La Dolorosa
Allá va la Dolorosa
con su rostro entristecido,
con su rostro entristecido,
su corazón malherido,
sus ojos humedecidos,
tras las huellas de su Hijo.
sus ojos humedecidos,
tras las huellas de su Hijo.
Lágrimas transparentes,
brotan como un torrente,
recorriendo lentamente,
la palidez de su tez,
marcando en su rostro la lividez.
Con su manto negro-oro,
junto al Discípulo amado,
le muestra el camino del dolor
y el desamparo,
de su Hijo abandonado.
Su Hijo el bien amado,
el elegido por Dios,
a duras penas se yergue,
por el madero pesado, impotente,
aplastado.
Ella, como toda madre,
no entiende este castigo de aquel
que todo lo puede,
ni el despojo,la condena,
ni el destino.
La Verónica muestra trazos
de un rostro impreso de sangre,
sudor, y llanto en un lienzo blanco,
tras denodado esfuerzo.
En un instante preciso,sus miradas
se entrecruzan,
en una queda el dolor,
en la otra, un inmenso amor.
antonio gonzález
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