Camino de la Ermita

Encuentro


Aromas a flor de adelfas y retama,
entre balidos y relinchos de caballo,
el trino del jilguero y la calandria...,
o el canto en su corral del gallo,
corean mi Camino Real por la mañana.
El ladrido de un perro alertado,
guarda celosamente sus dominios,
ante el paso acelerado de un viandante
que huye, al otro lado de una valla de espinos.
Entre almendros higueras y olivos,
los balidos de un ganado trashumante,
rebusca en el rastrojo lo verdino.
Con alma triste por su niñez pasada,
camina hacia la ermita, un caminante:
Busca la mano abierta de su madre;
y a la vera del camino, encuentra,
a La Virgen del Carmen.

             
              antonio gonzález