Cuál es la solución ideal del conflicto entre el intelectual y la política? Según Platón es la siguiente: La filosofía debe constituirse como fuerza conductora del Estado y solo ella garantiza la salud de la "polis". Cuando Platón escribe el Gorgias, antes de su viaje a Sicilia, este compromiso del intelectual con la realidad está ya en él firmemente arraigado. Su conclusión, en el tema del Gorgias, no es como debemos vivir, sino cómo hay que gobernar para vivir rectamente. Con esta idea viaja Platón a Sicilia la primera vez el año 388 antes de cristo, y experimenta una alegría especial al descubrir a su discípulo Dión,así como sufre sobre la vida superficial del tirano y sus ciudadanos. Este primer viaje da testimonio de la firmeza inconmovible de esa creencia suya, a pesar de los desengaños sufridos, y la repite en el último de sus escritos en Las Leyes tras la muerte de Dión (Leyes 712a): "Cuando coincide en un mismo hombre el poder con la inteligencia y la moderación, entonces nace la mejor constitución con las mejores leyes".
Esta perfecta simbiosis histórica entre pensamiento y realidad, muestra que Platón no intentó interpretar la vida, sino trasformar al hombre en su vida. De vuelta del viaje de Sicilia, empieza el bosquejo de la "politeia". Yo creo que en la vacilación de Sócrates, cabe barruntar un cierto pánico de aquel viaje a Sicilia. Pero ahora hay algo muy firme en Platón, a saber su convicción de la tarea de la filosofía y del filósofo; en parte contrasta con la opinión corriente de que el filósofo es un hombre no dotado de talento práctico y realista de la vida, como él mismo recoge en (487 c-d) y al que la filosofía es un objeto de enseñanza para la juventud. Así lo formula Calicles en el Gorgias (484-485). Por ello, Platón hace que sus dos hermanos dirijan las objeciones en dos frentes de ataque y obliguen a Sócrates a desarrollar necesariamente la imagen del verdadero filósofo. Primeramente habla Glauco (474e) y después Adimanto (477-b). Superadas las objeciones, Sócrates aclara sin obstáculos su pensamiento central y puede llegar lógicamente a la meta de sus demostraciones; Las principales arrancan del (502-c) hasta finales del libro VII.
¿Qué quiere decir filósofo? Frente a la masa de retóricos y sofistas, Sócrates expone la imagen del verdadero filósofo, a base de dos rasgos fundamentales (474-a al 480-a): Primero, el filósofo es un erótico de la "sophia"; la ama y tiende ininterrumpidamente hacia ella. Eso incluye un compromiso vital con la actividad intelectual. Segundo, como amante tiende a la esencia de la verdad en su más alta unidad, buscando la cohesión del todo y no en las formas aparentes de las cosas individuales. Para explicar esto, aduce Platón aquí los fundamentos de su doctrina de las ideas y del conocimiento: El filósofo, tiende al conocimiento de la totalidad del saber, hasta llegar a la cumbre de las ideas. Eso envuelve -al mismo tiempo- contemplación y vida práctica; por eso la filosofía es, en primer término, la suma de todo aprendizaje y enseñanza, más aún, es la incorporación de todo lo aprendido y aprendible al organismo vivo de la comunidad. La filosofía sin una referencia práctica es impensable para él. El curioso se contenta con conocer los fenómenos pero no la verdad, ésta es propia del filósofo (475-b). La exigencia de que los filósofos gobiernen significa lo siguiente: La técnica política es solo posible en aquel que conoce la esencia del Estado. Solo él conoce lo que realmente importa a la política. De lo contrario se debatiría en medidas prácticas, más o menos ocasionales en función de un determinada meta política. Las ideas valen no por ellas mismas, sino que sirven como apelación intelectual a partir de lo cual se encuentra el verdadero arte de gobernar; ellas valen para todos los conceptos de la vida porque de suyo, todas se refieren a una última verdad (476-a). Con esto tocamos la sustancia de la filosofía de Platón "eidos". Este vocablo recibe en este pasaje -por primera vez en la República- una significación que lleva directamente a la idea. El primer texto de Platón en el que aparece la palabra "eidos" es en el Diálogo Eutrifón 6-d. Pero es en la "Politeia" donde se desarrolla el concepto de unidad e indivisibilidad de la idea. Eso se consigue fácilmente por medio de los conceptos éticos de donde se ve que la idea tiene una referencia intrínseca al mundo real. Solo hay una cosa justa, no muchas (476-a 1). La idea aparece así separada de las cosas, y es incorporada y reservada exclusivamente a los filósofos que las entienden. En cambio, los que solo miran las cosas aparentes, están vueltos solo a las cosas, solo ven las cosas "contempladores" (476-a 10). Con esto, Platón establece una valoración (476-d). La misión de las ideas es establecer un estado de vida vigilante, por eso el filósofo es un hombre siempre alerta (478-c 4). En cambio, la misión de las cosas, como mera imagen de las ideas, es apariencia como el sueño con la realidad. Esta valoración la traslada Platón al proceso del conocimiento, estableciendo dos grados del mismo: el conocer en sentido propio como visión de las ideas "gnosis", y la opinión "doxa" como visión de las cosas, unida a la creencia de que en ellas se conoce ya la verdad. Este problema se aclara en el (477) en la célebre antítesis: ser-no ser, conocer-no conocer.
¿Qué quiere decir filósofo? Frente a la masa de retóricos y sofistas, Sócrates expone la imagen del verdadero filósofo, a base de dos rasgos fundamentales (474-a al 480-a): Primero, el filósofo es un erótico de la "sophia"; la ama y tiende ininterrumpidamente hacia ella. Eso incluye un compromiso vital con la actividad intelectual. Segundo, como amante tiende a la esencia de la verdad en su más alta unidad, buscando la cohesión del todo y no en las formas aparentes de las cosas individuales. Para explicar esto, aduce Platón aquí los fundamentos de su doctrina de las ideas y del conocimiento: El filósofo, tiende al conocimiento de la totalidad del saber, hasta llegar a la cumbre de las ideas. Eso envuelve -al mismo tiempo- contemplación y vida práctica; por eso la filosofía es, en primer término, la suma de todo aprendizaje y enseñanza, más aún, es la incorporación de todo lo aprendido y aprendible al organismo vivo de la comunidad. La filosofía sin una referencia práctica es impensable para él. El curioso se contenta con conocer los fenómenos pero no la verdad, ésta es propia del filósofo (475-b). La exigencia de que los filósofos gobiernen significa lo siguiente: La técnica política es solo posible en aquel que conoce la esencia del Estado. Solo él conoce lo que realmente importa a la política. De lo contrario se debatiría en medidas prácticas, más o menos ocasionales en función de un determinada meta política. Las ideas valen no por ellas mismas, sino que sirven como apelación intelectual a partir de lo cual se encuentra el verdadero arte de gobernar; ellas valen para todos los conceptos de la vida porque de suyo, todas se refieren a una última verdad (476-a). Con esto tocamos la sustancia de la filosofía de Platón "eidos". Este vocablo recibe en este pasaje -por primera vez en la República- una significación que lleva directamente a la idea. El primer texto de Platón en el que aparece la palabra "eidos" es en el Diálogo Eutrifón 6-d. Pero es en la "Politeia" donde se desarrolla el concepto de unidad e indivisibilidad de la idea. Eso se consigue fácilmente por medio de los conceptos éticos de donde se ve que la idea tiene una referencia intrínseca al mundo real. Solo hay una cosa justa, no muchas (476-a 1). La idea aparece así separada de las cosas, y es incorporada y reservada exclusivamente a los filósofos que las entienden. En cambio, los que solo miran las cosas aparentes, están vueltos solo a las cosas, solo ven las cosas "contempladores" (476-a 10). Con esto, Platón establece una valoración (476-d). La misión de las ideas es establecer un estado de vida vigilante, por eso el filósofo es un hombre siempre alerta (478-c 4). En cambio, la misión de las cosas, como mera imagen de las ideas, es apariencia como el sueño con la realidad. Esta valoración la traslada Platón al proceso del conocimiento, estableciendo dos grados del mismo: el conocer en sentido propio como visión de las ideas "gnosis", y la opinión "doxa" como visión de las cosas, unida a la creencia de que en ellas se conoce ya la verdad. Este problema se aclara en el (477) en la célebre antítesis: ser-no ser, conocer-no conocer.
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