Ayer fui a pelarme a la Barbería de Vicente, pero él no estaba allí. Me encontré un joven con una camiseta en la que se podía leer "Barbería Primo de Vicente". Lo primero que hice fue preguntar por mi amigo, la respuesta me tranquilizó, se había retirado porque había sufrido una operación en un ojo y estaba bien. Un desasosiego inundó mi corazón, al sentir la ausencia de un amigo que ya no lo encontraré donde siempre, en el centro de la barbería, haciendo de la peluquería un arte. Sentí que con su ausencia algo se marchaba. Era extraño no oír su voz y no poder preguntarle por las cosas del pueblo. Porque la barbería de Vicente era algo mas que lo que su nombre indica. Daba vida a la plaza, junto con el café de Juanico, el ayuntamiento y la farmacia. Era lugar de socialización y encuentro, donde se amasaba la gacetilla del pueblo. Allí leíamos las crónicas deportivas los lunes o los martes (dependiendo cuando llegaba el períodico) y discutíamos de fútbol, y de los problemas mas importantes del momento. Intentábamos arreglar el equipo de fútbol, o vender las participaciones de la lotería o cualquier anuncio que interesara a la gente. Mientras los contertulios arreglábamos el mundo, él ajeno a lo que se decía, escuchaba con mirada inquieta y escudriñadora, a la vez que movía las manos con destreza, con el peine en una mano y con la otra la tijera. Y en un instante, lo que era un cabello enmarañado, desordenado por la naturaleza, Vicente, mi amigo Vicente, lo conformaba creando una belleza estética a gusto del consumidor. De repente, se paraba y con la mirada fija, intervenía en la discusión, dando su opinión siempre sosegada, como a quien no va la cosa, para seguir afilando la cuchilla, el cepillo, o la espuma de afeitar. La obra de un barbero, no acaba en el espejo mudo del taller de creación, se expande como fiel testigo de lo bien hecho, y permanece hasta que la naturaleza viva restituye el cabello al orden natural; es una lucha que nunca acaba: el orden, frente al desorden, lo artificial, frente a lo natural, la creatividad, frente a la espontaneidad...
Recuerdo con nostalgia este sitio entre olores de tinta impresa de revistas, jabón de afeitar y "after shave", aderezado de interminables discusiones sobre la democracia, el repartimiento del agua de riego, y la sonrisa franca de nuestro amigo Vicente; bajo la atenta mirada de almanaques desnudos de bellas mujeres, ajenas a los rigores del invierno, incitadoras y provocadoras de bajas pasiones. No menos desnudas, que la estupenda señora de la revista "Interviú", en manos de un adolescente ruborizado, cogido por sorpresa pasando página, como a quien no le va la cosa.En invierno era un lugar con calor de tertulia, en las largas tardes de riguroso frío; como en verano, fuente de agua fresca en los largos estíos, gracias al pipote colgado de un gancho, como muestra de la generosidad de la casa.
Las cosas no serán como antes. El primo lo tiene difícil para emular al maestro, pero todo se andará. Me alegro por mi amigo Vicente; ha dejado el negocio por el ocio, se lo merece. Ahora podrá pasar mas tiempo con su familia y dedicarse a los suyos. Ya lo echamos de menos, pero -seguro que no me equivoco- ya sacará tiempo para dedicarse a los demás y a la Peña Abulense del Real Madrid, su otro amor. Porque de una cosa estoy seguro, quien se ha pasado media vida dedicado a los demás, no hay jubilación que le retire. !Gracias, amigo Vicente, por todo lo que nos has dado! Siempre te recordaremos como un excelente barbero, amante de tu profesión; pero a partir de ahora, te disfrutaremos como mejor amigo y mejor persona.
Dedicado a mi amigo Vicente en su jubilación, para que siga tan majo, como siempre.
muy bien antonio, estoy de acuerdo en todo lo que escribes de vicente y su barberia,
ResponderEliminaryo agregaria un pequeño detalle, EL PIPOTE que tenia siempre colgado y con agua fresquita con el cual aplacabamos la sed mas de uno,
le deseo como amigo y cuñado que soy, que ahora disfrute de la vida con su familia
juan gomez
!Hola Juan! Como ves he corregido la entrada , gracias a tu excelente apreciación. Espero que ahora te sientas satisfecho. Un cordial saludo
EliminarDesde la distancia y tiempo transcurrido has refrescado agradables recuerdos de la Bar ería de Vicente..
ResponderEliminarGracias Antonio soy Josantero compañero de tu hermano Juan David en el Seminario de Cuevas de Almanzora 1966?
!Gracias por participar en mi blog! Es un placer reencontrarme con gente de mi pueblo. Espero disfrutemos de las cosas que nos unen y que no olvidemos nuestras raices. Seguro que mi hermano se alegrará mucho al saber de ti. Un abrazo, José Joaquín.
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