¿Venimos "mal hechos de fábrica" cuando cambiamos deseos por necesidad? Es posible que sea un “defecto” innato del ser humano, cuando desea aquello que no tiene y lo hace necesidad. Siempre anhelamos lo que no tenemos, aquello que no podemos conseguir. Sin embargo cuando somos dueños de ello, pierde todo su misterio y dejamos de vibrar. Entonces vuelta a empezar, para encontrar una nueva señal que nos motive. Tal vez dependa de la personalidad de cada uno. Hay personas que necesitan urgentemente la acción, estar siempre al filo de la navaja buscando nuevas emociones. Personas que se aburren con la rutina diaria y necesitan peligros, desafíos, salidas, emociones incontroladas etc para sentirse vivos, valorados, admirados, aplaudidos por los otros. Su viaje es a ninguna parte, pero lejos de la monotonía, una huida de sí mismo, pero siempre consigo mismo. No pueden vivir sin la notoriedad, el famoseo, el reconocimiento de los otros... Como aquel tipo, que en la presentación de un libro no escrito por él, sino mero participante en el coloquio, acaparó de tal manera la tertulia literaria, que pareciese que el verdadero autor de la obra era él. Lo triste, después de martirizarnos con unas intervenciones larguísimas y pedantes, -según él mismo nos confesó- no haber leído la obra. Me gusta la gente, que habla poco e interviene menos; me agrada la gente -importante y famosa que vive en el anonimato, cuya obra o creación habla mas que su boca. !Con lo bonito y soportable que es pasar desapercibido y fundirse en la masa anónima sin que nadie te reconozca! No hay peor defecto cuando dialogamos que interrumpir al otro o no escuchar o tener preparada la respuesta de nuestro interlocutor. Odio esos tipos que hablan mucho para no decir nada. Observar, sin ser observado, mirar sin ser mirado... Algunos amigos me dan ideas para que mi blog sea mas seguido. No me interesa; les doy las gracias por preocuparse por mí y siempre respondo de la misma manera: "mientras mis hermanas me sigan leyendo...yo, seguiré escribiendo" Debo de confesar que no soy un entusiasta de la vida social y que encuentro la felicidad en casa, haciendo lo que me gusta: escribir, leer, oír música, y tocar algún instrumento musical que te alegre la vida. Eso sí, siempre acompañado de una buena taza de café humeante que te ayude a inspirarte. Les aseguro que el café es buenísimo, la inspiración... es otra cosa. No. No venimos mal hechos de fábrica. De lo que se trata es de satisfacer nuestros deseos con moderación, mediante "la sofrosine" (temperancia) y cubrir ponderadamente nuestras necesidades reales. La filosofía, la antropología, la ética, la religión o el humanismo, nos pueden ayudar. En el equilibrio está la virtud. Así lo afirmaba el clásico y no le faltaba razón.
NB Estas son "las virtudes cardinales" que la iglesia católica asumió en sus catecismo universal, tomadas de la filosofía platónica: Prudencia (frónesis), Justicia (dikaiosine), Fortaleza (andreía), Templanza (sofrosine).
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