Se nota que estamos en tiempos de rebajas. Así lo ha entendido el bipartito catalán que ha tenido que rebajar la propuesta separatista disfraza de "derecho a decidir" por la independencia de Cataluña del resto de España. Todo para que rebajando las exigencias separatistas puedan unirse otros partidos del arco parlamentario catalán. La realidad es que se ha ido muy deprisa sin tiempo necesario para valorar las consecuencias para Cataluña y también para España. El Gobierno de España por boca de su Vicepresidenta, ha afirmado que el gobierno hará cumplir la constitución porque así es su deber.
Entre tanto la corrupción se manifiesta en todo su esplendor y como una mala epidemia de gripe, se extiende por todos los partidos políticos. Lo último que hemos sabido es que el Señor Bárcenas, senador del PP, tenía en un banco suizo 22 millones de euros. Éste Señor hace dos años tuvo que abandonar el partido por estar imputado en el caso Gürtel, dimitir como tesorero del PP, y ser exculpado por el Sr. Rajoy; se marchó diciendo lo que todos dicen: "soy inocente y voy a demostrarlo..." En pesetas unos 3800 millones de pesetas; como ven -queridos lectores- calderilla, de gente que trabaja de sol a sol.
Pese a todos los casos de corrupción que se da entre todos los partidos políticos, España no es el mas corrupto entre todos los países del mundo. Ocupamos el puesto treinta, entre ciento ochenta países; muy parecido a los países de nuestro entorno. El hecho de que se dé en la clase política, para financiar sus partidos o en provecho propio, es un escándalo que demostraría el desafecto de los ciudadanos, y ser la corrupción, el segundo problema del país después del paro. Es evidente que a los políticos hay que exigirle preparación y eficacia, pero sobre todo honradez, por la función ejemplarizante que tienen en la sociedad. Si en cualquier actividad de la empresa privada, se exige un mínimo de integridad ética, cuanto más en la función política, considerada como un acto de servicio en favor de los ciudadanos, por lo que a la mínima sospecha deben de dimitir sin esperar la sentencia judicial. De ahí el sentir general de los ciudadanos de que todos los partidos se encubren unos a otros, tapando sus vergüenzas. Porque no nos olvidemos, el dinero con el que se financian los partidos
políticos en España, es de todos, por tanto nos están robando. ¿Se puede mantener la paz social de un país con este índice de corrupción que afecta a la clase política? Respuesta obvia, no. No obstante, en un Estado de derecho, todos los casos serán presuntos hasta que no sean juzgados y condenados por un juez; el principio de presunción de inocencia es incuestionable. Serán los acusadores -nunca los acusados- los que tendrán que aportar pruebas concluyentes, no indicios.
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