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lunes, 17 de diciembre de 2012

La Condena de Casandra




Casandra, hija de los reyes de Troya Hécuba y Príamo, era sacerdotisa de Apolo, con quien había pactado, a cambio de un encuentro carnal, recibir el don de la profecía.  Cuando Casandra obtuvo la facultad de la adivinación, faltó a la promesa de acceder a los favores sexuales solicitados por Apolo, quien sintiéndose traicionado decidió castigarla, sin quitarle su don pero transformando este en una condena: Casandra podría ver el futuro pero nadie creería en sus pronósticos. Así, cuando anunció la caída de Troya, nadie tomó en serio su vaticinio.
La esperanza es una de las virtudes mas apreciadas del ser humano. Cuando uno espera no desespera -dice un dicho popular-. El problema de prometer a gente necesitada de trabajo -el pleno empleo, decía el gobierno socialista de  Zapatero- o no rebajaremos las pensiones, ni subiremos los impuestos del gobierno  de Rajoy del PP, es que nadie creerá en sus promesas y menos en sus pronósticos. Los socialistas se pasaron la anterior legislatura previendo "brotes verdes", cuando la realidad tozuda demostraba lo contrario. El PP ha tirado por la borda la credibilidad de millones de españoles, que creían razonablemente en su acción de gobierno y que peor que los socialistas no lo podían hacer: pues los han superado. Rajoy creía que solo por tomar posesión en el gobierno de España, el paro empezaría a bajar, el consumo despegaría, la prima de riesgo bajaría etc. Nada de esto ha sucedido, sino todo lo contrario. El Sr. Mas hizo una lectura errónea del millón y medio de catalanes que se echaron  a la calle el día de la Diada, creyendo que todos eran independentistas, y ahí tienen el resultado: hoy, Cataluña es ingobernable. ¿Qué pensarán los electores de CiU, cuando le suban los impuestos, nos se respete el déficit público y todo el programa  que ellos votaron no lo conozca ni la madre que lo parió? Todo parque que el Sr. Mas se ha echado en los brazos de ERC. 
¿Por qué debemos de creer en nuestros políticos si siempre nos han mentido y nada de lo prometido lo han cumplido? Porque la condición humana se agarra  aun resquicio de esperanza, cuando no tiene otra solución. No debe sorprendernos que después del paro, el principal problema que tenemos los españoles, sea la credibilidad de nuestros políticos. De todo lo que nos han prometido, nada  se ha cumplido. La maldición del dios Apolo a los "Casandras" de hoy, sigue su curso: nadie les cree. Aunque una cosa es bien cierta, el desmoronamiento del País es un hecho evidente; pero para saber esto, no necesitamos adivinos.



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