PARÍS, CIUDAD DE LA LUZ
En París, ciudad de la luz,
las estrellas se apagaron,
anegadas por las lágrimas,
de sus hijos masacrados.
El Sena tiñó sus aguas,
tranquilas y sosegadas,
en cascadas desbordadas,
por la sangre derramada.
La ciudad de la libertad,
de la igualdad y la razón,
cuna de la ilustración,
sumida por un gran chock,
se encuentra desconcertada,
por la barbarie y el horror,
llora a sus hijos en silencio,
con la fuerza de la razón.
Cuando la ciudad de la luz,
se queda en la oscuridad,
miles de velas encendidas,
parpadean en su suelo,
gritando fraternidad.
Antonio González
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