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martes, 28 de noviembre de 2017

Soledad de soledades





ESTOY SOLO

Estoy solo.
Ni la sombra me acompaña.
Me miro al espejo y no me veo,
me busco en el eco y 
mi voz se vuelve extraña.
Me espanto ante mi propia maraña.

Mi yo, tras el vaho de un espejo
que lo desfigura: no está.
Estoy solo.
Me miro en el espejo y no me veo.
No recuerdo lo que soy,
el olvido se olvida a sí mismo.

Mis pupilas se miran,
no se reconocen en la oscuridad,
en la mismidad de ese agujero negro
que soy yo. Soy un cristal roto
esparcido por el suelo, descompuesto,
reflejado en la NADA.


             antonio gonzález



jueves, 23 de noviembre de 2017

Desde los pies hasta el calzón





calado hasta
los huesos

En una noche cerrada
caminaba con mi padre.
Yo, con un farol en la mano,
y él, con una vieja azada,
para regar en Las Viñas
hortalizas y vituallas.

Al pasar junto a un olivo
a la vera del camino,
nuestra mente recordó
el final de un triste sino:
la de un hombre que 
en aquel árbol colgó,
la esperanza y su destino.

Ensimismados los dos
por el suceso presente,
y ocupada nuestra mente
por recuerdos tan recientes:
un golpe seco sonó,
sorprendiéndonos a los dos.

"¿Quién va?" -Se oyó la voz
temblorosa de mi padre-
levantando el azadón,
como quien desafía al miedo
para ocultar su temor,
y luchar contra el pavor.

Yo sentí un miedo atroz,
pensaba que un alma en pena
me arrebataba el farol,
y agarrándome a mi padre
encomendé mi temor
a aquel viejo azadón.

De pronto una voz sonó
desde el fondo de la noche:
-"No temáis que soy yo"-
Un amigo de mi padre
nos quiso gastar una broma,
y tirando una piedra
la estrelló contra una lona.

Tal explicación...,
a mi no me convenció.
Aquella noche de riego,
sombras y voces oía
en torno aquel azadón viejo,
que no pudo impedir
calarme hasta los huesos.

Pues, a cada paso que daba 
mi padre en el caballón,
allí yo acudía todo presto
temblando con el farol.   
Tal miedo era el que tenía
en torno a mi alrededor,
que hundí mis botas en el barro
desde los pies hasta el calzón.
  
    
  antonio gonzález




domingo, 19 de noviembre de 2017

Nunca te fuiste





nunca te fuiste


Te has ido, como se va la primavera
después que ha florecido,
y las hojas caducas de los árboles,
cuando caen en otoño,
por el viento y el estío.

Te has ido, como lluvia que cae
muy lentamente,
para después discurrir como un torrente,
arrastrando lo que encuentra a su paso,
sin preguntas ni dudas, por si acaso.

Te has ido, como el humo que abandona
la hoguera, buscando su libertad en el cielo,
olvidando que la brasa está en el suelo.

Te has ido, como se va la juventud alocada
en busca de una madurez dorada,
sin saber que quien le espera,
es una vejez plateada.

Te has ido, como la llama transformada
en humo fino, buscando aires,
aires de libertad,
o ese libro que se cierra, para no abrirse
nunca más.

Y sí, te irás, como la lluvia se ha ido,
aunque sigue fluyendo por cascadas y ríos,
así tú anegas mi corazón -amor mio-
en su desierto abrasivo,
y lo conviertes en un jardín florecido.

-¿Pero te has ido?-

No, algún día volverás porque Tú
nunca te fuiste, y Yo te estaré esperando
en nuestro barco, para seguir remando...
hacia esa isla en el mar,
que solo TÚ y YO conocemos,
perdida en un lugar.

             
            antonio gonzález




jueves, 16 de noviembre de 2017

Yo he sido alumno del Seminario





Hoy los niños quieren ser futbolistas como, Ronaldo, Messi, Isco o Neymar. Quieren ser famosos como esos ídolos y ganar mucho dinero. Hoy los niños juegan con videojuegos virtuales, pasan las horas colgados a videoconsolas, móviles..., etc. Viven en una realidad virtual. Su vocación está asociada  a los arquetipos que la sociedad actual les proyecta y sus procesos de socialización se construyen imitando esos modelos.  Nosotros, -los niños de los años 50/60- queríamos ser curas, misioneros, maestros, camioneros o simplemente mecánicos. Jugábamos en la calle y en contacto con la tierra, el agua, o la naturaleza; nuestros amigos eran los pájaros, los nidos, los perros..., y esos cuentos y relatos fantasiosos en los trancos de las casas. Los juegos eran siempre al aire libre, aprendiendo, comunicándonos, socializandonos, etc. Eran otros tiempos. 
Yo fui uno de los que quiso ser cura. Estudié en el Seminario de Almería, un semillero de vocaciones al sacerdocio que ha dado a la Diócesis de Almería excelentes sacerdotes  -entre los que yo no me encuentro, -no sabemos si por la gracia de Dios o la de los hombres-, pero que gracias  al esfuerzo de  su obispo D. Alfonso Ródenas, y de sus colaboradores, muchos de nosotros pudimos formarnos y / o estudiar una carrera. La generación de los años 60 tiene muchas razones que agradecer a la Iglesia en general, y a la Diócesis de Almería en particular, el esfuerzo que hizo en la formación de tantos jóvenes almerienses para su adaptación al mundo social, laboral y profesional, aunque como en todo proyecto humano, haya sus claro-oscuros; más claros que oscuros, como veremos. La mayoría de los jóvenes proveníamos de un medio rural, de familias con escasos recursos económicos para vivir. La vida en nuestros pueblos estaba asociada a las tareas del campo y éste no siempre respondía al esfuerzo y empeño de toda la familia. Si la vida diaria era difícil, cuanto más estudiar en la capital, para familias con una cierta cantidad de hijos y escasos recursos económicos; bastante tenían nuestros padres con alimentar tanta boca como para pagar unos estudios en un internado, solo unos pocos privilegiados eran los que tenían suficientes recursos para costearlo, sin que su economía se resintiera. En aquellos tiempos la Iglesia hizo una excelente labor social que el régimen no siempre supo devolver con generosidad y justicia. La Iglesia suplió  esas carencias en educación, con creces, ya que los jóvenes de mi tierra solo  podíamos aspirar a terminar la escuela primaria, ayudar a nuestros padres en las tareas del campo, o emigrar 
Abla, -mi pueblo-,  era uno de tantos pueblos de la provincia, que contaba con una gran población de niños en edad escolar. Las ocho escuelas del pueblo así lo confirmaban. La salida para muchos -entre los que me encontraba-, fue el seminario. Ocho monaguillos de la parroquia, elegimos ser curas, e imitar a nuestro párroco. Por eso una mañana lluviosa con nuestras maletas de madera y nuestros colchones de lana, comenzamos una aventura que nos  conducía hacia el seminario. Viajamos en un camión con toldo acompañados por nuestro párroco, Don Pedro Ruiz y nuestros padres, rumbo al Seminario Menor de San Tarsicio de Cuevas del Almanzora. Llovía a cantaros. Aún recuerdo las lágrimas que se me escaparon cuando mi padre despidiéndose  me decía adiós con la mano y una sonrisa forzada desde el fondo del camión ya en marcha. Un nudo en la garganta y una profunda tristeza me sobrevino, que pronto desapareció cuando de vuelta al seminario, comencé a conocer a los que después serian mis compañeros y amigos. Por entonces solo tenía once años.
Lo primero que aprendimos fue disciplina, respeto, y poner en orden nuestras cabezas, no siempre ordenadas. Aprendimos todo lo necesario para conseguir una recta formación humana y académica,  basada en los valores cristianos y humanistas en consonancia con el magisterio de la Iglesia. Nuestra enseñanza tenía un núcleo fundamental basado en el estudio de las lenguas clásicas: latín y griego; además de gramática, matemáticas y música. Tampoco descuidábamos el deporte y la gimnasia "mens sana in corpore sano". Aunque el latín como lengua oficial de la Iglesia ocupaba un lugar preeminente. En el primer curso empezábamos a traducir "La Guerra de las Galias" de Julio César y en el segundo  traducíamos  "Las Catilinarias" de Cicerón, para terminar, -ya en cuarto y quinto curso-, por traducir La Eneida de Virgilio o autores de la complejidad de Ovidio, Salustio, Tito Livio o Juvenal. Como futuros sacerdotes, profundizábamos en el estudio de las Sagradas Escrituras, la meditación y la oración. Preparábamos a conciencia la liturgia y las fiestas religiosas, mediante la lectura cantada de los textos sagrados y el canto gregoriano. Recuerdo con gran cariño a Don Fernándo Peinado y Don Jesús Peinado, mis primeros formadores, el empeño y dedicación que pusieron en su labor. Recuerdo con satisfacción la preparación del programa titulado "El minuto del oyente" compuesto por lecturas  de la Biblia y música sacra y noticias, que luego era emitido en el refectorio a la hora de comer en un estricto silencio. Yo era uno de los locutores, y quien abría el programa, tal vez por la potente voz con que la naturaleza me dotó, junto a otros  compañeros, por lo que me sentía muy orgulloso de ser uno de los escogidos para tan estupendo programa. Tampoco puedo olvidar los despertares tan maravillosos los domingos por la mañana con La Primavera de Vivaldi o la Novena de Beethoven, magnífica iniciación para amar la  música clásica.
Otra actividad muy digna de reseñar eran las grandes caminatas que dábamos por  los alrededores de Cuevas del Almanzora, Villaricos, Las Herrerías, etc. Entre los 30 alumnos que componían mi curso, solo llegaron a ser curas, dos, -que yo recuerde-. Un mal negocio para la Iglesia, si su inversión se mide con  parámetros económicos de rentabilidad de mercado, aunque no es éste el caso. El resto se reparte entre  catedráticos, maestros, médicos y algún que otro funcionario.
La verdad es, que ahora recuerdo con nostalgia aquellos momentos, la vitalidad que teníamos para aprender y el empeño que poníamos en todo lo que hacíamos. Siempre activos, nunca ociosos y menos aburridos. Sirvan estas líneas como un pequeño homenaje a aquellos formadores que dieron lo mejor de su vida para enseñarnos a ser buenas personas,  honradas,  justas y doctas. A ellos mi mayor agradecimiento, admiración y cariño.




DEDICADO A: Don Fernándo Peinado, Don Jesús Peinado, a su hermana Dª Rosario Peinado, y a las demás señoritas que con tanto tesón y dedicación trabajaron para hacernos la vida más agradable y cuyos nombres no recuerdo.




martes, 14 de noviembre de 2017

Tu primer año




a martín

Hoy cumples un año, mi niño,
mi primer nieto varón;
hoy mi corazón se alegra
y le doy gracias a Dios,
porque mis ojos han visto
su más preciado don.

Martín, guerrero desde la cuna
descendiente del dios Marte,
tu nombre suena a valor,
a noble causa, a fuerte baluarte.
Hoy cumples tu primer año,
así lo indica tu dedo
señalando hacia el cielo
tu primer aniversario.

Cuando soplemos la vela
lo haremos en tu lugar
porque aún eres muy pequeño
para poderla apagar.
Hoy tu abuelo te desea
como voz de la familia:
Que cumplas muchos años más,
crezcas feliz, seas un niño sano
con tantas alegrías, como felicidad.

Que tengas suerte en la vida
quieras mucho a tus padres,
que seas un niño travieso
juegues mucho y te diviertas,
y que tu risa y tu llanto
suenen en nuestros oídos
como un armonioso canto.

Cuando seas mayor y leas
estos deseos de tu abuelo,
posiblemente ya no estaré
pero mi voz sonará
allí donde Tú estés.

          Tu Abuelo





sábado, 11 de noviembre de 2017

Cae el telón de una gran mentira





La farsa ha terminado y la función ha acabado. Ahora es tiempo de ajustar cuentas. La tierra prometida en donde manará leche y miel, ha concluido. Pues no, no ha finalizado, alguien tiene y debe pagar esta representación simbólica de la independencia, esta fiesta pagada con el dinero de todos los españoles. Porque todo ha sido un juego simbólico, algo de mentirijilla, evanescente, apariencial. Todos los tejemanejes, las idas y venidas, las sesiones y proclamaciones de independencia no han existido, todo ha sido una farsa, una representación en donde los actores -los políticos secesionistas- lo han pasado fetén (para este viaje no se nesesitan tales alforjas) Ha caído el telón y ha acabado la representación: ahora los espectadores, aquellos que han creído en el delirio de unos  irresponsables, han de volver a casa y enfrentarse con la cruda realidad. Carmen Forcadell está en la cárcel, Presidenta del Parlamento  de Cataluña, que después de admitir el 155 -o sea la Constitución, que tan irresponsablemente conculcó-, ahora la acepta. Según dice literalmente el auto de su señoría- “no es que hayan asumido la intervención derivada de la aplicación del artículo 155 de la Constitución sino que han manifestado que, o bien renuncian a la actividad política futura o, los que desean seguir ejerciéndola, lo harán renunciando a cualquier actuación fuera del marco constitucional”. Un mazazo terrible para los independentistas por parte de una de sus líderes más representativos. Se libra -pues- de permanecer en  prisión previa fianza de 150.000 euros, y pelillos a la mar. Con ello, traiciona sus principios y los cambia a conveniencia, todo por eludir la prisión incondicional impuesta por el Tribunal Supremo: "Estos son mis principios y si no te gustan...los cambio por otros".
Pero no todo ha acabado. Seguirán más capítulos a continuación. Porque, ¿Qué les dirán a tantos miles de ciudadanos catalanes que creyeron en su mensaje, agitando sus banderas y saliendo a la calle? ¿Cómo suturar esa herida tan profunda que ha dejado el procés en tantos ciudadanos que creyeron en él? ¿Cómo curar la terrible frustración que ha ocasionado el dichoso procés entre los ciudadanos de Cataluña y el resto de ciudadanos españoles? ¿Qué van a pensar todos estos ciudadanos cuando vuelvan y descubran la gran mentira del independentismo? Con Carlos Puigdemont en Bruselas haciendo la guerra por su cuenta, -haciendo amigos en la Unión Europea-, con medio Gobierno catalán en prisión preventiva, y con la cantada de Carmen Forcadell aceptando el 155 por dormir en su casa, el panorama no puede ser más sombrío para el independentismo ¿Quién liderará el procés? Han jugado con el sentimiento de la gente y ahora se ha descubierto la gran mentira, el gran fiasco. Como bien dice Ignacio Varela, en el Confidencial: "Se acabó la fantasía unilateral. Aunque ganen el 21-D, ya es inconcebible retomar el 'procés' en el punto inservible en que lo dejaron. El gobierno que salga de las elecciones tendrá que obviar todo lo sucedido desde el funesto pleno del 6 de septiembre. Tendrá que diseñar un nuevo proyecto y aprestarse a realizarlo mediante una doble negociación, con España y dentro de Cataluña, siempre en el marco de la ley. Tendrá que recuperar la abandonada tarea de gobernar, empezando por hacer algo útil para que regresen las dos mil empresas a las que a que ellos echaron de Cataluña. Por eso sería muy saludable que otras personas menos chamuscadas encabecen la nueva etapa.
No se sabe qué sorprende más en el comportamiento de los dirigentes del independentismo: si su abismal falta de grandeza (una causa épica, como fundar un Estado, dirigida por gentes de una vulgaridad aplastante); la ingenuidad de pretender que se puede mutilar impunemente a un Estado europeo de 500 años sin que se defienda con todo su poder; o el cinismo de vender a dos millones de personas la fantasía de un coche volador que los conduciría al paraíso, sabiendo que solo disponían de un vehículo a pedales para recorrer el empedrado camino del infierno". (Ignacio Varela, La confesión de Forcadell y el requien por "el procés". El Confidencial)




viernes, 10 de noviembre de 2017

Maricarmen de España




Maricarmen de España


!Ay Forcadell, Forcadell,
que por salvar tu pellejo
con ahinco,
has tenido que aceptar
el ciento cincuenta y cinco!

!Viva España!
!Viva el Rey!
!Viva la Guardia Civil!
!Viva la Ley!

Así gritaría Forcadell
presa de miedo y emoción,
delante del Tribunal
que le juzga por traición
contra la Constitución.

La misma que así decía:
!Ni un paso atrás!
ahora delante de un Juez
todo es mendaz.

El Procés fue una broma
de un grupo de amiguetes
que decidimos jugar
con urnas y cubiletes.

Nada serio, Señoría
solo fue un pasatiempo
estábamos aburridos
y jugamos a los alzamientos.

A este paso Forcadell
por tal de eludir la cárcel
relatas  delante un juez
que tú no tuviste parte.

Que todo fue simbólico
quimérico y estrambótico
una representación
donde no había una trama
ni guión.

!Ay Maricarmen falaz
que has dejado en la cuneta
a miles de catalanes
que te seguían sin chistar!

Cuando has visto al juez de cerca
empezaste a templar
a prometer tantas cosas
que luego no cumplirás.

Ahora, ¿Qué les dirás,
a aquellos que te siguieron
los muchos que te creyeron
Vas a volverlos a engañar?

¿Qué tienes que decir
a los que buscan trabajo,
a empresas que abandonaron
buscando seguridad,
a miles de catalanes
desorientados?

¿Acaso "El Procés"
pagará las hipotecas,
creará más hospitales
eliminará listas de espera
hará que vuelvan las empresas
o construirá más escuelas?

Nada de eso ocurrirá
tú y tus "procesionarios"
habéis jodido a Cataluña
ahogando su prosperidad.

Los ciudadanos de bien
castigarán tu osadía
con urnas de garantía
y el procés quedará olvidado
como un pesar del pasado.

No has sido honrada contigo
ni leal a tus amigos
la farsa ya terminó
se ha cerrado el telón
la función ha concluído.


       antonio gonzález




martes, 7 de noviembre de 2017

Soledad callada




Solo

Escribo solo, en mi soledad callada,
sobre la desazón, la melancolía,
escribo por escribir
sin ver la nada,
meta invisible
en una carrera perdida,
antes de comenzar
antes de vivir la vida,
con esperanza indefinida,
triste porfía,
cuyo único guión está
en saber, si lo esperado
lo viviré solo o acompañado.

              

sábado, 4 de noviembre de 2017

El Fénix Porto, hotel poco recomendable






Hay aventuras que nunca se olvidan a pesar del paso del tiempo. El 15 de septiembre del presente, fue uno de ellos. Después de varios intentos mis hermanos y yo encontramos una fecha satisfactoria para viajar a Portugal. Teníamos mucha ilusión de hacer este viaje juntos y visitar la ciudad de Oporto. Después vendría Galicia. Fue un viaje que empezamos a organizar a partir del mes de mayo. Lo hicimos a través de Booking com y el hotel elegido fue el Fénix Porto  de cuatro estrellas, céntrico y por las referencias de internet bastante bueno y asequible, en donde reservamos dos habitaciones por tres noches. Salimos de Granada dirección Madrid y desde Madrid por autovía a Ciudad Rodrigo (Salamanca), para llegar alrededor de las ocho de la noche a la frontera de Fuentes de Oñoro.
El viaje por la península se hizo largo aunque no tedioso porque no dejamos de hablar mis hermanos y yo de tantas y tantas cosas que nos unían. Ya en Portugal tomamos la A25 dirección Oporto y a recorrer kilómetros. Al principio no nos dimos cuenta, pero a medida que la noche se cernía sobre nosotros, comenzamos a ver resplandores anaranjados en el horizonte y nieblas que se elevaban por encima del cielo, aunque el tráfico por la autopista no estaba cortado y discurría con normalidad en ambas direcciones Nos asustamos muchísimo y pensamos volver, pero optamos por continuar ya que la intensidad de los resplandores aumentaban y nos dio miedo retroceder. De pronto, alguien nombró la fatídica palabra que nos iba a acompañar durante todo el trayecto: Eso que se ve es fuego. No nos lo podíamos creer: A ambos lados de la autovía, unas veces mas cerca otras más lejos, se veían resplandores que manifestaban de forma inequívoca que Portugal ardía por los cuatro costados. Aquello era una catástrofe nacional de proporciones inimaginables. A unos 140 kilómetros de la frontera y sin cruzarnos con ningún coche de la policía a quien preguntar, empezamos a cuestionarnos si continuar o volver otra vez a España. A unos cien kilómetros de Oporto la policía nos dio el alto para comunicarnos que la autopista A25 estaba cortada a causa del fuego. La alternativa era dar un rodeo por carreteras secundarias para enlazar con otra autopista y poder llegar a Oporto, o volver. Ante la incertidumbre de adentrarnos en carreteras secundarias, vimos más prudente volver  a España al Parador Nacional de Ciudad Rodrigo, donde pernoctamos. No sin antes contactar con el Hotel Fénix Porto para comunicarles la razón por la que era imposible pernoctar esa noche en su hotel, debido a que la autopista estaba cortada por el fuego. Nos remitieron a Booking com y estos nos aseguraron que eran conscientes del problema  a través de los medios de comunicación, y que por su parte no tendrían ningún problema en la devolución, siempre que el hotel accediese a abonar el importe.
Al día siguiente pudimos llegar a Oporto sin ninguna dificultad no sin comprobar a lo largo del camino los estragos del fuego. Nuestra estancia en Oporto fue espléndida. La ciudad, su entorno natural y monumentos, nos causó una impresión extraordinaria, y la gastronomía exquisita, por no hablar del bacalao y sus vinos famosos en el mundo entero. Pero amigos, no todo iba a  salir bien porque las nubes borrascosas se veían venir por el horizonte, y no precisamente para apagar los fuegos que consumían el norte de  Portugal. A la entrada en el Hotel Fénix Porto reclamamos el importe de las dos habitaciones, tomando nota en recepción de nuestra petición y remitiéndonos a una respuesta por parte de la Directora del hotel. Transcurrida nuestra estancia y antes de abandonar el hotel, la Directora nos comunicó que solo abonaría el importe de una habitación pero no de las dos. Aquella solución salomónica no la entendíamos y nos negamos a aceptarla, tratándose de un hotel con un cierto prestigio y nos pareció una falta de sensibilidad, humanidad y profesionalidad y así se lo manifestamos, manifestando que todo lo que había acontecido era ajeno a nuestra voluntad. En conclusión, todo lo que obtuvimos del hotel fue la devolución de un habitación de las dos contratadas. Su respuesta nos pareció mezquina e insuficiente y muy poco apropiada, dadas las circunstancias ya expuestas, por lo que hemos creído conveniente exponerlo públicamente para aquellas personas que les pueda ser útil. Nuestro consejo es que viajen a Oporto, una ciudad preciosa y encantadora, pero no se alojen en el Hotel Fénix Porto cuyo comportamiento con sus clientes deja mucho que desear. Un hotel poco recomendable.




viernes, 3 de noviembre de 2017

El vídeo que pone en su sitio a los políticos independentistas: xenófobo...





El día negro de Cataluña

Por Carlos Herrera ABC Digital

Puede que no sea una buena noticia para la política, pero encarcelar colectivamente a los miembros del Gobierno catalán protagonista del reciente golpe contra el Estado es una muestra de la independencia de la Justicia. Durante un buen tiempo han desobedecido las indicaciones del Tribunal Constitucional, han violado todas la normativas estatutarias y, por demás, han incurrido en delitos claramente tipificados en los diferentes códigos que regulan el desarrollo de la vida administrativa española. La juez Lamela no debe entender de otra cosa que no sea la legalidad, y en función de eso mismo no ha considerado si es procedente la decisión de encarcelar preventivamente a los miembros del Gobierno de la Generalidad de Cataluña.
A buen seguro el Gobierno de España hubiese preferido otra decisión. Medidas cautelares parecidas a las que se aplicaron al jefe de los Mozos, Trapero, permitirían cierto ambiente balsámico cara a las elecciones que esperan a la vuelta de menos de cincuenta días, pero la ley está escrita y su aplicación corresponde a los jueces que de manera independiente la interpretan. La huida de Puigdemont no ha beneficiado precisamente a sus compañeros de gabinete. De hecho, no ha beneficiado a Cataluña en ninguno de sus extremos.
Ignoro si la decisión de encarcelar a todo el Gobierno catalán a mano va a alterar la vida cotidiana en la sociedad catalana. Después de la aplicación del 155 se ha producido una cierta sensación de alivio en el día a día de la comunidad. Como si de repente se hubiese apaciguado el polvorín permanente sobre el que vivía la realidad informativa del territorio. Evidentemente esa paz de estos tres o cuatro días puede verse alterada por el envío a prisión de los protagonistas de las acciones inconstitucionales de los recientes eventos levantiscos. Pero la sagrada independencia judicial, con todas las críticas que merezca la toma de decisiones, es una garantía de la separación de poderes y una forma de medir la calidad de la democracia media de un Estado. El auto de la juez Lamela puede no ser conveniente para el día a día de la política, pero evidencia que los encarcelados formaban parte de un grupo organizado de individuos que alentaron la insurrección pública y la desobediencia de la sociedad hacia las órdenes emanadas de ellos y la resistencia colectiva a la autoridad legítima del Estado. Todo ello, por cierto, financiado con fondos públicos. Resulta evidente que la prisión de tipos que hasta ayer mismo paseaban por la política con el desenfado de los violadores impunes de la ley no va a resultar indiferente para aquellos que han hecho de la movilización ciudadana una suerte de legitimidad incuestionable. Las calles volverán a ser pequeños polvorines de corto recorrido y las instituciones asistirán al vocerío de no pocos portavoces de revoluciones pacatas, pero, con todo, convendría que los protagonistas de tanta erisipela social se lean con paciencia y decencia el auto de la juez. En ningún país de nuestro entorno se hubiera dado un desenlace distinto al ocurrido en España. Si un gobierno local desafiare cualquier legalidad europea de la forma que lo ha hecho el Gobierno de la Generalidad, el ordenamiento legal de cualquier Estado no se hubiera andado con contemplaciones.
Puigdemont, en su huida estrambótica, finalmente no ha hecho ningún favor a sus compañeros de taller. A estas horas los encarcelados deben estar maldiciendo su nombre. El día negro para Cataluña no se ciñe al de la detención de algunos de sus dirigentes. El día negro se engendró en el mismo momento en el que un puñado de iluminados decidió desafiar las leyes y protagonizar delitos de rebelión, sedición y malversación, razones por las que una juez que no elige el Gobierno de España ha decidido ingresarles preventivamente en prisión.  (Carlos Herrera, ABC Digital).


miércoles, 1 de noviembre de 2017

A mi Virgen de La Vega





Mi Virgencica de La Vega 

Y a lo largo del camino,
un carmen donde encontrar
sosiego y paz;
el descanso necesario, y meditar,
para volver a empezar.

¿Dónde está ese lugar?  
En una pequeña ermita
allá en el Camino Real,
allí encuentro a mi Virgencica
con dulzura en su mirar;
porta en sus brazos un niño
con ternura maternal,
así es mi Virgen del Carmen
que guía mi peregrinar.

En la Vega de Abrucena
la sacamos en romería,
la paseamos por el campo
con vítores de alegría,
en un trono de azucenas
que entre ellas porfían,
Ella nos deja a su paso
el olor a hierbabuena 
rindiéndole pleitesía.

Ataviadas y compuestas
las mozuelas de la Vega,
pasean su porte grácil
subidas en sus carretas,
ruegan a su Virgencica
salud y prosperidad,
y encontrar un guapo mozo,
a quien poder enamorar.

En la ermita del Carmelo  
como peregrino errante,
vuelvo a rezar a mi Virgen
recitándole una salve;
el sendero que yo piso
es un sendero a salvo,
allí encuentro a mi Virgencica
y me refugio en sus brazos.
    
       antonio gonzález