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lunes, 30 de abril de 2012

LA GUERRA FRÍA




No se asusten, queridos lectores, que RUSIA no se ha convertido en la URSS y no ha terminado la guerra fría. Es sólo mi memoria infantil la que prodigiosamente me retrotrae a 1955, cuando sólo era un niño de un pueblo almeriense -llamado ABLA-, con siete años de edad y una imaginación desbordante.
Uno de los acontecimientos más sobresalientes del pueblo, era la proyección de películas en el cine los fines de semana. En aquella época en la que no existía televisión, el cine cumplía una función social, que para bien o para mal, es justo reconocerlo,  mostraba  el mundo exterior, bajo el prisma de la censura del régimen del General Franco. El NODO, que se proyectaba antes de la película, era un noticiero que semanalmente contaba las excelencias del régimen, donde la crítica brillaba por su ausencia y se magnificaban las obras y hazañas del Dictador, siempre bajo los postulados de la ideología franquista.

Aquella semana de primavera se proyectó en el cine del pueblo, una película que trataba sobre la guerra fría entre EEUU y la URSS. No recuerdo el título, pero me impactó la trama porque por una vez no era de vaqueros y espadachines, sino de espías. El maniqueísmo imperante de la época entre buenos y malos ya no era entre vaqueros e indios, sino entre americanos (los buenos) y los rusos (los malos). Al final, siempre ganaban los que nos imaginamos: los americanos que eran, los mejores, inteligentes y guapos. Aquella película era una fuente de información inagotable para mi mente imaginativa. Durante la noche del domingo no podía dormir, proyectando un plan para jugar con la pandilla entre entre espías, soldados y banderas. 
Lo primero que se me ocurrió al despertar, era construir dos banderas una de EEUU, -con sus barras y estrellas-, copiada de una enciclopedia de la escuela y otra de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) con la hoz y el martillo sobre fondo rojo. !Eran magníficas, exactamente iguales a las vistas en la película! Ya solo faltaba la tropa de uno y otro bando, para que empezaran las hostilidades y la mismísima guerra entre los dos bandos. El primo David, se encargó de liderar a los malos y yo a los buenos. Al mando de cinco aguerridos guerreros, armados con pistolas y espadas, en estricta formación y con la bandera de la URSS por enseña, tomó la plaza del pueblo ondeando la bandera con la hoz y el martillo, siendo la única plaza de España que dejó de ser franquista para convertirse en comunista. Yo, al mando de los americanos, me refugié en los soportales del ayuntamiento, esperando el ataque de "los malvados comunistas", que después de blandir la bandera "roja" por la mismísima Plaza del Generalísimo, tomó la calle de José Antonio Primo de Rivera y bajando por el callejón  de la Torre camino de la calle de Juan Padilla, subir la calleja prolongación del Chorrillo y volver a la plaza por la calle Real. 
Desde mi posición privilegiada de los portales, divisaba las tropas comunistas, al mando del Primo David que orgulloso blandía la bandera "Roja de la hoz y el martillo", acercándose a la plaza frente a la puerta del cuartelillo.  De pronto una figura verde  con tricornio negro y gran mostacho, se abalanzó sobre  el Primo David; era el guardia de puertas que desde el cuartelillo gritaba desaforadamente, a la vez que se abalanzaba para pisotear aquella bandera que tanto había costado fabricar, diciendo: "!comunista, comunista! ¿De quién eres tú hijo? ¿Quién es tu familia?" Sorprendido y asustado por tan inesperado y alevoso ataque,  mi primo David, entre sollozos decía: "!Ha sido mi primo Antoñico!"
Yo, atrincherado en los portales del Ayuntamiento, sudaba a la vez que temblaba, sin llegar a comprender la trascendencia de aquel hecho, entre el miedo y la sorpresa. Cuando, de repente, ví a mi padre cruzar la plaza en dirección al café, y ser interpelado por el guardia de puertas, al pasar por delante del cuartelillo. Pasados unos minutos de conversación entre ambos, mi padre dió media vuelta hacia la plaza y con malévola y sarcástica sonrisa, quitándose la correa, me preguntaba en voz alta: "Hijo, ¿Donde estás?,  !comunista!".
Esta gesta no será narrada por ningún libro de historia, pero es paradigmática de una época, que muchos de nosotros vivimos y que nunca olvidaremos. La guerra entre estas dos potencias acababa de empezar.




NB: Dedicado a mi Primo David, a quién tanto quiero. 


viernes, 27 de abril de 2012

Mal de muchos, consuelo de tontos





Quien no se consuela es porque no quiere. Eso de equilibrar nuestra conciencia emocional con los males del vecino, funciona. Con lo bonito que hubiera sido una final de Champions Ligue (la copa de Europa de toda la vida) en Múnich, entre los dos grandes del fútbol español, Real Madrid y FC Barcelona. La frustración, es menor si es compartida. La carga es más liviana si se reparte entre dos. Así lo han entendido merengues y culés, que lloran con un ojo mientras que con el otro sonrien del mal ajeno de su respectivo enemigo deportivo. España y el mundo están divididos entre estos dos grandes equipos, que copan  emociones y sentimientos de simpatía, afecto, prestigio y admiración, en un maniqueísmo irreconciliable propio de la condición humana. La grandeza de uno se da a costa del empequeñecimiento del otro: se necesitan mutuamante. Ya decía Hegel sobre la dialéctica entre el señor y el esclavo, que el esclavo es tan señor como el señor, pues sin su reconocimiento el señor no sería señor; ésta es la servidumbre que ha de pagar el señor para seguir siéndolo.

Son dos clubs prestigiosos por su historia y su presente. También por el presupuesto, que sobrepasa  en ambos los cuatro cientos millones de euros. Su poderío económico, paralelo al potencial de sus plantillas los hacen favoritos en todas las competiciones en las que participan. De ahí el fiasco y el fracaso por no clasificarse para la final. Algunos  -con muy mala uva, o no-  han criticado esta eliminación definiendola como un fracaso, ya que para ganar liga o copa del Rey, para tan poco viaje no se necesitan tantas alforjas.
El fútbol es un deporte y como tal se puede ganar o perder. Está sujeto a contingencias imprevisibles propias del ser humano. Se juega con el pié y no con las manos o la cabeza, lo cual complica las cosas. El balón redondo es muy inestable y sus movimientos son difíciles de controlar: anárquico, caprichoso, errático, sin rumbo fijo, debido a su esfericidad y al poco apoyo en la superficie...Y por si fuera poco, tiene que querer entrar...El factor suerte es esencial en toda actividad humana, y el fútbol lo es. La velocidad, anticipación, la búsqueda de espacios libres donde hay límites, el contacto, la fuerza y la presión, mas el tiempo cronometrado y limitado, lo hacen ser muy físico. El cansancio y la larga temporada, con dos partidos por semana, hizo mella en nuestros equipos que se quedaron sin gasolina. Si a todo esto, añadimos los árbitros que en instantes deben decidir, ser objetivos, neutrales y tener un ángulo perfecto en cada jugada, sin olvidarnos de las limitaciones propias de todo proceso perceptivo humano, entonces lo hacen sumamente complicado. Su grandeza y su miseria provienen de su propia esencia.

El fútbol con ser importante para este País, no lo es todo. No puede ser "opio del pueblo". Los problemas de España no están en los campos de fútbol ni hay que buscarlos allí. Demos a cada cosa el valor que tiene y pongamos las cosas en su sitio. ¿Tragedia?, los cinco millones de parados; ¿Frustración?, la del padre de familia roto por no saber qué hacer con su vida, o no poder pagar la hipoteca ¿Problemas? los de España en una crisis de valores morales, territoriales, educativos, sociales...Eso sí que son problemas que afectan a España, como País y como Nación.

jueves, 26 de abril de 2012

TOROS EN ABLA, SI EL TIEMPO NO LO IMPIDE





Sí que lo impedía. La mayoría de las veces llovía para enfado de los taurinos, en una tierra que apenas llueve. Los paisanos se pasaban el año rogando a Dios por la lluvia, excepto estos días que pedían una tregua a la naturaleza -y claro- ésta nunca se la daba. No sabemos si la intercesión de los Patronos ante el Altísimo cesaba, desoyendo las oraciones de sus devotos, una vez que habian procesionado por las calles del pueblo, o que a los Santos Mártires esto de volver a derramar sangre -aunque fuera de toro bravo- sobre la misma plaza donde ellos sufrieron martirio, no les agradaba demasiado. Fuera por lo que fuera, un año sí y otro también, llovía. Las fiestas patronales de los Santos Mártires se celebran el 19 de abril por lo que el 25 o 26 siempre había festejos taurinos, ya que  la plaza había que construirla a base de maderos en la plaza del pueblo.

Recuerdo con nostalgia aquellos días  en los que más importante que la misma fiesta eran los preparativos. Desde mi pequeña atalaya de niño de pueblo, contemplaba con admiración como un puñado de troncos de madera servían para construir un ruedo taurino, por una ingente cuadrilla de obreros en la que participaban todos los hombres del pueblo. Observaba como en los laterales de la plaza rectangular se hacían grandes agujeros a unos tres metros de las fachadas, donde iban apuntalados de forma inclinada grandes troncos desde el agujero a la pared, entrelazados por troncos más pequeños paralelos al suelo servían de grada -eso sí- no muy cómoda para los futuros espectadores. En ambos extremos de la plaza, se construían dos plataformas para que pudieran asistir las mujeres y los niños. Se construían con dos palos en forma de equis en cuatro esquinas, soportando un madero cruzado entre las aspas, para así formar una plataforma, que se cubría con troncos sobre unos tres metros del suelo. Adornado con banderas de España y colchas de flores, daban a los fondos de la plaza un colorido multicolor, parecido a un jardín cuyas flores eran las mujeres jovencitas ataviadas con mantillas españolas y vestidas de sevillanas.

El encierro de los toros era algo inolvidable para mi percepción infantil. Acompañado de mi amigo Lalo, tenía el privilegio desde el "terrao" de la fonda del pueblo, de asistir a la descarga y distribución de los cuatro novillos, en los corrales que se construían a propósito para tal evento. La belleza de los astados de color negro azabache, cataño, berrendo o lombardo, contrastaba con la  fiereza de aquellos bichos embistiendo y corneando las empalizadas con sus largas astas astifinas o cornalonas, y el ruido tembloroso de los maderos, recorría mi cuerpo entre el temor, el estupor, el olor a yerba recien cortada,  y la certeza de que nunca nos podrían embestir. !Ni por todo el oro del mundo nos hubiéramos puesto delante de una fiera así! De ahí la idealización a héroes que hacíamos la chiquillería de los diestros que participarian en la corrida. Yo quería ser uno de ellos en la gloria y en el aplauso, pero sin pasar por el trance tan terrible de la faena en el ruedo. !Todos queríamos ser Vaquerito! -así se llamaba nuestro valiente espada- cada año tan puntual en la Fiesta como la lluvia, a quien todos los niños  veneraban como un ídolo. Sólo ponerse delante del toril, sentado en una silla, esperando la salida del toro, lo elevaba a categoría de héroe. Aquel hombre estaba hecho de una pasta fuera de lo común. El ruido ensordecedor de la muchedumbre cesaba al toque de trompeta anunciando la salida del primer toro. La plaza, de repente, pasaba de algarabía ruidosa a silencio monacal, roto por algún despistado fuera de tiempo.Hasta que...Hasta que cuando el toro salía a la plaza, Vaquerito corría que se las pelaba con silla y todo, para refugiarse en la barrera como alma que lleva el diablo. Su naturaleza humana aparecía en forma de miedo reflejada en su rostro difuminandose por encanto sus atributos de ídolo del pueblo. A pesar de todo, se aplaudía el voluntarismo heroico que hacía año tras año, para conseguir méritos y volver a hacer lo mismo. Pero si peculiar era nuestro héroe, no lo era menos el jefe de la cuadrilla llamado "El Eléctrico", llamado así no solo por la rapidez que empleaba en poner las banderillas, sino como  escapar a la celeridad del rayo, en menos tiempo que la cópula de dos gorriones.

En el balcón de mi abuela -que daba a la plaza- dos horas antes de las cinco en punto de la tarde, allí estaba yo entre los barrotes, peleando frente a mis hermanos y primos, por un puesto prevalente para contemplar el festejo taurino, con la emoción contenida; esperando con mas hambre que ansiedad el descanso entre toro y toro, para degustar los bocadillos con gaseosa, que mi madre extraía de aquella copiosa cesta, cubierta con mantel de cuadros rojos. Lo de menos era la faena y  el noble arte del toreo, -que lo dejamos para los entendidos- lo demás era el jamón, la tortilla y la bota de  mosto, que pasaba de mano en mano con la mirada perdida en el cielo azul abulense, para mejor degustación de nuestros caldos. Así entre olés, pasadobles toreros, y el beso robado a nuestra primera moza, degustábamos con deleite aquellas viandas que con tanto amor preparaban nuestras madres.




miércoles, 25 de abril de 2012

LA VIDA COMO REPRESENTACIÓN





El proceso de socialización que "sufrimos" los seres humanos en la sociedad moderna, nos conduce a ser actores y actuar no como nos gustaría sino como nos moldea la sociedad. En vez de mostrarnos libres, auténticos y honestos -siendo coherentes con lo que somos, sentimos y pensamos- nos mostramos superficiales, inauténticos y engañosos, según los patrones  y clichés impuestos por la moda imperante del momento.  A menudo, solemos llevar una máscara, por medio de la que interpretamos a un personaje que coincide con el gusto de los demás. Se trata de gustar aunque no nos gustemos.
La palabra prosopon -se traduce como persona y nos  aclara lo que decimos-  proviene del griego y significa máscara o careta que empleaban los actores en el teatro cuando representaban  las tragedias griegas. La careta ocultaba el actor y encarnaba al personaje. Es lo que sentimos cuando en el teatro de la vida nos ocultamos bajo la careta, a costa de pagar un precio muy alto, renunciando a nuestra propia identidad, a nuestra propia esencia.
En nuestra reflexión, se imponen ciertas preguntas que debemos responder: ¿Qué se entiende por Status? ¿Qué es la honorabilidad? ¿Qué es el prestigio? ¿Qué significa triunfar? ¿Qué es la vanidad? Demasiadas preguntas para este modesto artículo. La paradoja se manifiesta en la medida en que intentamos aparentar y mostrarnos triunfadores mediante la máscara teatral, y lo que revelamos son inseguridades, carencias,  complejos, fracasos y vacíos que intentamos ocultar.
Y todo esto, ¿Para qué? Para que la gente tenga un concepto de mi persona de acuerdo con un modelo establecido por ella. Pero, ¿Quién es la gente? ¿Qué esperamos de la gente cuando nos conformamos según cree ella? La gente no es nadie. Ni dan ni quitan. Sólo es el eco donde rebotan nuestras palabras. La imagen donde nos reflejamos. La importancia de sus palabras, creencias y opiniones, carecerían de autoridad e influencia si nosotros no se la damos. De hecho, hagamos lo que hagamos siempre seremos denostados, criticados, aplaudidos o confirmados, por eso que llamamos gente.
La transformación que ejercen las opiniones de la gente en nosotros mismos, nos desequilibra en los ámbitos y circunstancias de nuestra existencia: trabajo, relaciones personales y sociales, socavando nuestra personalidad y mismidad y despojándonos de nuestros propios criterios, de tal manera que lo que piensan los demás es más importante  que lo que pensamos nosotros mismos. Debido a este despojo voluntariamente querido, nuestra meta a corto plazo de conseguir la felicidad y bienestar, queda en manos de los otros que asumen el gobierno de nuestra vida, cayendo en la falacia que prioriza más al cómo nos ven que  a cómo nos sentimos.

lunes, 23 de abril de 2012

VIAJEROS




"Por vuestras obras os conocerán" dice Jesús de Nazaret en el evangelio.No somos y valemos por lo que pensamos, sino por lo que hacemos. La percepción individual interna de cada uno, es mejor que la que tienen los demás sobre nosotros. Lo importante no es como nos vemos, por lo que pensamos, sino como nos ven por lo que hacemos. La mayoría de las personas nos vemos mejor de lo que somos, pero lo que nos define son los hechos y los actos buenos que hacemos a nuestros semejantes y quienes nos analizan y juzgan son los otros. Así lo creo yo también.  
Alrededor de un 60% de la población se limita a vivir la vida como si fueran zombis, comen, practican sexo, ven la televisión y compran en grandes superficies. Su vida es vegetativa: comen, duermen,trabajan y se reproducen. Se dejan llevar según modas y corrientes, sin ningún sentido crítico ante la realidad. Tú, querido lector, puedes ser uno de ellos, aunque la mayoría no tiene conciencia de serlo. Quizás sea un mecanismo de defensa y de compensación el vernos mejor de lo que somos y sea bueno para el equilibrio mental y emocional.

Otro 30% de personas se manifiestan como turistas en el largo viaje de la vida. Andan el camino, visitan lugares y hacen fotos superficiales en movimiento de cara a la galería. Pasan sin dejar huella. Son aquellas que se alegran de lo fantásticas que son y de lo maravillosas que están de haberse conocido. Sus inquietudes arden en el altar del orgullo y la vanagloria. Necesitan el aplauso y el incienso de los demás para su egolatría. Son dioses con pies de barro. Sociables, engreidos, altaneros. Su tema preferido de conversación gira en torno a ellos, sobre ellos y solo ellos. Son egocéntricos. Tienen metas pero se difuminan en la negrura en cuanto el sol se pone.

Finalmente, en nuestro caminar por la vida, encontramos un grupo en torno al 10% de personas que podríamos denominar viajeros. Personas que toman en serio el sentido de la existencia y el camino. Ítaca como meta, pero sin olvidar el día a día, observando los pequeños detalles que nos hacen felices, viendo el presente con sus alegrías y tristezas, sin postponer la felicidad en un día que tal vez nunca llegue. Realismo y esperanza, unidas en un mismo proyecto. Viviendo lo inmanente sin olvidar lo trascendente. Dejando una ejemplar huella en el camino, que otro pueda seguir. Siendo profundamente humanos.

viernes, 20 de abril de 2012

EL REY PIDE PERDÓN





De gente bien educada es pedir perdón. Al menos así nos lo enseñaron nuestros padres de toda la vida. Pero, la verdad, no estamos muy acostumbrados a que sea un rey quien pida perdón. Yo al menos, no recuerdo  tal gesto en ningún monarca español y conozco la historia de España. Don Juan Carlos I, ha pedido perdón por efectuar un viaje a África a cazar elefantes. Lo ha hecho ante todo el pueblo español. Las razones internas no las conocemos - él las conocerá-, pero su actitud humilde dignifica y ensalza la persona del rey. Él que es el  primero, marca la senda que todo servidor público, cuando se equivoca, debe reconocer su error,  pedir perdón y rectificar.

¿Cuántos políticos de las tres administraciones han pedido perdón por sus errores? ¿Alguno de vosotros los conoce? Yo, personalmente, pocos, y contados me sobran dedos de la mano. ¿Han pedido los socialistas perdón por haber llevado al País donde está, empezando por ZP, su gobierno de ineptos y el Congreso de palmeros que asentían a todo, sin la menor crítica que se supone en un parlamento plural y democrático?   Y el PP de Rajoy ¿ha pedido perdón a los españoles por las reformas light para conseguir el voto favorable de los andaluces sin demorar las reformas, poniendo por delante los intereses de su amigo J. Arenas que a los de  España? ¿Han pedido perdón los políticos que arrastrados por las exigencias autonómicas de Catalanes y Vascos, repartieron café para todos, creando un Estado de las Autonomías, ineficiente y caro, sin que el País tenga recursos suficientes para poder costearlo? o ¿Acaso  no deberían pedir perdón los sindicatos que han diabolizado a los empresarios enfrentando a estos con los trabajadores diciéndoles que trabajando menos se vive mejor, con bajas laborales fraudulentas? ¿Han pedido perdón las centrales sindicales de clase por el despilfarro de dinero en cursillos laborales, que para lo único que han servido ha sido para que ellos vivan  a costa del dinero público matando a la gallina de los huevos de oro? No, ninguno ha pedido perdón.

Tampoco han pedido perdón,  tantos jóvenes que sólo han sabido quejarse y ocupar las plazas en lugar de aportar su trabajo, creatividad, preparación y esperanza. Jóvenes, malcriados, victimistas del sistema, que reivindican derechos sin aceptar, tal vez, que sólo el trabajo, la dedicación, el sacrificio, y el esfuerzo, es el que crea prosperidad.

Tal vez encontremos arrepentidos entre los periodistas de los medios de comunicación, columnistas, comunicadores o tertulianos, que demagógicamente han dirigido al pueblo por el camino equivocado, predicando el consumismo, negando la evidencia y creando estados de opinión -cual de ellos maś erróneo y equivocado-, barriendo siempre a favor del medio que les paga. O en el grupo de los intelectuales que no han sabido producir una sola idea que marcase el rumbo de un pueblo desquiciado y sin norte, remando siempre a favor de corriente y siendo cómplice de su necedad. Y tampoco hemos pedido perdón -todos los españoles- por haber consentido vivir por encima de nuestras posibilidades, de pelotazo en pelotazo, condenando a nuestros hijos -una generación perdida- a vivir peor que nosotros.
Por todo ello, mi reconocimiento y admiración por el Rey, que ejemplarmente ha sabido rectificar su error, y del que nos debemos sentir orgullosos los Españoles de bien. Lo digo yo, que no soy simpatizante con la monarquía, sino con la república.













lunes, 16 de abril de 2012

UN EXPOLIO ANUNCIADO




No soy accionista de Repsol YPF. No soy accionista de ninguna multinacional -yo diría- que me caen antipáticas. Los intereses de Repsol me traen al pairo. Cuando lleno el depósito de mi coche, me cobran puntualmente y no me regalan la gasolina. Hasta me cabrean porque no hacen nada mas que subirla de precio cuando llegan las vacaciones. Me calientan mi casa por contrato pero podría cambiarlo por otra compañía, y hasta es posible que lo haga. Tampoco me interesa que la Señora Kirchner cada vez que viaja a EEUU se gaste 100.000 dólares en zapatos -si los tiene y se lo puede permitir, no es de mi incumbencia-. Aunque me parece muy poco ético y ejemplar en un país cuya población lo está pasando muy mal.
Sí me preocupa el totalitarismo de CFK cuando no respeta y niega los principios de seguridad jurídica, los valores de la sociedad occidental y del liberalismo económico. El problema,  -según Luis del Vall- "es  la alargada sombra del peronismo, que suele influir y trastocar a los que se dedican a los asuntos públicos en la querida Argentina. El peronismo no es una filosofía, ni un sistema político, ni siquiera una ideología. Es más bien un sentimiento de nostalgia por unos tiempos en que la II Guerra Mundial, primero, y la posguerra, después, le permitió al General Perón exportar hasta el aire de la Pampa, y todo a buenos precios. El peronismo tuvo luces y sombras, y frente al populismo y demagogia, que se ganó la voluntad de los sindicatos, hubo corrupción, torturas y persecución de periodistas incómodos" La Razón (14-04-12).
La Señora, debe de saber que las normas no pueden trasgredirse y una vez iniciada la partida tampoco pueden cambiarse a su antojo. Las relaciones económicas internacionales, se basan en el respeto estricto de sus leyes y ningún país puede tragredirlas son pena de ser catigado por la comunidad internacional y la huida de los inversores extranjeros. No es justo expropiar a REPSOL YPF o a otra empresa en época de bonanza. Hay que recordar que cuando "el corralito argentino" estalló, sumiendo a Argentina en una crisis sin precedentes, hubo desbandada de empresas extranjeras, excepto las españolas que siempre creyeron en nuestros amigos argentinos, siendo España el principal inversor. Repsol apostó por Argentina creando riqueza, trabajo y prosperidad El petróleo es de los argentinos, pero la tecnología y la inversión es de Repsol. Unos y otros están condenados a entenderse, -el tango se baila con dos-, y repartir beneficios de acuerdo a los pactos establecidos.
Cuando las cosas no van bien en Argentina, la Señora CFK no debería emplear la demagogia y el nacionalismo populista para distraer la atención de los ciudadanos con expropiaciones forzosas de "todo para el pueblo". Mal camino es ese. Como señala muy acertadamente el informe escrito por Miguel Ángel Cortés y Alberto Carnero -éste último actual Jefe de Gabinete del Ministro de Exteriores-, ese “nacionalismo populista encuentra su razón de ser en la existencia del enemigo exterior, hacia quien desvía la atención de sus fracasos. El imperialismo, los Estados Unidos, los organismos financieros internacionales y las multinacionales son los chivos expiatorios preferidos del populista latinoamericano”, un caudillo que “desprecia el orden legal. Frente a la ley como límite del poder opone su pretensión de ser él el origen de la ley”. Todo gobierno que subordina “principios e instituciones liberales como la división de poderes, el mérito y capacidad, la igualdad ante la ley y el respeto por los derechos individuales, al logro de sus objetivos”. Lo único que puede conseguir es espantar la inversión extranjera y la credibilidad de su país ante la comunidad internacional.

















viernes, 13 de abril de 2012

PRISIONERO DEL DESEO







Uno de los principales rasgos de la sociedad moderna es la insatisfacción crónica que padece. El motivo fundamental es que nos han hecho creer que con la satisfacción de nuestros deseos materiales vamos a ser más felices. Esa es la labor de la publicidad y su objetivo fundamental: Crear necesidades -la mayoría prescindibles y superfluas- para proyectar ciudadanos cuya esencia consiste en ser consumistas.
Tanto la Psicología como la Sociología han estudiado este fenómeno que caracteriza a nuestro tiempo. Yo me limitaré a hacerlo desde claves psicológicas para profundizar en lo que denominamos "tendencias". Entendiendo como tales los hechos psicológicos por el que el sujeto tiende hacia un objeto y lo desea. Obviamos el problema moral de las tendencias sobre su bondad o maldad y sobre su licitud. Se trata de dos problemas específicamente distinto. Así, por ejemplo, comer fruta robada puede ser una falta moral, pero, desde el punto de vista psicológico, es un modo adecuado de satisfacer una necesidad de alimento. El fin de la Etica es conseguir la felicidad humana; el fin de la psicología de las tendencias es conseguir la salud psíquica del hombre. El estudio de las tendencias nos lleva a definir qué es la motivación o tendencias sensibles de origen instintivo, pero susceptibles de un control voluntario, o la propia voluntad o tendencia a un bien no sensible de naturaleza intelectual.
La motivación es aquel conjunto de necesidades y tendencias que provoca la aceptación o rechazo de un determinado objeto. Es un mecanismo psicológico por el que el ser vivo logra la adaptación con el medio ambiente y la satisfacción de las necesidades y tendencias innatas y adquiridas. Las hay de origen fisiológico y psicológico. Las primeras son necesidades orgánicas necesarias para la función vital del ser vivo: sed, hambre, respiración, cansancio, sueño, eliminación, sexualidad e instinto maternal o paternal; las segundas se desarrollan mediante hábitos de aprendizaje y por la carencia de algo psíquico que se estima o necesita: afecto, libertad, seguridad, comprensión, aprobación, aspiraciones, relaciones interpersonales, intereses e incentivos. etc
Junto a las motivaciones, los seres humanos tenemos las emociones o estados afectivos producidos por la presencia o ausencia de un objeto necesario para la realización de una tendencia. Las emociones se manifiestan en los sentimientos, como la simpatía, el amor, la compasión, serían estados afectivos de carácter duradero. La cólera, la angustia, el miedo, serían estados transitorios, menos duraderos; y, finalmente, las pasiones, tienen más fuerza que los sentimientos, como el amor, el odio, los celos, etc.
¿De qué manera podríamos actuar para conseguir una adecuada adaptación y satisfacción de nuestras necesidades? La respuesta, obviamente, ha de buscarla cada uno en su interior y en su comportamiento con los otros. Pero, existen ciertos criterios que pueden medir nuestro grado de integración, adaptación y satisfacción personal y de aceptación por parte de los demás -me limito a enumerar algunos, aunque no todos-, tales como, la capacidad de trabajar y de comprender a los demás; la visión realista del mundo que le rodea y su nivel de aspiraciones; auto control de la conducta y facilidades de conseguir gratificaciones por parte de la persona con las que se convive; autonomía y responsabilidad en las propias acciones; respeto a la autoridad  y a las normas de convivencia ajena; integración entre lo que se cree y lo que se practica. etc.
La persona de este modo configurará una personalidad estable, que le permitirá una mejor adaptación al medio, y el auto control de sus tendencias, propio de una persona madura, libre y responsable.




jueves, 12 de abril de 2012

Dos Telediarios




Eso es lo que le queda a la izquierda para perder el control de RTVE. Después de tres meses de gobierno del PP, parecía sorprendente que los socialistas y sus socios de izquierda IU, ERC y UGT dominaran el Consejo manipulando la Radio Televisión pública de forma descarada en favor de su propia ideología. Lo normal, aquí y en cualquier país del mundo, es que las televisiones públicas tengan el color ideológico del gobierno mayoritario. Los tres vocales del PP y de CIU recurrian a la única estrategia para bloquear el Consejo, dejando solos y sin quorum para adoptar resoluciones a los vocales de izquierda. En el próximo consejo de ministros se aprobará un decreto  ley por el que para el nombramiento del Presidente del Consejo solo será necesario la mitad mas uno de los consejeros y no dos tercios, como hasta ahora. A Rubalcaba y camaradas les queda dos telediarios. Se les ha acabado el chollo y el abuso sectario, mostrado en las elecciones andaluzas, en las informaciones sobre la  huelga general o en la omertá del ERE gate de Griñán.
La gota que ha colmado el vaso, ha sido un ataque a la libertad de expresión recogida en el artículo 20 de nuestra Constitución. La mayoría de izquierda pretendía vetar la emisión de las misas en la televisión pública, con el pretexto de la homilía supuestamente homófoba de moseñor Reig, el pasado Viernes Santo en la 2 TV. Según dicha homilía la conducta homosexual es un desorden moral -cosa normal en la doctrina moral católica de la Iglesia-  que no puede ser aceptada como conducta buena; otra cosa es la condición homosexual de la persona. La Iglesia  defiende que las uniones homosexuales no deben ser legalizadas, a saber, por un motivo natural, ya que las leyes civiles no pueden entrar en contradicción con la ley moral natural, un motivo biológico antropológico, ya que las uniones homosexuales no sustentan la supervivencia de la especie, un motivo social, ya que las uniones homosexuales pasarían a servir de modelo para la sociedad y un motivo jurídico: las uniones homosexuales no cumplen con el papel a favor del bien común al no garantizar el orden de las generaciones.
La tolerancia siempre ha brillado por su ausencia en esta izquierda sectaria y manipuladora. Yo me pregunto: ¿Puede la Iglesia exponer, predicar y manifestar sus principios morales en un País con mas del 70% de católicos? No solamente puede, amparada por la Constitución, sino que debe y así se lo exige su misión evangelizadora mediante la interpretación de las Escrituras y el Magisterio de la Iglesia. Así lo demandan los católicos españoles a la jerarquía eclesiástica y a sus obispos, como referentes de principios morales en una sociedad desorientada. Nadie prohibe el debate ni la discrepancia, que le corresponde a la izquierda como Derecho y a sus instituciones, partidos políticos, sindicatos, agrupaciones culturales, etc. El mismo Derecho que asiste a la Iglesia a propagar su doctrina. Se puede discrepar pero también tolerar. La Radio televisión pública es de todos los españoles y ha de estar a su servicio porque la pagamos todos. Urge su regulación para que cumpla dignamente su fución, que es respetar el pluralismo político, religioso e ideológico. Lo que no puede ser es que cuando la RTVE la gobierna el PSOE, es progresista y cuando lo hace el PP es sectaria. No obstante lo dicho, el PP no debería caer en el mismo error que ha criticado a la oposición. 




miércoles, 11 de abril de 2012

¿Dónde está la felicidad?



                                "La felicidad consiste en ser libre, es decir, en no desear nada" 
                                                                                               
                                                                                       EPICTETO


Ahora resulta que en plena crisis económica estamos más cerca de la felicidad que nunca. Y no porque lo anunciara la profetisa del PSOE Elena Valenciano para todas las mujeres andaluzas que votasen socialismo, ni porque nuestro Presidente Mariano Rajoy diga "que sabe lo que tiene que hacer" -usando el singular para superar su complejo de autoridad-, sino porque según un Congreso de la Felicidad, que se celebra en Madrid, la felicidad consiste en disfrutar de las cosas y momentos más sencillos que nos ocurren  a diario, y que nada tiene que ver con el materialismo salvaje que corroe nuestra existencia. Ahora nos dicen que la felicidad no está en consumir, ni en los grandes almacenes, ni siquiera en estrenar un vestido nuevo o calzar un zapatilla Nike o Adidas. Ya podían haberlo dicho antes. (Si yo sé esto no me compro unas Adidas para hacer el Camino de Santiago; eso sí, la compra no me ha llenado de felicidad, aunque mis pies me lo han agradecido). 
Se trata de valorar lo viejo, lo decrépito, como algo valioso que el tiempo nos devuelve agradecido. "La arruga es bella", nos decían los publicistas, tal vez cansados de que los hombres de negocios no supieran planchar las camisas cuando estaban fuera de casa. Si no puedes con tu enemigo alíate a él. Veremos por nuestras ciudades pasear a hombres inmensamente felices con zapatos viejos y trajes andrajosos desafiando al estado del bienestar y la prima de riesgo. Una sociedad feliz que al no alcanzar la utopía del pleno empleo y el pleno consumismo, -cosas del pasado- vivirá en una Arcadia donde reinará la apatía y la carencia de deseos lo cual nos llevará hacia una sociedad sin violencia. "Si quieres hacer feliz a un hombre, no le añadas bienes sino réstale deseos." -decía Séneca-.
Pues visto así, la cosa no está tan mal. Resulta paradógico que Schopenhauer, filósofo pesimista donde los haya, nos dé consejos sobre la felicidad. Citando a Aristóteles nos dice "que el prudente no aspira al placer, sino a la ausencia de dolor". Un sabio consejo de un hombre viejo a quien los dolores le visitaban muy amenudo. La filosofía siempre ahí para consuelo de muchos. De mi felicidad sí que estoy seguro, y es levantarme cada mañana, preparar el café al alba, y escribir estas cosas que comparto con vosotros. Para mí es suficiente...Pero yo veo, gente triste deambular por las calles, sin rumbo. Familias rotas por el paro y proyectos truncados sin esperanza...

martes, 10 de abril de 2012

EL PASO





Recordar el Viernes Santo en Abla es rememorar la procesión de El Paso. Para los que hemos vivido la Semana Santa en el pueblo, el Cristo con la cruz a cuestas saliendo del templo con la túnica morada  ayudado por Simón de  Cirene, es algo que queda impreso en la memoria de todo abulense sea creyente o no.
De toda la comarca, Abla siempre ha sido muy cuidadosa con todo lo referente a las tradiciones. Fue fundada por los romanos con el nombre de Alba, y se encuentra situada en la ladera de un montículo mirando al sur, en las estribanías de Sierra Nevada, en la Alpujarra almeriense. Cruce de caminos entre Almería, Guadix, Granada, el pueblo tiene sus propios patronos: Los Santos Mártires, que sufrieron el martirio alrededor del año 303 d.C, siendo gobernador Daciano; mucho antes, fue sede apostólica fundada por San Segundo, obispo, y uno de los siete Varones Apostólicos de la Bética.
Además de la huella romana, el pueblo cuenta con una fuerte tradición de los árabes alpujarreños, cuya muestra más fehaciente son los nombres de los pagos y la cimbras que los riegan, apelación que nos remiten a su historia y cultura.

Abla, es un pueblo de profundas raíces religiosas. La religión la vivieron nuestros padres con toda la profundidad e intensidad propias de un pueblo que vive hondamente enraizado en sus tradiciones y costumbres. Trasmitidas oralmente de padres a hijos, actualmente se conservan gracias a la dedicación y entrega de su gente.
La Semana Santa no es ajena a esta memoria colectiva que enriquece y cohesiona a los abulenses. A ello hay que añadir la aportación de la Iglesia representada por su párroco D. Juan Bautista García del Castillo, allá por los años 50, un hombre creativo que supo dotar de plasticidad las procesiones y las hermandades de la parroquia, gracias a sus dotes naturales de organización. Él fue el alma que dió vida a los diferentes pasos de la Semana Santa. Justo es reconocérlo. Sirva mi modesta aportación para quien se la merece: !Gracias Don Juan!
Una vez efectuado el Via Crucis, en la madrugada del Viernes Santo, todo el pueblo vuelve al templo para asistir a la procesión de El Paso. La hermandad de los morados, dirigida por el hermano mayor, y sus nazarenos, se aprestan a procesionar un trono rectangular, flanqueado por cuatro faroles modestos en cada esquina, en cuyo centro se yergue la figura de Jesús Nazareno, soportando sobre sus hombros una pesada cruz. Su rostro, coronado por una corona de espinas, manifiesta el dolor y el esfuerzo que tiene que hacer para poder mantenerse en pié a duras penas; Gracias a la ayuda de Simón de Cirene, la pesada cruz se desliza con dificultad. Sus manos huesudas se aferran a la cruz sujentándola con determinación, cumpliendo la promesa hecha a su Padre en el Huerto de Getsemaní, de que no se hiciera su voluntad sino la suya. La túnica morada del Nazareno, trasluce un cuerpo magullado y maltratado por el terrible flagelo romano. Su lento caminar por las calles del pueblo, se ve acompañado por el sonido de la Bocina y las trompetas de los sumos sacerdotes. Consta de un pito de unos dos metros de largo con ruedas, que permiten deslizarse por el suelo y que emite un sonido profundo bajo,  en contraste con otra trompeta más corta de metal,  con sonido agudo. Los sonidos se intercalan empezando el bajo para luego unirse con el agudo. Ante el silencio de cientos de personas el sonido de las trompetas nos retrotraen a la larga vigilia del Señor -cuando fue negado por Pedro- y al recogimiento y la oración.
Detrás del Nazareno, San Juan Evangelista procesiona con la hermandad de los verdes, indicando con su dedo erguido el camino por donde va el Nazareno a la Virgen de los Dolores. Será en el Paseo de San Segundo, donde  San Juan presenta a la Virgen a su hijo con la cruz camino del Calvario. La plasticidad del encuentro de la madre con su hijo en el silencio de la mañana, sólo interrumpido por el sonido de la bocina, es de una belleza que conmueve y rompe el corazón. El trono de la Virgen de los Dolores es de una belleza barroca arrebatadora. Su rostro manifiesta el dolor de una madre ante el sufrimiento de su hijo. La imagen de la Escuela de Salzillo, si no del mismo maestro, bajo su dirección, es de un realismo que impresiona. Coronada bajo el manto bordado de hilo de oro y negro,  bajo palio de seis varales de niquel-plata, procesiona por las calles de Abla, bajo el mando del hermano mayor con distintivo negro y penitentes con cirios encendidos. Cincuenta cirios iluminan su rostro y el corazón de plata en el pecho traspasado por siete puñales...

Mirando fijamente aquella imagen, no pude menos que llorar de emoción en recuerdo de mis familiares más queridos: mi padre y mi abuelo. Cuando aquella mañana primaveral de Viernes Santo, cogido de la mano de mi padre, veía pasar El Nazareno con su túnica morada y su cara ensangrentada... seguido por su Madre Dolorosa. Allí estaba yo de niño, vestido con ropa de domingo y zapatos nuevos como si fuese siempre domingo; limpio y aseado, hasta el punto de buscar la mirada cómplice de la Virgen, aprobando mi aspecto, en aquellos tiempos de escasez y penuria. Pocas personas que contemplaban emocionadas aquella imagen de la Virgen, conocían las vicisitudes de aquella imagen tan bella a la que rezaban, que yo sí sabía, gracias al relato que mi padre me había contado y que afortunadamente disfrutaba con su conocimiento y contemplación. El pueblo de Abla, junto con la provincia de Almería, fue zona roja durante la guerra civil española. Algunos comunistas del pueblo se dedicaron a destruir las imágenes del templo quemándolas en la plaza del pueblo. Ni siquiera las imágenes de los patronos de los Santos Mártires y la Virgen del Buen Suceso se salvaron de la quema. Mi abuelo, Juan González Gómez, viendo la situación, pudo esconder la cabeza y las manos de la Virgen de los Dolores en su casa ocultándola en una hornacina de la cocina, envuelta en un pañuelo rojo de la CNT. Sospechosos de este hecho, intentaron quemar la casa si no aparecía la imagen. Pero mi abuelo, hombre de religiosidad profunda, no cedió; aunque finalmente fue descubierta, merced a un soplo anónimo y ardió en la plaza del pueblo junto a otras imágenes, pudiendo salvarse sólo las manos escondidas en otra casa. Aquello le costó la cárcel a mi abuelo en "El Ingenio" (barco atracado en el puerto de Almería utilizado como prisión) pero no fue fusilado, gracias a la intervención del Tío Pepe Galindo, alcalde de Abla, quien abogó por mi abuelo hasta conseguir su libertad.

Si "El Encuentro" es conmovedor no lo es menos cuando la Verónica enjuga el rostro de Jesús en la plaza. En una esquina de la plaza rectangular se sitúa el trono del Nazareno  y paralelamente a esa esquina el Trono de la Virgen en medio está San Juan. En el otro extremo de la plaza aparece el trono de la Verónica que avanza lentamente al son de la bocina, en baile zizagueante al ritmo musical, genuflexa por tres veces en tierra, hasta encontrarse de frente con el Nazareno; en ese instante se desliza un lienzo entre sus manos  y aparece el rostro de Jesús reflejado en el lienzo. La Verónica retrocede, mostrando el rostro de Jesús para posteriormente mostrárselo a la Virgen de los Dolores. Todo bajo el olor del incienso que se eleva hacia el cielo como forma colectiva de plegaria de un pueblo que reza. Todo acontece en un silencio que impresiona, sólo interrumpido por el sonido de la bocina que, plañidera, llora la tragedia de un hombre cuyo rostro hecho dolor, queda impreso en el paño de una mujer piadosa. 



miércoles, 4 de abril de 2012

Entre el Cielo y la Tierra




Ahora resulta que Andalucía es de izquierdas. Así se deduce de los resultados de las elecciones del 25M. Eso sí, una izquierda a su manera. Porque aquí ser de izquierdas compagina muy bien con ser devoto de la Macarena o del Cristo de las Penas. No crean que ser de izquierdas es resucitar la dictadura del proletariado o repartir las tierras de los señoritos andaluces, -bueno, un banco de tierras sí que está en el programa de IU-  y aunque no sabemos a qué interés  darán los créditos, nos imaginamos que seguirán las consignas comunistas de "la tierra para quien la trabaja". Por "el pleno empleo", nos engañó Zapatero en el 2008, y terminó su andadura contando nubes. El socialismo siempre ha tenido aspiraciones de altura y aunque renunció al marxismo y a la tierra, apunta al cielo en una huida hacia adelante, en espera de los brotes verdes que nunca llegaron. En eso se parece a la religión, esperamos la venida del Mesías y aún la siguen esperando los judíos para liberarlos de los romanos; hoy no sabemos de qué han de ser liberados, después de  tanto tiempo. Lo bueno de las promesas es que tardan en  cumplirse, pero mantienen el espíritu alerta hasta la consumación de los tiempos. La llegada del Mesías traía consigo la "buena  nueva" y el alcance de la tierra prometida, lo cual hace de la religión "opio del pueblo" o adormecedera de las penas y desgracias que nos acontecen, a costa de prometer algo que empíricamente es difícil de rebatir. Pero ¿qué nos promete el socialismo? Toda su promesa consiste en ofrecernos un banco de tierras, que vaya usted a saber a qué interés; y una vez trabajada, esperar a que llueva desde el cielo, para que dé sus  frutos. No sabemos  si los mercados esperarán tanto tiempo.
Hablando de trabajo, en la tierra del paro sería lo decente. Estamos en Semana Santa y los "pasos" están en espera de que los costaleros hagan su trabajo; al menos nos queda la esperanza que van a tener trabajo. Para que luego digan que Dios aprieta pero no ahoga. Ahogarnos no lo sabemos, pero no de agua y lluvia, porque el cielo no nos ayuda. La poca que cae impide la salida de las procesiones, pero no remedia la sequía que sufren nuestros campos. !ojalá Zapatero entre tanta nube, deje de contarlas, y nos envíe alguna, que falta nos hace! Yo mientras tanto -por esto de que estamos en Semana Santa-  prefiero  las torrijas de verdad con sabor a  leche  y canela, no falsas promesas entre el cielo y la tierra.

lunes, 2 de abril de 2012

LEIBNIZ, UN ESPÍRITU ENCICLOPÉDICO




"Ningún hecho puede ser cierto o existir y ninguna afirmación verdadera, sin una razón suficiente para que sea así  y no de otro modo; aunque con mucha frecuencia estas razones permanecen ocultas para nosotros"
                                                       
                                                                           GOTTFRIED LEIBNIZ



Leibniz es un gran espíritu enciclopédico. Es uno de los filósofos más  considerables que ha conocido la humanidad. Es uno de los hombres de quien con mayor razón puede decirse que es un sabio renacentista. Está realmente a la altura de un Aristóteles o un Descartes. En su tiempo tuvo una autoridad científica indiscutida, no sólo en filosofía sino, también en física, en matemáticas, en jurisprudencia, en teología, en psicología. En todo aquello que puso su mano, el saber alcanzó un alto grado de excelencia. Leibniz nació en Leipzig en 1646, practicamente al finalizar la guerra de los Treinta Años. Estudió en la Universidad de su ciudad natal donde conoció  el pensamiento de Platón, Aristóteles, la Escolástica y la filosofía de Descartes. A los 19 años se doctoró en Derecho, dedicando a partir de entonces gran parte de su actividad a la carrera política y diplomática. Murió en 1716. Dos fueron las principales controversias que sostuvo Leibniz durante su vida: La autoría del Cálculo infinitesimal frente a Newton; y el filosófico frente a J. Lock sobre el origen del conocimiento.

Su filosofía comienza con el concepto de MÓNADA, aunque parte de la definición de la idea básica de  sustancia cartesiana como autónoma e independiente de cualquier otra sustancia en su ser y en su comportamiento.Sin embargo, Leibniz critica y rechaza dos puntos fundamentales del cartesianismo: La concepción cartesiana de la extensión como esencia de la sustancia material y el mecanicismo como explicación del movimiento. Acepta en física, la idea atomista, valorando y reconociendo la pluralidad y la individualidad, dando una parte de razón al empirismo y al materialismo de su tiempo. También acepta la idea de autonomía e independencia de lo simple. Pero Leibniz también  retoma de la tradición la idea formalista, contraria al espíritu del empirismo y del materialismo. Ello le permite recuperar la idea de finalidad, estructura e integración.
El enorme genio sintetizador de Leibniz aglutina todos estos ingredientes en el concepto de Monada, entendida como "ser capaz de acción". Son sustancias simples, creadas di rectamente por Dios e incapaces de generarse por síntesis ni de comportarse por disgregación. Son "res cogitans" alma, vida, fuerza (vis). Son infinitas y su unión es la que explica los agregados o sustancias compuestas de la naturaleza. Son herméticas pero realizan una actividad que no es reacción ante estímulos exteriores a ellas, sino producto de la autoenegía. Esta autoactividad es doble: representaciones y apeticiones. Las representaciones pueden ser conscientes (apercepciones) e inconscientes (percepciones) Aquí es donde aparece por primera vez la diferencia entre conciencia y subconsciente y con ella la superación del mecanicismo cartesiano ( los animales tienen alma, aunque no tengan conciencia. Se rompe ese dualismo entre extensión y pensamiento). Cualquier mónada, en virtud de su espontaneidad y autoenergía, representa inconscientemente el cosmos entero. Es, por ello, un pequeño mundo que contiene virtualmente infinitas posibilidades de desarrollo.
El desenvolvimiento de la autoenergía de cada mónada corre paralelo con el desenvolvimiento de la autoenergía de las demás  (sincronía) sin interferencias. Esto explica que cada mónada sea un microcosmos y que, en el caso de la mónada espiritual, se produzcan ideas y, lo que era un gran problema, se correspondan con las cosas. La interpretación metafísica de la realidad en Leibniz es muy compleja, porque recoge y sintetiza las ideas centrales de las dos tradiciones: la idea organológica y teleológica del pensamiento clásico y la idea atomista, adoptada por los científicos de su tiempo como el santo y seña del modelo científico de la modernidad. Para Leibniz, cada mónada es parte, individuo; pero también es "Todo", organismo. Esta difícil y original visión de la estructura de la realidad por parte de Leibniz,ha sido posible en virtud de dos descubrimientos portentosos: la espontaneidad o dinamismo a priori de las mónadas (idea moderna) y LA ARMONÍA PREESTABLECIDA. Es evidente que Leibniz ofrece una interpretación de la realidad en términos vitales. Cualquier mónada contiene un infinito de posibilidades. Desde una perspectiva actual, esta idea parece aprovechable, porque de otro modo no sería posible explicar la evolución de la materia orgánica a partir de la inorgánica. El fenómeno evolutivo a partir del sustrato energético, apoya cada día más la idea leibniana de acudir a un "plan de construcción", en los elementos originarios de la materia, a una especie de imaginación preconsciente o protofantasía, que contiene virtualmente, (esquemas anticipadores o razones seminales de Agustín), la complejidad del desarrollo evolutivo posterior. En otras palabras, para que de la materia haya podido emerger la vida y la conciencia, se hace imprescindible que esa materia sea interpretada ya en términos vitales, conteniendo desde el principio virtualmente (potencialmente) las semillas de lo que el tiempo ha producido después. Por eso yo, de acuerdo con Leibniz, defiendo que la conciencia y la libertad, así como la inteligencia, son luces que se van atenuando conforme nos adentramos en la noche de la historia evolutiva, pero que nunca llegan a desaparecer, porque en el sustrato originario ya existía un "plan" preconscientemente anticipado y querido. Naturalmente esta interpretación de la realidad dista mucho de ser mecanicista.

Leibniz defiende la independencia e individualidad de las mónadas; cada cual dotada de plena espontaneidad y autoenergía; es decir, absolutamente libre, sin influencias exteriores. Así que aquí el individuo queda a salvo del allanamiento que sufre en los monismos, como el de Spinoza o como en el posterior de Hegel. Pero Leibniz valora también la idea organológica, la idea de totalidad, de estructura, de integración. Y, por aquí viene siempre el peligro de allanamiento del individuo en el sistema totalitario, donde lo que tiene primacía es el "Todo" ante cuyos intereses está legitimado sacrificar las partes o los individuos.
Leibniz hace un esfuerzo por salvar la idea de totalidad sin sacrificar la sustancia individual. Pero, ¿Lo consigue?. Es indudablemente cierto el principio de autonomía e independencia de las mónadas cuya actividad es producto de una AUTOENERGÍA. Pero también es cierto que hay una "armonía preestablecida" y una "razón suficiente" de todo lo que ocurre en el mundo. Y, por aquí, sí que podría venir un grave obstáculo a la libertad, porque el desenvolvimiento de esa autoenergía, podría tener un "telos" (fin) determinado a priori por las exigencias de la razón, puesto que la estructura de la realidad, como defendió Spinoza -siguiendo a Descartes- es lógico-matemático-geométrica.

La monadología, que es una teoría metafísica para interpretar el conjunto de la realidad, se convierte en teoría del conocimiento y de la ciencia, cuando se centra en el reino espiritual.
Para Leibniz hay tres clases de contenidos del espíritu:
Contenidos de los sentidos externos: son las cualidades subjetivas que no pueden resolverse en conceptos. No ofrecen los caracteres de "universalidad y necesidad," propio de los objetos científicos. En este ámbito falta falta la objetividad y no es posible hablar de ciencia, dadas sus características.
Contenidos de la imaginación: Son el "número y la extensión". Son datos sensibles comunes a todos los objetos, pero aún no tienen el rigor y los caracteres de la ciencia.
Contenidos del entendimiento: son las "ideas y las categorías".
Es el entendimiento el que ofrece  los carateres de necesidad y universalidad, propios del conocimiento objetivo (científico). ¿Cómo lo hace? Se anticipa ya la solución kantiana: son las estructuras del entendimiento las que hacen inteligible lo sensible. Para que se entienda: Platón dijo que eran las ideas inmutables y eternas, situadas en otro mundo, las que hacían inteligibles  las realidades materiales. Sería Aristóteles quien pondría la inteligibilidad de las realidades materiales en las "morphes" o principios físicos determinantes de la esencia. El Cristianismo, también colocó en las formas trascendentes (ideas divinas) los principios inteligibles de la realidad. La filosofía moderna, desde que se inauguró el "Cogito," explica la inteligibilidad de lo real también en virtud de formas; pero estas formas ya no son las esencias de las cosas, entendidas como principios físicos, al estilo aristotélico; mucho menos, formas trascendentes; se trata de formas inmanentes a la conciencia que son las que constituyen la estructura del pensamiento mismo, y que por lo tanto, a priori condicionan todos sus contenidos, haciéndolos inteligibles.
Leibniz, lo mismo que hizo Platón y como también hizo Descartes, comienza por ver en las Matemáticas las primeras categorías (estructuras a priori o formas) del entendimiento. De ahí, pasará a la metafísica y empezará a hablar de sustancia, causa,efecto, acción, semejanza, unidad, pluralidad, duración, etc... Véase como se anticipa ya lo que será la solución de Inmanuel Kant. La enseñanza de Leibniz se sintetiza en lo siguiente: sólo en virtud de las categorías del entendimiento  podemos utilizar científicamente los datos del conocimiento sensible. Estos son, por tanto, necesarios para el conocimiento científico, pero no suficientes.esta doctrina de los Nuevos Ensayos, nos trae a la mente, aquel texto de la C.R.P., en el que Kant afirma que si bien es cierto que todo conocimiento nuestro comienza por la experiencia, no lo es menos que no todo lo que hay en el conocimiento proviene de la experiencia. Se anticipa a Kant, al entender las estructuras del pensamiento como formas a priori de la experiencia y condiciones necesarias para hacerla inteligible.
Este es el sentido que tiene la defensa del innatismo frente a los empiristas ingleses: Locke y Hume. El innatismo de Leibniz de lo que consideraban sus enemigos: es un innatismo de estructuras. No se trata de contenidos con los que nacemos, sino de DISPOSICIONES, APTITUDES O VIRTUALIDADES DE LA MONADA ESPIRITUAL, que por ser fuerza primitiva, espontaneidad y autoenergía, conoce la sustancia, lo uno, lo múltiple,la causa, el efecto, la reciprocidad,etc.
Pero la polémica de Leibniz- Locke sobre el innatismo es más profunda de lo que parece a los ojos del profano. Es la polémica, ya histórica, entre racionalismo y empirismo en torno al  modelo de ciencia y de método de investigación científica. Esto es lo que realmente se debate. En palabras más claras e inteligibles: Para que podamos hablar de ciencia, ¿basta con que los enunciados sean simplemente probables, (con mayor o menor grado de probabilidad, pero simplemente probables) o se requiere que sean estrictamente ciertos y necesarios? Desde otro punto de vista: ¿La ciencia debe emplear métodos sintéticos, inductivos y, por ello, aleatorios o métodos analíticos, deductivos y por ello, necesarios? Se enfrenta el modelo de ciencia que soñó Descartes bajo el respeto casi sagrado a la matemática, con el modelo que sueñen los pragmáticos ingleses desde Ockham hasta Hume, que, como buenos ingleses, prefieren sacrificar la precisión y la exactitud a la praxis. Lo cierto es que los primeros científicos de la modernidad, desde Copérnico a Galileo, son racionalistas y hacen física siguiendo el patrón teórico del padre del pensamiento moderno. Newton es el primer científico moderno, ya en la época del Barroco, que rompe con el molde metodológico del racionalismo y se dedica a sacrificar los hechos mostrando un sobrerecogimiento, también, casi religioso, por los datos y por los procedimientos inductivos a posteriori.
Leibniz considera que la verdadera ciencia debe basarse en contenidos rigurosos y necesarios y que, por ello debe realizarse con una metodología deductiva y analítica. Por eso, para él, el modelo de ciencia es la Matemática. Véase la distancia con respecto a Kant para el que el modelo de saber científico es ya, como para Newton, la Física. Leibniz piensa que la inducción no da más que simple probabilidad, y que ésta, no nos permite conocimientos más rigurosos que las simples asociaciones que realizan los puros brutos. También aquí se puede ver una anticipación del agnosticismo de Hume con respecto a la física.
La física para Leibniz es un ámbito menos claro, más confuso y más problemático que el ámbito de la matemática. Pero piensa que también puede ser conocida científicamente, aunque a la postre no resulte un conocimiento modélico. En esto se diferencia de los empiristas ingleses, Locke y Hume, para los que, paradógicamente, la física no es posible como ciencia rigurosa, porque considera el mundo físico como algo absolutamente contingente y vaciado de necesidad.
En Leibniz no ocurre esto con el mundo de las ideas matemáticas, pero tampoco con el mundo físico, porque, dada su concepción matematico-geométrica de la realidad, piensa que todos los procesos naturales e incluso humanos, están penetrados de una necesidad que, como decía Spinoza, es lógica. Por eso es posible el conocimiento científico (Física) de ese mundo, pues no está vacío de inteligibilidad. Únicamente, tal conocimiento habrá que conseguirlo siguiendo los principios del método cartesiano.
Lo que ocurre es que el entendimiento humano, en contraposición con el divino, tiene infinitud de limitaciones. De ahí que no siempre está en condiciones de descubrir los nexos o vínculos necesarios de ese gran sistema  deductivo y analítico que es la realidad. Pero los nexos y los vínculos están ahí porque toda la realidad, la natural y la humana, tiene una idéntica estructura: la matemática o lógica. Así que la realidad tiene siempre una estructura lógica y racional; lo que ocurre es que el entendimiento humano no está siempre en condiciones de captarla.
Este es el sentido que tiene la distinción leibniana entre VERDADES DE RAZÓN y VERDADES DE HECHO. Las primeras son analíticas y necesarias (Matemática), basta con analizar el sujeto de la proposición para encontrar que el predicado le conviene. Por ejemplo: "un todo es mayor que sus partes." Basta con analizar la idea de "todo" para comprender que es mayor que sus "partes"; para comprender que no puede ser de otro modo y que el predicado  le conviene "necesariamente". Estas verdades se basan en el principio de "contradicción" exclusivamente; es contradictorio para el entendimiento, que "un todo no sea mayor que las partes." Las verdades de hecho son sintéticas y aleatorias (Física). No son analíticas, es decir, no basta con analizar el sujeto para comprender que el predicado le conviene; Tomemos otro ejemplo: "Colón descubrió América". Esta proposición enuncia un hecho que podemos descubrir en los libros de Historia. Esta verdad no es analítica, ya que por mucho que analizáramos el concepto "Colón", nunca deduciríamos que descubrió América, como hemos deducido entre "todo" y "partes". No es una verdad analítica, sino contingente: Colón podía no haber descubierto a América y hacerlo otro, y no pasaría nada. Estas verdades contingentes y no necesarias se fundamentan en un principio llamado de "razón suficiente". Este principio establece que todo lo que existe o sucede tiene una razón para existir o suceder. Aplicado a nuestro ejemplo, el principio exige que hay alguna razón suficiente para que Colón descubriera América, por si no, no lo habría hecho. ¿Por qué hizo esta distinción Leibniz? Volvemos al tema de la libertad: Para salvar la libertad de los actos humanos. A primera vista parece difícil de mantener esta distinción porque a la postre las verdades de hecho se convierten en verdades de razón -así ocurre con Dios para quien no existen verdades de hecho sino que todas son analíticas de Razón. Veámoslo por partes. Si Colón descubrió América, es porque había una razón suficiente para hacerlo. Esta razón no puede ser la pura "gana". La gana no es sino la carencia de razones: el que dice haber hecho algo "porque le dio la gana" en realidad está diciendo que lo hizo sin razón alguna suficiente. pero esto es irracional. Luego si hubo una razón ésta está en Colón, y puede ser porque era marinero, porque conoció a los Reyes Católicos etc Sería necesario hacer un análisis infinito para convertir las verdades de hecho en analíticas de razón; y aunque facticamente es imposible hacer este análisis teóricamente sí lo es.
En otras ocasiones, Leibniz nos muestra que hay otra diferencia radical entre ambas verdades. Las verdades de razón se refieren a esencias, mientras que las verdades de hecho se refieren a existencias. En  las verdades de razón su verdad es independiente de que existan o no los objetos a los que se refiere; ejemplo: "los tres ángulos de un triángulo suman dos rectos"; esto es verdad con independencia de la existencia del triángulo. Mientras que en las verdades de hecho, Colón tiene que existir para descubrir América.
Pero para Dios, Mónada Espiritual, no hay verdades de hecho, son todas de razón. (también aquí la libertad, tanto la divina como la humana, se ve amenazada por esa férrea necesidad lógico-matemática tal y como ocurría en Spinoza, y ha de ocurrir a la fuerza en todo sistema racionalista.) Los seres humanos, por el contrario, tenemos muy pocas verdades de razón y muchísimas de hecho (aleatorias, contingentes, no necesarias, temporales.) Por eso sabemos científicamente tan pocas cosas. Pero esta contingencia, no es constitutiva de la realidad sino consecuencias de las limitaciones de nuestro intelecto. De ahí esté garantizado el progreso indefinido de las ciencias, porque la mónada espiritual es limitada en el tiempo, pero con el tiempo, es un abismo de posibilidades.

En resumen, para Leibniz, el modelo de saber científico es la Matemática y no la Física, porque valora lo universal, lo necesario y lo intemporal (le parece que la verdad ha de ser intemporal y necesaria). Los juicios de la verdadera ciencia son los juicios analíticos que se dan en la Matemática. Pero el significado histórico de Kant está en haber descubierto los juicios sintéticos a priori y con ellos, haber realizado la fundamentación teórica de la Física como ciencia de lo necesario. Para Leibniz solo hay juicios analíticos, que son a priori, y que aportan necesidad; y juicios sintéticos, que son a posteriri y solo dan probabilidad. El sentido y la originalidad kantiana consiste en haber descubierto unos nuevos juicios que son a la vez sintéticos y a priori: por lo primero, son físicos y no matemáticos; por lo segundo, sacan a la física del lamentable estado en que quedará con Hume, para hacerla ciencia de lo necesario, auténtica ciencia.
Dios, aparece en Leibniz como el principio de Razón Suficiente de todo el cosmos en tres dimensiones: Lógica, ontológica y teológica, siendo nexo de unión de todas ellas. Las tres se pueden reducir a una sola, dentro de la mentalidad idealista-racionalista. En efecto, lo que se quiere decir es que lo ideal-esencial, constituye el núcleo ontológico de la existencia real y, por eso, su principio y razón suficiente. Esta forma de hablar, no nos es desconocida; a todos nosotros nos recuerda al viejo maestro griego, descubridor del mundo de las ideas. Él fue el primer racionalista de la historia y la semilla que ha fructificado en nuevos y continuos platonismos.