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miércoles, 18 de marzo de 2015

La Hora de la Verdad






Decía Aristóteles que somos sociables por naturaleza. También el afán de saber pertenece a la condición humana, es el contrapunto a la limitación de su aparato instintual, y fue determinante en la cultura griega clásica, así como en la posterior civilización occidental, esencialmente fáustica por la importancia que da al conocimiento como valor en sí mismo. El asombro ante la realidad del mundo y del hombre es el punto de partida del saber humano. En este contexto, combinando la seguridad y estabilidad que da la propia sociedad y tradición en que se vive, con la capacidad de preguntarse, de buscar y de crear que proporciona la racionalidad pluriforme y abierta a distintos niveles de la realidad. El hombre es el ser que se pregunta. El asombro y la admiración ante la realidad, que inicialmente se ve desde la naturaleza de la que formamos parte, no sólo determina los plurales intereses del conocimiento (el interés científico-técnico, el práctico-social o comunicativo, y el reflexivo-emancipador, según Habermas), sino que dan lugar a tres dimensiones fundamentales de la cultura. La política pertenece por derecho al conocimiento práctico o comunicativo del que habla Habermas.
Dentro de este contexto iniciamos nuestra reflexión política sobre el problema de la definición de las diversas opciones políticas, que se presentan como opciones transformadoras de la realidad española. Partimos por analizar los contenidos o programas que supuestamente serán aplicados cuando gocen de la confianza de los votantes.
Hoy, quiero hablaros de Ciudadanos; sí ese partido cuyo color es el anaranjado, tan propio e identificativo con uno de los frutos que nos ayudó a exportar nuestros productos allende nuestras fronteras, me refiero a la naranja. El anaranjado es el color del amanecer, anuncia y vislumbra al astro rey y el día con todo lo que esto significa: Salir de la oscuridad e iniciar una jornada llena de proyectos y realizaciones. Ciudadanos es un partido que surge con una fuerza y vitalidad propia del amanecer de un día soleado, dejando la corrupción y toda su oscuridad a otros partidos que sonrojan a su clase política dirigente y a sus votantes. El color no es ajeno a su significado político. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, huye de etiquetas, lo que le ha valido reproches sobre su supuesta indefinición ideológica. Pero esta supuesta crítica lo que muestra es un partido de centro que huye de los extremos de la derecha y la izquierda en un intento de transversalidad por llegar a ciudadanos de una gran clase media. Diríamos que la indefinición y la etiqueta, es lo que define a Ciudadanos. Sus adversarios políticos le temen porque no ha bebido en las fuentes de la corrupción y se presenta a los ciudadanos con las manos limpias, denominándole partido bisagra. No. No es un partido bisagra sino una opción política seria por regenerar la política, es un partido reformista y a la vez rupturista con el pasado, una nueva forma de hacer política. Es en ese eje en el que Ciudadanos, como otras fuerzas emergentes, basa su crecimiento electoral.
Habrá que hacer algo para salir del estado en el que nos encontramos, al margen de las ideologías y de los planteamientos trasnochados de "derecha-izquierda", que tan bien sabe utilizar el socialismo andaluz. Se trata de aplicar la prueba del algodón y comprobar como las políticas llevadas por el socialismo en nuestra tierra śolo ha dejado paro, pobreza y una diferencia cada vez más amplia en bienestar entre unas y otras regiones de España. Si la comparamos con Madrid, no encontramos ningún indicador económico que lo iguale o supere ¿Es que los madrileños son más inteligentes o más trabajadores que los andaluces? Es evidente que no ¿Entonces? Son las políticas aplicadas por unos y por otros las que marcan la diferencia. Los recursos naturales de sol, playa y montaña y los históricos no ha sido explotados con eficacia ni audacia ¿A qué es debido? ¿Por qué la agricultura, motor de la economía andaluza, no cuenta con una gran industria agroalimentaria de transformación? ¿Dónde han ido a parar los miles de millones de ayudas de la Unión Europea, sin que veamos sus resultados? ¿Por qué laguidecen y se consumen nuestros pueblos en el paro, la deseperación, y lo más prometedor de ellos -la juventud- tiene que emigrar? ¿Es así como queremos que la demografía sujete a la población en sus espacios naturales sin que tengan que emigrar? ¿Cuál es el futuro que le espera a nuestros hijos en esta tierra que les vio nacer, pero que ahoga  todas sus aspiraciones  e iniciativas por falta de recursos y de planificación? Son muchas las preguntas que nos hacemos los andaluces y que necesitan respuesta, respuesta que este gobierno no ha dado. En nuestras manos está el poder para que esto cambie. Es la hora de la verdad.



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