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viernes, 6 de marzo de 2015

CIUDADANOS





Hasta el nombre me gusta. Me recuerda la ilusión que teniamos en la facultad de filosofía por instaurar un régimen democrático donde todos fuéramos ciudadanos con los derechos y libertades propias de los países más libres del mundo, y no súbditos. Ciudadanos libres e iguales ante la ley de un país del que nos sintiéramos orgullosos. Luego la historia fue la que fue, y tuvimos que conformarnos con la Constitución monárquica del 78 de la que me siento orgulloso, pese a que sus pactos se organizaron sin el consenso del pueblo al que solo se le pidió que la votara; después de tanta lucha contra la dictadura franquista, no era el momento de rechazar lo que se nos ofrecía.
Hoy, después de 37 años de democracia, son muchos los logros conseguidos por nuestra joven democracia pero también graves errores de los que tenemos que aprender para no repetirlos. El bipartidismo ha sido una constante en la gobernabilidad de España; PSOE y PP han sido los partidos hegemónicos tradicionales que se han repartido el poder, cada uno con sus claro oscuros: Paro, corrupción, partitocracia, ingerencia en la justicia, terrorismo, recortes sociales en sanidad y educación, y un largo etcétera, es lo que hemos vivido con estos partidos que ha determinado que los ciudadanos sientan un hastío de la política y de los políticos, harto preocupante para la estabilidad de España y la  credibilidad del sistema democrático. En este clima de hartazgo generalizado que afecta no solo a la clase dirigente sino también a las más altas instituciones del Estado, irrumpe en el panorama político dos nuevos partidos emergentes con propuestas nuevas, renovadoras y sorprendentes, hablamos de Ciudadanos y Podemos (del que ya hablé en otra entrada).
Hoy Ciudadanos se ha convertido, según el CIS, en la cuarta fuerza política y Rivera aparece como un fenómeno de centro, tratando de alejarse de los extremos. ¿Por qué? Por dos razones muy poderosas: Su programa político que implica "un renacimiento civil" del país y su fuerte liderazgo que emana de "la figura sorprendente de su líder", Albert Rivera.
En su programación política, dada en su presentación en Madrid, ABC-Deloitte, Rivera manifestó que había que resaltar los puntos programáticos que afecta a la organización y funcionamiento de los partidos políticos, obsoletos y faltos de renovación y cambios, como las primarias para elegir dirigentes, y continuó con el sistema electoral, necesitado de más transparencia "en financiación y en sueldos de los políticos", y también de listas abiertas que eviten que "haya personas en cargos a las que nunca se hubiera votado" por su falta de moralidad ética o su deficiente preparación. La reforma del Senado o su supresión, junto a la eliminación de las Diputaciones provinciales (cosa difícil, a su juicio, porque para eso hay que enfrentarse a los de su propio partido y dejarlos  en la calle ¿Quién le pone el cascabel al gato?) la racionalización de las televisiones autonómicas, que las hagan sostenibles, etc También habló sobre una efectiva separación de poderes. Frente a quienes dicen que Montesquieu ha muerto, indicó, "algunos han ido a pisotear la tumba para asegurarse". Propuso eliminar las "injerencias", y más crudamente, que "la política quite sus zarpas de la justicia". Y para ello, por ejemplo, es necesario "que los fiscales elijan al Fiscal General del Estado; que en el Constitucional no haya un señor de un determinado partido, o que la mayoría del Poder Judicial se componga de jueces". Pero la gran reforma pendiente, insistió, es la de la educación: "Estamos obligados moralmente a llegar a un pacto nacional" en esta materia, porque el actual modelo "es del siglo pasado, memorístico y no adaptado a las nuevas tecnologías", que son "algo más que poner una pizarra digital". Defendió una educación con el inglés como lengua vehicular, que forme ciudadanos y empleados cualificados, y que sea un factor de valor añadido en la economía, porque "no podemos, ni queremos, competir en salarios bajos con Marruecos o China". Albert Rivera tiene muy claro lo que opina de las sicav, las sociedades de inversión colectiva que permiten invertir dinero y diferir el pago anual de impuestos. A su juicio, el problema no es la figura, sino su uso y "que haya parte que se escape del radar fiscal" y cargue de esa manera "la mochila de los otros, de las clases medias", que "llevan un peso mayor del debido". Al igual que ocurre en otros países de Europa, Rivera cree que el aborto hay que regularlo "mediante una ley que combine plazos y supuestos". Partiendo de la base de que es "un fracaso social" y que hablamos "no de un derecho, sino de una despenalización". En el caso de las menores de edad, el líder de Ciudadanos es partidario de que deban comunicar a sus padres la decisión de interrumpir el embarazo. El líder de Ciudadanos negó que su partido sea "ambiguo" y afirmó que el modelo que defiende para España combina la economía de mercado con la justicia social, dos principios que considera "irrenunciables". "Para que una economía sea sostenible, la gente tiene que tener dinero en el bolsillo", y además debe garantizarse el acceso a la sanidad, la educación y los servicios sociales para tener un país "cohesionado".
Como líder de un partido político lo tiene todo para serlo: Joven, preparado, sensato, y fotogénico. Preparado como comunicador, habla un lenguaje llano y comprensible para todas las capas sociales; didáctico, dialéctico, e improvisador sin papeles ni guiones, lo cual le da un aire fresco y sonriente en contraposición a sus oponentes: Rosa Diez  (crispada), Pablo Iglesia, (revanchista), Rajoy y Pedro Sánchez, (el pasado)  Se muestra con un discurso de centro en lo político, y en lo económico combina las ventajas del mercado libre con la justicia social, ideas que gustan a un sector de centro que desea reformas pero no experimentos. Es un catalán muy bien aceptado por los españoles porque no es independentista, pero sobre todo, porque su partido se presenta a la opinión pública sin tener ningún caso de corrupción, cosa que otros no pueden decir. Esto y la defensa de la unidad de España, la igualdad de los ciudadanos, sus valores de libertad, Europa, y su reformismo, hacen de este líder y su partido una apuesta muy atractiva para un sector de españoles que huyen de los extremos.



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