En nuestra joven democracia se ha echado de menos la existencia de algún movimiento con participación en la vida social que participase en las decisiones políticas a las que solo tienen acceso los partidos políticos del Parlamento.Por eso un grupo de ciudadanos conscientes y activos -entre ellos Mario Conde- han celebrado un Congreso de la Sociedad Civil en España, donde se han debatido seis ponencias sobre reforma constitucional, reformas económicas y financieras, división de poderes, reforma de la ley electoral, democracia participativa y poder político y sociedad civil. Al comienzo de la democracia, desde una visión muy próxima al despotismo ilustrado, los partidos políticos se repartieron el poder en España, y se encargaron de implementar toda clase de procedimientos y de cautelas para evitar que los ciudadanos tuviesen la capacidad de influir en las cuestiones de la vida pública y de influenciar en ella. Y así transcurrieron las cosas durante dos décadas. Una clase política cada día más alejada de la sociedad hizo y deshizo a su antojo. En torno al año 2000, varias organizaciones de la sociedad civil comenzaron a aparecer en los medios de comunicación de masas y a influir en la agenda de los políticos. Otras emplearon Internet informar y movilizar a cientos de miles de ciudadanos. En 2004 llegó a la Presidencia del Gobierno el que se convirtió en el principal catalizador del despertar de la rebelión cívica. Y así algunas de las políticas y leyes promovidas por Zapatero provocaron la reacción de millones de españoles que despertaron de su abulia. Saliendo a la calle en incontables manifestaciones, con una asistencia muy significativa. Y nacieron y se desarrollaron medios de comunicación independientes del Poder político. Y los blogs, los foros, el email, las redes sociales sirvieron de un espacio libre de expresión política. Y los ciudadanos comenzamos a escribir a nuestros representantes. Tomando conciencia de que nos estábamos jugando nuestra libertad…movilizandose a favor de las víctimas del terrorismo, en defensa de la dignidad inalienable de la persona y de los derechos y libertades fundamentales.
Hoy, la sociedad civil está más viva que nunca. Hoy, el pueblo español es más consciente que ayer. Cada vez más gente toma conciencia de que, no importa lo que los poderosos quieran que pensemos, tenemos en nuestras manos el futuro de nuestra Nación. Sí a la democracia participativa, no a la representativa.
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