MOSCAS
!Oh moscas, no sois hermosas,
como son las mariposas!
!Ni sois como las abejas,
diligentes y hacendosas!
Más bien sois un incordio,
molestando por doquier,
picando a diestro y siniestro,
atacando una y otra vez.
En todos los sitios estáis,
haraganeando sin parar,
a todas las casas entráis,
sin permiso a molestar.
Lo mismo acudid a la miel,
que a lo más nauseabundo,
lo mismo nadáis en la sopa,
que en la boca de un difunto.
Impertinentes y oportunas,
nacidas en la basura,
sois pringosas y asquerosas,
insolentes e inoportunas.
Tengo un recuerdo laudable,
cuando en mi infantil edad,
cogíamos moscas de cebo,
para las avispas cazar.
Siempre indignas compañeras,
a menudo molestando,
en las fatigas y en las penas,
en la ciudad o en el campo.
Cuando recostado estoy,
intentando echar la siesta,
aparece siempre alguna,
y me fastidia mi gesta.
Ahora que estoy escribiendo,
sobre vuestro ordenamiento,
no dejáis de importunar,
justo en este momento.
!Os odio moscas traidoras,
siempre dispuestas a picar,
por ser tan mal educadas,
y comportaros tan mal!
Antonio González
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