Programa, programa, programa, decía Julio Anguita, y no le faltaba
razón; sabedor de lo poco aficionados que somos los ciudadanos a leer los programas y fiarnos de
lo que nos dicen los políticos, bien en los mítines de partido, o en los
medios de comunicación (múltiples son las causas como, dejadez, pereza, inercia, falta de tiempo, e incluso demasiada confianza en la ideología de nuestro propio partido...)
Toda organización política manifiesta un papel protagonista en la praxis social, puesto que sus actividad gira en torno a los asuntos públicos, a los que hace objetivo de su propia razón de ser. La actividad que le caracteriza es darse a conocer en el universo político y hacer inteligible su mensaje a los ciudadanos. Para ello utiliza los mecanismos de comunicación propios de las sociedades globales, tanto de personas como de medios instrumentales, para conseguir su propósito, que es hacer llegar a los ciudadanos las causas, medios, y finalidad de su acción política, que no es otra, sino la conquista del poder. Parte para ello de la posición ideológica del partido que plasma en la formulación racional y sistematizada de esas aspiraciones y posiciones. Es entonces cuando nos encontramos frente a lo que se denomina programa político. El programa político representa el compendio de objetivos o fines específicos que se propone realizar la organización política al asumir el gobierno. El programa constituye el nexo de unión de un planteamiento político en razón de su ideología, a la vez, que se manifiesta como una instrucción teórico-práctica heterogénea sobre la diversidad de demandas surgidas de las necesidades de los ciudadanos; desde este punto de vista teórico, el programa tiene y debe tener su origen en la base sociológica del pueblo, detectar las necesidades reales, e implementar las soluciones más adecuadas. Ahora bien, ¿Cuál es el grado de convencimiento y aceptación de un determinado programa -en nuestro caso municipal-? o ¿Cuáles son los factores fundamentales que determinan la credibilidad de un programa real frente a una simple proclamación de intenciones voluntaristas? El análisis y comparación de los diversos programas de las distintas formaciones políticas que se presentan a las elecciones municipales de nuestro pueblo, nos sacará de dudas; a ello vamos.
Como muy bien sabéis, las tres candidaturas que se presentan a las elecciones municipales de Abla son: IdeA, Partido Popular, y PSOE. Parten de la misma posición en la carrera por conquistar el ayuntamiento, aunque esto no es del todo cierto. El PSOE se presenta después de haber gobernado durante las tres legislaturas anteriores; Los Populares, han estado en la oposición; los de IdeA es una formación novedosa que se presenta por primera vez. Por tanto el análisis que hemos de hacer -a fuerza de ser objetivos- de las tres candidaturas, no puede ser el mismo.
A la candidatura del PSOE -(puesto que es continuista)- habrá que exigirle que explique el nivel de cumplimiento del programa de gobierno de la última legislatura; hacer una análisis comparativo sobre lo que prometió hacer y lo que no hizo, dando cuenta pormenorizada de las causas y razones que motivaron su incumplimiento; para que los abulenses puedan ponderar, justificar y/o comprender el grado de veracidad de sus promesas electorales: Su credibilidad está en juego.
En cuanto al Partido Popular, tendrá que explicar su papel en la oposición: Seguimiento, control, e intervención, en la última legislatura, -y por supuesto- la denuncia de los incumplimientos del consistorio, si los hubiera. Explicando pormenorizamente, mediante pruebas concluyentes, las causas y motivaciones que concurrieron.
En cuanto a IdeA, por ser una candidatura nueva, el análisis habrá que hacerlo sobre su proyecto de futuro, explicitado en su programa, la verosimilitud de sus planteamientos, la capacidad de realización, financiación, etc. (Continuará)
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