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jueves, 17 de septiembre de 2015

Preguntas sin respuesta





EL MILAGRO

¿Quién dice que los milagros no existen? Sigue leyendo, querido lector, y lo comprobarás por ti mismo. 
Shelly Concord Cawley, de 23 años, entró en coma al dar a luz a su bebé durante una emergencia de cesárea. Un coagulo de sangre hizo que los médicos del hospital de Carolina del Norte decidieran hacerle a Shelly Concord Cawley una cesárea de urgencia. Tras la intervención la joven quedó en coma. Los médicos dijeron que Shelly estaba muy débil y cerca de la muerte. Sin embargo, tras una semana en coma, las enfermeras pensaron que el contacto con el bebé podía ser beneficioso para la madre. Así que, como el bebé ya se encontraba muy recuperado, el padre puso al niño en los brazos de su madre y ella al oír el llanto de su bebé después de una semana en coma y contra todo pronóstico, despertó. Despertó al escucharlo llorar. 
¿Existen o no existen los milagros? ¿Es la vida el milagro más grande del universo? ¿O tal vez sea el amor o el instinto maternal -(llámalo como quieras)- quien mueve montañas? ¿Pueden las leyes de la física ser interrumpidas sin más al libre albedrío? Son preguntas cuya respuesta la ciencia se queda muda y hay que buscarla en otro sitio, o tal vez, no buscarla sino asombrarse ante el misterio. El saber de la ciencia se centra en el cómo de la naturaleza y de las cosas. El de la filosofía en su significado inmanente y racional, que se traduce, frecuentemente, como búsqueda de su esencia e intento de definirla racionalmente. El de la religión se plantea el significado trascendente del mundo y del hombre, a los que paradojicamente relativiza y absolutiza, ya que no los acepta como realidad última, pero les hace susceptibles de trascender el entorno material y preguntarse por su origen y significado más allá de él. No se trata simplemente de plantear el significado racional de las realidades, como hace la filosofía o la ciencia, sino que se busca una respuesta a las preguntas de sentido, las cuales plantean la vida como una totalidad, más allá de la muerte, a la luz del mal, de la injusticia, y de la libertad; entramos en el ámbito del misterio. El milagro es una interrupción a las leyes de la física que acontecen por necesidad cósmica. Es la excepción a la regla o el capricho de Dios, a la necesidad que su voluntad previamente estableció; por tanto es una contradicción en sí misma, una posición voluntarista. La interrupción de dichas leyes no encuentran una explicación lógica ni coherente desde la filosofía o la ciencia; hay que buscarla en otro ámbito en torno a la búsqueda del sentido. La religión desborda la filosofía y la ciencia, ya que es también hija del deseo y lleva las preguntas a un límite para el que la razón ya no tiene respuestas ni hay comprobación empírica posible.
De lo que no cabe duda es, que Shelly Concord Cawley, orgullosa, ha asegurado según recoge Foxnews, que “ahora cree 100% en los milagros”. "Todo es bastante sorprendente", ha comentado. Como para no creer, después de este final tan hermoso.




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