El tren de mi pueblo
Cansino, tranquilo, va el tren de mi pueblo,
respirando humo, vapor con resuello;
trae noticias, correo y otros cuentos...,
une pueblos, gentes, ciudades y sueños...
Cada día su mole imponente, se para de frente
en la estación; rechinan sus dientes de color
carbón. Abrazos y besos, maletas y tropiezos;
lágrimas, adiós y promesas, en el andén.
La vieja campana, un viejo reloj, marca un viejo
tiempo, de un viejo factor; un viejo jumento
"cargao" de equipaje, por su viejo patrón.
!Qué bonito cuadro, qué bella estación!
Su imponente pino ya nos dice adiós, moviendo
sus ramas, entre humo, carbonilla, y vapor.
ANTONIO GONZÁLEZ
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