Una partida de ajedrez que ha durado dos años

Jaque a España

Hoy no es momento para poemas. Hoy es el momento de España y de todos los españoles demócratas para defender lo que por derecho nos corresponde: La unidad de España y la soberanía de todos los españoles. Así de claro. Escribo este artículo con la premura del momento y la indignación del que se siente expoliado, despojado de sus derechos como ciudadano. Si España quiere ser lo que sea, tendrán que decidirlo todos los españoles, no una parte minoritaria que ni siquiera ha sacado una mayoría de votos (aunque sí de escaños) en las elecciones del pasado 27 de septiembre.

Ayer, en pleno registro y desmoronamiento del clan de los Puyol, imputados por el 3% en mordidas de la obra pública en Cataluña, "como trama familiar delictiva",  JxSí y la CUP han registrado este martes en el Parlamento de Cataluña, una propuesta de resolución conjunta para que el pleno de la cámara apruebe el "inicio del proceso" independentista hacia una república, es decir, el inicio del proceso constituyente que necesariamente desembocará en la independencia de Cataluña.

El gobierno de España por boca de su presidente, Mariano Rajoy, en una declaración institucional en la TV, manifestó que no lo conseguirán, porque se tienen previstos los mecanismos necesarios para reaccionar en caso de que el Parlamento catalán apruebe una declaración de independencia. Textualmente ha declarado que "quienes quieran divivir tendrán enfrente a un Gobierno que hará valer la ley" y que va afrontar la declación con "todos los resortes políticos y jurídicos" de la Constitución. La respuesta ha sido medida, contundente y firme, como corresponde a quien tiene la obligación y el deber de velar por el cumplimiento del orden constitucional. Ayer, el presidente de España, estaba respaldado por la inmensa mayoría de todos los españoles demócratas (incluidos la mitad de ciudadanos de Cataluña). Somos  mayoría y nos asiste la razón y el derecho. Son ellos, los diputados independentistas, -con la presidenta del parlamento a la cabeza- los responsables como personas físicas de un delito de sedición, tal y como recoge el artículo 544 del Código Penal (que aunque no se haya realizado, sí marca el proceso u hoja de ruta de la constitución de una república catalana) Se trata de defender la democracia  mediante el respeto a la ley. Esto, que parece que es obvio, algunos no lo entienden (como es el caso de los secesionistas que anteponen democracia a ley) La unidad de la nación española es progresista porque es la que garantiza la igualdad de todos los españoles; ¿Hay algo más progresista y justo que la igualdad de todos con independencia del territorio en el que se habite?  Se puede ser independentista -cada uno tiene derecho a a ser lo que quiera- lo que no se puede es ser independentista a costa de dar un "golpe de estado" a plazos, conculcando la ley que todos tenemos  el deber de obedecer y respetar, y secuestrando el derecho soberano de todos los españoles (art. 1.2 de nuestra Constitución del 78, votada por todos los españoles -incluidos los catalanes-) Ante esta situación, el gobierno tiene la legitimidad y el deber de aplicar los mecanismos necesarios para impedir, con mesura, proporcionalidad -pero también con firmeza- todos los mecanismos jurídicos que le proporciona el Estado de Derecho (incluido el artículo 155 de la Constitución, si fuese necesario) Cuenta con el respaldo de todos los españoles incluidos los partidos políticos  PSOE y Ciudadanos. Ante este desafío antidemocrático, que pretende secuestrar la soberanía de todos los españoles, solo cabe la unidad de todos los demócratas para defender nuestros derechos junto con los partidos políticos democráticos de España, dejando al margen las diferencias políticas e ideológicas. Aquí no se trata de derechas o de izquierdas, ni de unos u otros; se trata de que algunos nos quieren quitar "un cacho", que es nuestro. Todos detrás del presidente que es quien debe liderar este órdago secesionista; se trata de demócratas contra antidemócratas y quien no sepa ocupar sus espacio o se ampare en ambigüedades definitorias, lo pagará. El momento lo requiere y España nos lo demanda.

Hace dos años escribí esta entrada en mi blog: Jaque a Espana. (Comprobar y ver etiquetas: política, 28 de octubre de 2015). Hoy me limito a reproducirlo tal como lo escribí, sin añadir ni una coma.