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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Pretenden despojar del "Honoris Causa" a una Magistrada.





Mal. Muy mal andan las cosas por Cataluña y en concreto por la Universidad de Gerona. Si no, vean: "El claustro extraordinario de la Universidad de Girona debatirá este jueves retirar el honoris causa a la magistrada del Tribunal Constitucional Encarnació Roca (Barcelona, 1946) por no haber discrepado en la admision del recurso del Gobierno contra la ley de consultas y el decreto inicial de convocatoria del 9-N. El recurso fue admitido por unanimidad, y esa admisión supuso la suspensión automática de la consulta".(El País Digital).  
Han leído bien. Tenemos un problema en Cataluña  y el resto de España. La universidad es lo más selecto de la intelectualidad de un país, allí reside las mentes más sabias, libres, y críticas. Hablamos de personas instruidas y de libre pensamiento, amantes de la verdad, del conocimiento y de la fuerza de la razón. Personas dedicadas a la investigación científica, al conocimiento, a la investigación social, a las letras y las artes, con espíritu crítico. Se les supone tener criterios propios sobre todas las actividades de la vida, incluida la política, por eso sorprende  la unanimidad de criterios, la falta de disidencia y la uniformidad en la toma de decisiones de retirar el "honoris causa" a una profesora por el solo hecho de discrepar por razones políticas. Hasta hoy, pensaba que ser "Doctor honoris causa" era debido a la excelencia y méritos contraídos por un profesional en la investigación o docencia, nunca por razones ideológicas o de otra índole. ¿Debemos suponer que la sancionan porque no piensa como los nacionalistas? o ¿Tal vez porque debe aplicar la Constitución que juró defender pese a que muchos o pocos no piensen lo mismo? ¿Dónde está la tolerancia y el respeto por el que no piensa igual que tu? Con ello, no solo denigran la institución universitaria a la que dicen  defender de toda manipulación ideológica, sino que reflejan el sentir de una sociedad homogénea, de pensamiento único y endogámica, con grandes carencias democráticas. Cada vez nos sorprenden menos cosas de Cataluña. El adoctrinamiento de los medios de comunicación, TV3 y los periódicos subvencionados por la Generalitad, muestran hasta que punto una gran mayoría de catalanes -entre ellos algunos intelectuales- se han creído sus propias invenciones y cómo éstas han calado en la sociedad catalana. Este es el verdadero problema que tiene España, y por supuesto, Cataluña.



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