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viernes, 14 de noviembre de 2014

Un viaje a las antípodas





Mariano Rajoy, Presidente de gobierno de España, se ha marchado de viaje a las antípodas, (Australia) que como sabeis, es la distancia más larga entre dos puntos en la tierra; y si no se ido más lejos es porque aún la tecnología no permite viajar en el Rosetta, (ese maravilloso ingenio técnico capaz de recorrer 500 millones de kilómetros sin averías) si no, a estas horas Mariano estaría, más allá de las nubes, no para contarlas como hacía Zapatero, sino para huir lo más lejos de esto, que aun sigue llamándose España, en un cometa que se dirige al sol. Algunos esperan que no vuelva (yo que él me lo pensaría) y se quede en aquellas tierras de canguros o en la Polinesia del Pacífico en alguna de aquellas idílicas islas, fumándose un puro bajo la tenue sombra de un cocotero haciendo crucigramas o deshojando la margarita sobre qué hacer con España o como resolver los problemas de "las tres C", a su vez, Cataluña, crisis, y corrupción. El panorama no puede ser más desolador por estos lares: juzga tú mismo.
Después de tres días de la la bochornosa consulta catalana, el Presidente se dignó salir  a dar la cara para decir lo obvio, la defensa de la soberanía nacional y la posibilidad de que Cataluña pueda iniciar un procedimiento de  referéndum de acuerdo con la Constitución, en donde  participarían todos los ciudadanos españoles, aunque manifestó que él estaría en contra de cualquier iniciativa que pretendiera fraccionar el territorio nacional. A la pregunta de por qué no actuó impidiendo esta parodia de consulta, manifestó "el principio de la proporcionalidad" que consiste en evitar ciertas intervenciones de las fuerza de seguridad del Estado (retirada de urnas o cierre de colegios electorales) por las consecuencias que se derivarían de su actuación (eso de, "peor es el remedio que la enfermedad"). Muchos ciudadanos de Cataluña y España (entre los que me encuentro) tuvieron un sentimiento de orfandad y abandono por parte del Estado, aunque a muchos no les sorprendió, ya que el Estado lleva muchos años  ausente de Cataluña. Fíjate lo que manifiesta Nicolás Redondo Terreros: “En el 9-N, el Estado no compareció por cálculo o por temor a las consecuencias de la aplicación de su propia fuerza. Los independentistas hicieron todo lo necesario para conseguir su objetivo: utilizaron  toda la fuerza del poder de la Generalidat, manipularon los medios de comunicación públicos y privados catalanes y usaron a una sociedad domesticada con dinero público. De esta manera -sigue Redondo Terreros- pudieron votar en una consulta que para nosotros no deja de ser una expresión antidemocrática de un nacionalismo radicalizado (…) Por el contrario, los que defendemos la Constitución y la ley, como garantía de la libertad de todos, nos hemos visto arrinconados en la defensa de su aplicación que nos hubiera gustado que se hubiera hecho antes del 9-N, porque hacerlo posteriormente originará numerosas contradicciones” (El País). Ahora, la Fiscalía del Estado debe intervenir para que a Mas y sus consejeros nos les salga gratis la prevaricación, la malversación de fondos públicos y la desobediencia al Tribunal Constitucional. La mayoría de españoles queremos que sea así, pero mucho me temo, que están dando largas para que el castigo se quede en nada y todo quede en un burdo pasteleo entre Gobierno y Generalidad ya pactado. Lamentablemente un ejemplo más que demuestra que la cúpula de los jueces depende del gobierno central -no así los jueces- lo que muestra que no hay separación de poderes en España, y que la justicia está al servicio de la coyuntura política.
Tampoco van bien las cosas en economía, no porque no se han hecho bien los deberes, sino porque las economías de los países de nuestro entorno comunitario, no despegan y esto dificulta el crecimiento español. Si Alemania, Francia, Italia no importan nuestros productos, porque su economía es débil o en recesión, tu me dirás qué hacer. El consumo interno crece pero no al ritmo que a todos nos gustaría por lo que las empresas no pueden producir más porque no venden ni exportan. Aún hay 5 millones de parados, y esto, no hay país que lo aguante. Un problema de difícil solución cuya solución no se vislumbra en el horizonte. La bajada del petróleo Brent a menos de 80 dólares es una buena noticia porque ahorraremos 8.000 millones de euros.
Por último la corrupción sistémica que afecta a todo lo que se mueve (instituciones del Estado y autonómicas, corporaciones locales, partidos políticos, sindicatos y patronal) ¿Todos  corruptos? Evidentemente, no (la inmensa mayoría son gente horrada), pero hay una sensación de hartazgo entre los ciudadanos porque cada día surge un nuevo caso y la gente ha perdido la paciencia y la esperanza de que esto cambie. La lentitud de los tiempos en los que juega la justicia no coinciden con los de los ciudadanos que observan atónitos como nadie va a la cárcel y tampoco devuelven el dinero, dando la sensación de impunidad de la casta política, (parafraseando a un alto magistrado que dijo que las leyes en España están preparadas para los que roban un pollo en el supermercado llendo a la cárcel de inmediato, pero no para los que roban  millones de euros y lo sacan fuera del país). Esto es lo que hay. ¿Entiendes por qué Mariano Rajoy se marcha a las antípodas?


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