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miércoles, 22 de junio de 2022

La Mimesis

 

Algunas reflexiones sobre la memoria desde una perspectiva filosófica y antropológica.  En un artículo de Pedro Cuartango en el periódico ABC de Madrid, se afirma que no somos más que los meros recuerdos que enlazamos en el fugaz presente, con un pasado que se aleja a una vertiginosa velocidad. El mismo Platón fundamentó su epistemología en la memoria (mimesis); afirmaba que saber es recordar lo que nuestra alma contempló en el mundo de las ideas. Y sobre la Historia de la filosofía  se dice que ésta no es más que "notas al pie de página" del pensamiento de Platón. El mismo Aristóteles considera a la memoria como una facultad de nuestros sentidos internos, (que junto a la imaginación, estimativa, y sentido común) organiza la materia  de nuestras percepciones empíricas, las cuales servirán como materia del conocimiento en un complicado proceso de abstracción a través del entendimiento agente para universalizar el conocimiento. Ya Humeun filósofo inglés del siglo XVIII, decía que el yo es un "Haz de sensaciones unidas por un no sé qué que queda balbuciendo..." (la definición se las trae); negaba el "yo" como entidad metafísica -(porque antes negó la sustancia, la causalidad y hasta la existencia)- por ser ideas ficticias al carecer de su correspondiente impresión. De este modo el "yo" quedaba en una posición carente de realidad unido solo por el hábito o costumbre de las intuiciones sensibles, por ese afán del empirismo por sobrevalorar lo inmediato. Sin la existencia del yo ¿Dónde situar la memoria como facultad de la identidad subjetiva?. El psicologismo de Hume, llevado hasta sus últimas consecuencias, se ha cargado la sustancia (yo), la causalidad, la existencia. Ha negado a la metafísica y ha abocado a la filosofía a un fenomenismo escéptico, a una "realidad" que descansa en la vivencia de un yo psicológico (que no ontológico). 
La argamasa que une nuestra conciencia es la memoria. Sin memoria no seriamos nosotros, sino otros. Somos lo que recordamos, y recordamos, lo que hemos conocido, sentido y vivido en el pasado. Nos construimos a partir de la memoria de lo que hemos hecho, vivido, sentido y experimentado, y lo hacemos en el presente, ya que el futuro es pura entelequia de lo que aún no es. Aunque según HBergson hay recuerdos que son más difíciles de olvidar que recordar. Momentos puntuales de nuestra vida de vivencias sentidas de alegría o dolor son difíciles de olvidar, y cuanto más lo intentamos, menos lo conseguimos.
Pero la memoria no es una facultad estrictamente subjetiva o individual, también existe la  memoria colectiva de los pueblos o naciones, que les permite rememorar su pasado histórico para aprender del pasado y reinterpretar el presente evitando caer en los mismos errores del pasado. Las fiestas nacionales y las gestas o acontecimientos importantes, se erigen como recuerdos históricos, que desde una perspectiva sociológica, reafirman la unión y comunión de la nación como pueblo. Los lugares, nombres  o monumentos de nuestras ciudades, no son sino el memorial de un acontecimiento histórico, o de un personaje concreto relevante. Todo ello es posible gracias a esta magnífica facultad, la memoria, que nos permite desde el pasado, construir lo que somos en el presente, y lo que queremos ser en el futuro.



martes, 21 de junio de 2022

"Haced esto en memoria mía"




Ayer domingo fue un día muy caluroso en Granada. Fuimos a votar y aprovechamos la visita para asistir a la celebración eucarística en la parroquia de La Inmaculada Niña. Es un templo moderno construido en un barrio cercano a Bola de Oro, cuyo altar mayor lo preside un Cristo crucificado y una cita evangélica que en letras doradas sobre el ladrillo visto resaltan las palabras que la Virgen madre pronunció en las bodas de Caná: "Haced lo que Él os diga" (Jn 2, 5-6). 
Ayer la Iglesia celebraba la fiesta del Corpus Christi en toda España, por lo que la homilía versó sobre  la hermosa frase que pronunció Jesús en la institución de la Eucaristía: "Haced esto en memoria mía" (1 Cor 11,23-27) La 1ª Carta de los Corintios está escrita en torno al año 50 D.C. por Pablo de Tarso, y considerada la primera cita bíblica en el tiempo sobre la institución de la Eucaristía; no hay que olvidar que el primer evangelio fue el de San Marcos, escrito alrededor del año 70 D.C., unos veinte años después. El celebrante construyó la homilía en torno a la memoria, esa facultad misteriosa y compleja que tenemos los seres humanos para construir lo que somos, y sin la cual la existencia sería imposible. En este día celebramos el Corpus Christi, o lo que es lo mismo, celebramos un homenaje al Cuerpo y la Sangre de Cristo, siguiendo sus palabras de "Haced esto en memoria mía". Bajo las especies de pan y vino Jesucristo se encuentra, verdadera, real y sustancialmente presente, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. A la Eucaristía se le llama "el sacramento por excelencia", porque en él se encuentra Cristo presente, quien es fuente de todas las gracias. A este sacramento se le denomina de muchas maneras dada su riqueza infinita. La palabra eucaristía quiere decir "acción de gracias", porque en esta celebración damos gracias al Padre, por medio de su Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo, y recuerda las bendiciones judías que hacen referencia a la creación, la redención y la santificación (Cfr. Luc, 22-19).
La iglesia ha de predicar al mundo la gran verdad que emana de la Eucaristía: el amor. Y éste consiste en hacer la voluntad del Padre haciendo su voluntad, que no es otra, que estar al lado de los más desfavorecidos, los pobres, los enfermos, y todos aquellos que sufren la injusticia de la exclusión existencial. Ha de dar testimonio de la gran verdad: que el hombre como criatura, no puede vivir en un mundo secularizado sin referencia a Dios su creador, de ahí el gozo inmenso de sentirse  criatura amada y dar gracias eucarísticas por todo lo que somos y tenemos. Los que nos alimentamos del cuerpo y la sangre de Cristo, hemos de dar testimonio vivo de este don tan apreciado de la Eucaristía, y ser ejemplo de caridad, fe, y esperanza en el mundo, de la presencia de Cristo en nuestra vida.



 

miércoles, 15 de junio de 2022

Y de pronto apareció Vielha...




Después de una noche de autobús desde Almería hasta el Valle de Arán, luchando entre el sueño y el cansancio, allí estaba nuestro destino, después de pasar un túnel de 5 kilómetros y medio: Vielha. Antes, como preámbulo, bordeamos la Presa de les Escales, entre cascadas de agua -fruto del deshielo- y curvas de la carretera. Un paisaje creado por el agua y la ingeniería del hombre, que nos deslumbra por su exuberante vegetación y la altitud de sus montes en sintonia con el agua. Unas veces las aguas se introducen entre los promontorios del terreno, y otras, eran estos los que invaden las aguas entre los recodos caprichosos de la carretera, jugando al escondite agua y entorno. Una cantidad de matices verdes aparecen ante nuestros ojos soñolientos, que despiertan ante el asombro de tan magnífico espectáculo, donde los árboles del bosque luchan por descollar en altura, unos respecto a otros, en un afán por sobresalir y recuperar la luz del sol. No, no era un sueño, sino una realidad que se nos presentaba como pórtico de lo que después experimentaríamos. Allí estaba el agua mostrando su alma en las nubes del cielo, sonriéndonos o guiñándonos sus algodonados ojos, creando sueños efímeros y diluyéndose entre la realidad y la ficción; discurriendo desde las alturas y formando un lago artificial de rostro sereno, en contraste con la pasión desbordada de las cascadas de cabellos finos, que como brazos abiertos bajan de las cumbres rocosas, rompiendo con su espuma blanca la quietud de sus aguas mansas verde esmeralda.

Vielha es la coqueta capital del pequeño enclave del Valle de Arán. Situada en el cruce de los ríos Garona y Nere, sus cinco mil habitantes y ser la sede de las instituciones políticas más importantes de los araneses, la constituyen como la población más importante del Pirineo central. Junto a ella y diseminadas a lo largo del valle formando un todo con el paisaje verderón de su flora y el río Garona, se alinean las pequeñas poblaciones de Betren, Casarilh, Garós, Arties, Unha, Salardú, Bayergue y Baqueira, -algunas de ellas visitadas por nuestro grupo y didácticamente explicadas por nuestro guía Claudio- forman las pequeñas poblaciones del valle oriental; mientras Bossósts y Les, lo son del valle occidental. Sus casas de piedra y sus tejados de pizarra se funden con el verdor de sus valles y la altitud de las montañas que las circundan, formando un conjunto peculiar característico de este enclave de los Pirineos. Sus magníficos valles y sus cercana estación de Baqueira Beret, le hacen ser un lugar privilegiado para la práctica de deportes de montaña, tales como, senderismo, esquí alpino y esquí fond. 
La ruta del románico en el Valle de Arán, es el tesoro oculto que como perla se encuentra diseminado a lo largo de sus templos y capillas entre las aldeas de piedra y pizarra. Está formado por quince iglesias de las cuales cinco son consideradas las más importantes: Santa María de Arties, San Miguel de Vielha, San Andrés de Salardú, Era Mair de diu de la Purifiacación  de Bossóts y Santa Eulália de Unha. Una tras otra, muestran la belleza y sencillez de sus iglesias románicas con reminiscencias visigodas y mozárabes y con la clara influencia de los maestros constructores venidos de Lombardía. Sus bóvedas de medio cañón y sus torres campanario de dos cuerpos hasta seis, separadas de la iglesia, forman un conjunto arquitectónico típico del románico lombardo. En su interior, la separación de naves por columnas con capiteles sencillos en arcos de medio punto, y paredes pintadas en el ábside y muros laterales, aunque muy deterioradas por el paso del tiempo, manifiestan lo que en los siglo XI y XII fue un magnífico reportaje catequético bíblico, para ilustrar con la imagen y el color las representaciones y misterios de nuestra religión a gentes sencillas. Una experiencia mística inigualable para vivir hoy con recogimiento y oración un diálogo con Dios o su propia mismidad, en la soledad y quietud del silencio de sus muros, que recomiendo, para todos aquellos que quieran encontrarse consigo mismo y apartarse del mundanal ruido. 

Y a la vuelta, Zaragoza; aparece llena de luz y esplendor tras ver reflejadas las torres de la Basílica de El Pilar y el reflejo de su Iglesia-Catedral en el río Ebro. Nos faltó tiempo para descender del autobús y visitar la magnifica Catedral de la Seo de Zaragoza, dedicada al Salvador, de estilo ecléctico desde el románico hasta el neoclásico. Desde el exterior destaca el muro de la parroquia de San Miguel, anexo a la catedral, de una valor y belleza incalculable, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: es la obra culmen del mudéjar aragonés, junto al cimborrio que también es lo más preciado en la arquitectura aragonesa. 
Pero si la catedral de Burgos es la expresión pura del gótico tardío, y León es la exaltación del gótico puro por la esbeltez de su catedral y el juego de luces y sombras de sus vidrieras, la Seo del Salvador, es de una belleza sorprendente por la sencillez de sus bóvedas de crucería, entre las que destaca el cimborrio en el transepto, reestructurado por el papa Pedro Luna (Benedicto XIII) en forma de triple corona o de tiara papal en sus tres planos superpuestos. Después de visitar el Museo de Tapices flamencos de inusitada belleza, no podíamos abandonar la catedral sin contemplar el Retablo de la Capilla Mayor dedicado a la Epifanía, advocación de la catedral, por su grandiosidad e importancia. Las tres escenas principales fueron talladas por el maestro alemán Hans de Suabia y fueron dedicadas a San Valero, San Vicente, y San Lorenzo. Es la joya de la catedral como obra representativa más importante del gótico europeo del siglo XV. Los arcos ojivales y las bóvedas de crucería, junto a su magnífico retablo, y las capillas laterales que la jalonan, hacen de esta catedral el símbolo por excelencia de la Jerusalen celestial. ¿Es la piedra la que emerge de la tierra, como mano abierta elevándose hacia el cielo, o tal vez el cielo que baja para acampar sobre la tierra? Es lo mismo. Si alguien quiere imaginarse el cielo, ya tiene el modelo. 





lunes, 13 de junio de 2022

Nos vamos de viaje...




Iniciamos el viaje sin trazarnos objetivos que alcanzar, entre el escepticismo y la curiosidad de no saber qué buscar y menos qué encontrar. A la invitación de Juan Lao no podíamos decir que no, y más sabiendo por los amigos, que sus viajes nunca defraudan por lo bien organizados que están, y por la proximidad de las personas  participantes, familiares y amigos procedentes de la comarca del Río Nacimiento. Todo viaje es la iniciación de un nuevo camino acompañado del riesgo, la aventura, el reto, en un determinado espacio de tiempo al que acompaña la incertidumbre de lo desconocido y donde la improvisación ante la novedad son compañeras inseparables del viajero. El viaje es la metáfora de la vida, entendida ésta como camino que el hombre recorre en el tiempo. Todo camino es un medio para alcanzar un fin, un instrumento para alcanzar una meta. Sin meta no hay camino, y sin sentido todo se torna absurdo, aunque es cierto que el camino en sí pueda ser una meta ("se hace camino al andar"). El Valle de Arán era la meta: un lugar maravilloso enclavado en el Pirineo catalán, donde la naturaleza se manifiesta exuberante en todo su esplendor a través de la piedra y el agua, como auténticos protagonistas, o lo que es lo mismo, donde el arte y la naturaleza se abrazan para ofrecernos un maridaje único en su género: el Románico catalán.
Es bueno planificar en un viaje el itinerario para darle orden y preferencias a las visitas y lugares a conocer, tal como éste lo fue. Si a eso añadimos unos compañeros de viaje con afinidades comunes, todo se torna más fácil y placentero, porque metas y proyectos ayudan a alcanzar los objetivos propuestos. Pero si la meta es importante, el trayecto acompañado de personas y amigos, lo es más, porque te permite contactar y comunicarte con lo más preciado en un viaje: las personas. Convivir con nueva gente y sentir la calidez del trato humano mediante la comunicación y la palabra, nos enriquece como personas y como colectivo, lo cual es muy bueno y saludable. Poder compartir inquietudes, aspiraciones, y vivencias, es esencial y enriquecedor para nosotros como seres sociables por naturaleza; a la vez que paradójico, después de recordar las palabras del filósofo existencialista francés Jean Paul Sartre y su desafortunada frase de "el infierno son los otros". !Qué desafortunadas palabras de este existencialista parisino! -pensaba yo- mientras disfrutaba de la compañía agradable de un grupo de personas heterogéneo por sus aspiraciones, a la vez que homogéneo por su origen y procedencia con Abla, nuestro pueblo, y la comarca del Río Nacimiento. El infierno es la soledad, es encerrarse en uno mismo sin disfrutar de la compañía siempre enriquecedora de los seres humanos: ese es el verdadero infierno, Señor Sartre.
Son muchos y variados los motivos que se tienen para iniciar un viaje, todos ellos muy parecidos y comunes: desde los culturales, sociales, ecologistas o religiosos, sin olvidar los deportistas, paisajistas o simplemente los recreativos y gastronómicos: todos muy lícitos y placenteros, en los que hay donde elegir según las preferencias de cada cual, aunque  yo me quedo con el trato personal tanto individual como colectivo. Hemos aprendido muchas cosas nuevas de este bello rincón de España, tan desconocido como inaccesible, pero lo más hermoso ha sido sentir la cercanía y calidez de vuestra amistad, un preciado don escaso de encontrar en los tiempos  actuales. Gracias de todo corazón, y que esto continúe.



PD. Mi agradecimiento a Juan Lao, Claudio y Wilson por el excelente trabajo realizado.