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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Todos con la Constitución y la Ley






Apoyar al gobierno no es apoyar al PP, es apoyar a la legalidad de un Estado de Derecho, aunque sea también apoyar la unidad de España, que no es poco. Mal, muy mal servicio hace Pedro Sánchez  al PSOE y a España, si no sabe distinguir entre el PP como partido que gestiona el poder por ser el partido más votado, elegido por los españoles para gobernar España, y el PP como partido rival parlamentario. Hoy quien defiende a España no es un gobierno del PP, ni un gobierno de Mariano Rajoy, sino el Gobierno de España. Los españoles deben de saber que lo sucedido en Cataluña, es un golpe de Estado dado por el gobierno de la Generalidad de Carles Puigdemont, que por no respetar no lo han hecho ni con su pueblo -al que dicen representar-, ni a las instituciones, a quienes deben preservar y respetar: Constitución, el Estatuto Catalán y a su propio Parlamento. Un gobierno que trata de estar por encima de las leyes de las que emana su propia autoridad, es un gobierno al margen de la ley, y por tanto, es un gobierno que ha perdido la legitimidad moral y política para gobernar. Se convierte en un gobierno fuera de la ley sin crédito ni autoridad para gobernar a sus gobernados. Pierde "de facto" la credibilidad para poder exigir a sus ciudadanos la obediencia debida a la ley, la misma que el propio gobierno conculca y no cumple. Es un gobierno de forajidos, y a los forajidos, se les persigue por estar fuera de la ley. Cuando en un Estado de Derecho, como es el nuestro, alguien -persona pública o privada, o institución, pretende estar al margen de la ley, el gobierno tiene el deber y la obligación de aplicar la ley por medio del ordenamiento jurídico de jueces y fiscales, hasta sus últimas consecuencias. Es la ley quien nos permite ser hombres libres, aunque para ello -como decía Cicerón- tengamos que ser esclavos de la ley para ser libres ¿O es que vamos a pensar que el Gobierno de la Generalidad tiene un poder especial para saltarse la legalidad? En España, como Estado de Derecho, todos debemos ser iguales ante la ley y los gobernantes los primeros en cumplirla, y hacerla cumplir, por el carácter de ejemplaridad que su cumplimiento conlleva. Si alguien no está de acuerdo, parcial o totalmente, puede utilizar procedimientos legales y políticos para cambiarla.
Y antes de terminar, comentar lo que el Señor Pablo Iglesias acaba de declarar algo así como que en España hay presos políticos. Si no fuera porque quien lo ha dicho es profesor de la universidad y alguien que pretende un día ser presidente del gobierno de España, no lo podría creer. Vamos a ver, Señor Iglesias, que diga Usted (refiriéndose a las últimas detenciones  en Cataluña) que en España hay presos políticos, tendría que hacérselo ver. Usted que tan ricamente y sin ningún rubor, ha aceptado el dinero de un régimen -como el venezolano- cuyas cárceles están repletas de  presos políticos, encarcelados por sus ideas- es el menos indicado para hacer tal afirmación. Veo que no se entera. En Cataluña nadie está preso por manifestar sus ideas políticas; tanto en Cataluña como en el resto de España a nadie se le encarcela por sus ideas, ni siquiera por ser independentista, faltaría más. En España no hay presos políticos, aunque sí que puede haber políticos presos, como sucede en cualquier democracia del mundo. Otra cosa es hacer o efectuar actos concretos (tipificados en el código penal como delito), para imponer las ideas por procedimientos y formas delictivas, como es: la prevaricación, la desobediencia civil, la malversación de fondos públicos, el cohecho, etc,. ¿A la conculcación de estos delitos concretos los llama Usted "presos políticos"? !Vamos Señor Iglesias!  A estos políticos catalanes se les aplicará el vigente código penal por los tribunales de justicia, y habrá que ver después de un juicio equitativo, -donde tendrán todas las garantías procesales propias de un Estado de Derecho-, si son culpables o inocentes, una vez emitida sentencia firme. Hasta entonces, se les aplicará la presunción de inocencia ¿A quién quiere Usted engañar, Señor Iglesias? En España no se persiguen las ideas sino los hechos delictivos.
Otra cosa es que solo con medidas legales no pueda resolverse este conflicto entre Cataluña y España. Pero eso hoy no toca.                                                                                                                            

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