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miércoles, 19 de agosto de 2015

Colau, Carmena, Ambrosio: Una cosa es predicar...






Curioso país. Si no fuera porque conocemos su historia,  más de uno le echaría la culpa a este calor tórrido que nos ataca y nos derrite la sesera. No es el caso. Es curioso ver como en la piel de toro ocurren hechos que dejan de sorprendernos porque no son novedosos. España es un país en un estado de enfrentamiento perenne en período electoral. Aquí nadie busca la resolución de los problemas, sino el enfrentamiento directo al enemigo político hasta aniquilarlo -eso sí, mirando para otro lado y tapándose la nariz- cuando afecta a los mios. Alguien con buen tino a dicho que lo primero que se debe hacer en España es cumplir la Constitución actual antes de reformarla. No le falta razón. España es uno de los países del mundo con uno de los más completos  ordenamiento jurídico, el problema es que no se cumple. Ejemplos hay por doquier. La generalidad de Cataluña nunca cumple los mandatos del Tribunal Constitucional en materia de educación o bilingüismo. Otro tanto sucede con la normativa de las terrazas invadiendo los espacios de los ciudadanos o la normativa de los ayuntamientos sobre ruidos a altas horas de la noche. Se habla mucho de derechos pero poco de deberes. Reformar la Constitución sí, no sin antes partir de una base sólida con amplio consenso y saber hacia dónde queremos llegar. No vayamos a abrir la caja de Pandora sin saber qué nos podemos encontrar...

En otro orden de cosas, observamos -no sin sorpresa- la actuación de los alcaldes  progresistas de las grandes ciudades. Si todas las soluciones para resolver los grandes problemas de los ciudadanos se cifran en quitar el busto del rey o un determinado cuadro del salón de plenos, !Apaga y vámonos!
La Señora Ana Colau, alcaldesa de Barcelona, animaba con pasión a su equipo el F.C. Barcelona, en el palco del Nou Camp, junto a aquellos que poco ha pertenecían a "la casta" tan denostada por ella; eso se llama "agiornamento", y es que uno se acostumbra a lo bueno ¿Vamos a criticarla por eso? Pero si esto es de traca, vean como la Señora Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, descansa unos días en Andalucía, en un chalet  de una urbanización gaditana entre Tarifa y Zahara de los Atunes cuyo coste semanal es de entre 3.600 y 4.000 euros. Se trata de una zona elitista, que según La Razón, diario que publica esta información, frecuentan numerosas personalidades de la izquierda, entre ellos Pedro Sánchez y José Antonio Griñán. El PP habla de "doble moral"; eso sí, pagado por ella con su propio dinero, como corresponde. Nada tengo contra aquellos que gastan su dinero como les plazca, siempre que provenga de un trabajo lícito y legal, están en su derecho; pero no es "estético" que una alcaldesa que ha predicado la solidaridad con los más necesitados haga estas cosas, al menos así me lo parece.


Otro ejemplo ilustrativo de lo que decimos, es el caso de la Alcaldesa de Córdoba, la socialista Isabel Ambrosio, que amparada en  la aconfesionalidad del Estado, ha decidido desalojar del ayuntamiento un cuadro de San Rafael del siglo XVII y un crucifijo de marfil, ver para creer. Lo que sus predecesores en el cargo Julio Anguita  y Rosa Aguilar, de Izquierda Unida, no hicieron o no se atrevieron a hacer, ésta se atreve con todo, confundiendo arte y tradición con religión y creencias (y conste que quien les habla es partidario de la separación entre Iglesia y Estado). ¿Se imaginan que los cuadros fueran de Murillo, Velázquez, El Greco o Miguel Ángel? Una muestra más de la estulticia por no hablar de la ignorancia de algunos de nuestros regidores que confunden las churras con las merinas. Pero como "no hay mal que por bien no venga", espero que en un hipotético gobierno socialista de España no se le ocurra nombrar a esta Señora directora del Museo del Prado.



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