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viernes, 3 de febrero de 2012

"PANTA REI" : Todo fluye




Heráclito de Éfeso, (544-484 aprox.) llamado "el obscuro", ha sido considerado en la Historia de la Filosofía como el Filósofo del movimiento o del "devenir", en contraposición a Parménides de Elea filósofo de la quietud  o la permanencia del "ser".La idea de que el mundo nos ofrece una realidad sometida al cambio no es original de Heráclito: a todos los pensadores presocrácticos les impresionó dicha observación. Las afirmaciones de que"todo fluye" y "no se puede bañar uno dos veces en el mismo río" se las atribuye Platón libremente en sus diálogos, sugiriendo la correspondiente consecuencia: "nada permanece". Es probable que Heráclito insistiera en la universalidad del cambio más que sus predecesores pero, por los fragmentos que conservamos de su obra, lo hacía aún más en la idea de la medida inherente al cambio, en la estabilidad subsistente.
Afortunadamente Heráclito tenía razón, nada permanece para siempre, tampoco el plan hidrológico del gobierno socialista de Zapatero que, al ponerse en manos del nacionalismo catalán, eliminó el plan hidrológico de Aznar subvencionado por Europa, y no resolviendo el problema del agua mediante las desaladoras, que a juicio del Presidente de Murcia Sr. Valcarces, no han resuelto el problema, sino que lo han agudizado, produciendo un agua más cara para regadíos y de peor calidad para el consumo humano. Ahora el PP nos anuncia un nuevo plan -eso sí- tendrá que ser subvencionado con los impuestos de todos los españoles -otra herencia del Sr Zapatero-.
Y es que el sentido común -el más común de los sentidos según Aristóteles- no tiene vuelta de hoja. Hacer un plan solidario del agua entre cuencas, superando el anacronismo provinciano de aquellos que creen que los ríos no se mueven y que pertenecen al terruño por donde pasan van contra la propia esencia del rio. El trasvase de agua entre cuencas de las excedentarias a las no excedentarias,  no solo beneficia la solidaridad entre comunidades, sino que crea vínculos económicos y comerciales que benefician a todos. Siempre será mejor aprovechar este recurso, para crear prosperidad y riqueza que arrojarlo al mar.
Este plan hay que enmarcarlo, en otro más ámplio y ambicioso: el plan energético nacional, del que hablaremos otro dia. Para concluir,  Heráclito -llamado "el obscuro" por sus excentricidades, no pudo ser más claro y sensato en sus aforismos. Otros, llevados por intereses no demasiado claros, indujeron a España a la obscuridad más absoluta.

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