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domingo, 6 de enero de 2013

Yo, sí quiero carbón




De pequeño, no me gustaba el carbón. Pendía como la Espada de Damocles sobre mi cabeza, siempre amenazante por el mal comportamiento y lo travieso que era. Mi padre se preocupaba de recordármelo. Nunca coincidíamos los Reyes Magos y yo. Un año, recuerdo que aquello tenía que cambiar. Prometí no echar tierra en los cántaros de las mujeres, cuando entraban a la tienda de mi abuela a comprar, y no lo hacían en la de mi padre; hacer los deberes escolares; no abrir los corrales para que las gallinas se escaparan, de aquellos sucios lugares. Esas eran mis promesas a los Reyes Magos, para tratar de lisonjear su voluntad y granjearme su benevolencia. Eso, y una larga lista minuciosa de juguetes y regalos, desde una espada del Cid a un juego de pistolas con una  estrella reluciente de Sheriff. Mi lista no solo pedía lo que quería sino también lo que no quería. No quería un carrico de vacas de cartón con los cuernos tronchados; año tras año los Reyes se obstinaban en hacerme carretero, pese a mi poca vocación de transportista. Aquel año, viéndolo expuesto en la tienda  de mi abuela, escribí en el reverso del carrico que no lo quería, para que los Reyes tuviesen constancia de mi deseo, pero ni con esas; ni estuches de colegio con lápiz, borrador y sacapuntas...Aquella noche, sin que mis padres lo supieran, me haría el dormido, para esperar a  los Reyes Magos y exponerle mis quejas. Pegado al cristal de mi balcón esperé impaciente la llegada de aquellos egregios personajes, dibujando estrellas con el vaho sobre el cristal. Pero aquella noche, ni pajes, ni camellos o Reyes pasaron por mi calle. Vencido por el frío y el sueño, desistí de mi empeño y abandoné la empresa. Al día siguiente, con mas alegría que tristeza, jugaba en la plaza de mi pueblo con mi carrico de vacas, eso sí con dos cuernos, pero sin la cola. !Otro año me la habían jugado los Reyes! Ayer, paseando por las calles de Granada, vi a una señora, aterida de frío, en las puertas de un supermercado con un cartel que decía: "soy española". Con el corazón helado, recordé las palabras de mi padre: "Este año recibirás carbón". !Ojalá traigan mucho carbón, los Reyes Magos, para mantener el calor sagrado de nuestra solidaridad!



1 comentario:

  1. Feliz año Antonio, gracias por tu comentario.
    Que el año que viene nos traigan mucho, mucho carbón! ;-)
    Un saludo y recuerdos de uno de tus alumnos :)

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