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viernes, 3 de octubre de 2014

Black is Black





Es una bella canción de Los Bravos de los años 60, aunque hoy no vamos a hablar de ella. Para "negro", "negro", las tarjetas de Caja Madrid que han utilizado durante más de diez años los consejeros de esta entidad. "Negra" le llamaban a la tarjeta porque operaba al margen de todo control contable. Negras deben estar la conciencia  -si aún la tienen- de estos consejeros puestos por los partidos políticos, (PP, PSOE, IU, UGT, CCOO y representantes de entidades empresariales) inexpertos financieros, que con una mano tiraban de la tarjeta negra a 4.000 euros por cabeza y mes, sin tener que justificar los gastos, y con la otra, su entidad engañaba al pueblo llano con las preferentes. Cerca de un centenar de cargos públicos, entre ellos algunos de renombre, han gastado 15 millones  de euros (2.500 millones de pesetas) en viajes, hoteles, restaurantes, supermercados, ropa, y dinero en metálico, sin que nadie controlara este gasto, oculto en una contabilidad financiera de  Caja Madrid, ni se les exigieran facturas para comprobar el concepto. Algunos han gastado durante estos diez últimos años más de 450.000 euros, otros iban por la vida dando lecciones de ética aplicable a todos menos para ellos. El tope de gasto estaba en torno a los 50.000 euros por año para Presidente y Vicepresidente y 25.000 para el resto. Algunos una vez cumplidos su mandato siguieron utilizando la tarjeta sin devolverla. La indignación y el clamor de la gente se la pueden imaginar, porque estas cantidades se han gastado en el período de crisis, cuando la mayoría de los ciudadanos hemos tenido  que apretarnos el cinturón. Es cierto que no era una entidad pública, pero ha sido rescatada con el dinero público de todos los españoles. ¿Dónde estaba la vigilancia del Banco de España? ¿Qué pasará ahora? Lo primero, han de dimitir si aún están en activo; y acontinuación, ponerlos a disposición de la justicia, que devuelvan el dinero robado hasta el último céntimo con intereses, y que regularicen  su situación con la Hacienda pública. Lo triste y sorprendente es, que a preguntas de los periodistas, un diputado del PP, Martínez Pujalte, ha declarado que en ese mundo irreal donde se mueven los políticos todo el mundo lo sabía. Se nos queda la cara de tontos.



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