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sábado, 21 de septiembre de 2013

Un Faisán en caída libre




Que yo recuerde, el gobierno socialista de Zapatero se identificaba por la paridad de sus miembros pero no por su formación académica -excepto algún que otro ministro- De hecho para ser ministro en el gobierno de España no era necesaria dicha formación  (Carmen Calvo -ministra de Cultura- reprendió a un senador, que previamente en su discurso había utilizado el vocablo latino "dixit" (dijo), diciendo que a ella nunca se le ocurriria referirse a él por "Dixi" o "Pixi", en un desliz confundiendo dixit con la pareja de personajes de animación de los años 60 Pixie y Dixie) Tampoco los alumnos tenían por qué conocer los clásicos, ya que que para entonces los niños salían de la escuela pública bien formados con "La Educación para la Ciudadanía" Si en el ministerio de Interior, los altos mandos y policias hubiesen conocido a los clásicos, -entre ellos a Marco Tulio Cicerón- posiblemente hoy no tendríamos el "Caso Faisán", tal como lo conocemos (Ver en Cosmos Noetós, etiquetas política: "Faisán: Crónica de una demora anunciada", del 23 de septiembre 2011).  
MARCO TULIO CICERÓN (106 a.C, 43 a.C) fue un filosofo, orador y político romano, que desde la oratoria se convirtió en la conciencia incómoda de Roma. De profunda formación filosófica -leyó a Platón, Aristóteles y a Epicuro- perteneció al movimiento Estoico, aunque su pensamiento pueda ser clasificado en  un escepticismo ecléctico. Fue un Maquiavelo sin maquiavelismo que empleó la retórica, o sea, la palabra, para desenmascarar a los demagogos. Empleó la argumentación de la razón y la claridad del entendimiento, frente a la sin razón, el ocultamiento, el poder y los déspotas. Su discurso frente a Catilina:  "Quosque tandem abutere Catilina, patientia nostra? Quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? Quem ad finem sese effrenata iactabit audacia? ¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo acabará esta desenfrenada audacia tuya?,  es una obra maestra del político recto que defiende la república frente a la opresión, la mentira, frente a los conspiradores, a los que siempre le ha estorbado la rectitud de los hombres que se rigen con la personalidad que dan los principios. En esta época de corruptelas y de camarillas, donde la voluntad y la inteligencia son denostadas y, en cambio, se recompensan las maniobras arteras de los espíritus sin escrúpulos, hay que volver la mirada hacia los que dictaron las leyes del buen gobierno, -nos dice Cicerón- Hubieran sabido que un gobierno recto y justo actúa no por oportunismo político ni "elude  las leyes constitucionales so pretexto de la necesidad de conveniencia o seguridad" bajo el pretexto de "la seguridad del Estado". Seguridad, que consiste en obrar tan limpiamente que no sirva de tapadera para ocultar las cloacas malolientes del Estado de Derecho porque se obra con rectitud y eticidad. Que "existen leyes divinas que garantizan las libertades fundamentales de todos los seres y constriñen la conducta de los gobiernos", cuyas líneas no pueden ser traspasadas ni para conseguir un fin noble o superior. El "Caso Faisán" es el ejemplo clásico de como un gobierno democrático abandona  los principios para conseguir beneficios de dudosa moralidad. No solo el Gobierno Socialista en el poder cuando ocurrieron los hechos, sino del Gobierno del Partido Popular que desde la oposición pasó a las urgencias por utilizar este caso, -y una vez conseguido el gobierno- cambiaron de estrategia. Por todo ello, aún siguen resonando las palabras de Marco Tulio Cicerón: "La codicia, los sobornos y el fraude devoran a un Estado desde el interior y lo hacen débil y vulnerable. La corrupción no es sólo un mal moral, sino una amenaza práctica que desalienta a la ciudadanía y en el peor de los casos la hace presa de la cólera y la incita a la rebelión". Un magnifico ejemplo de un hombre que murió asesinado por defender  sus ideas públicamente y denunciar la tiranía y la corrupción: "Mal guardián es el miedo del poder: pero la benevolencia, en cambio, lo custodiará a perpetuidad. Quienes pretenden dominar a un pueblo sometido tendrán que emplear medios brutales para ello; (...). La libertad muerde con más ferocidad cuando se ha interrumpido que cuando se halla intacta". ¿Les suena a Ustedes algo estas palabras? Pues hace más de 2000 años que fueron pronunciadas...



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