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sábado, 11 de febrero de 2012

FILOSOFÍA Y EPISTEMÉ




Según Aristóteles la filosofía surge cuando el hombre se asombra y se admira frente a la realidad. Desde la situación histórica en la que se encuentra y desde su ámbito cultural, el hombre se interroga sobre sí mismo y su entorno natural. En filosofía las preguntas son más importantes que las respuestas. Él mismo se pregunta y él mismo se responde; la naturaleza y el cosmos son ajenos a las vicisitudes del hombre, a sus problemas y a sus inquietudes. El hombre es el único ser del universo que se pregunta. Según Habermas la respuesta a las curiosidades indagatorias del hombre determina los plurales intereses del conocimiento: el conocimiento cientifico-técnico, el práctico social o comunicativo, y el reflexivo-emancipador.
Si bien la filosofía empezó su indagación por problemas cosmológicos con el afán de entender, comprender y dominar la naturaleza y sus leyes, (presocráticos), pronto desvió la mirada hacia sí misma y a los problemas antropológicos, éticos y sociales (sofistas). El conocimiento de la naturaleza y su lectura como si fuese un libro abierto, no persigue un conocimiento teórico, sino el control y dominio de la naturaleza de  modo práctico. El lenguaje científico que se articula como instrumento mediante la matemática y la verificación empírica del siglo XVII, no es sino la consecuencia del asombro y la admiración de los griegos por conocer qué es la realidad, cómo funciona el mundo y cuáles son sus leyes y estructuras. Se trata de penetrar en los grandes enigmas del mundo para hacer de éste un lugar seguro  que sirva a los intereses del ser humano. Por ello,el lenguaje de la ciencia ha de ser objetivo, realista y positivo sin descuidar lo utilitarista y lo pragmático.
Las primeras teorías sobre la naturaleza surgidas en el mundo griego, nos muestran el afán y el ansia de saber donde teoría y práctica se interaccionan, siendo la naturaleza tomada como fuente normativa de comportamiento del hombre, continuidad y manifestación de sus leyes y comportamiento(Teorías iusnaturalistas).Ciencia y Filosofía nacieron juntas. Sus objetivos son el dominio y el conocimiento del cosmos. Responden al conocimiento global llamado epistemé, complementario con el conocimiento técnico-científico y reflexivo-emancipador de Habermas.
El afán de saber pertenece a la esencia del ser humano. Se manifiesta como complemento necesario a la vida instintiva de nuestra naturaleza, formando lo que llamamos civilización.El asentamiento estable generado por la agricultura y la industrialización, y sus distintas formas de relaciones sociales, generaron la formación de la tradición oral y escrita, inicio y germen de los mitos. El mito es la gran creación cultural, en la que se combinan los distintos saberes y se buscan respuestas al por qué y para qué del mundo y del hombre. Las antropogonías y cosmogonías intentan responder a la pregunta por los orígenes, y a su vez, determinan ya en buena parte, las antropologías y cosmologías, que buscan clarificar el significado del hombre y del cosmos. El paso del mito al logos era inevitable. La pregunta por el "arché" (principio) cosmológico de la tradición jónica, se torna en la pregunta por el "ser" metafísico de los eleáticos. En ambas tradiciones se toma el valor del conocimiento y de la racionalidad como algo bueno en sí mismo.
Las preguntas más que las mismas respuestas son el motor de la actividad racional teórica y práctica y constituyen el núcleo no sólo de la filosofía sino del pensamiento en general. Se problematiza la realidad, primero la del mundo y las cosas, luego a la misma conciencia humana y sus pretensiones racionales. Posteriormente surgen los problemas científicos y los enigmas filosóficos, siendo esta capacidad de cuestionar uno de los elementos diferenciadores de la reflexividad humana respecto a la inmediatez del mundo animal. Ambas, filosofía y ciencia responden a preguntas por qué, donde y para qué. Si a la filosofía le preocupa el sentido y el valor del mismo hombre en el marco de la reflexión crítica, creando modelos metafísicos y cosmológicos, explicativos de la realidad como totalidad, que trascienden lo empírico, y a partir de ahí, prescribe una forma de vida, es decir, adecuada racionalmente; a la ciencia le corresponde, en interelación con la filosofía, crear paradigmas que expliquen el cómo y el para qué de lo particular e inmanente en el marco de las realidades naturales. Ambas -filosofía y ciencia- interactúan mutuamente, enriqueciéndose desde los griegos con las grandes cosmovisiones metafísicas de Platón y Aristóteles, hasta nuestros días. La filosofía no se contenta con saber cómo es el mundo, sino que lo valora y analiza en función del hombre, dialogando con los distintos saberes y disciplinas.



1 comentario:

  1. Leer esto es como volver a estar en aquellas clases magistrales en el instituto... :)

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