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domingo, 26 de octubre de 2014

El tiempo es la medida de todas las cosas





Seguro, amigo lector,  habrás creído perder el tren esta mañana, pensando que la Renfe ha vuelto a jugártela. Es posible que la chica que esperabas esta mañana no se hubiera presentado a la cita, preguntándote el por qué. Te habrás extrañado que las campanas de tu parroquia no hayan tocado a misa de domingo, como es costumbre a la hora convenida y que al cura se le hayan pegado las sábanas. Habrás constatado que la farmacia no ha abierto  sus puertas y que las pastillas  para el dolor de cabeza, tendrán que esperar. El mundo no está hecho para los despistados, para los que tienen la cabeza en otro sitio, para los que abrumados por los problemas -vaya Usted a saber de qué- no siguen u olvidan los horarios, ni la medida del tiempo. Los hombres nos regimos por principios, por la conciencia, por la educación, por la cultura que nos modela y nos esculpe en nuestra manera de pensar y obrar. Pero todos -sin exclusión- estamos modelados por el tiempo que nos abarca y nos acoge en su temporalidad. Hablamos del tiempo medido por el horario oficial, porque del biológico, eso es otra cosa y necesita más que un decreto para implantarse y adaptarse. ¿Sabe Usted qué?, pues tiempo. Las múltiples actividades de los seres humanos llevan el sello del tiempo porque si no no serían. "Cada cosa a su tiempo" dice sabiamente el refranero basado en la observación estricta de la experiencia. El tiempo se compra y se vende en forma de rentabilidad, así opera el dinero y la economía, de ahí que "el tiempo sea oro".  No hablemos en el deporte donde todo reglamento mide con precisión el tiempo en el que  hay que concentrar toda la energía, pasado éste, ya no tiene validez. Pero quien más  se sujeta al tiempo son las estaciones que rigen el crecer y decrecer de las plantas, bajo su estricto dominio. Calendarios, fiestas, efemérides, todas recobran su sentido en el tiempo. Hasta la Historia, cíclica como la clásica o lineal como la cristiana, se basan en una concepción del tiempo. Ya decía Protágoras que "El hombre (el tiempo)  es la medida de todas las cosas, de las que son porque son y de las que no son porque no son". Para colmo, me levanto esta mañana para ver las noticias del mundo en mi cadena favorita de televisión y nada: Un agujero negro. Pero ¿Qué está pasando aquí? Nada que no tenga remedio, querido lector, la hora de invierno ha llegado a España (dicen que para ahorrar energía) y hay que atrasar los relojes, y resintonizar los canales de la TDT en sus nuevos canales.


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