"El más fuerte no lo es siempre demasiado para ser constantemente amo o señor, si no transforma su fuerza en derecho y la obediencia en deber"
Rousseau, El Contrato Social, Cap.III
España ¿es un Estado de Derecho? Para ser un Estado de Derecho no basta que lo promulgue la Constitución Española, hay que serlo realmente. Por el pacto social los ciudadanos consentimos que el Estado ejerza violencia y poder sobre nuestras personas y haciendas, siempre que se base en el Derecho. Son los ciudadanos los que libremente delegan su libertad al Estado siempre que el ordenamiento jurídico de éste se adecue a principios fundamentales ontológicos que residen en el individuo como persona humana. El poder y la autoridad es una potestad del Estado de Derecho delegado por los ciudadanos para la recta gobernación, la convivencia en libertad y la justicia. El respeto a los principios de la persona y la organización de la vida social humana, son los requisitos esenciales para definir lo que es un "Estado de Derecho", y lo que le diferencia de ser una cuadrilla de bandidos.
Ahora bien ¿de dónde proceden y se fundamentan esos principios y valores de la persona humana?: En el Derecho Natural, considerado como un conjunto de criterios y principios racionales que rigen y presiden la organización verdaderamente humana de la vida social y asignan al Derecho su finalidad necesaria con arreglo a las exigencias ontológicas de la naturaleza humana.
El Estado que produce normas alejadas de las exigencias de la organización verdaderamente humana de la vida social y que no respeta ni atiende a la dignidad del individuo, no es verdadero Estado. Dispondrá de códigos y normas, pero no dejará de ser, en el fondo, una cuadrilla de bandidos. Es el caso de las revoluciones marxistas, y en general de los totalitarismos, sean de derechas o de izquierdas, que crearon un orden jurídico a su medida, y elaboraron leyes escritas dimanadas de sus órganos legisladores conforme al aparato jurídico del que se dotaron a sí mismos. El orden jurídico marxista era Derecho sólo en apariencia. El Derecho es algo más que un código de cualquier conjunto de normas escritas. Es la sociedad la que construye la convivencia social sobre la base de principios y valores que emanan de nuestra propia naturaleza -Derecho Natural- y posteriormente el Derecho Positivo lo explicita en normas jurídicas. La aplicación práctica del Derecho corresponde al Estado mediante sus instituciones y representantes, -legalmente elegidos por el pueblo- y deben atenerse a criterios de igualdad, justicia y ecuanimidad, sin sobornos, corrupción, nepotismo, clientelismo y fraude de ley. Erradicar el bandidaje de las instituciones del Estado, ha de ser la prioridad mas importante de éste. El asunto es el hombre. La crisis innegable que vive Occidente deriva del tipo de hombre que hemos creado. Por ello es imprescindible atender al esquema de valores con el que conformar la arquitectura moral de los individuos. De nada sirven normas escritas si se elaboran al margen de esas exigencias ontológicas de la naturaleza humana o si se aplican subordinando el orden jurídico a cualquiera de los desperfectos del alma que componen la sinfonía de lo arbitrario y lo espurio. Sólo un hombre educado en la arquitectura de valores derivada de una vida verdaderamente humana, será garantía de futuro. Sólo ese tipo de hombre, capaz de entender la noción trascendente de la Humanidad, capaz de ajustar la conducta a sus valores, podrá evitar la cuadrilla de bandidos.
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