"Es mas difícil olvidar que recordar" (Henry Bergson) Han pasado muchos años pero hay recuerdos que nunca se olvidan. La muerte de mi abuelo me sirvió para descubrir a la edad de 6 años que el hombre no es inmortal. La muerte se presentó de pronto, en el mundo maravilloso de mi infancia donde ni el dolor ni nada que se le pareciese, tenían cabida. Cuando después de escaparme de la casa de mi tía, me presenté en mi casa y subiendo las escaleras del piso de arriba contemplé a mi abuelo en el féretro, trajeado y con un rostro que jamás había visto antes; se hundió el mundo ante mi. Vanos fueron los intentos de mi madre llorosa de consolarme y decirme que el abuelo estaba en el cielo con Dios y la Virgen. No entendía nada, prefería a mi abuelo, sonriente sentado en una silla y explicándome los números y hazañas de nuestra historia, y dándome un duro de plata con el que comprar caramelos. Fue un maestro de escuela ejemplar y mejor padre. Se casó tres veces y la última esposa le sobrevivió. Mi Madre le adoraba porque se crió sin madre, y él lo fue todo para ella. Era bondadoso, apacible y dialogante. Nunca se metió en política y siempre actuó de conciliador entre los dos bandos. Murió de septicemia generada por un absceso de grasa mal curada por el médico del pueblo, amigo suyo. Paradojas del destino. En mi mente infantil, trataba de encontrar una respuesta, un por qué. Pensé que había que hacer algo por mi abuelo; alguien tenía que pagar aquel atropello. Dicho y hecho. Al salir de la estancia donde mi abuelo yacía en cuerpo presente, descubrí como la gente acudía para acompañar a mis padres en el dolor. En un acto de ira, comencé a gritar desde la escaleras que mi abuelo dormía y que no estaba muerto. A la vez que profería gritos de angustia, arrojaba las sillas vacías por la escalera para que aquella gente no pudieran acceder al piso superior. "No hay que temer a la muerte, sí al miedo a morir" (Epicteto)
DEDICADO A MI ABUELO DAVID, MAESTRO ESCUELA. ÉL FUE EL ÚNICO ABUELO QUE CONOCÍ EN VIDA.
Chairs the stairsPosted: November 4, 2012 7:48 a.m. PT
"It's harder to forget to remember" (Henri Bergson) Many years have passed but memories that are never forgotten. The death of my grandfather helped me to discover the age of six years that man is immortal. Death occurred suddenly, in the wonderful world of my childhood where no pain or anything he pleased, they were acceptable. When after escape from my aunt's house, I showed up at my house and up the stairs upstairs watched my grandfather in the casket, dressed and with a face I had ever seen before, plunged the world before me. In vain were the attempts to console my mother crying and telling me that Grandpa was in heaven with God and the Virgin. I did not understand anything, preferring my grandfather, sitting in a chair smiling and explaining the numbers and achievements of our history, and giving me a hard money with which to buy candy. It was a school teacher and exemplary best father. He married three times and last wife survived him. My mother adored him because he grew up without a mother, and he was everything to her. He was kind, gentle and dialogue. Never got into politics and always acted as a conciliator between the two sides. He died of septicemia caused by an abscess cured fat bad the town doctor, friend. Paradoxes of fate. In my young mind, trying to find an answer, a reason. I thought I had to do something for my grandfather, someone had to pay for that outrage. Said and done. Leaving the room where my grandfather lay in this body, I discovered how people came to be with my parents in pain. In an act of rage, began to shout from the stairs that my grandfather was asleep and he was not dead. While uttering cries of anguish, threw the empty chairs the ladder for those people who could not access the upper floor. "Do not fear death, they fear to die" (Epictetus)
Triste y emotivo relato...
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