17,14 !! INDEPENDÉNCIA !!

Será un instante. Pero será. El mundo mundial, convocado para seguir un evento deportivo, un partido de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid, quedará suspendido en su emociones y sentimientos deportivos. Miles de aficionados de ambos equipos olvidarán en un instante sus diferencias nobles deportistas, para tomar conciencia de la terrible injusticia histórica de ver a una nación sometida -Cataluña-  desde el año 1714, por un Rey de España. El minuto 17,14 segundos (alusivo al año 1714) será un grito unánime  ¡¡INDEPENDÉNCIA!! miles de gargantas de independentistas catalanes con la estelada ondeando al viento, proclamarán ante el mundo,  que "Catalunya is not Spain" y convertirán el Clásico de la Liga española en un nuevo desafío contra la Constitución y la "indisoluble unidad de la Nación española" sobre la que ésta se asienta. Todo muy  emocionante y emotivo, si no fuera tan falso como manipulador.
Otra vez mezclando las churras con las merinas, la política y el deporte. Otra vez el Barcelona metido en política. Lo que debería ser un partido de fútbol entre los dos mejores equipos de España, se convertirá en un aquelarre de esteladas donde se ahondará la sima que separa a Cataluña de  España. Y todo con el beneplácito del C.F. Barcelona con su Presidente Sandro Rosell a la cabeza, quien no debería olvidar que gracias a la Liga del País que ofende sistemáticamente, el Barsa es uno de los grandes. "En el momento en que Cataluña como pueblo, con mayoría, decida qué es mejor para su futuro, el Barça siempre estará al lado de las decisiones que los catalanes tomen", ha manifestado. De hecho, miles de peñas blaugranas pueblan España y el mundo, superando a las que hay en Cataluña; lo que demuestra que el Barsa es un club  universal que trasciende lo político y local . Para recibir al Real Madrid, 98.000 cartulinas revestirán las gradas del Nou Camp representando la senyera catalana, en vez de los colores blaugranas. Ellos le llaman El Clàssic de la llibertat, pero la libertad está en la Constitución y en las urnas y no sobre un terreno de juego donde sólo se juegan tres puntos.