Todos los años sucede lo mismo:
La Diada de Cataluña. Todos los años suena la misma cantinela por parte de los independentistas catalanes -que no de los Catalanes- el grito de "independencia", "España nos roba",
"No tenemos otra salida que la de ser independientes" etc. La de este año 2013 lleva como lema esencial:
"El derecho a decidir" ¿Acaso los ciudadanos catalanes no deciden al igual que lo hacen todos los españoles cuando votan? ¿Qué se oculta detrás de este lema? ¿El derecho a decidir significa el derecho de Cataluña a ser independiente del resto de España? ¿Puede el principio de autonomía de unos pocos estar por encima del principio de igualdad de muchos? ¿Qué está
sucediendo en Cataluña para que hayamos llegado a este estado de cosas?
¿Son ciertos estos reproches? ¿Qué hay de verdad en estas acusaciones?
¿Tiene solución el encaje de Cataluña dentro de España? ¿Acaso Cataluña
no ha sido siempre España? Un poco de Historia no nos vendrá mal.
Comencemos...
Cataluña nunca fue un Estado independiente. Nunca. En la época romana formaba parte de Hispania dentro de la provincia Tarraconesis. Nunca hubo una conquista por parte de Castilla sobre Cataluña. Alrededor del siglo XIII pertencía al Reino de Aragón, hasta que éste se unió con Castilla mediante la unificacion de los Reyes Católicos, formando una unidad llamada España. En 1714, Cataluña no peleó para conseguir su independencia, eso es falso. No fue una guerra de secesión sino de sucesión entre los Borbones y los Austrias.
Rafael de Casanova, (otro de los mitos falsos del nacionalismo catalán) fue un patriota español que pretendió "derramar gloriosamente su sangre y su vida por el Rey (Carlos de Habsburgo), por su honor, por la patria, y por la libertad de toda España". Es a éste patriota español a quien se homenajea, -cosa que me parece fenomenal, pero sin tergiversar la Historia-.
¿Podemos aceptar argumentos falsos y falaces de los nacionalistas catalanes todo por sus intereses políticos? Bien poco les importa. Si el argumento histórico no es defendible con argumentos racionales, pues se apela al "sentimiento" Y, ¿quién y
cómo ha generado ese sentimiento? La respuesta es clave para entender la
deriva separatistas de muchos.
El punto de partida es la Constitución de 1978, y su modelo de transición que rompe con el franquismo. En aquella época, los constitucionalistas, para contentar a Catalanes y Vascos tuvieron que invertarse un término que en sentido estricto no existía en España: El de "nacionalidades históricas" -como si no hubiera otras nacionalidades en España con historia, aunque no con lengua propia-
Este fue el comienzo de la cesión de competencias tan importantes como educación y sanidad, por parte del Estado Central, y que han aprovechado los gobiernos separatistas para crear "distintas historias de España
confeccionadas, en algunos casos, por los intereses de los políticos
nacionalistas", e inocular el virus secesionista en la escuela, mediante una ideología identitaria. Escuelas donde el nacionalismo es asignatura obligatoria,
donde la historia se falsea impúdicamente, donde se impone el catalán
artificialmente como elemento diferenciador, donde se vigila a los niños
en los patios y se les señala con pegatinas rojas en su expediente por hablar español. Así los hijos de los catalanes, sean del signo que sean, crecen
convenientemente convertidos al nacionalismo y aseguran la perpetuación
de esa ideología. Después de esto ¿De qué nos sorprendemos?
Entre tanto, los dos grandes partidos políticos -
PSOE y
PP- miraban para otro lado, -y siguen mirando- como si nada pasara, "mercadeando" y medrando de acuerdo a sus intereses electorales cortoplacistas con los presupuestos del Estado, a cambio de apoyos coyunturales en el Parlamento. Hasta llegar al Tripartito de
Zapatero, y la promesa de
aceptar el Estatut, prometiendo
"aprobar en Madrid lo que se aprobara en el Parlamento Catalán". "
Eso enseñó a Esquerra que su futuro pasaba por la
trágala y el jaque mate. Eso desquició a Convergencia que se vio sola y
sin bocadillo. Pujol y Mas no tardaron en subirse al carro de forzar la
situación. Era muy fácil. Llevaba a los catalanes al abismo y a la
paranoia colectiva" (Xavier Horcajo. La Gaceta). En la época de los 70, cantábamos con Lluis Llac y María del Mar Bonet "Libertad, estatuto y autonomía"; nos engañaron. Sólo querían independencia y andar el camino ellos solos ¿Deslealtad? Ustedes mismos...
"El
disloque es monumental para llegar a reivindicar el derecho a decidir,
la autodeterminación y la secesión de España. Vean, por ejemplo, la
familia Pujol. A los hijos les reñía su papá cuando incordiaban con
pancartas de Freedom for Catalonia, durante la Barcelona 92.
Hoy es el abuelo Pujol el que reclama la independencia. Sus hijos se han
hecho multimillonarios e incluso uno (Josep) prefiere ser ciudadano
fiscal madrileño para pagar menos impuestos" (
Xavier Horcajo, La Gaceta). Vender la independencia y taparse las vergüenzas con la estelada (bandera independentista) -como ven- reporta pingües beneficios a la familia del patriarca Jordi Puyol. ¿Para eso quieren la independencia?
¿Cómo solucionar estos problemas que fracturan la convivencia entre españoles, vivan en Cataluña o fuera de ella? Según
Alberto López Basaguren, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco, (
El País,
11 de septiembre 2013)
“lo que más sorprende en el proceso de
reclamación independentista de Cataluña es la atonía del sistema
político español al afrontar este reto y la fragilidad del movimiento
interno de oposición”. Según éste profesor hay que emplear la pedagogía, la misma que utilizan los nacionalistas y que tan buenos resultados les está dando:
“No sólo hay que garantizar
(en Cataluña) la legalidad; también hay que convencer de su idoneidad.
Lo contrario significa abandonar el terreno al nacionalismo para que
prosiga, sin obstáculos, su labor proselitista”. A través del "derecho a decidir", ha conseguido crear el "encantamiento" en una población -la catalana- que tiene la creencia de estar agraviada por el resto de España. Si a esto añadimos el caldo de cultivo que propicia el paro, la corrupción y problema territorial aún no resuelto -problema que afecta al resto de España y no sólo a Cataluña- se pueden explicar el desafecto y el descontento de la sociedad catalana. No ha sido ésta la pedagogía ni tampoco la estrategia a juicio de
J. A. Zarzalejos en El Confidencial,
"la
estrategia -si acaso la ha habido- del Gobierno y de los partidos no
nacionalistas ha consistido en la inacción, la omisión o la suposición
de que las contradicciones internas del nacionalismo catalán terminarían
por guillotinar la reclamación independentista. Por el contrario, el
silencio gubernamental, del PP, del PSOE y la ambigüedad del PSC se han
considerado una retirada dialéctica, una impotencia política y hasta una
displicencia por muchos cientos de miles de ciudadanos catalanes a los
que no se han ofrecido ni respuestas, ni argumentos ni alternativas."
¿Qué hacer ante esto? Por lo pronto cambiar de estrategia, puesto que la experiencia ha demostrado su ineficacia. No con encuentros "light" sin luz ni taquígrafo, como hace el Señor Rajoy con Mas, sin que la ciudadanía lo entienda.
"La opinión pública española exige claridad y contundencia. No se está
debatiendo sobre una cuestión fiscal o sobre la transferencia de un
aeropuerto. Lo que se ha planteado es la fractura de España después de
500 años de Historia unida. Por eso el clamor popular contra el pasteleo
de Mariano Rajoy se agiganta día tras día. Al presidente no le quedará
otro remedio que salir de su madriguera monclovita y expresarse con
clara rotundidad conforme a lo que exige el espíritu y la letra de la
Constitución. Más vale que lo haga ya. Todavía está a tiempo. Si demora
más su intervención pública, terminará haciéndola pero tarde y mal." (
L.M. Ansón, El Imparcial) Los ciudadanos no quieren medias tintas, y exigen del Gobierno de España una presencia activa en Cataluña en todos los frentes, utilizando los mismos medios que los nacionalistas. El Estado debe hacerse presente para los siete millones de catalanes, reafirmando el
"Unidos somos más fuertes que separados" en los medios de comunicación y en las cadenas de TV estatales y no dejar el campo libre a TV3.
Contrarestar el poder que ejercen los periódicos catalanes subvencionados por la Generalidad (Vanguardia, El Periódico, Avui) los únicos que publicaron una editorial conjunta en un país con prensa libre, besando la mano de quien les paga. ¿Es así cómo se pretende ofrecer argumentos
distintos a los oficiales que enriquezcan el debate político? ¿Acaso no nos damos cuenta de que el apagón informativo, o mejor dicho,
la uniformización editorial va en detrimento de la calidad democrática y
es el eje sobre el que pivota la espiral de silencio?. El gobierno ha de desmantelar las falacias y mentiras del nacionalismo secesionista, e ir creando un estado de opinión favorable a sus tesis y las consecuencias que se derivarían de una ruptura entre Cataluña y el resto de España. Empezando por explicar que una Cataluña independiente no pertenecería a
La Unión Europea como miembro de pleno derecho, (algo tan obvio como que en la U.E. no ingresaron 17 CC.AA sino España), como bien explicó ayer el comisario europeo Joaquin Almunia y el propio Presidente de la Comisión Joao Barroso. ¿Se imaginan los ciudadanos catalanes lo que esto significa? Ponerse a la cola de los países que soliciten el ingreso tras una larga negociación; perder las ayudas sociales y económicas: Los fondos estructurales de cohesión; los universitarios no accederían a las becas Erasmus entre estudiantes; los derechos de tránsito y libre circulación de mercancías se verían afectados: Perderían el mercado único y volverían los aranceles; la deslocalización de la Caixa, cuyo volumen de negocios es más importante en el resto de España que en Cataluña, sería un hecho. Las cuentas bancarias perderían la protección del FROB en el tope establecido de 100.000 euros. La acuñación de una nueva moneda o la aceptación del euro sin la protección del BCE, 25% de pérdida del PNB...y todo esto contando que ningún país vete su entrada, incluida España. ¿Acaso creen los ciudadanos catalanes que en una hipotética Cataluña soberana e independiente, no sufriría la influencia del FMI, de los mercados, de las instituciones internacionales, etc las mismas o más presiones que ahora con España? Todo esto hay que explicárselo a la gente.
El Gobierno de España ha de explicar
la lucha contra el paro y la salida de la crisis mediante la cooperación entre ambos territorios. La inviabilidad de Cataluña para pagar las pensiones, asumir el coste de la deuda, un 20% de España, y explicar las
balanzas fiscales entre Cataluña y España. Madrid, recaudó en 2012 unos 66.000 millones de euros en impuestos, de los cuales revertieron a la Comunidad 13.000 millones; Cataluña, recaudó 27.000 millones y recibió 23.000 millones. Ambas reciben menos de lo que dan. Este es el fondo de solidaridad interregional entre las regiones más ricas frente a las más pobres. ¿Dónde está el "España nos roba"? Desmontar esa falacia nacionalista es el punto que muchos españoles reclamamos. Y
eso pasa por establecer una balanza fiscal, incuestionable, aceptada por
ambas partes. Es intolerable callar, cuando te acusan de expoliar. El
silencio va siempre en contra del que calla. ¿por qué no se han publicado las balanzas fiscales? ¿Por qué no se ha exigido lealtad
institucional y obligar a hacer cumplir las sentencias judiciales? Esas
que olvida Mas. Otra falacia que hay que desmontar -a la espera que la justicia resuelva los casos de corrupción- es la trama del Palau y la famosa comisión
del 3% por las obras públicas, pasando por el escándalo Pallerols, el
caso de la Comisión de Ayuda para la Reconversión Industrial (Caric) y
su continuación en el caso Planasdemunt. Los exitosos negocios de los
hijos de Jordi Pujol también tienen su propio espacio. Al mayor de
ellos,
Jordi Pujol Ferrusola, la Agencia de Tributaria acaba de adjudicarle 118 operaciones de movimiento de divisas por paraisos fiscales que suman 32,4 millones de euros. Pere, Josep y Oleguer han conseguido también acumular patrimonios millonarios. Acabar con el victimismo es una tarea esencial del gobierno de España para ganar credibilidad ante sus propios ciudadanos -incluidos los catalanes- y desmontar las falacias del nacionalismo. Los casos de corrupción que afectan a todos los partidos y a todo el territorio, no ayudan a ello.
Finalmente es necesario un nuevo modelo de división territorial, -el llamado "Estado de las Autonomías"- surgido de la Constitución del 78, por quedarse obsoleto, ineficaz e inviable financieramente, tras 35 años de vigencia. En torno a un 75% de ciudadanos españoles estarían de acuerdo con esta reforma. La solución no creo que sea la del "federalismo asimétrico", como proponen los socialistas. El federalismo de Alemania, Austria, Méjico, etc no nos sirve. Este surgió en estos paises para unir lo que antes estaba separado; no es el caso de España, que lleva 500 años unida. Hay que reformar la Constitución del 78 para encontrar un modelo más viable y justo en el que encaje Cataluña y Las Vascongadas. Que salve su peculiaridad lingúistico-cultural, respecto al resto de Autonomías. Lo que no se puede hacer es crear un modelo federalista en el que la soberanía que reside en el pueblo español, sea atribuida a los ciudadanos de cada territorio, secuestrando el derecho a decidir de todos los españoles, sin cargarse la Nación Española. Un cambio constitucional de calado y nada baladí. ¿Se quiere este modelo? !Hágase! pero utilizando los mecanismos democráticos y legales que establece la misma Constitución (Art.168). El sujeto jurídico de "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado." (Art.1,2), no en una parte. Por ello, la independencia de Cataluña es imposible desde la Constitución, a no ser que se utilicen los mecanismos que ella misma propone. Ha faltado pedagogía para explicar las excelencias de una Constitución que todos hemos votado -también los Catalanes- y que nos ha permitido disfrutar del período más prospero de la Historia de España. Un período de Derechos y libertades bajo una misma identidad, en un territorio llamado España dónde todos tenemos los mismos derechos con independencia de credo, ideología, raza, territorio o lugar de residencia, en solidaridad con un proyecto común, respetando la singularidad de cada uno, donde el principio de igualdad está por encima del principio de autonomía. ¿Qué hemos hecho mal para que este discurso democrático-progresista no haya calado entre la ciudadanía? ¿Cómo no se han sabido explicar las ventajas de este sistema? La respuesta epistolar del presidente Rajoy hay que situarla en este contexto. Artur Mas lo sabe y se encuentra en un callejón sin salida desbordado por los independentistas de ERC, y por una clase sociológica de la calle, que le presionan para que bajo el eufemístico lema "derecho a decidir" lo que realmente desean es el derecho a la independencia. No es un problema de complemento del verbo: "decidir qué", sino de sujeto: "Quién decide". No nos engañemos, el referéndum sería
vinculante. Como ha escrito el profesor Juán J.Solozábal, catedrático de Derecho Constitucional “quien es destinatario
de una pregunta sobre la soberanía, se convierte ya en soberano”. Esta
es la falacia del fantasmagórico "derecho a decidir". El referéndum -y
menos, la independencia- no es una nueva fase pacífica del autogobierno
autonómico. Es precisamente su negación. Ni el Parlamento Catalán ni el gobierno de Mas poseen la competencia para convocar un referendum; así de sencillo, así de simple. El Ayuntamiento de Tarragona no tiene la competencia de desgajarse de Cataluña; tendrá otras competencias, sobre alumbrado electrico, basura, etc, pero no esa. Un Estado Democrático de Derecho se rige por el imperio de la ley, fuera de ella sólo barbarie, populismo, intransigencia..."Mas nunca ha sido reconocido por los ciudadanos como el líder de la independencia de Cataluña (...) Esta es la razón por la que el presidente de la Generalitat está en
fuera de juego desde el comienzo de la legislatura. Convocó unas
elecciones anticipadas en clave plebiscitaria y las perdió. A partir de
ese momento Artur Mas dejó de estar en condiciones de poder dirigir
políticamente Cataluña. Pues la sentencia que dicta el cuerpo electoral
en las condiciones en que se le pidió que se pronunciara en las últimas
elecciones catalanas es una sentencia firme. Nadie puede sobreponerse a
una desautorización en unas elecciones plebiscitarias. La
desautorización es definitiva e irreversible. Y él lo sabe, aunque actúa fingiendo que no lo sabe" (Pérez Royo) ¿Qué salida le queda a este político visionario que ha puesto a la institución que representa a los pies de los caballos? Las últimas noticias hablan de conversaciones entre el mundo empresarial catalán, Rubalcaba y el PSC, bajo la tutela de Moncloa, para apoyar a CiU en la gobernación de Cataluña y romper los lazos, que le atan a ERC y a sus postulados secesionistas. Para comenzar a resolver los verdaderos problemas de los catalanes: paro, sanidad, educación, etc, y ganar tiempo hasta las elecciones de 2016. ¿No será demasiado tarde para reconducir la situación? Francamente, no lo sé. El tiempo lo dirá.
N.B. Ver entrada en Cosmos Noetós: Derecho a Decidir del 29 de septiembre de 2012, etiquetas Política.