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lunes, 18 de marzo de 2013

Te quiero, Papá





Todos los días del año deberían ser día del Padre y de la Madre. No está mal acordarse un día especialmente de aquellos a quienes les debemos la vida, por esto de que "ser bien nacido es ser agradecido". Lamentablemente, los seres humanos valoran más a sus seres queridos cuando notan su ausencia, que cuando disfrutan de su presencia: cuando ya es tarde para recuperar el tiempo perdido; por eso, el tiempo es el mejor maestro. Ser padre es una cosa muy seria y muy importante; es lo mas hermoso que nos puede suceder en la vida. Es paradójico que nos preparemos para una profesión u oficio durante los primeros años de nuestra vida, durante largo tiempo de formación, y no lo hagamos para la función más noble, altruista y generosa, como la de ser padre; tal vez la naturaleza confíe demasiado en el hábito innato de la paternidad y crea que ya es suficiente. Pero no. No es suficiente. 
La sociología nos distingue por nuestra profesión o actividad, ya sea pública o privada, por el rol que interpretamos en la sociedad, pero nunca por la paternidad, que la relega a un ámbito privado. Pero no por ello es menos importante la paternidad. Todos nacemos de un padre y una madre; nuestros primeros años,ellos procuraron darnos lo mejor que tenían: Su dedicación, su tiempo, su amor. Nos inculcaron los primeros valores, asistiendo a las primeras guerras de nuestro instinto egoísta y a la vez altruista; acuñaron en nosotros el sentido de la responsabilidad, la del servicio, la de la entrega, la del sacrificio; Nos dieron todo lo que tenían, que no era poco. En la familia se mama un modelo que imprimirá carácter durante toda la vida adulta. Por eso tendemos a que nuestros hijos sean como nosotros queremos que sean, ya que nosotros fuimos como querían nuestros padres, pero esto no funciona así. 
Hoy, vivimos en otros tiempos muy diferente a la de nuestros padres. La sociedad del consumismo, la del paro, la del divorcio, el materialismo, el relativismo, la de la falta de tiempo...condiciona mucho la relación entre un padre y sus hijos. La pérdida de autoridad, acompañada por la de la autoestima personal, las condiciones laborales "full time", genera una actitud compensatoria hacia los hijos accediendo a satisfacer sus caprichos a cambio de tu falta de disponibilidad y a estar el tiempo que necesitan; "Te daré la luna, si lo pides con esa boquita" es paradigmático de lo que decimos. La actitud contraria, basada en el autoritarismo, tampoco ayuda; "El porque lo digo yo" es difícil  de entender -aún  para nosotros mismos- cuando no hay razones ni argumentos, no pidas silencio a voces. En este caso el ejemplo y la conducta de ambos esposos, al unísono y sin contradicciones de poli bueno poli malo, que no generen desconcierto en nuestros hijos, hacen mas que mil palabras de ordeno y mando: Las discrepancias forman parte de nuestra vida, lo importante es enseñar a nuestros hijos a gestionarlas. El refuerzo positivo, será siempre mejor que el refuerzo negativo o castigo, que no estimula el hábito sino el inconformismo o -lo que es peor- el rencor y la agresividad. Hay que "perder todo el tiempo" con nuestros hijos; educar jugando por imitación; delegar esta presencia o placer a la tele, ordenadores, o consola, -a pesar del cansancio de una larga jornada laboral o a trabajos domésticos-, es imperdonable. Hay que crecer con ellos, y dar una respuesta a cada edad. Algunas veces la sobre-protección les hace daño, no le des la razón cuando te diga que "el profe le ha tomado manía" enséñale a ser responsable y no busques culpables ni eches balones hacia fuera, así inculcarás en él el sentido de la responsabilidad y a aprender de sus propios errores. Habla mucho con él y dile que le quieres, porque aunque se da por hecho, refuerzas su autoestima. No seas necio en considerar a tu hijo como amigo, porque ganará un amigo pero perderá un padre; no seas ridículo en ser "amigo" de las amigas de tu hijo, porque los payasos solo están en el circo... ¿Ves? Un poco complicado esto de ser padre, pero compensa, solo con  escuchar de sus labios: Te quiero, Papá.





3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Saludos Antonio,
    Nos tienes abandonados.

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  3. Hola amigo Jose, pronto tendrás nuevas noticias que mostrarán lo equivocado que estás. Nos vemos en el pueblo. Un saludo

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