"NADA ES MAS SUAVE, Y AL MISMO TIEMPO, TAN FUERTE
COMO EL AGUA, QUE FLUYE FIRME Y LENTAMENTE, CON LA
SABIDURÍA DE TENER EL MISMO DESTINO DEL HOMBRE:
SEGUIR ADELANTE"
SEGUIR ADELANTE"
Anónimo
Hay muchas "fuente agrias" en la geografía española, pero ninguna como la de mi pueblo. Posiblemente no esté situada en ningún mapa acuífero, ni estudiada por sesudos geólogos de la universidad; seguramente no será muy conocida: solo es conocida por los abulenses, pero a ella le basta. Sabe que en su humildad y pequeñez, estriba su grandeza. No riega ningún pago, ni se escritura su agua. Es la hermana menor de todas las fuentes y cimbras de la comarca, aunque lozana y serrana. No tiene el caudal de Los Cauces, ni el dominio de Olfatabla, la frescura de Las Peñuelas o El Morellón, pero sus aguas medicinales abren el apetito de los desganados. Tampoco su sabor es atrayente, La fuente El Manzano sabe mejor, pero su fuerza está en sus efectos curativos y en el remedio de falta de apetito. Así lo entendían nuestros antepasados, aunque -a decir verdad- con las hambrunas de la posguerra, pocos necesitaban de sus servicios.
Situada en las estribanías de Sierra Nevada, en la Alpujarra almeriense, al otro lado del río, marcando su territorio agreste y tupido de matorrales de monte bajo, entre un pequeño barranco que la cobija, encontramos nuestra Fuente Agria. Su agua ferruginosa y cristalina, discurre con lentitud, adaptandose a la superficie del terreno que la ha visto nacer; abriéndose paso entre líquenes y musgos que la decoran, entre el color ocre de la roca y el verde uniforme obscuro de sus arbustos. Su pequeño caudal intenta abrirse camino entre rocas, quebradizos, piedras verdosas impregnadas por el musgos y arenas sedientas de agua. Coqueta y presuntuosa, se siente el centro del pequeño oasis de verdor que gira en torno a ella, entre bruscas rocas y pequeñas cascadas, fruto de la erosión de la naturaleza. Ninguna roca se opone a su lento discurrir y si encuentra una como obstáculo, no se detiene, la contornea con sabiduría y sigue adelante con fuerza y suavidad. De ti aprendí que nuestra vida está llena de obstáculos para hacernos caminar cada vez con más firmeza, confiados y entregados a la existencia. Nace con ansias de aventura y conquista, de permanencia duradera; pero pronto su ilusión queda frustrada y desaparece engullida por la arena, que siempre sedienta, la sepulta entre sus entrañas. Su aventura ha terminado. Después de su corta vida, vuelve a la tierra donde nació, una vez cumplida su misión, y ser canto, alegría y frescura de aves y mamíferos.
Hoy quedan lejanos aquellos días de mi niñez, pero mi recuerdo y agradecimiento será eterno para ésta "aprendiz de fuente", que tantos buenos momentos me deparó y sueños me acompañó. !Hoy te devuelvo con mi canto lo mucho que me diste, aunque mi deuda contigo nunca será saldada! !Va por ti!
EL AGUA
Su alma es el vapor que sonríe desde una nube alta
guiñándonos los ojos,
creando sueños efímeros,
diluidos entre las manos.
Su sonrisa es el rocío que humedece nuestra piel,
sus lágrimas la lluvia que recorren nuestra tez.
El lago nuestro rostro sereno y movedizo,
la fuente su discurrir entre obstáculos imprevistos.
El torrente la pasión desbordada,
la planicie la quietud callada.
Los ríos brazos abiertos entrelazados,
entre cabellos finos de cascada,
buscando el ancho mar de su amada,
entre los pechos y olas de vaguada.
EL AGUA
Su alma es el vapor que sonríe desde una nube alta
guiñándonos los ojos,
creando sueños efímeros,
diluidos entre las manos.
Su sonrisa es el rocío que humedece nuestra piel,
sus lágrimas la lluvia que recorren nuestra tez.
El lago nuestro rostro sereno y movedizo,
la fuente su discurrir entre obstáculos imprevistos.
El torrente la pasión desbordada,
la planicie la quietud callada.
Los ríos brazos abiertos entrelazados,
entre cabellos finos de cascada,
buscando el ancho mar de su amada,
entre los pechos y olas de vaguada.
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