MI VOCACIÓN
Cuando era pequeñito,
todos me preguntaban:
¿Qué vas a ser de mayor
cuando te crezca la barba?
Porque tenía un secreto,
que me ruborizaba,
y a vosotros os contaré,
aquello que bien ocultaba.
Ayudaba a mi padre,
Como hijo de labriego,
en las faenas del campo,
con total desasosiego.
Me levantaba temprano,
cuando apenas hacía viento,
azufrar, podar y regar,
y a recoger los sarmientos.
Alternaba estos deberes,
como simple monaguillo,
ayudaba en la iglesia,
y pasaba el cepillo.
Me afanaba en mi trabajo,
a recitar en latín,
aprendí las letanias,
a vestir sotana y fajín.
Si no estaba en el altar,
estaba en el campanario,
bien tocando la campana,
o recitando el rosario,
¿Qué quieres ser de mayor?
Siempre respondía lo mismo:
"Quiero ser como Don Pedro,
cura párroco y predicador".
¿Renuncias a ser labrador,
como te enseñó tu padre?:
"Renuncio gustoso, Señor,
pues se pasa mucha hambre".
¿Habrá renuncia mejor,
que abandonar lo terreno,
dedicarse al Señor,
y así conseguir el cielo?
antonio gonzález
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