"El pueblo de Cataluña tiene, por razones de legitimidad democrática, carácter de sujeto político y jurídico soberano”. Según este principio se establece "iniciar el proceso para hacer efectivo el ejercicio del derecho a decidir para que los ciudadanos y las ciudadanas de Cataluña puedan decidir su futuro político colectivo" Así, con el voto favorable de CiU, ERC e ICV y uno de la CUP, ha sido aprobada en el Parlamento catalán, esta resolución impulsada por las fuerzas nacionalistas, la cual ha contado con 85 votos a favor, 41 en contra y 2 abstenciones. Al final, 5 diputados del PSC no han participado en la votación, mientras que Ciutadans y el PP, cuyos diputados han abandonado el hemiciclo en señal de protesta, la han rechazado.
Hoy, se ha perpetrado el secuestro a decidir que tenemos todos los españoles, como así establece la Constitución, por parte de una institución del Estado, como es el Parlamento de Cataluña. No puede una parte decidir sobre el todo; mas bien todo lo contrario. Los Catalanes, Asturianos, gallegos, andaluces, etc, tienen asegurado el derecho a decidir, porque así lo establece nuestra Constitución votada por todos; lo viene haciendo sistemáticamente desde 1978. Nadie ha negado ese derecho. Así funciona un Estado de derecho: respetando y acatando el imperio de la ley. Sí, Señor Mas, el problema no es el derecho a decidir -que ya lo tiene- sino "decidir para crear un Estado propio en Cataluña", traspasando los límites constitucionales del Estado que legitima su autoridad, y rompiendo el principio de soberanía que pertenece a todos los españoles, incluidos los catalanes; apropiándose indebidamente, lo que pertenece a todos. Según JM Aznar: "Una correcta política de fortalecimiento institucional empieza
por entender que quienes atacan al Estado o cuestionan la propia
existencia de la nación no sólo niegan una tradición, una herencia o una
memoria compartidas, sino que también atacan el derecho de todos y de cada uno de nosotros como ciudadanos a decidir en común sobre nuestras reglas de convivencia". Fuera de la ley, no hay democracia, como descubrieron los antiguos griegos desde el Protágoras. Las reglas han de ser respetadas porque son la garantía de la libertad de todos. Si no gustan, cambiense, pero por el procedimiento que determine la propia Constitución. Si hemos participado todos a la hora de constituirlas, también corresponde a todos, cambiarlas, suprimirlas, o eliminarlas:"La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado" (Constitución Española, Art 1,2) Somos siervos de la ley para no ser esclavos de los tiranos. De este modo, el Derecho se convierte en el instrumento necesario para toda organización política, identificando "libertad" con "ley", y "justicia" con "derecho positivo".
Menos mal, que todo quedará en un brindis al sol, pues el Estado de Derecho aplicará la ley, y todo quedará en su sitio. Es evidente que la proclama secesionista no tendrá efectos jurídicos, aunque sí políticos, económicos y sociales. Si no, al tiempo.
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