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jueves, 8 de enero de 2015

Plumas contra Metralletas





Hoy no tocaba esto, pero así de cruel es la realidad. Escribir una línea públicamente y no comprometerse con la libertad que te permite a ti hacer lo que más te gusta, escribir, sería no ser consecuente ni solidario con aquellos que han dado su vida por hacerlo. Hoy, el mundo asiste atónito a un atentado criminal execrable que ha costado la vida a doce personas: Ocho periodistas, dos policías, un visitante que estaba en la sede del semanario satírico francés Charlie Hebdo, y otra tiroteada al inicio de la acción en el exterior del edificio ( asesinadas por defender la libertad de expresión, -personas como tú y como yo- que dejan hijos, esposas y amigos) Pero esto no es todo. Es la prueba que manifiesta la guerra del fanatismo religioso contra la civilización de Occidente. Están en peligro los valores  humanos que todos nos hemos dado y aceptado, aquellos por los que tantos hemos luchado para educar a nuestros hijos,  porque unos fanáticos religiosos así han decidido hacerlo. Hoy Francia somos todos. La próxima semana un millón de ejemplares de Charli Hebdo estarán en la calle, porque no podemos consentir que los enemigos de la libertad se salgan con la suya porque sin libertad de expresión no hay democracia, no hay personas ni ciudadanos ni países libres. Y hay periodistas que sabiendo esto defienden este derecho aún a costa de su vida, como lo han hecho los que han muerto en la sede de Charlie Hebdo. ¿Quiénes son y quiénes está detrás del terrorismo yihadista? Son jóvenes franceses de origen magrebí, jóvenes preparados en la unive,rsidad con estudios que conocen muy bien la cultura occidental, y que han optado integrarse en grupos armados de integrismo religioso. No son, por tanto, víctimas de familias desestructuradas, ni la consecuencia de una crisis económica. Detrás de ellos se encuentra monarquías hereditarias de régimen feudal, que para mantenerse en el poder financian la idea y la ideología de la guerra santa entre sus fieles de rito Baar, con recursos extraídos del petróleo que nosotros le compramos. No  financian directamente a grupos terroristas, pero sí emplean otros medios como la educación y el proselitismo, para ejercer un control ideológico sobre la conciencia de sus fieles prometiéndoles en la otra vida aquello que ellos disfrutan en ésta. Paradójico, ¿No? En el fondo se trata de un problema de manipulación político-religiosa que utiliza la buena fe de las personas y la ignorancia de los pueblos en educación de cultura democrática, que ha de ser combatida mediante un proceso de  una nueva ilustración humanista y secularizada, tal como ocurrió hace tres siglos en occidente. Esto no se consigue de un día para otro y tampoco se sabe cómo hacerlo, pero en ello va la supervivencia del mundo occidental.
¿Qué hubiera ocurrido aquí en España? Por lo pronto la oposición estaría rasgándose las vestiduras criticando al gobierno por permitir la actuación de los terroristas estando fichados; esto lamentablemente no me lo invento, porque hay precedentes en el 2004 cuando el 11 M. en Madrid. Sana envidia siento de Francia y su unidad, frente a un problema de seguridad nacional que afecta a todos. 





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