Javier Nart, que forma parte de las listas electorales de Ciudadanos en las elecciones de Cataluña del 25N, ha declarado en Periodista Digital (20-11-2012) que la sensación de impunidad en Cataluña en todo lo referido a la corrupción está justificada: "En Cataluña lo que existe es un régimen que ha domesticado a la sociedad y que a través de subvenciones, tanto a los medios como a la propia sociedad, ha logrado que estemos en una sociedad absolutamente adormecida". Como veremos posteriormente, hay razones de peso para dudar sobre la objetividad de muchos medios de comunicación en Cataluña y cómo estos actúan en función de las subvenciónes que reciben y la publicidad institucional que tienen. De hecho, cuando en toda España cualquier ciudadano medianamente enterado hablaba de las cuentas en Suiza de las familias de Mas y Pujol (16 de noviembre), los principales diarios de Cataluña ni siquiera las mencionaban. Como si vivieran en otra realidad. Solo han reaccionado a publicar, cuando Mas ha puesto una querella al diario El Mundo. "La estrategia de envolverse en la bandera funciona. -prosigue Javier Nart- En Cataluña existe una especie de franquismo sociológico que consiste en confundir, y lograr que la gente confunda, las particulares peripecias de cada persona con la situación de la sociedad común".(...) Y eso dice muy poco de la ciudadanía, una ciudadanía que confunde las personas con las instituciones y con el propio país. Es el franquismo sociológico, cuando Franco decía que lo que iba contra él iba contra España".
Es insólito y único lo que está sucediendo en ésta campaña que se inició con la posibilidad de un referendum independentista y con la gran mentira de la pertenencia de una Cataluña independiente a La Unión Europea. Ahora se habla exclusivamente de la corrupción y de los dineros de los Puyol y Mas, en el extranjero. Pero mientras tanto, no se habla de resolver y dar soluciones a los verdaderos problemas de la gente (800.000 parados), de la mala gestión económica del Gobierno de Mas. El paradigma de esta política es TV3. Al mismo tiempo que el Gobierno de Mas comunica por correo electrónico un nuevo recorte sanitario de 200 millones, inyecta en TV3 278 millones de euros tras incrementar sus pérdidas en el 2011 un 54%. A esto hay que sumar las partidas destinadas a las pseudoembajadas y las subvenciones ideológicas al independentismo como Omnium Cultural o el mantenimiento de los colegios catalanes en el sur de Francia, la llamada “Cataluña Norte”.
Tampoco tiene desperdicio cómo se están comportando ciertas emisoras de radio catalanas estos días. Sin ningún complejo, están hablando de “ataques desde Madrid” y no de la hipotética corrupción de CiU. Todos a una como en Fuenteovejuna. No es de extrañar este comportamiento de los medios de comunicación, impropios de una sociedad plural y democrática; ya en el año 2009, los diarios catalanes editaron una editorial conjunta para defender al Estatut. (Algo que no ha ocurrido en ninguna parte del mundo). Sobre el dedo señalando a la luna, prefieren criticar el dedo que señala y no la luna. En vez de poner la lupa sobre los posibles corruptos, prefieren culpar al mensajero, antes que poner entre paréntesis -duda metódica- ciertos indicios de culpabilidad, hasta nuevas pruebas. Sus razones tendrán. He aquí algunas. Subvenciones que reciben los medios catalanes por parte de la Generalitat. La Vanguardia: 5.500.000 euros; El Periódico: 268.972,93 euros; Avui: 317.509,90 euros. ¿Comprenden Ustedes ahora cuál es el problema? ¿Podemos dudar de su objetividad? Es evidente que nadie muerde la mano de quien le da de comer. Que cada uno saque sus consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario