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domingo, 8 de septiembre de 2013

El trabajo es lo primero





"El trabajo es lo primero". Este es el lema del 40 Congreso Confederal de la UGT (Unión General de Trabajadores) celebrado en Madrid en el año de 2009, para reelegir a Cándido Méndez en su quinto mandato al frente del sindicato, que dirige desde 1994. Tal y como publicó ayer viernes "ABC", la federación andaluza de la Unión General de Trabajadores pagó una cena a sus 180 delegados asistentes al congreso, en el restaurante madrileño La Taberna Gaztelupe en Madrid, especializada en comida vasca tradicional, con la subvención recibida de La Junta de Andalucía. Todo tan obvio en un sindicato de clase a no ser que cuando se refieren al trabajo no se hable de las condiciones laborales de los trabajadores ni de sus problemas, sino  del "trabajo del buen yantar"  de los 180 delegados a costa de las subvenciones de la Junta de Andalucía. UGT-A endosó la factura del convite, que ascendió a 11.671 euros, (60 euros el cubierto) al programa de Organización Sindical del año 2009 de la Administración autonómica, destinado a financiar gastos de funcionamiento.
Ya se sabe que con el estómago lleno, en esa placidez que da el hartazgo al degustar boletus de entrante, chipirones encebollados como primer plato y, de segundo, uno de estos tres platos a elegir: hígado con pasta a la parrilla, lomo de lubina salvaje o, bacalao fresco a la brasa con patata panadera y puré de choriceros, (El nombre muy apropiado, por cierto). Todo, regado con rioja de crianza, las ideas en favor de la clase trabajadora fluyen con tal eficacia y  presteza, junto a una buena mesa, que todo sea por "el bien" y "la felicidad" de los representantes de los trabajadores. ¿Qué mejor gasto de "funcionamiento" que mantener a los que mantienen el sistema de la mamandurria y la subvención? Estos (los trabajadores) deberían estar tan agradecidos por estas "mesas de trabajo" que no deberían poner en cuestión el buen hacer del sindicato. Bromas aparte, nadie pone en duda la función de los sindicatos en una sociedad democrática donde hay una lucha legítima de intereses entre las diversas clases sociales, basada en el diálogo y la negociación. Aunque, estarán conmigo, que esta clase de noticias minan la credibilidad de los sindicatos,  la mayoría de los ciudadanos -según encuestas de opinión- urgen por la creación de un nuevo sindicalismo autofinanciado con las cuotas de sus afiliados y no con los presupuestos del Estado; sindicalismo independiente y autónomo, alejado tanto de la patronal como del gobierno. Sólo así, los sindicatos taponarán la hemorragia de trabajadores que abandonan su militancia, y recobrarán la función legítima de eficacia, neutralidad, y justicia, como bien indica la etimología de su nombre.



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