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lunes, 11 de mayo de 2015




"El precio de desentenderse de la política es estar gobernado por los peores hombres"   

                                                       Platón



¿Cuántas veces hemos oído hablar la frase?: "A mi no me hables de política", "La política para los políticos" etc, sin caer en la cuenta que por política no solo hablamos de la actividad que ejercen los políticos profesionales, sino la participación ciudadana en los asuntos públicos que afectan a todos. Es evidente, que no hay democracia en un país solo con la participación en las urnas cada cuatro años, también se requiere la intervención y participación del los ciudadanos en hacer diario, puesto que la política invade todos los aspectos que configuran nuestra convivencia en sociedad. No hacerlo sería de una irresponsabilidad impropia de un pueblo democrático. La actividad política no la podemos dejar solo en manos de los políticos ni de las instituciones públicas, es  necesario involucrarse de lleno.
La elecciones próximas a los ayuntamientos, nos brinda la oportunidad de comprometernos en la acción política. Es laudable que en nuestro pueblo hayan surgido varios grupos cada uno con programas y propuestas diferentes, y personas comprometidas con dichos programas (representando a los partidos tradicionales e incluso a independientes) Hubiera sido mucho más democrática, la elección de los integrantes de dichos grupos desde las bases de los barrios, asociaciones, etc para posteriormente el partido establecer el orden en la lista según criterios democráticos. Sería invertir la tendencia de elegir a nuestros representantes de abajo a arriba y no de arriba a bajo. De todos modos, en un pueblo pequeño como Abla, esto no sería de vital importancia porque aquí nos conocemos todos y sabemos muy bien de qué pie cojea cada uno.
Más importante que las siglas que hay detrás de cada grupo, es la capacidad de gestión y la honorabilidad ética del equipo humano lo que hay que valorar, además, de la viabilidad del programa que se presenta. Es evidente, que las grandes líneas programáticas de un partido nacional poco pueden incidir en las decisiones que se tomen en un ayuntamiento de pueblo en donde se dirimen cuestiones doméstica que solo afectan a problemas puntuales de la localidad. Por lo dicho, no hay que caer en los tópicos, como valorar "la juventud" frente a la madurez, o "la independencia" frente a los partidos tradicionales o emergentes. ¿Quién es hoy independiente? ¿Independiente, de qué? No. No es un valor ser "independiente" puesto que se da a entender que el grupo va por libre y que solo le mueve la resolución de problemas del pueblo, alejados de "la corrupción" que afecta a los partidos nacionales  -(dudo que en la era de la globalización alguien pueda ir por libre, más bien suena a utopía poco realista) Es una opinión, no exenta de estar equivocado, pero debajo de todo esto, subyace la idea del localismo tan nefasto para nuestro país a efectos autonómicos: La certeza de que la política cuanto más cerca y más localista es más democrática y eficaz. No tiene por qué ser así: Es una falacia. También puede ser menos eficaz al carecer de apoyos a la hora de conseguir recursos para llevar a cabo su programa económico, y propensa a estar menos controlada por fuerzas neutrales a su gestión. (Continuará).




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