas, claveles, crisantemos, que bajo el silencio de los cipreses simbolizan el sentimiento místico del recuerdo y la plegaria por nuestros seres queridos. Es cierto que para acordarnos de ellos no necesitamos una día determinado ni un lugar, el cementerio. Podemos admitir que para los no creyentes haya otras manifestaciones de acuerdo con su agnosticismo o ateísmo, también muy válidos y respetuosos. Pero no todo es triste y fúnebre, también contamos con algunas tradiciones españolas alegres y divertidas para celebrar estas fechas en cada pueblo o lugar, asociado  a la gastronomía y a la estación del otoño, como la ingesta de castañas, nueces, boniatos y una repostería para relamerse, como los huesos de santo, buñuelos, panellets, etc.
Una de las fiestas que va adquiriendo más arraigo  actualmente en España es el Halloween  de EEUU, como consecuencia de ese proceso de globalización que afecta a todas las culturas, sustituyendo a las autóctonas. ¿Pero cuál es su origen en nuestro país? Debido al arraigo celta, del que derivan también las tradiciones anglosajonas, los gallegos han tenido siempre algunas costumbres de Halloween; en muchas ciudades y pueblos de Galicia (como Cedeira, O Vicedo o Narón) celebran algo parecido al Halloween de EEUU. Carlos Labraña nos ilustra "de lo que no hay duda es de los orígenes de la celebración. En el mundo celta, el 1 de noviembre se celebraba el comienzo de un nuevo año, coincidiendo con el cambio de cosecha. Según marcaba la tradición, la ventana que separa el mundo de los muertos del de los vivos desaparecía la noche anterior y, por ello, se recorrían los lugares para ahuyentar a los espíritus. Uno de esos ritos evolucionó hasta desembocar en la preparación y adorno de calabazas vacías que, en ocasiones, portan una vela en su interior, y que sirven para espantar a propios y a extraños." (Carlos Labraña, miembro de la Asociación de Amigos do Samaín). Como vemos, esta fiesta en Galicia cobra un significado especial de acuerdo con sus tradiciones y costumbres, no así en el resto de España donde su razón de ser se torna problemática, puesto que sustituye las costumbres ancestrales de nuestros pueblos con las que nos identificamos; es un vaciamiento de nuestra esencia y una pérdida de nuestra identidad como pueblo, fruto de una globalización mal entendida. Es un despilfarro identitario, que no podemos permitirnos, y que como generación trashumante, tenemos el deber y la obligación de transmitir a las generaciones venideras. 
Es un hecho que el mundo está interrelacionado por ese fenómeno  que llamamos "globalización", en un proceso de mestizaje intercultural, mediante el cual los pueblos  intercambian modelos de conocimiento, ciencia, tecnología, costumbres y usos sociales. España no está al margen de estas influencias de globalización. Exportamos productos de calidad a todo el mundo, también usos y costumbres (la siesta es un producto genuino español, del que estamos muy orgullosos los españoles y felices aquellos que la practican...) También importamos e imitamos usos y costumbres de otros pueblos. Pero no, aquí imitamos usos y folklore de dudosa comprensión, desconectados del trasfondo sociológico cultural donde adquieren sentido, como es el caso de la fiesta de Halloween (Noche de Brujas, Noche de Difuntos). Una fiesta de brujas y seres perversos que habitan en las regiones de un mundo invisible, que causa espanto, temor y curiosidad. Es el mundo de la muerte y el misterio de lo intangible, de la tiniebla, de los susurros, ruidos y roces que proceden de ninguna parte... Es la noche donde lo invisible se hace presente mediante el símbolo de la calabaza. ¿Para qué imitar a los americanos en fiestas que tienen su "razón suficiente" en tradiciones ancestrales con sentido propio? No somos un país culto por beber coca-cola, comer hamburguesas, ver películas de vaqueros, o asistir a conciertos de rock and roll. Tampoco importando fiestas, donde si sales de casa te muelen a escobazos los niños de los vecinos de escalera... No está mal querer parecerse a los americanos. Por mi, encantado. Empecemos por el hecho religioso y sus manifestaciones y prácticas rituales cristianas muy comunes en familias creyentes americanas, donde la lectura de la Biblia y la plegaria en los hogares es una práctica común. Vivamos la liturgia religiosa del Día del Señor con fervor y entusiasmo  -como ellos hacen-  participando toda la familia en dichas celebraciones con regularidad ¡Imitamoslos!
También no estaría mal imitarles en nuestra vida socio-política. Empecemos por ponerle letra a nuestro himno nacional y cantarlo con la pasión que ellos acostumbran, con una mano en el pecho junto al corazón. Respetemos nuestra Constitución, garantía de derechos y deberes de todos los ciudadanos, vivamos donde vivamos. Honremos a nuestra bandera constitucional símbolo de la unidad de España, si no izada en los balcones y jardines de nuestras casas, sí en el corazón de los ciudadanos. Tengamos una separación real de poderes, libres e independientes de situaciones coyunturales políticas. Imitemos su capacidad de investigación y elevemos el nivel de nuestras universidades, para que al menos aparezca alguna universidad española entre las cien primeras del mundo. Respetemos a nuestras víctimas del terrorismo y no aceptemos la intromisión de sentencias que denigran nuestra dignidad, vengan de donde vengan. Cerremos de una vez la herida de la guerra civil..., que crea división y enfrentamientos. Puestos a imitar, imitemos su forma de representación democrática eliminando la partitocracia, sustituyéndola por listas que representen circunscripciones electorales reales, y no la obediencia ciega a la estricta voluntad de determinados líderes políticos. Seamos una nación, orgullosa de su pasado, comprometida con el presente, y esperanzada en su futuro. Acabemos de ser un proyecto en eterna discusión. Acabemos de poner en cuestión eternos debates metafísicos identitarios de hace 500 años, como:  ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? o ¿A dónde vamos? Tal vez, algún día no muy lejano, lleguemos a ser un país orgulloso de su pasado y su historia, como sucede con todos los pueblos civilizados de nuestro entorno. ¡Seamos nosotros mismos, sin complejos! Sana envidia.




domingo, 2 de abril de 2023

Progresista, una palabra ambigua



A fuerza de repetir la palabra "progresista" una y otra vez, la izquierda española trata de autoproclamarse como la única opción política válida y eficaz para la resolución de los múltiples problemas de nuestro país, a la vez que califica y denigra a la derecha liberal española como conservadora, ineficaz y obsoleta. El significado de la palabra progresista se queda en la ambigüedad, en la indeterminación más absoluta sin expresar un significado concreto. No obstante, la palabra "progresista" nos catapulta hacia la idea de un futuro,  novedoso, moderno, futurible y como tal eficiente, etc frente a la palabra "conservador" que nos remite  a la idea de pasado,  tradicional, viejo, antiguo, ineficaz y obsoleto. Pero la historia nos enseña que esto no siempre ha sido así, ni tiene por qué serlo. La izquierda, o el marxismo como doctrina en la que se fundamentan los principales  postulados de la izquierda representa, no el progresismo, como cínicamente se sigue auto proclamando, sino todo lo contrario: lo retrógrado, anacrónico y antiguo. El marxismo representa la pervivencia de los valores políticos, sociales y económicos del Antiguo Régimen al que se oponían los ilustrados. La izquierda sustituye la figura del rey, del príncipe medieval, por el Estado, máximo representante político y juez supremo, al que el pueblo debe pleitesía. El estatismo representa lo más retrógrado. Es la izquierda, frente al progreso liberal, democrático, de derechas, lo que todavía se invierte en nuestras sociedades. El marxismo siempre se opuso a las revoluciones industriales, al progreso, y a todo lo que ha mejorado la vida en general del ser humano en el planeta. Ahora, con el ecologismo, con la religión climática, puro anti capitalismo, anti liberalismo, pretenden una vuelta inclemente al pasado, a un imposible paraíso terrenal, al tribalismo. No, no es progresista el rancio nacionalismo nacido en el siglo XIX, el populismo actual o el supremacismo catalán o vasco. Miren -a modo de ejemplo- como describía a los españoles el presidente de la Generalidad Joaquín Torra: "Carroñeros viboras, hienas. Bestias con forma humana que beben odio. Un moho perturbado, como con moho de dentadura postiza contra todo lo que representa la lengua(...) Viven, mueren y se multiplican. La bestia segregó de su boca  agua rabiosa. Un hedor de cloaca salía de su aliento...un sudor mucoso como de sapo resfriado, le manaba de las axilas." ¿Es esto progresista? Y lo peor, es que algunos secesionistas pìensan lo mismo, y otros miran para otro lado, como es el caso de intelectuales, profesores, jueces o periodistas con intereses creados. Es el mundo al revés: un negocio político del que viven muy bien todos los zánganos del sistema capitalista de siempre. Ahí tenemos al Gobierno de España como ejemplo, y a todo el clan de funcionarios, sindicalistas, feministas y comisarios políticos en general, que dan sustento ideológico a los enemigos de la libertad y del ser humano.



domingo, 25 de diciembre de 2022

Una Mágica Navidad

 



Si no hubiera Navidad habría que inventarla. La Navidad tiene su origen en las fiestas Saturnales de Roma, que se celebraban alrededor del 25 de diciembre, dedicadas al nacimiento del Dios Sol Invicto. Fue Julio II quien la institucionalizó incorporándola al calendario cristiano de fiestas. Los Evangelios de Mateo y Lucas hablan del nacimiento de Jesús sin precisar fecha exacta de su nacimiento; Marcos y Juan no lo relatan. Se adecuó esta fecha como la más propicia para el gran acontecimiento como es la irrupción de Dios en la naturaleza humana para elevar a ésta a categoría divina.

Ninguna religión o filosofía se atrevió a tanto. El pensamiento griego fue cosmocéntrico, es decir, el hombre se consideraba un elemento más del cosmos, vinculado a él. Por el contrario, en la Biblia el hombre es considerado como una privilegiada criatura de Dios. La naturaleza no es sólo la realidad de referencia con la que se relaciona el hombre desde un saber utilitario e inmanente, marcado por la curiosidad y la evaluación, sino que aparece también como una realidad prepotente y absoluta que suscita admiración y temor, fascinación y reserva. La religión pretende ofrecer una interpretación global del hombre, como la filosofía, pero sin dejarse limitar por la racionalidad y la inmanencia. De ahí que se postule una comprensión original de la realidad misma, al considerarla como creación en las religiones bíblicas, y se busque una referencia trascendente y divina para explicarla. Nada de esto tendría sentido si Dios no se hubiera hecho hombre en el vientre de María, uniendo la naturaleza divina con la naturaleza humana en la persona de Jesús. Éste es el significado profundo del Niño-Dios hecho hombre en el gran misterio de la  Encarnación y que nace en Belén. 

Pero personalmente, tengo unos recuerdos entrañables asociados a mi infancia, a mi gente y a mi pueblo de la Navidad, menos filosóficos y más familiares. Me emociona, cada vez más, el sentir la  Nochebuena como una noche mágica especial. No tanto el día de Navidad quizás por ser tan corto. Esa noche mágica la esperaba con verdadero anhelo, porque eran las primeras vacaciones del primer trimestre de colegio. La Navidad, sin la mirada al pesebre donde Dios se hace niño, no tendría ningún sentido. Tampoco sin los villancicos. Para mí la Navidad es la fiesta de la familia, la asocio a mi infancia y al entorno donde nací y me crié: un bello pueblo llamado Abla, perdido entre montañas nevadas en la Alpujarra almeriense. Es la fiesta más entrañable de mi infancia, la de los buenos deseos, la unión, y el orgullo de sentirse querido por  la pertenencia a una familia. Es la fiesta del encuentro con personas, con las que se comparte todo lo que se es y todo lo que se tiene, más allá del  consumismo, los adornos navideños, y los regalos de Papá Noël. Es la fiesta donde aparecen los sentimientos más nobles del ser humano y donde la humanidad desea paz, salud, y prosperidad. La publicidad moderna no ha sido capaz de inventar un anuncio tan sublime como éste: "gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres de buena voluntad".

Las navidades de la posguerra, nada tienen que ver con las actuales, las del consumismo y la abundancia. No las cambio por nada del mundo. Estábamos muy felices con lo poco que teníamos, aunque nos sobraba ilusión e imaginación. No teníamos dinero, ni mesas copiosas, el turrón más bien escaseaba y la carne y el pescado no abundaban. Tampoco era cuestión de quejarse: la reciente matanza del cerdo y el jamón curado del año anterior, cumplían su misión restauradora con creces. Cuando Papá abría la caja surtida de mantecados de Estepa, roscos y alfajores, en mi casa sabíamos que la Navidad había llegado realmente. Para  hacerla realidad, papá, como agente comercial, vendía cientos de cajas en las casas particulares a conocidos y amigos y aquella caja surtida era parte del fruto de su esfuerzo. Mientras tanto, Mamá, se esmeraba en la panadería de Ángel -"El de la Tahona"- y elaboraba unos mantecados con manteca de cerdo y almendras que se relamía uno los dedos de gusto.

El pollo relleno al horno era tradicional y nunca faltó a la mesa en Nochebuena. A mi me parecía el mejor manjar del mundo. Me pasaba la tarde del 24 contemplando cómo se doraba en el horno de mi casa, dando viajes a la despensa en busca de algún consuelo e ir preparando el cuerpo para la gran cena en familia, en torno al "Portal de Belén", cantando villancicos al ritmo de guitarra, zambomba y pandereta.

En la cena de Nochebuena, mis hermanos y yo comíamos con un apetito sano los exquisitos manjares preparados por mamá para la ocasión. En casa éramos iguales, cada uno cumplía su papel y nos repartimos los roles. Ahora entiendo el significado de la familia. Allí nos queríamos por lo que cada uno era, por su modo de ser; nos aceptamos sin intentar cambiar al otro. La desnudez del Portal de Belén, la escasez, la sencillez y la humildad de aquella familia, servía como modelo de lo que era la nuestra, sin darnos cuenta que vivíamos el misterio de la navidad. Al finalizar la cena, con el último mantecado en la boca, nos disponíamos a asistir a la "misa del gallo" a cantar en el coro los villancicos: "Noche de paz, noche de Dios, claro sol brilla allá. Nace Dios en un pobre portal"... El templo, abarrotado de abulenses, se disponía a celebrar aquella noche mágica, deseando paz a los hombres de buena voluntad. Así fue, y así te lo he contado.  ¡Feliz Navidad !

 


sábado, 1 de octubre de 2022

Un Viaje al Algarve



Viajar no es seguir un programa o folleto de una agencia de viajes. Tampoco es publicitar las excelencias de un hotel o el canto desmesurado de adjetivos apropiados sobre un determinado lugar como, asombroso, mágico, encantador, hermoso, lindo, incomparable…, apiñados en torno a un paisaje de montaña, un río, una puesta de sol, un puente o una playa de arenas finas.  Es todo eso y más. Viajar es salir de la monotonía diaria, la rutina, la costumbre rutinaria. Es encontrarse con  lo desconocido, descubrir lo oculto por sernos lejano o extraño, enfrentados al espacio desmesurado de un lugar y al tiempo finito de un viaje, viviendo un momento novedoso y en el que a cada instante hemos de tomar la única decisión que importa: qué mirar.

Nuestro viaje al Algarve, región del sur de Portugal, no puede calificarse con un solo adjetivo de bueno o malo.  Habrá que calificarlo, y cada uno, podrá valorarlo según su experiencia personal. Yo  lo calificaría con un bien, una nota intermedia entre el aprobado y el notable. Me explico. Numerosas contingencias acontecidas durante el viaje justifican mi valoración; unas debidas a la responsabilidad de los organizadores, y otras, a problemas ajenos a la organización y a sus responsables, que todos conocemos; imponderables que a veces surgen y que tienen difícil solución. Personalmente considero, que volver en autobús cada día al hotel para comer al mediodía, ha partido el día en dos, condicionando el tiempo de visita a los lugares más representativos, cortándolo e incrementando el tiempo en el autobús. Este hecho ha incidido de forma negativa en las actividades diarias.

Pero no todo ha sido negativo. El conocimiento de la gente, la convivencia y la socialización entre todos los integrantes, ha sido lo mejor de esta experiencia maravillosa que da el viajar entre amigos y conocidos: desde hoy nos conocemos mejor y nos queremos más. Sin olvidar los ratos de ocio musicales y los paseos en plena naturaleza. Por lo demás, poner una excelente nota a la gastronomía del hotel así como el servicio de habitaciones.

Sería injusto terminar esta pequeña crónica, sin reconocer con la mejor nota la labor de Juan Lao, jefe del grupo, por su empeño y dedicación en subsanar todas las dificultades de los integrantes de la expedición. Igualmente reconocer la profesionalidad de Juan Francisco, guía del grupo, por su optimismo y empeño por agradar en todo momento. Y a Crisanto, el chófer del autobús, amable y servicial con todos nosotros. A todos ellos mi más sincero agradecimiento.



martes, 16 de agosto de 2022

Adios, Padre José María




No se puede despedir a quien no se ha ido. ¿Cómo vamos a decirte adiós, P. José María, si siempre has estado en nuestro corazón? ¿Qué palabras se han de pronunciar ante la marcha de un amigo y la de un cura, que definan con precisión y sutileza aquello que quieren significar en nombre de la comunidad parroquial o en el mío propio? Pese a ello, voy a intentarlo.
Eres un párroco que has dejado huella entre nosotros. Esta comunidad, está desde ya en deuda contigo, porque ha sido tocada por el Espíritu de Dios, y el mensaje de salvación que tú como sacerdote y profeta nos has anunciado con tu palabra y tus obras, mensaje que ha calado profundamente en nuestros corazones. Hoy nos sentimos huérfanos y un poco desorientados sin comprender del todo por qué te marchas y dejas esta parroquia con muchos proyectos inacabados. Sí, ya sabemos tu respuesta, basada en el voto de obediencia a tu obispo a quien tu ministerio obliga. Muchos de nosotros, entre los que me encuentro, intentamos comprender los caminos del Señor por ser tan  inescrutables... Tal vez nos falte más fe y más oración para saber interpretarlos a la luz del Evangelio.
¡Te echaremos de menos, amigo mio! Tu disponibilidad, cercanía, entusiasmo, amistad y lealtad, con tus amigos, y ese trato tan cercano y entrañable con la gente sencilla para transmitir tu fe religiosa, hacen de ti una persona excepcional a la que nunca olvidaremos. Pero si tuviéramos que resaltar algunas de las numerosas virtudes que adornan tu persona, me quedaría con la perseverancia y el tesón como muestra evidente de tu infinita confianza en quien te llamó para tan alta misión.
Como muestra significativa de lo que decimos, aquí tienes el ejemplo de un grupo de jóvenes que han recibido la Eucaristía, y otros, que han iniciado con entusiasmo la preparación para recibir el Espíritu Santo el día de su Confirmación, gracias a tu labor pastoral. Igualmente queremos expresarte el agradecimiento personal de todos los catequistas, por darnos la oportunidad de trabajar con los más jóvenes -y de éste catequista en particular- a quien le has dado la segunda oportunidad de volver a sentir las inquietudes propias de una de las más hermosas actividades, como es la de dar testimonio de nuestra fe. Porque hay que ser afortunado para transmitir los fundamentos de nuestra fe católica a jóvenes adolescentes, ávidos por aprender y abiertos a confiarte en la parte del mundo que realmente les preocupa. No imaginan qué se te pasa por la cabeza -y, sobre todo, por el corazón- cuando te dejas la piel peleando por algo que crees importante, algo que quizá no ayude a cambiar el mundo, pero sí a hacerlo más comprensible, justo y tolerante.  Ni tampoco podría explicarle a esos alguien la inmensa alegría que se siente en nuestro interior, cuando con una sugerencia o una pregunta bien dirigida despiertas la inquietud y ayudas a cambiar las dudas por certezas.

Gracias, muchas gracias -Padre José María- en nombre de esta comunidad parroquial por ayudarnos a caminar juntos en la fe y el evangelio, siendo "testigos de esperanza" de la resurrección del Señor, en una entrega total y permanente de nosotros mismos, sin condiciones, restricciones ni reservas, como tú nos has enseñado, a enamorarnos de manera ultramundana y ser alterados por la gracia, mediante la práctica de los sacramentos. Para nosotros, los cristianos, en un mundo secularizado como el actual, significa proclamar y dar testimonio del Reino de Dios a nuestros hermanos, manifestando el amor de Dios por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado (Rom 5,5). Es proclamar el amor de Dios para amarle con toda el alma y toda la mente, y al prójimo como a uno mismo (Mt 12,31,33); es superar los límites de la pura contingencia humana y saciar su hambre y sed de eternidad. Frutos de ese amor son la alegría, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad o la fidelidad (1Cor 13; Gal 5,22). Pues somos sanados en lo más íntimo de nuestro ser no por nuestros méritos o cualidades sino por la misericordia infinita de Dios.

Seguiremos trabajando en la viña del Señor con la misma diligencia que tú nos has enseñado. Y acabo. No podíamos elegir mejor festividad para decirte  "Gracias, hasta siempre", -y desearte lo mejor en tu nueva parroquia- que hoy, día de La Asunción de la Santísima Virgen María al cielo en cuerpo y alma. Bajo su protección nos cobijamos. Siempre atentos a las palabras de nuestra Madre Santísima: "Haced lo que Él os diga". 






lunes, 18 de julio de 2022

Solo un profesor de instituto






A menudo, cuando alguien me preguntaba sobre mi profesión como profesor, a continuación  solía preguntarme en qué universidad. Tan pronto como respondía que daba clases en Secundaria y Bachillerato, no era raro que ese mismo alguien me mirase con suficiencia apostillando un “Ah, en enseñanzas medias” o, peor aún, que resoplase con el consabido “Qué mérito tenéis”, una frase que no contiene respeto alguno, sino tan solo desprecio hacia esos adolescentes que, desde la ignorancia y el estereotipo, imaginan como un montón de fieras enjauladas.
A veces me molestaba en responder a ese alguien, que esas enseñanzas medias hoy tan denostadas -gracias a la impagable labor de una nefasta sucesión de reformas con más siglas que medios e ideas- son las que dan el verdadero nivel cultural de un país y la llave que permitirá construir una sociedad diferente a la que hoy tenemos.
A veces, si el ánimo me lo permitía, incluso defendía la labor que hacemos en las aulas los docentes e insistía en que el nulo diálogo entre las diferentes etapas educativas (Intanfil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, FP, Universidad) y el inexplicable desprestigio que del trabajo de unos hacen los otros, es una de las causas que impide que funcione este sistema. Un sistema donde solo se atiende al final de la formación, sin reflexionar sobre lo esencial que resulta reivindicar y valorar la firmeza de sus cimientos.
Pero otras veces, apenas decía nada. Solo pensaba en que esos que resoplan no saben que esta profesión -con todas sus miserias y sus dificultades- es también una de las más hermosas. Porque no tienen ni idea de lo que se siente cuando uno de esos adolescentes te convierte en parte de su mundo y te confía algo que realmente le preocupa. Ni imaginan qué te pasa por la cabeza -y, sobre todo, por el corazón- cuando te dejas la piel peleando por algo que crees importante, algo que quizá no ayude a cambiar el mundo (en abstracto), pero sí a que ese alumno que te preocupa pueda vencer alguno de los muros que lo oprimen en su pequeño mundo (individual y concreto). Ni se imaginan la frustración que provoca darse de bruces con una realidad desigual donde se exige que apliquemos criterios de evaluación idénticos a vidas y situaciones completamente distintas entre sí. No saben de las alegrías en el aula cuando las cosas marchan bien, ni de las lágrimas de impotencia cuando la realidad, a veces demasiado cruel, se impone a nuestras tizas. Ni tampoco podría explicarle a esos alguien la inmensa alegría que se siente en nuestro interior, cuando un antiguo  alumno  te saluda o te expresa su admiración y recuerdo de tu labor como profesor; mientras le escuchas y observas, sientes un extraño orgullo por haber sido parte de eso. Una parte minúscula, sin duda, pero que quizá haya dejado algún poso en esos jóvenes de los que te enorgulleces y que te dan la razón en que, pese a quien pese, eres un afortunado por trabajar con y para ellos. Jóvenes que te hacen reafirmarte en que cualquier tiempo pasado no fue, necesariamente, mejor.
Por eso a veces, supongo, no respondo y me limito a decir que sí, que soy, por suerte, profesor de instituto. Pero no lo explico. Porque hay formas extrañas de belleza que, en estos tiempos de pragmatismo, elitismo y segregación, no todo el mundo parece capacitado para compartir.



miércoles, 15 de junio de 2022

Y de pronto apareció Vielha...




Después de una noche de autobús desde Almería hasta el Valle de Arán, luchando entre el sueño y el cansancio, allí estaba nuestro destino, después de pasar un túnel de 5 kilómetros y medio: Vielha. Antes, como preámbulo, bordeamos la Presa de les Escales, entre cascadas de agua -fruto del deshielo- y curvas de la carretera. Un paisaje creado por el agua y la ingeniería del hombre, que nos deslumbra por su exuberante vegetación y la altitud de sus montes en sintonia con el agua. Unas veces las aguas se introducen entre los promontorios del terreno, y otras, eran estos los que invaden las aguas entre los recodos caprichosos de la carretera, jugando al escondite agua y entorno. Una cantidad de matices verdes aparecen ante nuestros ojos soñolientos, que despiertan ante el asombro de tan magnífico espectáculo, donde los árboles del bosque luchan por descollar en altura, unos respecto a otros, en un afán por sobresalir y recuperar la luz del sol. No, no era un sueño, sino una realidad que se nos presentaba como pórtico de lo que después experimentaríamos. Allí estaba el agua mostrando su alma en las nubes del cielo, sonriéndonos o guiñándonos sus algodonados ojos, creando sueños efímeros y diluyéndose entre la realidad y la ficción; discurriendo desde las alturas y formando un lago artificial de rostro sereno, en contraste con la pasión desbordada de las cascadas de cabellos finos, que como brazos abiertos bajan de las cumbres rocosas, rompiendo con su espuma blanca la quietud de sus aguas mansas verde esmeralda.

Vielha es la coqueta capital del pequeño enclave del Valle de Arán. Situada en el cruce de los ríos Garona y Nere, sus cinco mil habitantes y ser la sede de las instituciones políticas más importantes de los araneses, la constituyen como la población más importante del Pirineo central. Junto a ella y diseminadas a lo largo del valle formando un todo con el paisaje verderón de su flora y el río Garona, se alinean las pequeñas poblaciones de Betren, Casarilh, Garós, Arties, Unha, Salardú, Bayergue y Baqueira, -algunas de ellas visitadas por nuestro grupo y didácticamente explicadas por nuestro guía Claudio- forman las pequeñas poblaciones del valle oriental; mientras Bossósts y Les, lo son del valle occidental. Sus casas de piedra y sus tejados de pizarra se funden con el verdor de sus valles y la altitud de las montañas que las circundan, formando un conjunto peculiar característico de este enclave de los Pirineos. Sus magníficos valles y sus cercana estación de Baqueira Beret, le hacen ser un lugar privilegiado para la práctica de deportes de montaña, tales como, senderismo, esquí alpino y esquí fond. 
La ruta del románico en el Valle de Arán, es el tesoro oculto que como perla se encuentra diseminado a lo largo de sus templos y capillas entre las aldeas de piedra y pizarra. Está formado por quince iglesias de las cuales cinco son consideradas las más importantes: Santa María de Arties, San Miguel de Vielha, San Andrés de Salardú, Era Mair de diu de la Purifiacación  de Bossóts y Santa Eulália de Unha. Una tras otra, muestran la belleza y sencillez de sus iglesias románicas con reminiscencias visigodas y mozárabes y con la clara influencia de los maestros constructores venidos de Lombardía. Sus bóvedas de medio cañón y sus torres campanario de dos cuerpos hasta seis, separadas de la iglesia, forman un conjunto arquitectónico típico del románico lombardo. En su interior, la separación de naves por columnas con capiteles sencillos en arcos de medio punto, y paredes pintadas en el ábside y muros laterales, aunque muy deterioradas por el paso del tiempo, manifiestan lo que en los siglo XI y XII fue un magnífico reportaje catequético bíblico, para ilustrar con la imagen y el color las representaciones y misterios de nuestra religión a gentes sencillas. Una experiencia mística inigualable para vivir hoy con recogimiento y oración un diálogo con Dios o su propia mismidad, en la soledad y quietud del silencio de sus muros, que recomiendo, para todos aquellos que quieran encontrarse consigo mismo y apartarse del mundanal ruido. 

Y a la vuelta, Zaragoza; aparece llena de luz y esplendor tras ver reflejadas las torres de la Basílica de El Pilar y el reflejo de su Iglesia-Catedral en el río Ebro. Nos faltó tiempo para descender del autobús y visitar la magnifica Catedral de la Seo de Zaragoza, dedicada al Salvador, de estilo ecléctico desde el románico hasta el neoclásico. Desde el exterior destaca el muro de la parroquia de San Miguel, anexo a la catedral, de una valor y belleza incalculable, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: es la obra culmen del mudéjar aragonés, junto al cimborrio que también es lo más preciado en la arquitectura aragonesa. 
Pero si la catedral de Burgos es la expresión pura del gótico tardío, y León es la exaltación del gótico puro por la esbeltez de su catedral y el juego de luces y sombras de sus vidrieras, la Seo del Salvador, es de una belleza sorprendente por la sencillez de sus bóvedas de crucería, entre las que destaca el cimborrio en el transepto, reestructurado por el papa Pedro Luna (Benedicto XIII) en forma de triple corona o de tiara papal en sus tres planos superpuestos. Después de visitar el Museo de Tapices flamencos de inusitada belleza, no podíamos abandonar la catedral sin contemplar el Retablo de la Capilla Mayor dedicado a la Epifanía, advocación de la catedral, por su grandiosidad e importancia. Las tres escenas principales fueron talladas por el maestro alemán Hans de Suabia y fueron dedicadas a San Valero, San Vicente, y San Lorenzo. Es la joya de la catedral como obra representativa más importante del gótico europeo del siglo XV. Los arcos ojivales y las bóvedas de crucería, junto a su magnífico retablo, y las capillas laterales que la jalonan, hacen de esta catedral el símbolo por excelencia de la Jerusalen celestial. ¿Es la piedra la que emerge de la tierra, como mano abierta elevándose hacia el cielo, o tal vez el cielo que baja para acampar sobre la tierra? Es lo mismo. Si alguien quiere imaginarse el cielo, ya tiene el modelo. 





sábado, 9 de abril de 2022

¡Viajeros al Cielo!

 


¡Bendita rama que del árbol sale,
para ser madera santificada!
¡Bendita rama
para ser madera hecha carne,
tallada!
Imágenes de Semana Santa, 
que recobráis vida sobre tronos
para ser contempladas, 
y mostráis ternura y compasión,
a gentes que buscan ver a Dios.

Semana "santa profana",
estación de penitencia a ritmo
de cañón,
víctimas de la sinrazón,
pasión sin resurrección. La Paz hecha jirones
en cualquier rincón,
con miembros esparcidos en el asfalto al sol:
conciencia humana en descomposición.
Otra semana trágica en una estación
la de Kramatorsk.
Mientras suplican ver el rostro
de Dios.

!Viajeros al cielo!
a la espera de un tren que nunca llegó.

                Antonio González


martes, 21 de diciembre de 2021

Ahora son las 21 horas y 21 minutos, del día 21, del año 21, del siglo XXI


                                       "El hombre es la medida de todas las cosas"

                                                                                  Protágoras


Hoy son las 21 horas y 21 minutos, del día 21, del año 21, del siglo 21. Brindo por todos vosotros, para que esta fecha tan especial, marque nuestras vidas de paz y prosperidad. Hasta dentro de cien años no se dará la combinación del día 22, a las 22 horas, 22 minutos, del año 22 en el siglo 22. 

Qué haríamos sin el tiempo. Nada. El tiempo es quien conforma bajo su inexorable pasar todo lo que acontece. Nada acontece sin el tiempo, ni nada transcurre sin su permiso. El "ser" está muy a gusto en el tiempo porque sabe que fuera de él perdería su ser. Siempre está en guardia, vigilante..., nunca desfallece ni descansa, si así fuese,  acabaría todo. El tiempo es la esencia del acontecer, el receptáculo del transcurrir de la vida y de la duración: todo dura en el tiempo nada es fuera de él. Por eso es todo y es nada. No es, porque la esencia del ser es aquello que permanece en su materia y su forma, ocupando un lugar real o virtual en el espacio, con sus propias dimensiones espacio-temporales. Pero a la vez es todo, donde todo fluye y nada permanece, tal como lo hace el tiempo, porque si lo desmenuzamos, en el pasado ya no es; en el presente se nos escapa entre los dedos de la mano, y en el futuro es quimera o esperanza de lo que aún no es. solo queda el instante. Por eso el tiempo no es, si por "ser" entendemos algo que está ahí permaneciendo. es el carril, más bien, de la permanencia y duración. Mas bien diríamos que es "la condición de posibilidad de toda experiencia" (Kant), es receptáculo que contiene todo aquello que es o pretende ser, es condición "sine qua non", nada es, ni puede ser.

El tiempo, lo podemos medir pero no parar ni tampoco definir. Si por definir entendemos poner límites a una cosa, resaltándola de las demás cosas, singularizándola, particularizándola, sacándola del "totum revolutum" de la homogeneidad y de la multiplicidad de las cosas, en la que se encuentra. Si identificamos como parte de la realidad el tiempo, ¿qué quedaría de la otra parte llamada el "no tiempo"? pero el no tiempo no es, ni existe; ni siquiera puede ser pensado, porque, no es un concepto, sino la condición de todo concepto, porque pensar en algo fuera del tiempo es imposible, es como trasladarse a otro lugar o iniciar un viaje sin contar con el tiempo transcurrido, un viaje sin duración, y eso es imposible: ese viaje necesitamos hacerlo en el tiempo. Es como pretender guardar el agua sin un cuenco que la soporte, conteniéndola y dándole forma. El tiempo, siempre está ahí, soportando y suponiendo el sostén, cauce, camino de  toda experiencia. Basta un llamada, una palabra mágica y siempre responde: al ¿cuándo?.

Es amigo y tirano a la vez. Depende de él mismo. Se manifiesta en todo momento, se disfraza como amigo (tiempo para gozar) y aliado o como inexorable enemigo (tiempo para sufrir). En las alegrías se queda corto, pasa raudo y veloz, y a veces se oculta con rapidez, para luego aparecer en la nostalgia del pasado, en la memoria "de que cualquier tiempo fue mejor", cuando ya no podemos disponer de él. Se hace efímero. Otras veces, se queda parado, inerte, su transcurrir es lento y cruel. Aparece en los momentos más críticos, amargos y duros de la experiencia humana: en la enfermedad, en la angustia, en la frustración..., en esos momentos en donde cada momento del tiempo, queda paralizado e inamovible. Se adueña de nuestro estado de ánimo, de nuestro espíritu, y nos martiriza con el repiqueteo constante de la duración, de la quietud que se torna en inquietud, en la repetición de lo mismo; en ir cayendo en el pozo a cuyo fondo nunca se llega. Hasta se muestra cruel, insoportable, en un tiempo determinado, para luego, con el tiempo, ir cerrando, curando la herida, consolando y atemperando el ánimo, hasta hacerlo soportable: nos hiere en el tiempo, pero nos cura con el tiempo; es una misma moneda con dos caras.

Aprovechando el tiempo, ahora que me es favorable, con la alegría de haber vivido 74 años, y pese a estar rodeado de incertidumbre a causa de la pandemia que asola al mundo entero, levanto mi copa de vino, con el deseo solidario, para que dentro de los próximos cien años, la humanidad tenga un dominio mas efectivo sobre la enfermedad, sea más justa y solidaria y destierre la violencia en el mundo. ¡¡¡Por Vosotros: paz y bien!!!


NB. Mi nombre es Antonio González Padilla. Nacido en Almería (España). Vivo en Abla, y he sido  profesor de filosofía. Casado con tres hijos. Feliz por compartir con vosotros la existencia y la pertenencia al género humano. ¡Qué Dios nos bendiga a todos!


jueves, 11 de noviembre de 2021

Carta a Pablo, alumno del IES Sierra Nevada de Fiñana

  


"No se aprende filosofía, sino a filosofar" 


                                           Inmanuel Kant


Querido Pablo:

No nos conocemos, a pesar de que vivimos muy cerca el uno del otro, en este precioso Valle del Río Nacimiento de la Alpujarra almeriense, pero todo se andará.Tu denuncia sobre la supresión de la filosofía me ha sorprendido gratamente, aunque no menos esperada, pues a lo largo de mi vida como profesor de filosofía, me he encontrado con alumnos comprometidos con la libertad y el pensamiento crítico, con las mismas inquietudes que tú.
Ante la noticia de que la filosofía en la ESO ha sido "completamente laminada", pues no solo la asignatura de Ética ha visto rebajado su estatus a una sola hora semanal de Valores cívicos y éticos, sino que la Filosofía de 4º de la ESO, sorprendentemente ha desaparecido de la oferta de optativas de Secundaria, siendo sustituida por otras asignaturas afines o de valores éticos, no puedo menos que levantar mi voz, -junto a la tuya- como antiguo profesor de filosofía, y denunciar un atropello que atenta contra el espíritu crítico de nuestros alumnos. 
La pregunta que todos nos hacemos es el por qué del tremendo atentado contra la filosofía (otro atentado más -y ya son muchos- parangoneándo las palabras de Aristóteles sobre la huida de su maestro Platón de la ciudad de Atenas, por cuestiones políticas), y las consecuencias que se derivarán en la formación humanista y el daño que causará en las generaciones futuras  de ciudadanos a los que se les hurtará un instrumento fundamental para adquirir una formación crítica y unos conocimientos muy válidos para la fundamentación de ideas y valores tan necesarios para la vida. Sorprende que quieran erradicar la filosofía de los curriculum para emplear el tiempo en otras disciplinas de ciencias -tanto formales como materiales- en detrimento de la propia filosofía, cuyos comienzos era un saber de la totalidad sin diferencia alguna, partiendo de un tronco común y diversificándose a lo largo de los siglos a causa de su especialización y metodología. "Responde obviamente a una orientación de la educación hacia un tipo de formación muy procedimental y vacía de contenidos en las etapas básicas, y hiperrespecializadora, profesionalizadora y productora de conocimientos muy rentables en las etapas superiores. En este esquema tan polarizado, la formación crítica, de lenguajes fundamentales -de la música al dibujo, de la filosofía también a las matemáticas-, todo lo que nos forma para tener una relación creativa, autónoma y crítica con el mundo, interesa muy poco. El arrinconamiento de la filosofía no es un problema de una materia en concreto, sino de lo que significa  formarse hoy." En Filosofía inacabada, de Marina Garcés, profesora de en la Universidad de Zaragoza. Pero a este arrinconamiento la filosofía no es ajena: hay que hacer autocrítica por recluirse ésta en el ámbito de lo académico, reconociéndose como lugar difícil, llena de tecnicismos, accesibles solo a unos cuantos, perdiendo su interpelación igualitaria popular, nacida en el ágora ateniense y dirigida a todo aquel que esté dispuesto a cuestionarse. Una actividad que nace en la calle y que no es privilegio de nadie en concreto, sino de todos aquellos que quieran preguntarse las preguntas inaugurales de la filosofía: ¿cómo vivir?, ¿cómo pensar?, ¿cómo actuar?

Como bien sabes, en la antigüedad los filósofos eran físicos, matemáticos, naturalistas, cosmólogos, psicólogos, sociólogos, etc, todo en uno. Amaban el saber por el saber, y trataban de fundamentar y encontrar los primeros principios tanto de la naturaleza como los del hombre, sin establecer distinción alguna, entendiendo a éste como parte integrante del cosmos. La filosofía nos ayuda a comprender la inteligibilidad del hombre y su mundo y a tratar de responder las grandes preguntas que como seres humanos nos hacemos desde la propia filosofía (ciencia), religión (creencias), y la ética o moral (conducta). Las preguntas últimas sobre la realidad la iniciaron los griegos hace 2500 años y siguen siendo las mismas sin que hasta ahora haya respuestas satisfactorias, pero ello lejos de invalidar su función, nos invita a pensar la ardua y difícil tarea con lo que se enfrenta esto que llamamos filosofía. ¿Por qué la filosofía es tan importante para nuestra vida y qué pueden aportar unos  antepasados a nuestro mundo actual culto y tecnificado? Ésta es la pregunta que muchos se hacen y que trataré de responder desde la propia historia de la filosofía y mi experiencia personal como profesor durante más de treinta años. Una respuesta obvia es que los problemas y planteamientos vitales del ser humano hoy son los mismos que los del hombre actual: en nada han cambiado. 

Las preguntas de los presocráticos sobre el origen del universo siguen latentes en la actualidad, solo cambian las respuestas. La mutabilidad del universo en "el todo fluye heraclídeo" tiene tanta vigencia en la actualidad como la permanencia y estabilidad del Ser de Parménides.  La tradición metafísica y la filosofía de Nietzsche son muestras evidentes de esta división entre devenir y ser. Martin Heidegger, filosofo alemán del siglo XX se nutre de la filosofía de Parménides preguntándose  "¿Por qué existe el ser más bien que la nada?" partiendo de las posiciones ontológicas de Parménides en su obra"Acerca de la naturaleza"¿Qué es y de dónde procede el movimiento? ¿Hacia dónde va -si es que va a algún sitio-? ¿Hay una armonía cósmica oculta donde todo está predeterminado? ¿Hay algo más allá del mundo empírico de lo que captan nuestros sentidos? ¿Cuál es la auténtica realidad? ¿Cómo organizamos y fundamentamos nuestros comportamiento con los otros y con nosotros mismos? ¿Qué sentido tiene "ser fiel" al deber y al imperativo categórico de nuestra conciencia? Algunas de estas preguntas -aunque no todas- ya estaban en la filosofía griega hace miles de años.
En un debate entre Albert Rivera y Pablo Iglesias, en el 2015, alguien preguntó sobre una obra de Kant y ninguno supo contestar como corresponde a dos políticos que aspiraban a ser presidentes de España y han estudiado en la universidad. Sorprendente, por no decir lamentable, el espectáculo al que asistimos los ciudadanos. Pues sí, hay que estudiar a Kant y si no vean. El mundo actual podemos comprenderlo gracias a la aportación de Kant. En su Crítica de la Razón Pura (1781-1787) se establece un nuevo paradigma cultural, que delimita claramente la diferencia entre saber empírico y saber teórico; dicho de otro modo, se establecen los límites entre el verdadero conocimiento científico y otros saberes o creencias que no son ciencia. Dios no es un objeto de experiencia, pero su acción se aprecia en la finalidad del universo, que no camina a ciegas. Más adelante, Einstein suscribió este argumento, afirmando que Dios no juega a los dados. Kant formuló el imperativo categórico, según el cual el hombre siempre es un fin, nunca un medio. Nadie mejor que él supo fundamentar la ética humanista en una voluntad basada en un imperativo categórico y en el deber por el deber.
¿Cómo entender -querido Pablo- nuestro siglo XX y sus dos guerras mundiales sin estudiar a Hegel y la influencia de su dialéctica en Ludwig Feuerbach y Carlos Marx? Con independencia de aceptar la dictadura del proletariado, o la de ser marxista o no, la filosofía de Marx representa una crítica contra el pensamiento especulativo teórico del idealismo filosófico y la importancia de la praxis: "Lo importante no es conocer el mundo, sino transformarlo" (Marx, XI tesis sobre Feuerbach). Conceptos como plusvalía, valor de uso, valor de cambio, etc, son imprescindibles para el conocimiento del mundo económico actual.

La filosofía no es un saber anacrónico, especulativo o baldío, -como tú bien sabes- sino el origen y fundamento del pensamiento científico, político y ético. No hay que "aprender filosofía" sino a filosofar, (I. Kant) puesto que no es ajena a nuestro cotidiano vivir: tiene una función práctica, concreta, además de una función teórica: sus principios ayudan a tener una visión de totalidad, crítica y racional del complejo mundo en el que nos movemos; por tanto, la filosofía no es el arte de consolar a los necios... su única tarea es la búsqueda de la verdad y destruir prejuicios. No hay que olvidar como la Lógica nos ayuda argumentar e inferir razonamientos que luego pueden ser aplicados a las demás ciencias,  descubrir falacias mediante el análisis del lenguaje, y desvelar discursos demagogos cuya finalidad es ocultar la verdad e instrumentalizar a las masas. Tampoco es despreciable la Epistemología como parte de la filosofía que trata sobre el alcance y límites de nuestro conocimiento, validez, aplicación y métodos, o la Filosofía de la  Ciencia para conocer como se modifican y aplican los patrones de los descubrimientos. Pero si la filosofía tienen una función esencial que brilla con luz propia sobre las demás, esa es  la Ética. Saber justificar nuestro comportamiento personal y social a través de principios que se fundamentan por ser personas de naturaleza racional, sujetos de derechos y deberes por nuestra propia esencia de seres humanos, con independencia de toda raza, creencia, o lugar de nacimiento, etc, no es banal y carezca de importancia. Algunos ejemplos nos ayudarán a entenderlo. Tanto el trabajo de un científico, como las de un biólogo o un médico, comporta decisiones con implicaciones ético-morales que van más allá del trabajo científico-técnico y que la ciencia poco puede decir; corresponderá a la filosofía  moral establecer los fines y los medios que se adecuen mejor a los derechos humanosLo mismo sucede con la Medicina, que interviene en aspectos tan polémicos como el aborto o la eutanasia. Un médico no es una máquina de recetar y aplicar sus conocimientos sin más a sus pacientes, sino un ser racional que somete sus actos al juicio de su conciencia, de acuerdo con un código ético. Lo mismo sucede en el terreno del derecho y la ciencia política. Nuestra Constitución del 78 habla que el sentido de la pena no es solo castigar sino también rehabilitar y reinsertar, siempre que sea posible.  Ya Sócrates en el siglo V a.C. afirmaba que el peor mal del hombre es la ignorancia  (nadie obra mal a sabiendas), y que el mejor bien es el conocimiento; en esto consiste el intelectualismo moral, que con tanta fuerza defendió, pagando con su propia vida, y en cuyos principios se fundamenta nuestro derecho penal para la reinserción social del infractor. Por estas y otras múltiples razones, la filosofía ha de estudiarse en el bachillerato y posteriormente en la universidad, por ser un instrumento imprescindible para ordenar nuestro mundo y dar un sentido racional y crítico a nuestra vida.

Perdona la extensión, no ha sido intencionada. Lamento que te hayan hurtado tu vocación de docente como profesor de filosofía, pero no la de filosofar. Eso nadie te lo podrá quitar. Estoy seguro que entre todos conseguiremos poner a la Filosofía en el lugar que le corresponde. Ya lo estamos haciendo.
         
Con mi mayor afecto.

                                      Antonio González Padilla