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domingo, 2 de noviembre de 2025

Una sociedad anestesiada





Confieso que espero como agua de mayo los artículos de Sánchez Cámara. Ninguno me deja indiferente. En su publicación de El Debate del día 2 de noviembre, nos habla de un filósofo Surcoreano llamado Byung-Chul Han, reciente premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025. Educado en Alemania en la Universidad de Friburgo, Han se doctoró con una tesis de Martín Heidegger.
Sńchez Cámara, siguiendo la obra de este pensador, nos ofrece una crítica lúcida y penetrante sobre el neoliberalismo llevado hasta sus últimas consecuencias. Lo hace partiendo de una visión inspirada en la filosofía socrática y en abierta oposición al pensamiento dominante de nuestro tiempo.
Su reflexión se centra en tres grandes ídolos de la modernidad: el capital, la digitalización y la inteligencia artificial. Estos ámbitos que se presentan como instrumentos de libertad y progreso, acaban por esclavizarnos. Prometen una libertad ilimitada, sin control, basada en un falsa autonomía personal que ignora los fines esenciales del ser humano. En lugar de servir a la liberación del hombre, lo subordinan a mecanismos impersonales de consumo y rentabilidad.
El neoliberalismo, a través del mercado, fomenta un consumismo desmesurado que relega los fines humanos a favor de los medios útiles y del beneficio económico. La persona se convierte así en esclava de sus propios deseos, y no reconocida como fin. A nivel social, esta dinámica destruye la verdadera igualdad,aniquila  al clase media y cava una fosa cada vez más profunda entre ricos y pobres.
La digitalización, que nació con el propósito de liberar al ser humano, lo vuelve  también dependiente. Su uso nos esclaviza: basta observar la dependencia del smartphone o el poder de las redes sociales, que se han convertido en instrumentos de manipulación, de crítica superficial y de difusión de  falsas noticias.
La inteligencia artificial, por su parte, amenaza con cortar las alas de la imaginación, la creatividad y el ingenio humano.¿Hasta dńde llegará su influencia? 
Nadie puede responder aún con certeza.
El resultado es una sociedad anestesiada, un cuerpo colectivo bajo cuidados paliativos que evita enfrentarse a sus verdaderos enemigos interiores. Una sociedad que adora a los ídolos del dinero, el éxito y el placer; una sociedad del ruido y la prisa, donde Dios no tiene cabida porque solo se revela en el silencio.
El objetivo último de la vida humana -como recordaba Simone Weil-  es "construir una arquitectura interior en el alma".


domingo, 26 de octubre de 2025

A la memoria de Juan José Ortiz Jiménez







Hay personas que dejan una huella imborrable en la vida de quienes tienen la fortuna  de compartir con ellas un tramo del camino. Personas cuya sola presencia ilumina, cuya bondad serena inspira confianza, y cuya generosidad nace del amor más puro: el que da sin esperar nada a cambio. Una de esas personas es mi cuñado Juanjo.

Ayer lo despedimos. Ayer dijimos adiós a nuestro querido cuñado y amigo Juan José Ortiz Jiménez, Juanjo, para todos, o el Moli, como con cariño le llamaban. El 23 de octubre nos dijo adiós, dejando una herida profunda en el corazón de su esposa, de sus hijos, de sus nietos, de todos  quienes lo quisimos. Su marcha nos ha dejado un silencio que pesa, una tristeza que la razón no comprende y el corazón siente. Cuesta comprender que un hombre fuerte, vital, lleno de vida y de proyectos se haya marchado tan repentinamente. Durante dos largos meses luchó con una valentía serena y una dignidad ejemplar. Nunca se rindió. Pero la enfermedad -implacable y silenciosa- acabó imponiéndose. Allí, en la habitación de un hospital, se apagó su vida; allí quedaron sus sueños, sus empeños, sus ilusiones, su deseo de seguir construyendo su casa y compartiendo días de felicidad con los suyos.

Amaba la libertad, el campo y la naturaleza. Y, sin embargo, el destino quiso encerrarlo entre cuatro paredes. Sentía pasión por los animales como muestra el terreno donde habita, rodeado de toda clase de animales. La fuerza que ponía en todo, el entusiasmo y el tesón por acabar lo empezado, la alegría, las ganas de vivir, todo eso quedó truncado en ese fatídico 23 de octubre... el mismo día en que, seis años atrás, nos dejó también nuestro querido suegro Antonio Guzmán. Quizá no haya casualidades sino designios que se nos escapan. Quiero creer -y así lo creo-  Dios llama a los mejores; a los buenos, a los nobles de corazón.

Juanjo era, ante todo, un hombre bueno. Generoso, servicial, alegre, prudente. Si una palabra lo define, esa palabra es generosidad, siempre dispuesto a servir a los otros. Junto a la prudencia, su virtud más callada, pero también la más profunda: sabía estar, sabía escuchar, sabía cuándo hablar y cuándo callar. Siempre humilde, siempre entregado.
Amaba con ternura a su esposa Magdalena, compañera de toda la vida, a quien admiraba en silencio y comprendía con solo mirarla. Fue para ella un esposo apasionado y fiel; y ella para él, un ejemplo  de alegría, entrega y generosidad. Juntos formaban una pareja luminosa, alegre, cómplice. Se amaban con una bondad sencilla y contagiosa, que llenaba de alegría los corazones de quienes los rodeaban.  
Sus hijos Laura y Juanjo, fueron su orgullo y su alegría. Los amaba con devoción, y ellos le correspondían con el mismo cariño. Con su hija Laura, su Niña... compartía esa complicidad hecha de gestos, de risas, de silencios entendidos; con su hijo Juanjo, la pasión por la caza y la libertad del monte, espacio de comunión con la naturaleza y con la vida. Sus nietos, tan pequeños aún, lo adoraban. Se embelesaban con sus historias, con sus risas, con esa luz que desprendía su mirada. Para ellos, el abuelo era sinónimo de juego y ternura.
Toda la familia -sus hermanos, cuñados, sobrinos- y esta gran familia que formamos todos, sentimos el hueco inmenso de su ausencia. También todo el pueblo de Fiñana lloró su partida, y sus numerosos amigos de su pueblo natal de Abla. Ayer, en su funeral, cada lágrima, cada abrazo, cada palabra, fue testimonio del cariño que sembró en vida.

Nos queda el consuelo de la fe: no decimos adiós, sino hasta luego. Confiamos en que un día volveremos a encontrarnos en la Casa del Padre, donde no hay dolor ni despedidas. Mientras tanto, seguimos aquí, tratando de continuar su camino, de imitar su ejemplo. No será fácil, pero lo intentaremos, porque eso -sin duda- es lo que él querría. ¡Hasta luego, querido Juanjo. Hasta siempre! Tu recuerdo vivirá en nosotros, en cada sonrisa, en cada anécdota, en cada gesto de bondad que inspire tu memoria.


miércoles, 22 de octubre de 2025

Apertura de Curso Universidad Abierta Comarca Río Nacimiento




Ayer, 21 de octubre, a las cinco de la tarde, el Centro Cultural de Abla volvió a ser un lugar lleno de sonrisas, conversaciones y reencuentros. Con el inicio de un nuevo curso de la Universidad Río Nacimiento, regresó también esa ilusión compartida por aprender, descubrir y seguir creciendo juntos.

El acto inaugural estuvo presidido Por Don Francisco Javier Sánchez, alcalde de Abla, quien tomó la palabra para agradecer la colaboración de las instituciones que hacen posible esta valiosa iniciativa: la Universidad de Almería (UAL), los ayuntamientos de la Mancomunidad y la Asociación Crecimiento Humano, cuyo apoyo constante da sentido a una actividad que, más que un programa formativo, es una auténtica celebración del saber y la convivencia. 
El alcalde felicitó a los asistentes y los animó a seguir participando en esta experiencia tan enriquecedora para nuestra comarca y, especialmente, para nuestros mayores, quienes encuentran en ella un modo de aprender, compartir y cuidar su bienestar a través del conocimiento.

Tomó luego la palabra Don Rafael Montes, alcalde de Fiñana, quien subrayó la importancia de esta iniciativa como un verdadero motor de cohesión y unión para toda la comarca.
Entre los asistentes se respiraba alegría y emoción. Un centenar de mayores, llegados desde distintos pueblos de la comarca, llenaron de entusiasmo un salón que ya sienten como suyo. Cinco años han pasado desde que esta iniciativa echó a andar: el deseo de aprender, de mantenerse activo y de disfrutar de la cultura como camino hacia una vida  más plena, saludable y feliz, se hizo realidad.

Y de esto precisamente trató la ponencia inaugural, que estuvo a cargo de Doña  Guadalupe Molina Torres, profesora titular de la Universidad de Almería. Con un lenguaje cercano y claro, supo conectar con el público desde el primer momento, ofreciendo una charla práctica y motivadora sobre prevención y ejercicio terapéutico para mantener un cuerpo saludable.
En su intervención habló sobre la sarcopenia, esa pérdida progresiva de masa y fuerza muscular que acompaña al paso de los años, pero cuyo avance puede frenar con movimiento, constancia y buenos hábitos. No lo expresó como un problema, sino como un reto vital: aprender a cuidar el cuerpo para que siga siendo compañero fiel de nuestros deseos y proyectos. Porque mantenerse activo no es solo cuestión de fuerza física, sino también de ánimo, esperanza y amor por una vida saludable.

Esta idea me recordó el mito platónico, que tanto he explicado a mis alumnos, sobre el nacimiento de Eros en el Banquete de Platón, donde Eros es hijo de Poros (la abundancia o recurso) y Penia (la pobreza o carencia) Un diálogo apropiado para comprender la etimología de la palabra griega “sar” (carne) y “penia” (carencia). Así como Eros surge de la unión entre la falta y la plenitud, el cuerpo humano también es ese terreno donde la tensión entre la fragilidad y fuerza se juega día a día.
El cuerpo como Eros, es deseo constante: deseo de movimiento, de salud, de vivir plenamente. Y  eso es una vida alegre y saludable.

A continuación, tomó la palabra Don David Padilla para presentar el programa de actividades del curso. Con un tono cercano y abierto, enfatizó que este programa es solo un punto de partida, una invitación a que los propios integrantes, desde sus intereses y necesidades, vayan construyendo juntos el camino a seguir.
Para dinamizar los encuentros, propusieron dos actividades quinquenales que tendrán lugar cada quince días: los martes un cinefórum guiado por Don Antonio Pintado Calvo, donde compartirán películas que invitan a la reflexión y al diálogo; y los jueves, la lectura y debate de obras filosóficas, coordinado por Don Antonio González Padilla, para abrir horizontes y mantener viva la llama del pensamiento crítico.
Finalmente, el acto cerró con un momento cálido y festivo, compartiendo entre todos una deliciosa merienda, que sirvió para estrechar vínculos y celebrar el inicio de este nuevo curso con la alegría y esperanza de quienes saben que aprender es también vivir en comunidad.

                                                                          Antonio González Padilla
                                                                          Secretario Crecimiento Humano


martes, 23 de septiembre de 2025

José María: un entrañable amigo



                      

                                        Allá donde termine este afán que exige un dueño
                                        a imagen suya, sometiendo a otra vida su vida,
                                        sin más horizonte que otros ojos frente.
                                        Donde penas y dichas no sean más que nombres,
                                        cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
                                        donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
                                        disuelto en niebla, ausencia, 
                                        ausencia leve como carne de niño.
                                        Allá, allá lejos, donde habite el olvido
                                                                                            
                                                                      
                                                                                 Luis Cernuda



Hay personas que dejan una huella imborrable en la vida de quienes tienen la fortuna de compartir con ellas un tramo del camino. Seres cuya sola presencia irradia bondad, cuya mansedumbre inspira confianza, cuya amistad es tesoro y refugio. Personas buenas, profundamente buenas.

Una de ellas, sin duda, fue José María Gómez Lázaro-Carrasco: el entrañable amigo que nos ha dejado hace tan poco. Con el corazón desgarrado sentimos hoy su ausencia; su partida nos ha sumido en un dolor profundo, en un desconcierto inquietante, en un vacío existencial que lacera lo más hondo del ser humano y que nos descubrimos incapaces de colmar.

Y sin embargo, desde la fe que compartimos, hallamos un tenue resplandor que, aunque no disipa por completo la incomprensión y la absurda herida de la muerte, sí atenúa en parte su aspereza, dejándonos la certeza de que lo amado no desaparece, sino que permanece transformado en presencia eterna.

Hablar de José María, recordarlo  hoy ante su familia y sus amigos más cercanos, es un atrevimiento que asumo con humildad, guiado únicamente por el afecto sincero y la amistad que nos unió en vida. Ponerle palabras a quien ya no camina entre nosotros es un acto difícil, porque su presencia se explica mejor con los gestos que dejó con la hondura de su mirada y la nobleza de su corazón. José María fue, y sigue siendo en la memoria que nos congrega, un ejemplo vivo de principios y valores humanos: diálogo constante, respeto profundo, confianza en el otro, fe firme en la educación como senda de dignidad. Él creía que toda vida se ennoblece al ser compartida, que el bien se multiplica cuando se siembra en común; y así lo practicó cada día, en la claridad de la conversación con sus semejantes. Si a esta impronta de humanidad añadimos los lazos de amistad que me unieron a él, entonces su recuerdo no es ya un deber ético, sino una gratitud necesaria y luminosa. Hoy, José María, al honrar tu memoria después de tu partida, celebramos tu modo de ser, imitamos tu manera de vivir: con honestidad, con ternura, con la certeza de que tu huella, aunque ausente en cuerpo, permanece entre nosotros como ejemplo a seguir.

Era de esas presencias que no pasan inadvertidas: irradiaba sabiduría serena, prudencia firme, bondad callada, generosidad inagotable, compromiso fiel y una humildad profunda. Amaba la Verdad -esa Verdad con mayúscula- y encontraba en ella la brújula de su vivir. Con frecuencia, en su voz resonaban las palabras de San Agustín, tan cercanas a su espíritu: "Vuelve a ti mismo; en el interior del hombre habita la verdad". Él, que tanto la buscó,  mientras vivió entre nosotros, no lo hizo para guardarla celosamente en su interior sino para compartirla con generosidad. Así era José María: un hombre de honda espiritualidad, de fe sincera y de compromiso fraterno, herencia recibida en el seno de una familia de firmes convicciones religiosas. Supo dar testimonio de esa herencia no solo con palabras, sino también mediante obras concretas, entregándose a los demás a través de Cáritas y del Banco de Alimentos. En su vida hizo verdad aquellas palabras de los Hechos de los Apóstoles (20,35): “Hay más alegría en dar que en recibir”
José María, hombre bueno, cuya vida entera fue un acto de amor. Amó a los suyos con la intensidad de quien sabe que en la familia late el verdadero sentido de la existencia. Amó a Tere, su compañera, una mujer con mayúscula, y en cada palabra dedicada a ella lloró, cantó y se desnudó en silencio. Porque cuando pensaba en ella era tan profundo su sentir que ni la propia piel alcanzaba a dar cuenta del secreto dolor de amarla  hasta morir de amor. Padre henchido de orgullo por su hija Maite y por su nieto Pedro, los quiso con la fuerza de mil raíces, con el peso solemne del alma que se desgarra en ternura. ¿Puede el amor decirse mejor? No lo creo…

Maestro de vocación y de vida, entregó su sabiduría a los alumnos, aunque confesaba aprender más de ellos que lo que a ellos enseñaba. Ejemplo en Adra dejó huella de luz donde otros apenas dejan paso. Reconoció en su hijo adoptivo la justicia merecida de un legado inmenso, pues su vida entera fue la virtud de olvidarse de sí mismo para darse a todos. Bendita suerte la de quienes lo tuvimos como amigo: prudente, sabio, cercano y afable. Qué riqueza la de quienes compartimos su bondad callada, su consejo sereno, su amistad verdadera. Gracias, José María, porque en tu entrega aprendimos el valor de la humildad, el peso noble del amor y la fuerza silenciosa de quien sirve sin esperar nada. ¡Gracias por haber sido, sencillamente, un hombre ejemplar!




                            

martes, 5 de agosto de 2025

Annie Ernaux





Siempre he tenido en gran estima la literatura intimista de Annie Ernaux. Llamó mi atención por primera vez cuando supe que vivió en Annecy durante la década de los años 60, con sus padres como regentes de un café-colmado. Ciudad que pertenece al Departamento de la Alta Saboya francesa, que conozco muy bien, porque pasé mis mejores años allí en comisión de servicio como profesor asociado de Lengua y Cultura Española, durante el trienio de 1985-88, en el Lycée Berthollet de Annecy, sin conocerla personalmente. 
La razón de ser de su literatura la expuso en el discurso de aceptación del Nóvel. "hacer que lo indecible salga a la luz política". Lo indecible para Ernaux es lo más intimista y personal, rayando lo escabroso, que tiene el ser humano en su intimidad. Aquello que nos identifica y configura como seres humanos universales en una biografía -que si bien es personal- nos hermana en una crónica común de sentido profundo con dimensión universal. Los libros de cartas, los diarios, las memorias, encarnan el estrato bruto de la literatura; son su género más puro y honesto. Nada más alejado de la tiranía del ego o la vanidad. El yo que en ellos respira es un yo transpersonal.
El escritor no es un ser solitario alejado y relegado en una habitación apartada de los problemas mundanos. Más bien es un fiel reflejo en su mismidad de aquellos. Por muy humilde que sea y por muy poca formación que tenga, siempre tendrá algo que decir. Su mundo, será un filtro por el que pasan estos problemas sin que estos sean  percibidos conscientemente. Nada es ficción en su literatura. Todo es autobiografía. Ernaux va más allá. Considera que las frustraciones y desencantos de su vida afloran en su literatura: reivindican ser escuchados y comprendidos como un deseo de venganza y restitución, como una forma de redención por la culpa de los mismos. Los personajes de sus novelas aparecen asumiendo el rol de los perdedores. Deshechos de la sociedad. Relegados y olvidados por incomprendidos. La "venganza" de la escritora consiste en sacarlos del anonimato como fiel reflejo de ésta, para puestos frente al espejo, denunciar sus propias contradicciones. 
El esfuerzo de Annie Ernaux por retener el tiempo pasado es minucioso e infatigable. La suya, una vocación colosal de honestidad y de integridad en la pasión por atrapar la vida, emplear esos cristales de su recuerdos que, gracias a una sabia alquimia, se convierten para nosotros en una herramienta de exploración, un vislumbre de la verdad del relato de nuestros días.
 

Annie Ernaux, es una escritora francesa ganadora del premio Novel de Literatura del año 2022.




viernes, 3 de enero de 2025

Escribir... ¿para qué?



¿Es asunto de quien escribe que haya políticos, gobernantes, canallas que sean corruptos y pisoteen los derechos más elementales qué tanto ha costado conseguir a la humanidad ¿Son las palabras las que hieren, esas que escogemos los que escribimos para crear "simpathos", lo suficientemente comprometedoras, que haya "compasión" entre quien escribe y quien lee? ¿Qué se le ha perdido al poeta para soñar despierto en la madrugada a fuerza de ritmo plasmar en el papel esas inconfesables añoranzas del animal hablante?  Entonces, ¿por qué escribir? Duro es escribir y más duro, escribir bien. Vibrar y conectar con el lector llamar la atención en este mundo de ruidos y distracciones varias, donde pasar el tiempo se torna problemático y donde aprovechar tiempo libre para crecer, es harto complicado. Si a esto añadimos que no hay nada que ganar ni nada que vender ¿por qué esforzarse si no hay nada que esperar? "Escribir es un honor y una carga. Pesada. La de saber que nada mal escrito es perdonable. Corrompida la lengua hasta la médula por quienes construyeron esta homogénea habla de esclavos, escribir reviste el riesgo de un amor perverso e imposible". (G. Albiac). Solo la ilusión de transmitir aquello que bulle dentro del escritor en un grito de auxilio que disipe la niebla en la soledad que le envuelve, con la esperanza de recibir el eco ampliado de la palabra que reafirme su mensaje. Escribir es búsqueda de respuestas en la niebla oscura de la nada. Un buscar la mano del otro para no caer en el abismo de la inconsistencia, solo, con la certeza, de que el último renglón, no aún escrito, lo escriba solo. En la soledad absoluta. Es exponerse desnudo en la plaza pública a la espera de la crítica más exacerbada, sin compasión, mostrando sus verguenzas. Crítica y más crítica sin esperar una lisonja. Una palabra de aprobación. Con la peor de las respuestas: el silencio como halago.



martes, 31 de diciembre de 2024

Un año más...




Doce campanadas marcan el ritmo de nuestras vidas. Hoy despedimos el año viejo para recibir el nuevo. Es solo una cuestión cultural: medimos el tiempo porque no podemos pararlo. Lo llenamos de deseos, promesas y ensueños porque la vida sigue y hay que hacerla más liviana. Hay que llenar el vacío de la existencia con algo, para luego encontrar quien sabe la sorpresa. Si nada podemos hacer con el pasado, por ser pasado y no poder cambiarlo. No nos gusta el presente -porque no podamos soportarlo -por lo que sea-; entonces, solo nos queda el futuro con el que fantasiamos a nuestro antojo. 
Hoy es la noche en la que hay que tener presente en la mente y el corazón  a los afectados por la DANA de Valencia, nuestros hermanos. Para ellos empezará un "Año Nuevo", y tan nuevo. Ojalá la novedad consista en sacar el "lodo" de sus vidas, tanto moral como físico: amargura, desencanto, frustración... Un lodo que ahoga su corazón por la pérdida irreparable de un ser querido que nunca volverá y cuya ausencia nadie ni nada puede reparar. Un deseo y un compromiso solidario y desinteresado con ellos, lejos de las promesas interesadas de los políticos. ¡No los olvidemos!
Esta noche correrá el champán y comeremos las uvas entre abrazos, promesas y parabienes -con la sola excepción de no hablar de política, tiempo habrá el próximo año-. Cada uno en torno a la mesa repasará la nota de sus buenos deseos, como desear salud, trabajo, paz y buen entendimiento entre los suyos y los de más allá. No faltarán aquellos que tengan en cuenta a nuestro país España, con el deseo que solucione sus problemas más importantes. 
Unos lo celebrarán en la calle rodeados de alcohol, música y matasuegras, saltando y bailando entre copa y copa. Otros, lo harán con la familia en sus casas bajo el show de la televisión, donde la cama sea un socorro cercano para dormir, y esté cerca por si acaso hay que echar mano de ella. Tampoco está mal madrugar el primer día del año, y pasear por las calles desiertas respirando el aire frío de la ciudad, con la única preocupación de que vuelva el hijo sano y salvo a casa, el alcohol no haga de las suyas, o el coche le juegue una mala pasada.
No podemos olvidar a todos aquellos profesionales hombres y mujeres, que velarán por nuestra seguridad y que estarán vigilantes para que todo siga con normalidad: médicos, enfermeros, bomberos, policías, técnicos de mantenimiento y seguridad,  etc. Nuestro maś sincero agradecimiento.
Hoy es el día apropiado para hacer examen de conciencia sobre el año que se nos va, rectificar aquello que hemos hecho mal, y prometernos a nosotros mismos ser mejores para no caer en los mismos errores. Pocos lo conseguimos. Volveremos a caer y el próximo año volveremos a rectificar. Así somos y así seguiremos siendo. Lo importante es saber levantarse. 
Solo queda desear a mis lectores un feliz año 2025. ¡Qué al final de este año que comienza, sigamos aquí y podamos felicitarnos! 


martes, 24 de diciembre de 2024

¡Feliz Navidad, hombres de buena voluntad!



Te hablo de la Navidad. No de la Navidad de los alumbrados de la ciudad, ni la de los grandes almacenes que venden consumo. Tampoco de la Navidad de los regalos, o la de las grandes comilonas de marisco y champán; la del mantecado, turrón, o la lotería. No. Hablamos de esa Navidad que celebra la venida de Dios a la tierra en forma de hombre en Jesús de Nazaret en la pobreza y la humildad. Sí, ya sé que que hay muchos que no creen en Él, pero dejemos eso en manos de Dios. En la película de "Angeles y Demonios" basada en la novela de Dan Browwn, un personaje ateo le dice al Papa que él no cree en Dios, a lo que el Papa le responde: no te preocupes, porque Dios sí cree en en tí.

Créeme si te digo que yo lo he encontrado y no lo dejaré escapar. Mucho tiempo ha sido rescoldo en un rincón de mi corazón, pero finalmente ha prendido la llama por el soplo del Espíritu. Lo único que siento es no haberlo encontrado antes. Algunos me llamarán beato, extravagante, exagerado, cuando no loco. Lo asumo, pero solo pido respeto y comprensión, el mismo que yo tengo con los no creyentes y los agnósticos. Sí, proclamo mi experiencia religiosa y la alegría que siento de encontrarme con Él y sentirlo cerca de mí. Me da paz, serenidad, autoestima y me hace ser mejor persona.

¿Qué dónde lo he encontrado? Pues no. Te equivocas, si crees que lo he hallado en los libros, o en complicados ensayos de filosofía o teología. Lo he encontrado dentro de mí. “ No lo busques fuera en tu interior está la Verdad “ ( Noli foras ire in te ipsum redi, veritas est ) -nos dice San Agustín- Está en el prójimo, en ti y en mí. En nuestros hermanos los hombres. Está entre nosotros (Enmanuel), en la gente sencilla con la que convivimos diariamente. En la sonrisa de tus nietos, en la mirada de tu pareja amada, en el abrazo de un viejo amigo, en el olor a pan recién hecho, en el café de la mañana, en la lluvia y el olor a tierra mojada…

Pero sobre todo está, en la mano abierta del mendigo que pide a la puerta del supermercado, o en la mirada suplicante del enfermo desde una cama de hospital soportando el dolor a la espera del milagro, en la mujer embarazada que besa a su hijo antes de nacer..., y en tantos y tantos hombres y mujeres que sufren la violencia de la naturaleza, arrastrando consigo todo lo conseguido en una vida de trabajo, esfuerzo y sacrificio. Y en todos aquellos que carecen de paz a causa de la guerra, el maltrato personal, la soledad por la pérdida de un ser querido...  

¿Solo está ahí? No. Dios está en la soledad del sagrario, en el silencio de la oración, en el Sacramento del perdón, en la liturgia dominical de la Palabra y la Eucaristía. Todos los días del año son Navidad, porque cada día, Él nace, te cuida, te piensa, te quiere, te perdona más de lo que tú imaginas. Él sí cree en ti. Crée tú también en Él ¡Feliz Navidad, hombres de buena voluntad!







miércoles, 15 de mayo de 2024

Un hombre bueno, un maestro ejemplar





Escribir siempre es un placer. Ese es mi caso. Poner sílabas y palabras en orden para expresar a través del lenguaje sentimientos profundos de amistad y agradecimiento, es un placer indescriptible. En la vida nos encontramos con una diversidad de personas entre las cuales unas nos caen mejor que otras, sin saber por qué. Simplemente empatizamos con ellas. Poner palabras para dar a conocer a estas personas, como ejemplo de valores y principios cívicos, a imitar, es un deber del que diariamente dialoga públicamente en el ágora con sus semejantes. Este es el caso que  hoy nos ocupa. Hablamos de José María Gómez Lázaro-Carrasco, recientemente nominado como hijo adoptivo de Adra por su labor como docente. Conocí a Jose María a través de mi primo David Padilla. Desde el primer momento que me lo presentó, supe que me encontraba ante una persona excepcional. Así se lo comuniqué a David. Propensos a equivocarnos en el enjuiciamiento de ciertas personas, no fue éste nuestro caso. Acertamos de pleno en el diagnóstico.  
Estamos ante una persona cuya presencia irradia sabiduría, prudencia, bondad, generosidad, compromiso y humildad. Un amigo, -amigo de sus amigos- un hombre bueno y un maestro ejemplar. Los que lo conocemos y disfrutamos de su amistad, sabemos la suerte que tenemos de sentirlo cercano a nosotros. Juzguen ustedes. Un hombre que públicamente manifiesta su profunda creencia en Dios y del que agradece a perdonar a sus hermanos, "porque el que vive en el odio no vive". Educado en una familia extraordinaria, cuya madre, "con las ideas muy claras, supo sacar a sus dos hijos con coraje y darles una formación  académica". Un hombre enamorado de su mujer Tere, "una mujer con mayúscula", a quien "cuando habla, llora o piensa en ella se lo dice con palabras del poeta: "Si a veces hablo de ti/ y ves que brillan mis ojos/ no creas que están llorosos/ es que mi risa es así/ Que cuando lloro por ti/ ni las estrellas lo saben/ yo lloro cuando no hay nadie/que te lo pueda decir./ Que cuando yo pienso en ti/ lo hago tan para adentro/ que ni mi piel sabe cierto/ que muero pensando en ti". Un padre orgulloso de su hija Maite y de su nieto Pedro a quien "me duele hasta el alma de tanto como lo quiero". Un hombre agradecido a sus amigos y compañeros de trabajo por el apoyo recibido durante su vida de maestro, con la humildad de quien hace las cosas por entrega y generosidad, sin darle ninguna importancia. Agradecido a sus alumnos: "ellos han sido la razón de mi vida, de mi trabajo y mi constante preocupación. para mí, jamás fuisteis un número en una lista ni en un expediente, fuisteis algo más, mucho más" Este es Jose María, y mucho más. Un maestro ejemplar que ha dejado huella en su pueblo de Adra y que agradecido lo declara su hijo adoptivo. Un reconocimiento muy merecido,  que hace justicia a un hombre cuya virtud ha sido entregarse a los demás en cuerpo y alma. ¡Enhorabuena, Jose María! ¡Qué suerte tenemos tus amigos de tenerte entre nosotros y disfrutar de tu trato prudente, sabio y afable! El mundo y la vida, para los que te conocemos, es más agradable y placentero. ¡Gracias por ser como eres y gracias por estar ahí!






viernes, 2 de febrero de 2024

El Museo: Epifanía de lo Bello



                                                                                  "Omnis ars naturae imitatio est"

                                                                                                          Horacio


"Vale más una imagen que mil palabras". Cierto. El hombre, por su naturaleza cognitiva está sujeto a la imagen. La formación del concepto o idea no puede prescindir de ella. Desde la filosofía griega la epistemología así lo confirma. Veamos.
En la Biblia el Dios monoteísta del Antiguo Testamento, se manifiesta celoso y enfadado a menudo con el pueblo escogido de Israel, por ser infiel y adorar a los ídolos en forma de becerro de oro, hecho por la mano del hombre. Al pueblo de Israel le cuesta trabajo entender a un Dios sin imagen, sin representación empírica, e imitan a los pueblos limítrofes que sí lo tienen, a costa de sufrir terribles castigos. "Yo soy el que soy", se manifiesta Yahweh a Moisés en el monte Sinaí en forma de zarza ardiente. Tuvo Moisés que romper las Tablas de la Ley, para que aquel pueblo "díscolo y duro de cerviz", se arrepienta, vuelva al pacto con Yahweh, y renuncie a la idolatría. En conclusión, el Dios bíblico del A.T. no puede ser reducido a una determinada imagen u objeto, porque su realidad es tan inmensa que transciende a toda "cosificación" tanto en el tiempo como en el espacio. 
No sucede así en el Nuevo Testamento, donde Dios se hace imagen a nuestra semejanza. En la Encarnación Jesús de Nazaret, se hace carne como uno de nosotros, acepta la contingencia de lo humano, y asume la naturaleza humana con todas sus consecuencias, menos en el pecado. Jesús nos muestra el verdadero rostro de Dios: un Dios Padre compasivo y misericordioso.

El conocimiento en la Grecia clásica está sujeto a la representación y a la imagen. Si bien en Platón ésta queda reducida a apariencia. Desde la epistemología o teoría del conocimiento en Aristóteles "El concepto" es el resultado de una extraordinaria elaboración que parte de la percepción sensible del objeto o imagen, y por medio de la abstracción en el entendimiento agente, se convierte en concepto universal o idea, como predicado de una multiplicidad de objetos. Desde la ontología, Aristóteles nos muestra la realidad sustancial constituida por objetos o cosas individuales (sustancia), y su génesis regida por las cuatro causas: material, formal, eficiente, y final. Es la forma la que "informa" a la materia a la vez que la universaliza, la hace objeto individual. Con ello, Aristóteles rompe con el dualismo de su maestro Platón; trae la  idea del "mundo de las ideas " y la inyecta en el "mundo de las cosas": la sustancia. La verdad consiste en "la adecuación del entendimiento con la cosa". La amistad es otra cosa "soy amigo de Platón pero más amigo de la verdad" -manifiesta Aristóteles-, justificando su posición antagónica frente a su maestro. 
Había que bajar la idea platónica de belleza al objeto. Sin ella, no hay arte. El museo es la catedral contemporánea de nuestro tiempo, epifanía de lo bello, de la creatividad humana. Los lienzos sustituyen el relato de las vidrieras catedralicias, las galerías historia viva del fenómeno religioso. "El arte ha sido, durante los dos últimos siglos, el último refugio de la transcendencia: una universal religión que soñó abrigar toda expresión del absoluto y acogerla  en esa emulación de las grandes basílicas que iban a ser los museos". (G. Albiac, El Debate)  Allí, la materia, se yergue sobre la brutalidad ignota de la masa para tomar nombre y llamarse a sí misma. El caos recobra orden e inteligibilidad mediante la forma, imitando al Cosmos. La belleza trasciende lo individual para ser universal. El lienzo, la madera, o la piedra, dejan de ser materia inerte para recobrar vida y elevar la creatividad del espíritu humano a lo sublime. El acto creativo detiene el tiempo y lo convierte en permanencia, en "instante" eterno", como expresión creadora del artista. Cuando la obra de arte lo requiere por su importancia, su lenguaje universal transciende la palabra y cobra un significado ajeno a fronteras,  patrias, e incluso, al propio autor, para convertirse en patrimonio universal de la humanidad. 

Ha causado gran revuelo las declaraciones del ministro de cultura Ernest Urtasun en las que propone superar el "marco colonial" en el que supuestamente se hallan inmersos los museos españoles. Nada tiene que ver la función descubridora de España con la acción llevada por otros pueblos colonizadores -ingleses, portugueses o franceses- Los nativos de las indias fueron, desde un primer momento, súbditos de la corona; y los territorios americanos nunca fueron colonias, sino "provincias de ultramar". Las leyes de Isabel La Católica y de Carlos I de España, no encajan con ese marco colonial al que alude Urtasun. Por supuesto que hubo sus excepciones de maltrato y de injusticias contra los indígenas, fruto de la naturaleza avariciosa del hombre más que de conductas institucionalizadas. "Allá donde afloraban tales conductas criminales, hubo reyes, obispos y jurisperitos que defendieron a los indígenas. La acción de España en América no puede definirse por los abusos que sus hijos peores perpetraron, sino por los principios que sus mejores hijos sustentaron".  (Juan Manuel de Prada, El ángulo oscuro. ABC)

Sin bibliotecas, museos o hemerotecas, eso que llamamos cultura o civilización, quedaría sepultado en la fosa del olvido. Gracias a la imagen, el flujo del tiempo se detiene y fija la memoria. Los pueblos sin memoria son propensos a caer en los mismos errores del pasado y a no saber rectificar para el presente. Los museos cumplen esta función. El Prado, el Hermitage, el Louvre o el Britihs Museum, son algo más que una acumulación de obras de arte apiladas cronológicamente. Algo más que el refugio y salvación de una determinada obra, recobrada de la orfandad de su autor, o rescatada de la avaricia desmesurada de un coleccionista o mecenas insolidario, que la disfruta de forma anónima, individual y egoísta. La obra de arte ha de ser contemplada, reconocida, y admirada en la casa de todos. -el museo- para fomentar la sensibilidad artística y cultural de todos los, ciudadanos, como testimonio de la evolución del "Homo Sapiens al  "Homo Faber". Al pueblo lo que es del pueblo. Esa y no otra debe ser la labor de un Ministerio de cultura: propagar y fomentar una política cultural  de "puertas abiertas", para que -en el caso de los museos- cumplan con el rol social para el que han sido creados, mostrar la cultura a través de exposiciones itinerantes y llegar a la mayoría de gente. Nunca para hacer política ideológica que solo sirve para crear alarma social o fomentar disputas estériles que dividen más que unen.




domingo, 28 de enero de 2024

Un paso atrás



                                                          "El hombre es cosa sagrada para el hombre".  
                           
                                                                                          Lucio Anneo Séneca



"Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme. Os quiero a todos".  Son las últimas palabras de Kenneth Eugene Smith de 58 años, antes de ser ejecutado con gas nitrógeno en un penal del Estado de Alabama en Estados Unidos. Después de varios intentos para ser ejecutado en el año 2022 con inyección letal, desistieron por no encontrar la vena. Ahora, el Estado sureño acaba de conseguirlo, recurriendo a un método innovador de ajusticiamiento que añadir a la macabra lista de sistemas existentes: la asfixia por nitrógeno. Su ejecución duró más de media hora y su muerte no sobrevino instantáneamente, como estaba previsto. Después de colocarle en su rostro una mascarilla para inhalar el nitrógeno, y empezar a temblar retorciéndose durante dos minutos, la muerte le llegó tras sufrir su cuerpo varias convulsiones, hasta que el gas  invadió cada rincón de su cuerpo y dejarle sin oxígeno. Una muerte atroz, según los periodistas testigos presenciales de la ejecución, desdicen la afirmación de un fiscal del Estado que indicaba al Tribunal de Apelaciones del Circuito 11 "de ser el método de ejecución  más indoloro y humano conocido por el hombre".
Kenneth E. Smith fue condenado a cadena  perpetua por  el asesinato en 1988 de Elisabeth Dorlene Sennett, de 45 años, esposa de un pastor protestante. Después de ser apuñalada una decena de veces, por encargo de su marido, la mujer falleció. Smith tenía 22 años cuando se cometió el crimen. Hasta aquí la noticia.
Oponerse a la pena de muerte es ante todo un deber ético, ya que el derecho a la vida está necesariamente ligado a la dignidad de la persona y ésta es inviolable. La pena de muerte atenta contra los derechos humanos, por ser cruel, inhumana y degradante. Lejos de solucionar los problemas que la causa, los empeora. Su justificación carece de argumentos éticos racionales, ideológicos, procesales, humanitarios y religiosos. Si bien el Estado democrático soberano es el único agente que por delegación tiene el deber y la potestad de ejercer la violencia, cuando la seguridad o el bien común estén en peligro, ha de ejercerla con la fuerza de la razón y nunca con la razón de la fuerza; jamás debe ejercerla para quitar la vida a sus semejantes, aplicando la ley del Talión "ojo por ojo y diente por diente", que nos remite más a la venganza que a la restitución de la justicia y a la reinserción. El Estado tiene la obligación y el deber de que se cumpla la ley del código penal, sujeto a mecanismos de control democrático, consecuencia simbólica de ejercer soberanamente su potestad punitiva. Pero no debe olvidar el derecho fundamental que asiste a toda persona a ser reinsertada a modificar su comportamiento, a poder recuperar su libertad y a poder  vivir en sociedad como sus semejantes. Esa, y no otra, es el objetivo fundamental de la privación de libertad en prisión y su reinserción en sociedad. La reinserción, es el derecho a tener una segunda oportunidad a vivir una vida digna, basada en la esperanza del cambio de quien arrepentido ha de ser reintegrado a su lugar natural, siempre que los informes preceptivos de los agentes penitenciarios lo aconsejen. No obstante,  el Estado siempre tendrá la oportunidad de aplicar la cadena perpetua revisable, para casos irrecuperables y extremos.  No así la pena de muerte, que desprecia la dignidad humana del delincuente, negándole el derecho más elemental de todos: el derecho a la vida; cercena el derecho a la rectificación, anula posibles equivocaciones, y frustra toda esperanza de reinserción para los delincuentes arrepentidos. No a la pena  de muerte. Por todas estas razones, y por otras,  que  la brevedad de este artículo no nos permite desarrollar.



  

jueves, 25 de enero de 2024

Un niño de 9 años vive solo en casa sin agua ni electricidad






Vivir en el Camino Real de Abla, situado en la provincia de Almería, es un verdadero placer. Es un valle regado por el Río Nacimiento de cual toma su nombre, que corre paralelo entre Sierra Nevada y sierra de Baza. Conecta el altiplano del Marquesado granadino con el Desierto de Tabernas almeriense. Es un valle muy ventoso. Como sucedió en la víspera de San Antonio Abad, donde Eolo -el dios del viento en la mitología griega- soplaba con toda su fuerza intentando arrancar de la tierra a todo aquello que se agarraba a ella: árboles, muros, chimeneas, líneas eléctricas, internet, etc. Ese día, la comidilla de los vecinos, versaba sobre el viento y sus nefastas consecuencias. Desde quien ha de tirar toda la comida guardada en el congelador, después de pasar unos días fuera de casa (no fue éste el caso del otro día, sí de otros días), hasta quedarnos de madrugada desconectados del mundo exterior: sin luz, internet, móvil, y por supuesto sin radio y televisión. De pronto nos damos cuenta de la fragilidad de nuestra naturaleza humana y la contingencia de nuestra existencia sujeta a cambios inesperados, gracias a un agente natural imprevisto. Manifestando la realidad metafísica de nuestro ser contingente como "aquello que es pero puede no ser" frente a lo necesario "aquello que es pero no puede dejar de ser". Lo poco que tiene que suceder para dejarnos varados, inmovilizados, y sin saber qué hacer con nuestra vida. La dependencia y la necesidad que nuestra sociedad moderna ha creado de la ciencia y la técnica para poder disfrutar  del bienestar, y lo poco que tiene que suceder para perderlo todo en un instante. Todo pende de un hilo, que a la mínima se rompe.
No es el caso de un niño francés de 9 años que sobrevive dos años solo en casa, sin agua caliente ni electricidad. Sin padre y abandonado por su madre, el niño se alimentaba de latas de conserva que en visitas esporádicas le suministraba la madre y la generosidad de algunos vecinos.  Los servicios sociales no pudieron constatar esta situación porque el niño era un buen estudiante que cumplía sus tareas y acudía correctamente vestido al centro. 
Tú que lees en este momento estas líneas ¿te has preguntado cómo podrías vivir durante dos años sin agua corriente y electricidad en casa? ¿Te lo imaginas? Ducharte con agua fría, no poder cocinar, comer latas de conserva, etc. Pero si cuando no hay cobertura para tu móvil, el mundo se hunde. Un caso sorprendente y lacerante, que muestra  las contradicciones de nuestra sociedad y el aislamiento en soledad en la que se encuentran muchísimas personas. Un caso que explica la sociedad super informada que hemos construido pero deshumanizada. Hablamos de un niño con tan solo  9 años, un crío que manifiesta la ambivalencia sorprendente de la naturaleza humana, que hace lo peor, pero a veces hace lo mejor. Una lección ejemplar para nuestros hijos sobreprotegidos, educados en el confort doméstico de la modernidad y poco preparados para superar las dificultades inherentes a la contingencia de la vida expuesta al azar. Como sociedad  tenemos el deber de cuestionarnos qué es lo que estamos haciendo mal. Esto es lo que se me ocurre sin tener que profundizar demasiado. Minimizar el valor del esfuerzo, pasar de curso con suspensos en favor de un falso igualitarismo, ningunear la memoria, el bajo nivel en la comprensión lectora de nuestros alumnos, la desvalorización del esfuerzo y el sacrificio, junto al desprestigio de la disciplina, -son entre otras cosas-, las causas principales que explican el fracaso de la educación de nuestros jóvenes y los recientes malos resultados del  informe PISA. 
Este niño francés no necesita la selectividad para acceder a la universidad. De acuerdo con el juez Calatayud,  que considera debe pasar directamente a la Sorbona de París y explicar allí, cómo se superan las dificultades de la pervivencia humana siendo solo un niño de 9 años. Una excelente lección sobre la fe, la motivación, la fuerza de voluntad y el sentido común. ¡Bravo chaval!




miércoles, 24 de enero de 2024

El "El País" rompe con Fernando Savater





Lejos quedan los tiempos en los que el periódico "El País" era una símbolo de progresismo para miles de universitarios ávidos de información y de opinión. En el piso de estudiantes de La Latina (Madrid) escaseaban muchas cosas, pero nunca faltaba "El País" como alimento diario de noticias del mundo con aquellos maravillosos artículos de opinión, acicate para nuestras disputas filosóficas como estudiantes universitarios. No teníamos una regla preestablecida para ir al kiosko y gastarnos las ocho pesetas que costaba comprarlo en el año 1976, año en el que vio la luz, pero nunca faltó en nuestras largas sobremesas. A veces el primero que llegaba al piso lo secuestraba y se lo llevaba a su habitación para leerlo y rumiar en la soledad. Hasta que se determinó por "decreto" que el periódico no podía ser secuestrado de la sala de estar, a la vez que se estableció fuese comprado con los fondos destinados a los gastos comunes del piso.
En la facultad de filosofía era el periódico más leído. El trayecto en metro y después en autobús a la universidad lo hacíamos enfrascados en su lectura entre el silencio y la somnolencia matutina. Ya en la facultad, lo más común, era ver el periódico bajo el brazo de profesores y alumnos por los pasillos para ser utilizado en clase como soporte de nuestras argumentaciones filosóficas, con la certeza que leído "El País", estabas suficientemente informado de lo que sucedía en España y en el mundo sin necesidad de leer otros diarios. Nuestra generación de los años 60 despertaba de una época sombría en donde la participación política brillaba por su ausencia, el pluralismo político era más una utopía que una realidad y el régimen del General  Franco se desinfla gracias a un incipiente aperturismo político.
Fernando Savater (1947 San Sebastián), Catedrático de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, actualmente era uno de los más leídos gracias a su columna de opinión cada sábado en las últimas páginas del periódico "El País". En estos días, ha recibido una llamada telefónica de su directora Pepa Bueno, -quien siguiendo las directrices de la voz de su amo el Doctor Sánchez-, le ha comunicado que prescinde de sus servicios por "haberse apartado de la línea editorial" del periódico. Ha sido -a juicio de Fernando Savater- la crónica de un histórico divorcio, después de ser uno de los fundadores del diario allá por mayo del 76. "Me han dado el portazo después de media vida" -manifiesta Savater- "De ser progresista, de centro-izquierda- con las virtudes y defectos propios, "El País" llegó a convertirse en portavoz gubernamental del peor gobierno que ha tenido la democracia española". Lo sorprendente es que no lo hayan echado mucho antes. Seguro que no le faltará donde escribir, mientras que "El País" hace mucho tiempo lo están echando a la papelera sus propios lectores por esto y por ser el periódico del régimen. Podrán echarlo, pero nunca eliminar su capacidad crítica.  A este paso, solo será leído por el Doctor de pega Pedro Sánchez y su socio Carles Puigdemont, siempre que se traduzca en catalán. (como bien expresa Gabriel Albiac en su delicioso artículo de hoy en El Debate). Ni gratis pierdo el tiempo leyendo este panfleto ideológico.

 
 

viernes, 15 de diciembre de 2023

Todas, todos, todes...y lo que sigue





Hablamos de nuestra lengua. Hablamos del respeto que debemos tener a nuestra lengua, la segunda lengua del mundo más extendida y hablada por más 500 millones de hispanoparlantes. Nuestra lengua es fruto de un largo proceso cultural cuajado durante siglos que nada tiene que ver con intereses políticos de ninguna clase. Lleva mucho tiempo entre nosotros desde sus orígenes con el Arcipreste de Hita, el Marqués de Santillana (s.XIII y XIV)  pasando por Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Alas Clarín, Lorca, Machado, Borges, Delibes, Cortázar Martín Santos, etc , y es -junto a otros- el principal elemento de nuestra identidad. Une, identifica, y cohesiona a esta realidad nacional, a esta gran nación compuesta por ciudadanos libres e iguales que llamamos desde antes de la fundación de Roma, Hispania. Preservarla, hablarla y escribirla correctamente, es deber y obligación de todo ciudadano español, también de aquellos que tiene la suerte de hablar además del español, otra lengua, como el catalán, gallego, vascuence o aranés.
Cosa que no hacen aquellos que emplean el lenguaje inclusivo como: todos, todas, todes, albañiles y albañilas, mecánicos y mecánicas, sastres y sastras, contentos  y contentas, venido y venida, todos, todas... etc.  La artificialidad del lenguaje inclusivo que hoy se pretende imponer por la fuerza desde "instancias oficiosas", es un instrumento artificial de dominio que solo pretende la imposición de una determinada ideología, para desde lo más profundo del pensamiento hacernos reflexionar de una forma determinada que incide en el modo de conocer, sentir y vivir la realidad. El desdoblamiento de género no es usado por el pueblo como habla común, sino por algunos políticos de ideología progresista que la utilizan como instrumento distintivo del resto de hablantes. Este hecho nos parece un error, porque en español el masculino implica ambos géneros gramaticales: masculino, femenino y el neutro; son los únicos géneros que existen. Desde la biología tenemos sexos, no géneros. Así que para dirigirse al público  no es correcto decir "españoles"  y "españolas", "niños y niñas"; decir ambos géneros gramaticales es correcto solo cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes como, hombres y mujeres, damas y caballeros. Hay que dejar libertad para que cada cual hable como quiera, sin ninguna imposición, solo la que marca o determina la regla gramatical.
En español existe el participio presente que no tiene ni género ni número, son genéricos verbales, neutros, genéricos válidos tanto para hombres como para mujeres. El participio presente de amar es "amante", de vivir "viviente", de sentir "sentiente", de cantar "cantante", de ser el "ente", el que es. Al verbo en infinitivo se le añade el sufijo "ente" que significa el que ostenta o tiene esa cualidad o capacidad para... Por ejemplo, "el amante" es el que tiene la capacidad de amar, "el viviente" el que tiene la capacidad de vivir, etc..., y así sucesivamente. El que tiene la capacidad de presidir se le llama presidente y no presidenta, aunque "presidenta" como palabra, está reconocida por la RAE.
Que cada uno hable como quiera, pero que la izquierda "progre" no nos imponga el desdoblamiento de género del lenguaje porque es un modo regresivo de habla y de falta de respeto a nuestra lengua, cuando no de la ignorancia, contrario al esplendor y pasado histórico de nuestra lengua. Además suena fatal. Que no traten de convencernos que con el uso de tal lenguaje defienden a las mujeres porque no es verdad.  Es más bien fruto de una imposición ideológica, creada a propósito por grupos de presión, para imponer el pensamiento único como instrumento ideológico de dominio a toda la sociedad, más que como un avance progresista y moderno de nuestra lengua. Se empieza por la lengua... y ya sabemos en qué se termina.



miércoles, 1 de noviembre de 2023

El Tiempo es la medida de todas las cosas


                                                                     

                                                               El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son                                                                       porque son y de las que no son porque no son.
                                        
                                                                                                       Protágoras


Seguro, amigo lector, habrás creído perder el tren esta mañana, piensas que la Renfe ha vuelto a jugartela. Es posible que la chica que esperabas esta mañana no se ha presentado a la cita, preguntandote el por qué las campanas de tu parroquia no han tocado a misa de domingo, a la costumbre  convenida y que al cura se le han pegado las sábanas. Habrás constatado que tu farmacia no ha abierto sus puertas y que las pastillas para el dolor de cabeza, tendrán que esperar. El mundo no está hecho para los despistados, que tienen la cabeza en otro sitio, para los que abrumados por los problemas -vaya Usted a saber qué- no siguen u olvidan los horarios, ni la medida del tiempo. Los hombre nos regimos por principios, por la conciencia, por la educación, por la cultura que nos modela y nos esculpe en nuestra manera de pensar y obrar. Pero todos -sin exclusión- estamos modelados por el tiempo que nos abarca y nos acoge en su temporalidad. Hablamos del tiempo medido por el horario oficial, porque del biológico, eso es otra cosa y necesita más que un decreto para implantarse y adaptarse. ¿Sabe Usted qué?: pues tiempo. Las múltiples actividades de los seres humanos llevan el sello del tiempo porque si no no serían. "Cada cosa a su tiempo" dice sabiamente el refranero basado en la observación estricta de la experiencia. El tiempo se compra y se vende en forma de rentabilidad, así opera el dinero y la economía, de ahí que "el tiempo sea oro". No hablemos en el deporte donde todo reglamento mide con precisión el tiempo en el que hay que concentrar toda la energía, pasado éste, ya no tiene validez. Pero quien más se sujeta al tiempo son las estaciones que rigen el crecer y decrecer de las plantas, bajo su estricto dominio. Calendarios, fiestas, efemérides, todas recobran su sentido en el tiempo. Hasta la Historia, cíclica como la clásica greco-latina o la lineal como la cristiana, se basan en una concepción del tiempo. Ya decía Protágoras que "El hombre (el tiempo) es la medida de todas las cosas, de las que son porque son y de las que no son porque no son". Para colmo, me levanto esta mañana para ver las noticias del mundo en mi cadena favorita de televisión y nada: Un agujero negro. Pero ¿Qué está pasando aquí? Nada que no tenga remedio -querido lector- la hora de invierno ha llegado a España (dicen que para ahorrar energía) y hay que atrasar los relojes, y sintonizar el reloj biológico de nuestro cuerpo. Esto último requiere "tiempo". ¡Paciencia..., que todo llegará! Con tiempo.








martes, 31 de octubre de 2023

Halloween




Todos los pueblos de la tierra tienen su propia tradición, legado de sus antepasados. Es un hecho fenoménico que la antropología social nos muestra arraigado a cada pueblo, nación o lugar, y asociado a las costumbres y modos de vida de tal o cual comunidad. Las tradiciones y costumbres son el modo explícito de manifestación y desarrollo de la cultura de un determinado pueblo o nación; con otras palabras, la cultura manifiesta el ADN de un determinado pueblo, por eso necesita cauces para poder  desarrollar ese basto mundo de experiencias, conocimientos, ideas y valores que un pueblo ha ido acumulando a lo largo de su devenir histórico.Y esto que sucede culturalmente con los pueblos también sucede a nivel individual. Imitar está en la base de todo aprendizaje. Los roles sociales que nos acompañan en nuestra vida de adultos comienzan en un proceso imitativo. Aprendemos aquello que nos causa curiosidadadmiración, y después satisfacción. Así conformamos nuestro ser durante toda la vida. En ella encontramos personas y hechos dignos de imitar. No siempre  se aprende lo mejor a veces lo peor, dependen de las personas y circunstancias con las que nos encontramos en nuestro largo caminar. A veces la elección no depende del todo de nuestro libre albedrío, siempre hay razones que se nos escapan.
España es un país muy rico en tradiciones culturales por ser un lugar de asentamiento de varios pueblos y civilizaciones. Todas ellas han ido dejando un poso de experiencias y costumbres que han ido configurando lo que somos. El día 1  de noviembre celebramos la fiesta de Todos los Santos  asociada a la tradición cultural religiosa de nuestro país. La Iglesia Católica celebra esta fiesta recordando a todos aquellos que nos precedieron y ahora disfrutan de la presencia de Dios, intercediendo y rezando por los que aún peregrinamos en este valle de lágrimas.  Es costumbre visitar los cementerios para limpiar las tumbas de los seres querido y dejarles flores regadas con lágrimas: rosas, claveles, crisantemos, que bajo el silencio de los cipreses simbolizan el sentimiento místico del recuerdo y la plegaria por nuestros seres queridos. Es cierto que para acordarnos de ellos no necesitamos una día determinado ni un lugar, el cementerio. Podemos admitir que para los no creyentes haya otras manifestaciones de acuerdo con su agnosticismo o ateísmo, también muy válidos y respetuosos. Pero no todo es triste y fúnebre, también contamos con algunas tradiciones españolas alegres y divertidas para celebrar estas fechas en cada pueblo o lugar, asociado  a la gastronomía y a la estación del otoño, como la ingesta de castañas, nueces, boniatos y una repostería para relamerse, como los huesos de santo, buñuelos, panellets, etc.
Una de las fiestas que va adquiriendo más arraigo  actualmente en España es el Halloween  de EEUU, como consecuencia de ese proceso de globalización que afecta a todas las culturas, sustituyendo a las autóctonas. ¿Pero cuál es su origen en nuestro país? Debido al arraigo celta, del que derivan también las tradiciones anglosajonas, los gallegos han tenido siempre algunas costumbres de Halloween; en muchas ciudades y pueblos de Galicia (como Cedeira, O Vicedo o Narón) celebran algo parecido al Halloween de EEUU. Carlos Labraña nos ilustra "de lo que no hay duda es de los orígenes de la celebración. En el mundo celta, el 1 de noviembre se celebraba el comienzo de un nuevo año, coincidiendo con el cambio de cosecha. Según marcaba la tradición, la ventana que separa el mundo de los muertos del de los vivos desaparecía la noche anterior y, por ello, se recorrían los lugares para ahuyentar a los espíritus. Uno de esos ritos evolucionó hasta desembocar en la preparación y adorno de calabazas vacías que, en ocasiones, portan una vela en su interior, y que sirven para espantar a propios y a extraños." (Carlos Labraña, miembro de la Asociación de Amigos do Samaín). Como vemos, esta fiesta en Galicia cobra un significado especial de acuerdo con sus tradiciones y costumbres, no así en el resto de España donde su razón de ser se torna problemática, puesto que sustituye las costumbres ancestrales de nuestros pueblos con las que nos identificamos; es un vaciamiento de nuestra esencia y una pérdida de nuestra identidad como pueblo, fruto de una globalización mal entendida. Es un despilfarro identitario, que no podemos permitirnos, y que como generación trashumante, tenemos el deber y la obligación de transmitir a las generaciones venideras. 
Es un hecho que el mundo está interrelacionado por ese fenómeno  que llamamos "globalización", en un proceso de mestizaje intercultural, mediante el cual los pueblos  intercambian modelos de conocimiento, ciencia, tecnología, costumbres y usos sociales. España no está al margen de estas influencias de globalización. Exportamos productos de calidad a todo el mundo, también usos y costumbres (la siesta es un producto genuino español, del que estamos muy orgullosos los españoles y felices aquellos que la practican...) También importamos e imitamos usos y costumbres de otros pueblos. Pero no, aquí imitamos usos y folklore de dudosa comprensión, desconectados del trasfondo sociológico cultural donde adquieren sentido, como es el caso de la fiesta de Halloween (Noche de Brujas, Noche de Difuntos). Una fiesta de brujas y seres perversos que habitan en las regiones de un mundo invisible, que causa espanto, temor y curiosidad. Es el mundo de la muerte y el misterio de lo intangible, de la tiniebla, de los susurros, ruidos y roces que proceden de ninguna parte... Es la noche donde lo invisible se hace presente mediante el símbolo de la calabaza. ¿Para qué imitar a los americanos en fiestas que tienen su "razón suficiente" en tradiciones ancestrales con sentido propio? No somos un país culto por beber coca-cola, comer hamburguesas, ver películas de vaqueros, o asistir a conciertos de rock and roll. Tampoco importando fiestas, donde si sales de casa te muelen a escobazos los niños de los vecinos de escalera... No está mal querer parecerse a los americanos. Por mi, encantado. Empecemos por el hecho religioso y sus manifestaciones y prácticas rituales cristianas muy comunes en familias creyentes americanas, donde la lectura de la Biblia y la plegaria en los hogares es una práctica común. Vivamos la liturgia religiosa del Día del Señor con fervor y entusiasmo  -como ellos hacen-  participando toda la familia en dichas celebraciones con regularidad ¡Imitamoslos!
También no estaría mal imitarles en nuestra vida socio-política. Empecemos por ponerle letra a nuestro himno nacional y cantarlo con la pasión que ellos acostumbran, con una mano en el pecho junto al corazón. Respetemos nuestra Constitución, garantía de derechos y deberes de todos los ciudadanos, vivamos donde vivamos. Honremos a nuestra bandera constitucional símbolo de la unidad de España, si no izada en los balcones y jardines de nuestras casas, sí en el corazón de los ciudadanos. Tengamos una separación real de poderes, libres e independientes de situaciones coyunturales políticas. Imitemos su capacidad de investigación y elevemos el nivel de nuestras universidades, para que al menos aparezca alguna universidad española entre las cien primeras del mundo. Respetemos a nuestras víctimas del terrorismo y no aceptemos la intromisión de sentencias que denigran nuestra dignidad, vengan de donde vengan. Cerremos de una vez la herida de la guerra civil..., que crea división y enfrentamientos. Puestos a imitar, imitemos su forma de representación democrática eliminando la partitocracia, sustituyéndola por listas que representen circunscripciones electorales reales, y no la obediencia ciega a la estricta voluntad de determinados líderes políticos. Seamos una nación, orgullosa de su pasado, comprometida con el presente, y esperanzada en su futuro. Acabemos de ser un proyecto en eterna discusión. Acabemos de poner en cuestión eternos debates metafísicos identitarios de hace 500 años, como:  ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? o ¿A dónde vamos? Tal vez, algún día no muy lejano, lleguemos a ser un país orgulloso de su pasado y su historia, como sucede con todos los pueblos civilizados de nuestro entorno. ¡Seamos nosotros mismos, sin complejos! Sana envidia.




domingo, 2 de abril de 2023

Progresista, una palabra ambigua



A fuerza de repetir la palabra "progresista" una y otra vez, la izquierda española trata de autoproclamarse como la única opción política válida y eficaz para la resolución de los múltiples problemas de nuestro país, a la vez que califica y denigra a la derecha liberal española como conservadora, ineficaz y obsoleta. El significado de la palabra progresista se queda en la ambigüedad, en la indeterminación más absoluta sin expresar un significado concreto. No obstante, la palabra "progresista" nos catapulta hacia la idea de un futuro,  novedoso, moderno, futurible y como tal eficiente, etc frente a la palabra "conservador" que nos remite  a la idea de pasado,  tradicional, viejo, antiguo, ineficaz y obsoleto. Pero la historia nos enseña que esto no siempre ha sido así, ni tiene por qué serlo. La izquierda, o el marxismo como doctrina en la que se fundamentan los principales  postulados de la izquierda representa, no el progresismo, como cínicamente se sigue auto proclamando, sino todo lo contrario: lo retrógrado, anacrónico y antiguo. El marxismo representa la pervivencia de los valores políticos, sociales y económicos del Antiguo Régimen al que se oponían los ilustrados. La izquierda sustituye la figura del rey, del príncipe medieval, por el Estado, máximo representante político y juez supremo, al que el pueblo debe pleitesía. El estatismo representa lo más retrógrado. Es la izquierda, frente al progreso liberal, democrático, de derechas, lo que todavía se invierte en nuestras sociedades. El marxismo siempre se opuso a las revoluciones industriales, al progreso, y a todo lo que ha mejorado la vida en general del ser humano en el planeta. Ahora, con el ecologismo, con la religión climática, puro anti capitalismo, anti liberalismo, pretenden una vuelta inclemente al pasado, a un imposible paraíso terrenal, al tribalismo. No, no es progresista el rancio nacionalismo nacido en el siglo XIX, el populismo actual o el supremacismo catalán o vasco. Miren -a modo de ejemplo- como describía a los españoles el presidente de la Generalidad Joaquín Torra: "Carroñeros viboras, hienas. Bestias con forma humana que beben odio. Un moho perturbado, como con moho de dentadura postiza contra todo lo que representa la lengua(...) Viven, mueren y se multiplican. La bestia segregó de su boca  agua rabiosa. Un hedor de cloaca salía de su aliento...un sudor mucoso como de sapo resfriado, le manaba de las axilas." ¿Es esto progresista? Y lo peor, es que algunos secesionistas pìensan lo mismo, y otros miran para otro lado, como es el caso de intelectuales, profesores, jueces o periodistas con intereses creados. Es el mundo al revés: un negocio político del que viven muy bien todos los zánganos del sistema capitalista de siempre. Ahí tenemos al Gobierno de España como ejemplo, y a todo el clan de funcionarios, sindicalistas, feministas y comisarios políticos en general, que dan sustento ideológico a los enemigos de la libertad y del ser humano.



domingo, 25 de diciembre de 2022

Una Mágica Navidad

 



Si no hubiera Navidad habría que inventarla. La Navidad tiene su origen en las fiestas Saturnales de Roma, que se celebraban alrededor del 25 de diciembre, dedicadas al nacimiento del Dios Sol Invicto. Fue Julio II quien la institucionalizó incorporándola al calendario cristiano de fiestas. Los Evangelios de Mateo y Lucas hablan del nacimiento de Jesús sin precisar fecha exacta de su nacimiento; Marcos y Juan no lo relatan. Se adecuó esta fecha como la más propicia para el gran acontecimiento como es la irrupción de Dios en la naturaleza humana para elevar a ésta a categoría divina.

Ninguna religión o filosofía se atrevió a tanto. El pensamiento griego fue cosmocéntrico, es decir, el hombre se consideraba un elemento más del cosmos, vinculado a él. Por el contrario, en la Biblia el hombre es considerado como una privilegiada criatura de Dios. La naturaleza no es sólo la realidad de referencia con la que se relaciona el hombre desde un saber utilitario e inmanente, marcado por la curiosidad y la evaluación, sino que aparece también como una realidad prepotente y absoluta que suscita admiración y temor, fascinación y reserva. La religión pretende ofrecer una interpretación global del hombre, como la filosofía, pero sin dejarse limitar por la racionalidad y la inmanencia. De ahí que se postule una comprensión original de la realidad misma, al considerarla como creación en las religiones bíblicas, y se busque una referencia trascendente y divina para explicarla. Nada de esto tendría sentido si Dios no se hubiera hecho hombre en el vientre de María, uniendo la naturaleza divina con la naturaleza humana en la persona de Jesús. Éste es el significado profundo del Niño-Dios hecho hombre en el gran misterio de la  Encarnación y que nace en Belén. 

Pero personalmente, tengo unos recuerdos entrañables asociados a mi infancia, a mi gente y a mi pueblo de la Navidad, menos filosóficos y más familiares. Me emociona, cada vez más, el sentir la  Nochebuena como una noche mágica especial. No tanto el día de Navidad quizás por ser tan corto. Esa noche mágica la esperaba con verdadero anhelo, porque eran las primeras vacaciones del primer trimestre de colegio. La Navidad, sin la mirada al pesebre donde Dios se hace niño, no tendría ningún sentido. Tampoco sin los villancicos. Para mí la Navidad es la fiesta de la familia, la asocio a mi infancia y al entorno donde nací y me crié: un bello pueblo llamado Abla, perdido entre montañas nevadas en la Alpujarra almeriense. Es la fiesta más entrañable de mi infancia, la de los buenos deseos, la unión, y el orgullo de sentirse querido por  la pertenencia a una familia. Es la fiesta del encuentro con personas, con las que se comparte todo lo que se es y todo lo que se tiene, más allá del  consumismo, los adornos navideños, y los regalos de Papá Noël. Es la fiesta donde aparecen los sentimientos más nobles del ser humano y donde la humanidad desea paz, salud, y prosperidad. La publicidad moderna no ha sido capaz de inventar un anuncio tan sublime como éste: "gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres de buena voluntad".

Las navidades de la posguerra, nada tienen que ver con las actuales, las del consumismo y la abundancia. No las cambio por nada del mundo. Estábamos muy felices con lo poco que teníamos, aunque nos sobraba ilusión e imaginación. No teníamos dinero, ni mesas copiosas, el turrón más bien escaseaba y la carne y el pescado no abundaban. Tampoco era cuestión de quejarse: la reciente matanza del cerdo y el jamón curado del año anterior, cumplían su misión restauradora con creces. Cuando Papá abría la caja surtida de mantecados de Estepa, roscos y alfajores, en mi casa sabíamos que la Navidad había llegado realmente. Para  hacerla realidad, papá, como agente comercial, vendía cientos de cajas en las casas particulares a conocidos y amigos y aquella caja surtida era parte del fruto de su esfuerzo. Mientras tanto, Mamá, se esmeraba en la panadería de Ángel -"El de la Tahona"- y elaboraba unos mantecados con manteca de cerdo y almendras que se relamía uno los dedos de gusto.

El pollo relleno al horno era tradicional y nunca faltó a la mesa en Nochebuena. A mi me parecía el mejor manjar del mundo. Me pasaba la tarde del 24 contemplando cómo se doraba en el horno de mi casa, dando viajes a la despensa en busca de algún consuelo e ir preparando el cuerpo para la gran cena en familia, en torno al "Portal de Belén", cantando villancicos al ritmo de guitarra, zambomba y pandereta.

En la cena de Nochebuena, mis hermanos y yo comíamos con un apetito sano los exquisitos manjares preparados por mamá para la ocasión. En casa éramos iguales, cada uno cumplía su papel y nos repartimos los roles. Ahora entiendo el significado de la familia. Allí nos queríamos por lo que cada uno era, por su modo de ser; nos aceptamos sin intentar cambiar al otro. La desnudez del Portal de Belén, la escasez, la sencillez y la humildad de aquella familia, servía como modelo de lo que era la nuestra, sin darnos cuenta que vivíamos el misterio de la navidad. Al finalizar la cena, con el último mantecado en la boca, nos disponíamos a asistir a la "misa del gallo" a cantar en el coro los villancicos: "Noche de paz, noche de Dios, claro sol brilla allá. Nace Dios en un pobre portal"... El templo, abarrotado de abulenses, se disponía a celebrar aquella noche mágica, deseando paz a los hombres de buena voluntad. Así fue, y así te lo he contado.  ¡Feliz Navidad !