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miércoles, 12 de febrero de 2014

Benzema, un Jugador en el Parnaso






Antes de seguir leyendo, querido lector, no pierdas el tiempo y déjalo, porque hoy toca hablar de fútbol y en concreto de Karim Benzema. El que escribe es un amante de este deporte y un seguidor muy poco objetivo cuando se trata de hablar de un jugador, poco valorado, poco querido y reconocido en el madridismo injustamente -a mi modesto entender- . A pesar de todo, voy a dar mi opinión. Algunos periodistas deportivos, le han etiquetado como el jugador protegido  por la oficialidad, como el ojo derecho del presidente Florentino Pérez, porque su fichaje lo gestionó el presidente en persona. ¿Por qué se cuestiona tanto el juego de Benzema? ¿Qué tiene este jugador que causa tanta controversia entre los aficionados madridistas? Vayamos por partes.
Una de las virtudes más apreciadas por los aficionados al fútbol respecto a los jugadores de su equipo, es la del esfuerzo, el trabajo, el compromiso con los colores que defiende. A los jugadores se les puede perdonar un fallo ante la portería, un penalty, un auto gol, etc, pero nunca dejar de meter la pierna, reservarse en el esfuerzo, desaparecer del campo o falta de concentración en el juego. Los aficionados quieren un compromiso total de sus jugadores con su equipo, el mismo que ellos tienen en sus puestos de trabajo, la mayoría con salarios inferiores a mil euros. Exigen profesionalidad, esfuerzo y compromiso del jugador en proporción al alto coste de su fichaje y a los altos salarios que cobra como deportista de élite. Este es el caso de Karim Benzema. Nadie duda de su calidad técnica pero sí de su esfuerzo. Ser jugador del Real Madrid es estar en la excelencia; ser un privilegiado, un elegido. Karim lo sabe, porque tiene un maestro que le enseña, un padre que le protege y un psicólogo que le aconseja: Zinedine Zidane. Cuando el público silba a Karim por considerarlo indolente, allí estaba el compatriota para aleccionarle, estimularle y decirle que hay que correr más, ser más agresivo, luchar y partirse la cara con el contrario. Presionar la salida del balón y defender cuando el rival aprieta. El mismo que fue cuestionado a su llegada al Madrid y que no gozó de período de adaptación.
La pregunta es pertinente: ¿Es así  el comportamiento de Benzema en el campo? Yo no lo veo así. Karim Benzema es un jugador frío y astuto. Su técnica y dominio de balón es espectacular. Su capacidad para leer el juego, jugar sin balón, y abrir la defensa arrastrando a su marcador, para que otros se beneficien de los espacios hacia la portería, es innegable (que se lo pregunten a Cristiano Ronaldo) Es inteligente y corre cuando sabe que puede beneficiarse en una determinada jugada (otros necesitan bregar para justificar su salario) El fútbol exige una inteligencia espacial muy grande. A veces es preferible guardar energías que gastarlas en esfuerzos inútiles. Lo inteligente, es saber qué hacer en cada momento y elegir bien, con rapidez y precisión, en espacios reducidos. Su frialdad en el área, la rapidez con que arma el pié para disparar y ponerla lejos del portero, le consagra como uno de los artilleros más inteligentes de nuestra liga. Su capacidad y rapidez para armar el contra ataque y  pillar a las defensas desprevenidas, con pases largos o paredes, hacen del Real Madrid un equipo temible al contra ataque. No es un delantero al uso, ni tampoco rompedor; cuando  no le llegan balones sabe infiltrarse en el medio campo para  confeccionar la jugada a base de paredes y pases al espacio. Sus desplazamientos a ambos lados del campo, abre las defensas para crear espacios libres y beneficiar a los interiores,  bien para pasar al jugador mejor situado, libre de marca, o para chutar a puerta. El fútbol moderno, conjuga técnica, inteligencia y capacidad física, todo en un espacio reducido, donde la rapidez y la precisión son fundamentales. El juego de Benzema contribuye a ello: Es solidario, participativo y colectivo; juega y hace jugar al equipo. Su cuerpo de niño grande y su forma de correr indolente, engaña. Engaña a los técnicos porque les hace pensar que no corre; engaña a la afición que le pita porque  ve que no se implica ni corre (corre el balón); engaña a la misma realidad (diecisiete tantos acumula Karim esta temporada, trece en Liga, dos en Champions y dos en Copa) y engaña a la estadística del Club, alcanzando a Ronaldo Nazario de Lima con 104 goles, en las cinco temporadas que lleva vestido de blanco.  Cuestionado por el respetable, que exigía  que Morata y Jesé le sustituyeran en el once, él, en silencio, no ha dejado de marcar y ayudar a que lo haga Ronaldo, su gran valedor. Por todo ello, es un jugador que vive en el Parnaso, allí donde los dioses habitan recreándose en juegos que los humanos no llegamos a comprender.



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